MADELINE ORWELL POV

Mantuve el cálido cuerpo de Alexandra, presionado contra el mío, no la dejaré ir. Nunca más la dejaré ir. 

Ahora que sé, que hay que vivir y aprender a amar de nuevo, pero también aprender a ser amada, no la puedo perder de nuevo.

—¿M-Madeline? —responde ella, temblorosa.

—Quedemonos así —pedí yo, cerrando mis ojos mientras hundía mi cabeza en su hombro.

—O-Okey.

La respiración de Alexandra, se descontroló ante mi contacto con ella. Y por otro lado, yo, yo sentía que mi corazón volvía a latir por ella.

Después de unos instantes, me separé lentamente de Alexandra, y cuando estuvimos separadas, acaricié su rostro.

—Me encantan tus ojos. Nunca dejes de mirarme así —pedí yo.

—Madeline —pronunció mi nombre dulcemente. —Nunca lo dejaré de hacer —agregó ella, besando mi mejilla—. Porque te elegiría a ti siempre, hoy mil vidas más.

La opresión en mi pecho, me incitó a actuar.

Es ahora.

Si no... Nunca, podré olvidar y curarme de mi pasado.

—Alexandra, yo... He vivido tanto tiempo, creyendo que solo amaría a solo una persona, pero ahora tú aquí —tome sus manos. —Me haces sentir tan feliz. Y darme cuenta que te amo. Te amo, Alexandra. —reafirmé, ella me miró sorprendida—. Por fin vuelvo a sonreír de nuevo. Y ahora, puedo volver a sentir amor. Tú me haces sentir llena y completa. Alexandra... —di una pausa. —Quería disculparme contigo de nuevo, por lo que sucedió en el pasado. Debí escogerte a ti. Como tú me escogiste a mi. —y entonces bese sus suaves y rosados labios.

Ella tardó en reaccionar, pero después, me correspondió.

Profundizamos el beso y después, miró a la mujer de mi vida a los ojos. Ella conecta sus ojos verdes, tan llenos de vida, con los míos eléctricos azules al instante y nos fundimos en otro dulce beso.

—Ma-Madeline...

Alexandra se separa de mis labios, y me besa con tanta dulzura, que siento como toda mi alma, se cura.

Ella es todo lo que necesito.

Porque ahora sé, que lo que nos une, es el destino.

Ella es mi destino. 

Y no la dejaré ir nunca más.