MADELINE ORWELL POV

Después de un largo rato, llegamos al bosque prohibido. Y al llegar, Elvira, Ronny y yo, buscamos por todos lados el primer objeto; una poción rara.

—¿No creen que sería más fácil que la bruja, o alguien experto en el tema le traiga los recuerdos de vuelta? —espetó el que se hacía llamar Erick.

—Por lo visto, eres más estúpido de lo que creí —dijo Ronny. —Clenks, simplemente no puede, porque no ha avanzado más con sus poderes. Y en cuanto a lo otro, es simplemente muy estúpido. ¿Cómo le pedimos a los únicos expertos que le borraron la memoria que se la regresen?

—Solo era una recomendación —dijo el maldito de Erick. —Cálmate.

—Silencio —les dije. —Viene alguien.

Posteriormente, nos ocultamos detrás de unos árboles gruesos, tratando de controlar nuestra respiración. Los pasos que se acercaban eran ligeros pero decididos. El corazón me latía con fuerza en el pecho, y sentí una mezcla de adrenalina y miedo.

Entre las sombras del bosque, apareció una figura encapuchada. Su capa negra se movía con cada paso, rozando el suelo cubierto de hojas. En una mano, sostenía una linterna antigua que proyectaba una luz vacilante a su alrededor.

—¿Quién rayos es? —susurró Elvira, apenas audible.

—No lo sé —respondí, sin apartar la mirada de la figura.

La figura encapuchada se detuvo justo donde habíamos estado buscando la poción. Se agachó y comenzó a remover hojas y ramas con cuidado. Algo brilló entre sus manos, y pude ver un frasco pequeño y oscuro.

—La poción —dijo Ronny con voz ahogada. —Está aquí.

Antes de que pudiera detenerlo, Ronny salió de nuestro escondite y se abalanzó sobre la figura encapuchada. Esta reaccionó con una velocidad sorprendente, lanzando un hechizo que hizo que Ronny cayera al suelo, inmovilizado.

—¡Ronny! —gritó Elvira, pero Erick la detuvo. 

—No te muevas, o podemos perder nuestra oportunidad. —dijo el maldito de Erick, mientras yo apretaba los puños.

La figura se levantó lentamente, mirando a Ronny con una mezcla de curiosidad y desdén. Luego, se volvió hacia nuestra dirección.

—Sé que están ahí. Y más vale, que salgan, o sino su amigo sufrirá las consecuencias.

Sabía que no teníamos otra opción. Así que salimos del escondite, con las manos en alto para mostrar que no éramos una amenaza. La figura nos miró detenidamente, y luego se quitó la capucha, revelando el rostro de una mujer de rasgos agudos y ojos penetrantes.

—Así que son ustedes —dijo con una voz suave pero llena de autoridad. —Los que buscan devolver los recuerdos perdidos a la humana.

—¿Quién eres? —pregunté, tratando de mantener la calma.

—Mi nombre es Nyssa —respondió ella. —Y creo que nuestros intereses pueden alinearse... si están dispuestos a escuchar.

Nos miramos unos a otros, tratando de evaluar la situación. Estaba claro que Nyssa sabía más de lo que dejaba ver, y que podría ser nuestra única oportunidad de encontrar la poción y restaurar los recuerdos.

—Te escuchamos —dije finalmente. —¿Qué quieres a cambio?

Aunque ella sonrió, fue un gesto que no llegaba a ser sincero.

—Primero, liberare a su amigo —dijo, agitando una mano. Y Ronny se levantó del suelo, frotándose los brazos entumecidos. —Luego, hablaremos de los términos de nuestra cooperación.

Mientras Ronny se acercaba a nosotras, no podía evitar sentir una creciente inquietud. Sabía que al aceptar la ayuda de Nyssa, nos estábamos adentrando en un terreno peligroso. Pero también sabía que sin ella, nuestras posibilidades de éxito eran casi nulas.

—Está bien —dije, dando un paso adelante. —Haremos lo que sea necesario.

Nyssa asintió, satisfecha. —Perfecto. Entonces, vamos a empezar. Hay mucho que debemos discutir, y poco tiempo para hacerlo.

Nos adentramos más en el bosque, siguiendo a Nyssa hacia un destino incierto, pero con la esperanza de que este encuentro nos llevará un paso más cerca de nuestra meta.

No sabía si me debía fiar de ella. Pero ya no tengo más opción.