MADELINE ORWELL POV

Me encontraba deambulando, por las calles vacías de la ciudad, sumergida en mi tristeza. Lo había perdido todo. Y lo peor... Es que no hice nada para evitarlo desde un principio... Si tan solo hubiera hecho las cosas bien desde el principio... Esto no habría pasado. Todo es mi culpa...

No podía sacarme la imagen de Alexandra siendo arrastrada por Vlad y sus hombres de mi mente, sus palabras resonaban una y otra vez en mi ser. "Te amo", había dicho antes de que le borraran la memoria. Esas palabras seguían atormentándome, recordándome lo que había perdido.

—Alexandra... —susurré, sintiendo un nudo en la garganta mientras luchaba contra las lágrimas que amenazaban con caer de nuevo.

Me detuve junto a un banco en un parque cercano, dejando caer mi cuerpo exhausto sobre él. Mis manos temblaban mientras enterraba mi rostro entre mis manos, intentando encontrar consuelo en medio del caos emocional que me envolvía.

¿Qué más puedo hacer ahora...? Había prometido encontrarla, devolverle sus recuerdos y recuperar lo que habíamos compartido juntas. Pero, ¿cómo podría enfrentarme a esto?

El recuerdo de nuestra primera cita, de las risas compartidas y los momentos de intimidad, se agolpaban en mi mente. Cada detalle de Alexandra, cada gesto y cada palabra, se volvían más preciosos y dolorosos a la vez.

—No puedo rendirme —me dije con voz entrecortada, obligándome a encontrar la fuerza para seguir adelante—. No puedo dejar que esto termine así.

Me puse de pie con determinación, sintiendo una nueva determinación arder dentro de mí. No importaba cuán oscuro fuera el camino por delante, sabía que tenía que seguir adelante. Tenía que encontrarla y luchar por lo que habíamos perdido.

Caminé por las calles con paso firme, mi mente trabajando a toda velocidad para trazar un plan. Recordé a Elvira, nuestra amiga en común, y pensé que ella podría ser la clave para descubrir dónde habían llevado a Alexandra. Necesitaba respuestas, necesitaba una forma de llegar hasta ella y devolverle lo que le habían arrebatado.

—Elvira... —susurré para mí misma, recordando su número de teléfono que había memorizado desde hace tanto tiempo.

Saqué mi teléfono y marqué rápidamente, esperando desesperadamente que ella respondiera.

—¿Madeline? ¿Estás bien? —la voz de Elvira sonó preocupada al otro lado de la línea.

—Elvira, necesito tu ayuda. Han tomado a Alexandra, Vlad y sus hombres. No sé a dónde la han llevado, pero necesito encontrarla —dije con urgencia, luchando por mantener la compostura.

Hubo un breve silencio antes de que Elvira respondiera.

—Estoy en camino. Nos encontraremos en el lugar de siempre en una hora. Vamos a traerla de vuelta, Madeline. Lo prometo.

Cerré los ojos, y las lágrimas simplemente salieron como cascadas, pero sentía un rayo de esperanza brillar en medio de tanta oscuridad. No estaba sola en esta lucha. Con Elvira a mi lado, haríamos todo lo posible para encontrar a Alexandra y traerla de vuelta a casa.

Ya más tranquila, guardé mi teléfono y me dirigí hacia el punto de encuentro acordado. El camino por delante sería difícil y peligroso, pero estaba dispuesta a enfrentar cualquier obstáculo por el bien de Alexandra.