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Impensable

El regreso a casa, fue de lo más tranquilo.

Ya al día siguiente, me puse a hacer el trabajo con Jaxson, pero él usaba piropos baratos, para intentar ligarme.

Ahora que sabía, porque lo hacía, más rabia y repulsión me daba.

—¿Es qué no te puedes quedar callado ni un puto segundo? —inquirí de mala manera.

—Contigo cerca, es difícil —respondió guiñándome el ojo.

—Pues haremos el trabajo dividido —dije harta y cansada. —Yo haré la tesis y tu te encargarás del tema dos.

—No entiendo por qué estás tan cabreada —agregó él sacándome de quicio—. Salgamos, conozco un...

—No quiero salir contigo —refute.

—¿Y eso por qué? Si estoy más bueno que el pan.

—Simplemente no me gustas —dije sin más preámbulo.

—Eso me dicen todas al principio y después, no se pueden separar de mi.

—Pero yo no soy igual que las otras —me quejé.

—Tienes razón, eres inferior.

—Ya me tienes harta. Cambiaré de equipo y...

—¿Y qué? —a una velocidad sobrenatural, se posó enfrente mío, cuando me levanté de la silla. —Te hice una pregunta.

—Y lo haré hoy mismo —completé.

—Eso si que no va a ser posible... —canturreó, agarrando un mechón de mi cabello anaranjado.

—Sueltame —inquirí.

—¿Y si no quiero? —repuso él con mal humor.

—Pues...

Mis palabras quedaron en el aire, cuando se acercó a mi rostro, dispuesto a besarme, pero yo me alejé.

—¡¿Qué demonios haces?! —inquirí, histérica. —¡Entiende de una maldita vez que no me gustas!

—Quédate calladita — sentenció él, agarrando mi mentón.

—¡No! ¡Te dije que no! —grité, y entonces, entró alguien a la biblioteca.

—Aléjate de ella —dijo para mi sorpresa, Madeline Orwell.

—¿Tú qué demonios haces aquí, Orwell? —respondió enfadado, Jaxson.

—Eso no es de tu incumbencia —contestó ella, tomándome de la mano.

—Ah no, ella es mía —añadió Jaxson, arrastrandome de mala manera, hacia él.

—¡¿Tuya?! —respondí yo. —No soy tuya, y ni de nadie. Déjame en paz, imbécil.

—Ya la escuchaste —agregó Orwell y posteriormente, salimos de la biblioteca.

Yo miraba hacia atrás, esperando que no nos encontráramos a Jaxson siguiendonos.

Pero no tuve que preocuparme.

—Gracias... eso fue amable de tu parte —le dije cuando estuvimos a solas.

—¿Estás bien? ¿No te hizo nada?

—No, estoy bien gracias a ti —dije, sintiéndome confundida. Pues, irónicamente de la persona de la que tenía que tener cuidado, me había salvado.

Pero algo en mi, me decía, que tal vez habían juzgado mal a Orwell. Y por eso me habían dicho eso de ella. 

—Bien, te llevaré con Elvira y con el peliazul. 

—¿Te refieres a Ronny?

—Sí, a él.

Y entonces, empezamos a caminar, y la miré en silencio.

—¿Cómo supiste que necesitaba ayuda? —le pregunté.

—En realidad... Te estaba buscando. Y cuando, te encontré, te vi en problemas, y decidí intervenir.

—¿Por qué me buscabas?

—Porque...

Pero justo en ese preciso momento, nos encontramos con Elvira y Ronny. Ella, estaba mordiéndose las uñas, caminando de un lado para el otro, y cuando me vió, se tranquilizó, y corrió a abrazarme.

—¿Estás bien, Alexa? Madeline nos avisó, que estabas con Jaxson... Y tuve un mal presentimiento. —empezó a hablar, Elvira—. ¡Por Dios! ¡Lo voy a matar!

—No hace falta —dije yo con una sonrisa—. Madeline se encargó y...

—No importa que haya pasado, lo voy a golpear. —dijo repentinamente Ronny.

Pero antes de que alguien pudiera decir algo, apareció Jaxson con una pandilla.

—Se hicieron los jodidos valientes —empezó a hablar Jaxson—. Y se fueron en contra mía. Y eso... Les costará caro.

—No te tenemos miedo, ratilla —expresó Ronny.

—¡¿A quién carajos llamas rata, eh imbécil?! —respondió Jaxson perdiendo la paciencia, lanzándose contra Ronny en un movimiento avivaz y encestandole un golpe en su rostro.

Yo emití un sonido de sorpresa, mientras que Elvira, gesticuló un:

—¡Suéltalo, animal!

Todo pasó demasiado rápido.

Madeline, se lanzó contra Jaxson y empezó a golpearlo. Pero entonces... Unos tipos que venían con Jaxson la agarraron, y unos sentimientos de protegerla, se hicieron presentes en mi.

—¡Sueltenla! —grité.

—¿Oh si no qué? —contestó uno, con burla. —Maldita mortal.

No se me ocurrió nada más.

Más que, darle una bofetada.

—¡Maldita zorra! —chilló él, histérico.

Soltó a Madeline, y se lanzó contra mi.

Por una parte, mi mano dolía, pues era como si hubiera golpeado algo extremadamente duro.

Y el dolor no me dejaba pensar en formas de escaparme, con este maldito tipo arriba mío.

—¡Eres una estúpida! —vociferó aquel tipo, dispuesto a golpearme.

—¡No la toques! —gritó Madeline, corriendo hacia mi.

Desgraciadamente nos superaban en número, y por si fuera poco, me doblaban la fuerza. Pero eso no me importó ni un poco.

Madeline, con una fuerza descomunal, mandó al tipo a volar. Y yo, con lo poco que aprendí, de artes marciales, por mi hermano (boxeador), doble mi cuerpo, y le enceste una patada en el rostro al tipo. Que si bien, era más alto que yo, por quien sabe cuántos centímetros, logré darle en el rostro.

Madeline, me vió con brillo en sus ojos azules. Un brillo que nunca había apreciado en sus ojos. Hasta apenas ahora.

—¡Wow! —dijo, Elvira. —¡Eso fue increíble! No sabía que sabías pelear.

—Ventajas de tener hermanos mayores —le dije con una sonrisa.

Pero si creíamos que habíamos acabado con ellos, que equivocados estábamos.

—¡Están acabados! —farfullo, Jaxson. —¡¿Me oyeron, malditas escorias?! ¡Están acabados!

—El único que está acabado aquí eres tú —empecé a hablar, totalmente enojada—. Has cometido un grave error, al hacer todo esto. Si no hubo quien te diera un ultimátum, aquí estamos nosotros para dártelo.

—Maldita perra —ladró él. —¿Te crees que puedes hablarme como se te de la puta gana y salir intacta?

—Tus amenazas no me dan miedo —le dije.

—Jaxson tú lo sabías —habló Madeline furiosa. —¡¿Y aún así lo hiciste?! ¡No te lo perdonaré!

—Sí —contestó él, dejándome confundida—. Y lo haría mil veces más, si pudiera. Todo con tal de arruinarte tu vida.

Pero antes de que las cosas, se salieran de control, aparecieron varios tipos encapuchados. Lo cual, me dió una mala sensación.

—Todos ustedes —nos señaló a todos un tipo encapuchado—. Están en jodidos problemas.

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