
24
¿Dónde estaba?
Fue la pregunta que se hizo Kim Dan en cuanto abrió los ojos y se encontró con un techo que no tenía la ornamentación de su habitación, menos la de Jaekyung, ni ninguna conocida. Eso lo asustó. Sobre todo, porque no sentía el olor de Jaekyung cerca de él.
Desde cuando era tan dependiente del alfa.
Entonces se acordó. Sus ojos se abrieron aún más y posó su mano sobre su estómago sentándose rápido en la cama. Un latigazo de dolor lo recorrió y encontró la sábana limpia entre sus muslos. Tanto encima como abajo.
Su respiración era algo alterada y comenzó a empaparse de sudor.
Tanto que había querido abortar antes y en el momento que pasaba él, él... sus ojos se llenaron tanto de lágrimas como de pánico. Su instinto omega activándose por completo queriendo tener al cachorro, pero ahora...
DAN, DAN
Una voz se escuchó en medio de su nebulosa y solo reaccionó cuando una mano se posó sobre su hombro.
-Dan- esta vez la voz se oyó claro y fuerte.
El nombrado giró su rostro hacia un lado con las lágrimas corriendo por sus mejillas.
-Josep- sollozó- El cachorro- no le importó decir aquello, había un dolor abrumador dentro de él, tanto que ni siquiera había analizado la situación como tal.
El alfa a su lado suspiró y le mostró una mirada de ánimo.
-Tranquilo, solo fue un susto. Tu cachorro está sano y salvo y no corre peligro.
Dan escuchaba sus palabras aún sin poder creérselo. Pasó su mano sobre su vientre plano.
-¿Él aún... está aquí adentro?
-Sí, y lo estará por un tiempo- Josep lo reconfortó, pero tuvo que tomar rápidamente las riendas del asunto cambiando el enfoque- Aunque no creo que eso es en lo que debas centrarte ahora, sino en el padre del cachorro.
Las lágrimas de Dan que se habían detenido se sintieron frías en sus mejillas. El padre del cachorro. La mención de esto lo hizo palidecer, porque... antes estaba en la cama de Jaekyung, se había quedado dormido para despertar sangrando, se había desmayado frente a él, y ahora estaba en una habitación que mínimo era Vip.
Y si a eso le añadía que Josep le había dicho sobre el cachorro. Todas sus neuronas hicieron corto circuito y miró con miedo al alfa.
-¿Jaekyung lo sabe?
La frente de Josep se arrugó.
-Y no de la mejor manera. Más bien, de una forma que si no lo aclaras terminarás muy mal.
Dan palideció. Si Jaekyung se había enterado, entonces sabía que era omega y él odiaba los omegas.
«Oh Kim Dan, en qué problema te has metido» se dijo así mismo con los labios temblantes.
-¿Cómo... se enteró?- dudó si preguntarlo, pero sino sabía cómo podría actuar. No era un tema que fuera fácil de resolver, sobre todo con alguien como Jaekyung.
El alfa se sirvió un vaso de agua y se lo entregó para sentarse en la silla al lado de la cama. Fue entonces que Josep le contó todo lo ocurrido después que llegaron, el diagnostico, la llegada del alfa y todo su espectáculo, como había reaccionado Jaekyung, y con cada hecho el rostro de Dan perdía más color.
-Pero si ni siquiera sé quién es ese alfa- casi gritó el omega cuando Josep terminó de hablar. Sentía que le faltaba el aire.
-Cálmate Dan.
-como que me calme. Con quien único he tenido sexo es con Jaekyung- después de decir aquello su rostro tomó control volviéndose completamente rojo.
Josep pasó su mano por la espalda para confortarlo.
-Tranquilo, respira. Es un tema delicado. Tienes que hablarlo con Jaekyung, aunque no será algo fácil. Estaba fuera de control.
-Como no lo iba a estar. Ese alfa lo estaba provocando- Dan apretó el entrecejo.
