Sin opciones
ALEXANDRA COLLINS POV
La confesión de Madeline, fue algo que jamás me imaginé que escucharía.
Pero haberla escuchado decir eso, hizo que todas mis dudas, desaparecían. Porque siempre lo he sentido, ella es lo único que necesito.
—Te amo, Madeline —susurré desde lo más profundo de mi ser.
Madeline sonrió y sujeto mis manos.
—Yo también te amo Alexandra.
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Regresamos al pueblo Hellwond, y al llegar, nos comunicamos con Elvira y Ronny.
—Joder... —dijo Elvira, muerta de los nervios. —¿Entonces me están diciendo que ahora, Madeline es una víctima más de esa cosa, que las atacó en el refugio que se metieron?
—Sí... —tras un largo suspiro de mi parte, asentí.
—Mierda... —dejo escapar un suspiro de lamento, Elvira. —Pero no importa, haremos hasta lo imposible, para solucionar esto —afirmó Elvira con una amplia sonrisa en su rostro. Sonreímos Madeline y yo, mientras que ella, me acariciaba la palma de la mano—. Y bueno... ¿Cuándo es la boda? —nos preguntó Elvira, lanzandonos una mirada pícara.
Por mi parte, mis mejillas se tiñeron de un color rojizo. Mientras, que Madeline, me miraba con una sonrisa enternecida.
—Antes que nada... Primero debemos sacar a Madeline de esto —dije yo. —Y ya después pensaremos en una boda.
—¡Si! —exclamó Elvira. —Amo las bodas. Siempre hay comida gratis en ellas.
—¿Podrías dejar de pensar en comida y concentrarte en lo que está pasando? —gruñó Ronny.
—Como jodes Ronny —respondió Elvira.
Son tal para cual.
Posteriormente, seguimos indagando en posibles soluciones. Hasta cuando finalmente llego la salida. Y tras eso, nos encaminamos los cuatro, (el cuarteto) a esperar a Carolina Lawreth en el punto de reunión.
Los minutos pasaban y el viento hacia que se me congelará todo el cuerpo.
—¿Y dónde diablos está Carolina? Ya se tardó mucho —preguntó Ronny frustrado.
—No lo sé... —respondí yo, mirando la hora en mi celular. Son apenas las 7:45 pm. —¿Dónde rayos estará?
Y hablando del rey de Roma...
Finalmente apareció Carolina ante nosotros.
—Disculpen la demora —nos dijo Carolina. —Me surgió un imprevisto. Pero bueno, ya estoy aquí.
—No te preocupes —habló Madeline. —Lo importante es que ya llegaste.
—Sí, ¿y bueno, ustedes son...? —Lawreth les dirigió una rápida mirada a mis mejores amigos.
—Soy Elvira Clenks —respondió Elvira—. Ya nos hemos visto antes. No es la primera vez que nos vemos.
—Ya veo. ¿Y este de acá es...?
—Ronny Black —respondió Ronny con voz seria.
—Bueno es un gusto conocerlos, yo soy Carolina Lawreth, y los voy a ayudar.
Elvira le lanzo una mirada de completa desconfianza a Carolina. Aunque era de esperarse dada la situación. Mientras que Ronny examinó a Carolina. Él era más de hacer las cosas, en silencio y a su modo. Siempre en solitario.
—¿Cómo nos vas a ayudar? —preguntó Ronny.
—Tengo varias ideas en mente —dijo Carolina. —Síganme.
—¿Cómo cuáles? —añadió Ronny.
Seguimos a Carolina y nos llevo a una base secreta.
—Una de ellas es esta... —prosiguió Carolina. Pero con lo que no contábamos, es que iba a aparecer... Vlad.
Su sola presencia irradiaba terror y temor. Pero lo que estaba por venir, era mucho peor...
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