Oscuro
ALEXANDRA COLLINS POV
Habían tantas cosas en el refugio, que me gustaban sobre el, pero noté que Madeline desconfiaba con respecto al lugar.
—¿No te parece que es extraño que nos oculten lo de la puerta? —exclamo Madeline.
—Pues si —respondí pensándolo bien.
El hecho de que Madeline me lo preguntará, hizo que me replanteara, muchas cosas.
¿Estamos en un buen lugar? ¿Escogimos un buen lugar? ¿Hicimos bien en escoger este lugar?
—Necesito descubrir que esconden. —aseguro Madeline.
—En ese caso... Iré contigo.
No puedo dejarla sola.
Ese mismo día, nos preparamos para descubrir lo que escondían detrás de la puerta. Nos reunimos en mi habitación, y allí, planeamos nuestro plan. El cual era bastante sencillo; nos pusimos ropa con la cual pudiésemos camuflajearnos con las sombras, y nos fuimos sin decir ni una sola palabra. Pero nuestra conexión era auténtica. Ambas sabíamos que no habría vuelta atrás, una vez cruzáramos el umbral.
Con una linterna en la mano, nos dirigimos al pasillo. El suelo crujía bajo nuestros pies, y los ecos de nuestros pasos resonaban con una inquietante claridad. A medida que nos acercábamos a la puerta prohibida, mi corazón comenzó a latir más rápido, como un tambor en un compás irregular.
—¿Lista? —me susurró Madeline.
Asentí, aunque mi garganta se sentía seca y mis manos temblaban ligeramente. No podía permitirme dudar ahora.
Madeline extendió la mano hacia la puerta, pero justo antes de que pudiera tocarla, un sonido bajo y gutural resonó desde el otro lado. Nos detuvimos en seco, intercambiando miradas de alarma. Era como si algo estuviera esperando, acechando, tan cerca y tan peligroso.
El sonido cesó, dejando solo un silencio ensordecedor a su paso.
—Alexandra... —comenzó Madeline, pero fui yo quien dio el siguiente paso, acercándome un poco más a la puerta.
La tensión en el aire era tan densa que casi podía cortarla con un cuchillo. Lentamente, con el corazón martilleando en mis oídos, extendí la mano hacia el pomo de la puerta.
Lo que había al otro lado estaba a punto de revelarse, y con ello, la verdad que habíamos buscado desde que llegamos a este lugar. Pero, ¿estábamos realmente preparadas para lo que íbamos a encontrar?
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