-Bueno, ese alfa tenía tu ultrasonido.
-Porque fue quien agarró mi carpeta de análisis cuando choqué con él saliendo del hospital. Me roció con sus feromonas y tuve que salir corriendo. Ese día me alegré porque Jaekyung me pidió el sobre y al no tenerlo no se enteró que era omega, solo no me imaginé que ese alfa lo usaría de esa forma.
Josep se masajeó la barbilla.
-Así que fue eso
-¿Me crees?- Dan estaba estupefacto por la forma en que el otro alfa lo escuchaba y no lo jugaba.
-¿Por qué no lo haría?
Dan apretó los labios y un sentimiento de nostalgia lo recorrió.
-Antes, muchas personas no lo hicieron. Y ahora creo que Jaekyung tampoco lo hará- sus ojos se sintieron húmedos de nuevo- Le mentí y no le dije que era omega, cuando eso es lo que más detesta. Además del embarazo. Yo tenía miedo y se lo escondí- Él de seguro...
-Nunca cuestiones el instinto de un alfa- Josep lo interrumpió mirándolo más serio de lo normal- Jaekyung debió haber tenido sospechas desde antes. No puede ser posible que un alfa tenga a un omega embarazado, y no darse cuenta del todo. Al menos su instinto debió detectar algo. Sino no te hubiera marcado durante su celo.
-Pero... pero ahora...- Dan parecía desesperado, danzando en un mar de sensaciones.
-Solo no confirmó sus sospechas la mejor manera, es algo bruto y lento para algunas cosas, pero te puedo garantizar que un alfa no deja de lado a quien marco, y muchos menos a su descendencia. Puede que le tome trabajo asimilarlo como tal, pero no te dejará en la calle.
Dan apretó los labios. El instinto era una cosa y podía ayudar, pero él era el que vivía con Jaekyung y conocía bien al alfa. No podía estar del todo seguro de las palabras de Josep. Lo que ahora nada más podía confiar en lo que decía.
-¿Dónde está Jaekyung ahora?
-Si combate debe estar a punto de comenzar- Josep le dijo.
Dan miró a todos lados buscando su celular, pero no lo encontró. Josep al darse cuenta sacó el suyo y se lo dio. Sabía que quería ver la competencia.
No pasaron más de cinco minutos cuando los dedos de Dan comenzaron a temblar con el equipo entre ellos. Josep a su lado tenía el ceño mortalmente ceñido.
Aquello no era nada bueno. Ellos podían afirmarlo.
Jaekyung era conocido como el emperador, El campeón, lo mejor de lo mejor, con una fuerza descomunal, así como una concentración de piedra cuando se trataba de una competencia, al punto de entrenar y autolesionarse, pero eso no era lo que estaban mirando ahora.
Jaekyung se notaba desconcentrado en la pelea.
-Tengo... tengo que ir allí- la voz de Dan tembló y dejó el dolor que recorría su cuerpo en segundo plano. En ese momento solo tenía algo en la cabeza
No podía dejar que su alfa perdiera. Sobre todo, porque sabía lo importante que era para el alfa mantener su puesto
***
Jaekyung esquivó el puño de William Blaker que fue directo hacia su rostro y retrocedió soltando un jadeo. Maldijo con los dientes apretados.
Sentía su cuerpo pesado, sus músculos no respondían con la misma rapidez que acostumbraba, su fuerza y letalidad no era la misma, incluso sus reflejos no respondían igual, y solo había una razón para ello.
No estaba concentrado.
Su cabeza, por más que quisiese no estaba del todo centrada en el combate, más bien, estaba enfocada en su contrincante, pero no precisamente relacionado con la pelea. Bien sabía él que luchar sumido en la rabia y con sus feromonas toda alteradas no era un buen conjunto. Incluso su hombro estaba latiendo de forma más molesta que normalmente.
