En multimedia - Talking To The Moon

MADELINE ORWELL POV

La verdad, es que no sabía, como empezar con todo esto.

Tenía que enamorarme de Alexandra Collins, e impedir, que le borrasen los recuerdos.

Ya que, como ella es mi pareja predestinada, pues es mi destino. Pero...

Yo no puedo olvidarme tan fácilmente de ella...

De mi primer amor...

Cuando, recién empezaban mis primeros años de conversión de humana a vampira, conocí a una chica.

Era una humana.

Ella era la chica, más dulce, linda, bonita, y perfecta que existiera. Ella, era todo lo que siempre había soñado con conocer.

Pero...

Falleció días antes de ser mi prometida.

Y desde entonces, no la puedo olvidar...

Su perdida ha sido algo muy duro para mí. Tanto así, que no me he vuelto a enamorar de nadie más.

Y ni lo volveré a hacer.

Pero...

¿Y ahora qué diablos haré?

Dije que me enamoraría de Alexa, pero... ¿Qué hay de Rosa?

Ella, es irremplazable...

(...)

—Hola. —saludé a Collins, con quién ahora iba a hacer el trabajo de literatura.

—Hola, Orwell.

Estoy en un conflicto interno.

Una parte de mi, quiere ayudar a Elvira Clenks. Por los favores que me ha hecho. Pero...

Enamorarse es algo especial.

Ocurre solo una vez en la vida.

—¿Empezamos? —dije yo.

—Vale.

Empezamos a leer, y después, Alexandra Collins, empezó a leer en voz alta.

Estoy en un completo dilema, porque no quiero olvidar a Rosa...

Ella me enseñó a ser feliz. Ella me enseñó... A todo.

Algunas personas llegan a tu vida para enseñarte a amar, mientras que otras llegan para que ellos aprendan a amar.

Eso curiosamente, decía el libro que estábamos leyendo.

Las personas son irremplazables. Pero... Se debe aprender a vivir con el recuerdo.

Cada vez el libro, estaba tocando más fondo con mis sentimientos.

Vive y suelta. Vuelve a ser feliz. Enamórate de nuevo.

Y entonces, cerré el libro, porque estaba pudiendo más conmigo de lo que pensaba.

—¿Orwell? —pronunció Collins, confundida.

—¿Seguimos mañana? —propuse con una triste sonrisa.

Alexandra Collins, se lo pensó.

Y cuando pensé que diría que si, me terminó por sorprender.

—Sé que no nos conocemos de mucho. Pero... No puedo dejar a una persona, que sufre en silencio. Sufrir así... Puedes hablar conmigo. Y desahogarte, si quieres.

De verdad que quería. Necesitaba un abrazo...

—¿Puedes abrazarme sin decir nada? —pedí.

—Sí.

Y entonces, cerré los ojos, mientras ella me abrazaba.

Alexandra Collins, para mi sorpresa, acarició mi cabello pelinegro. Y yo...

Deje caer una lágrima.

Te extraño, tanto Rosa...

(...)

Llegando a mi casa, abrí Youtube.

Y mientras miraba a la nada...

Se reprodujo una canción en aleatorio.

Talking To The Moon.

De Bruno Mars.

Agarré mi diario, y con lágrimas desbordantes... Empecé a escribir:

"Hola, Rosa."

"Aquí estoy otra vez."

"Tratando de sentirte a ti..."

"Hace poco conocí a una chica. Llamada Alexa Collins, y ella es mi pareja predestinada."

"Pero no puedo olvidarte. Y es en estos momentos que me preguntó... ¿Qué debería hacer, mi Rosa?"

"Pues no puedo olvidarte, con cariño, y siempre tuya, Madeline Orwell".

Posteriormente, cerré los ojos, y me dejé caer en la cama.

Ya sea suerte, o obra del destino, soñé con mi Rosa.

Algo que definitivamente ame con todo mi ser.

***

Posteriormente al día siguiente, tuvimos Educación Física. Y mientras, todo el mundo se divertía, yo miraba a la nada.

—¿Estás bien, Madeline? —me preguntó, Alexandra Collins.

—No tanto. Pero estaré mejor. ¿Y tú?

—No conozco tu situación... —empezó a hablar, Collins—. Pero, todo va a mejorar. Al final todo mejora para bien. Yo sé que si. Todo va a estar bien.

Formé una pequeña sonrisa. Y ella, sonrió también.

Tal vez, todo pueda mejorar.