Sus colmillos casi querían romper su protector. La forma en que ese alfa lo miraba, prepotentemente, como si le hubiera arrebatado en sus propias narices lo que era suyo y humillándolo de la forma más brutal que se le podía hacer a un alfa... eso lo tenía completamente descoordinado.
Si a eso le sumaba las palabras de su entrenador que se habían filtrado en medio de la nebulosa en su cabeza, era el ingrediente que faltaba para que su mente tuviera más tiempo para pensar en qué hacer y no en ganar una competencia.
Ni porque era un luchador profesional.
-Mierda- gruñó y volvió a atacar, pero sus golpes eran fácilmente bloqueados por su adversario, que, aunque sentía las ráfagas intensas ante cada golpe, podía lidiar con ellas.
-Y a esto es a lo que llaman el emperador del MMB- se burló en su cara- Eres un asco como deportista.
Eso hizo que las venas en la frente de Jaekyung se marcaran y lanzara una patada que William bloqueó y tras una sonrisa se movió rápido en una finta lanzó un puñetazo al rostro de Jaekyung que lo hizo retroceder y su rodilla... tocó el suelo del ring.
Un gemido de exclamación se escuchó de forma general en todo el lugar. El rostro de Namwook estaba completamente pálido y preocupado. Había notado el estado de atleta, pero no esperó que realmente la situación se estuviese volviendo así.
-Jaekyung, Jaekyung, concéntrate. Gana la pelea y después piensa en lo demás- le gritaba intentando que él entrara en razón- Por favor.
El alfa sacudió la cabeza algo aturdido. Acaso perdería.
No, no podía darse ese lujo y menos con ese desgraciado. Gruñó tan fuerte y apretó tanto sus dientes que el protector dentro de su boca se cuartó y se levantó.
El público a su alrededor enloqueció gritando su nombre
JAEKYUNG, JAEKYUG, JAEKYUG
Pero aun así sentía que faltaba algo, su cuerpo dolía. Se limpió el sudor de la barbilla donde su mejilla ardía, y volvió a arremeter contra su contrincante que parecía realmente emocionado. Solo que... después de unos cuantos golpes, la situación no había mejorado.
Los puñetazos de Jaekyung podían ser certeros, sus patadas letales, pero no en ese momento, no contra aquel hombre que sus palabras resonaban en su cabeza llevándolo a lo sucedido en el hospital, y para cuando se dio cuenta un pucho iba directo al medio de su rostro, y él tenía la suficiente experiencia para saber que no lo podría bloquear y que lo más probable fuera que lo aturdiera.
Y por primera vez... perdiera de esa forma.
Ah, demoni...
-JAEKYUNG-
Podrían haber miles de gritos en aquella sala, cientos de exclamaciones, demasiadas personas gritando, pero él pudo reconocer ese grito a su espalda que hizo que todo el peso de su cuerpo se desvaneciera. Todas las células de su cuerpo se despertaron y latieron, mandando corrientes eléctricas a cada uno de sus músculos.
Y su cuerpo se movió.
Tan rápido... tan rápido que esquivó con facilidad el golpe hacia él, levantó una pierna y asentó una patata en el rostro de su contrincante, con tanta fuerza y determinación que el cuerpo de este se alzó del suelo y se estrelló contra las bandas del borde del ring. Su cuerpo se desplazó hacia el suelo y su cabeza cayó sin moverse.
Un grito estrepitoso retumbó en el interior de la sala. Una pelea que casi veían perdida se había volcado en 180 grados. Ahora revisaban el alfa en el suelo para comprobar su estado y dar un veredicto, pero Jaekyung no estaba al tanto de esto.
Su rostro se había girado hacia un lado y su mirada se encontró con la de la persona del otro lado del ring, y a la que el destino había puesto junto en el mismo camino.
Como reaccionará Jaekyung ahora que sabe todo y está frente a Dan
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