Camila.

¿Y si sale bien?
¿Si estamos igual?
Dame una señal y daré un paso más.

*** 

—Te juro que voy en camino —salgo de la oficina de mi psicóloga.

—No te creo nada Karla Camila —Dinah refunfuña.

—Lo juro —encuentro mi auto lo más rápido que puedo en el aparcamiento—, solo me atrase un poco, ni siquiera te estoy cancelando.

— ¿Desde cuándo te has vuelto tan impuntual? Antes te daba primero un derrame antes de que llegarás tarde —suelto una carcajada cuando coloco el altavoz.

—Las personas cambian, estoy a veinte minutos, me atrasé un poco en la sesión, vale, Anabel me dejó el cerebro loco, apoya a tu amiga, solo han pasado cinco minutos.

—Estarás con veinticinco minutos de retraso, desgraciada, tendré que seguir fingiendo que salí sola y no que me plantaron.

— ¡Deja el drama! No tienes que fingir, seguro nadie te está viendo y no te he plantado.

—Oh, claro que me están viendo, ya hasta posé para las fotos.

— ¿Qué? —Me concentro en no meterme en el carril equivocado.

—Tenemos paparazzis —se ríe—, los atraje con mi belleza.

—Que fastidio, nos vemos en un momento.

— ¡Apresúrate! 

Cuelgo la llamada antes de que diga algo más, de verdad perdí la noción del tiempo, he visto a Anabel por algunos años, tres, si soy más específica.

La necesitaba tanto, recordar el momento en que me di cuenta que necesitaba ayuda porque mi cabeza me estaba hundiendo de a poco solo me hacis revivir el hecho de que tenía mucho miedo, la verdad, aún aparece con intensidad.

Ella me diría que al menos ya tengo las herramientas para no dejar que me controle y que todos tienen sus tiempos para sanar.

Así yo crea que mi tiempo es eterno.

Aparco un poco lejos del restaurante por lo que caminó unas cuadras y debo saludar al pasar cuando los flashes llegan.

—De verdad que son un fastidio —suspiro cuando me siento frente a Dinah.

—Si, claro, hola, Dinah, mi cielo bello ¿Cómo te encuentras el día de hoy? Lamento haberte hecho esperar —me habla con sarcasmo y me rio.

—Perdóname ¿Cómo estás? Te ví en ese desfile, madre mía, la seguridad te brota por los poros —sonríe ampliamente.

—Es que yo nací así, que te puedo decir.

—Que ego —llama a un hombre con su mano para que nos tome el pedido.

Alto, moreno y fornido, es todo el estilo de Dinah.

— ¿Ves? Te dije que no me dejaron plantada —sonríe ampliamente.

—Una lastima, señorita, casi renunció para poder sentarme contigo —elevo mis cejas viendo a Dinah, me imagino que se estuvo entreteniendo mientras me esperaba.

—Demasiado tarde, perdiste la oportunidad —bromea—, debes saber que la única persona en el mundo que me hace esperarla es esa desalmada frente a mí.

—Y comienza el drama nuevamente, disculpala por favor, yo deseo este platillo de acá, ni siquiera intentaré pronunciar el nombre —le señaló la carta.

—Buena elección.

—Yo deseo el que me recomendaste y agua sin gas por favor.

—Anotado.

—Una limonada para mí, gracias.

—De acuerdo, en un momento reciben su pedido señoritas —el hombre se retira.

— ¿Más o menos? —arqueo una ceja.

— ¿Qué? Me estaba aburriendo.

—Oh, claro.

—Sabes que me tocó hacer un papel de joven viuda y fue terrible, estuve pensando realmente que había perdido al amor de mi vida, una tragedia… ¡Camila! Ni siquiera me estás escuchando.

Levantó la vista de mi celular y le sonrió.

—Claro que te estoy escuchando, sobre tu papel…

—Pero mírame, mujer, ¿Qué es más importante que pasar tiempo conmigo?

—Es que me llegó la notificación de un nuevo libro sorpresa que saldrá de mi escritora favorita con alguna colaboración, pero ella no hace colaboraciones, me parece raro…

—Puedes mirar eso después.

—Tienes razón —dejo mi celular en mi bolso—, tienes mi completa atención.

—Así me gusta.

—Menos mal no somos pareja —habló con alivio.

—Ya quisieras ser mi novia —me río—, lamento que no me atraigas de esa manera.

—Claro, claro, una lástima para mí.

Charlamos el rato que terminamos nuestras comidas, me relajo y me río como siempre que me reúno con Dinah y al final nos despedimos fuera del restaurante.

Al llegar al departamento me deshago de los tacones, dejo las llaves en el gancho que coloque junto a la puerta para así no perderlas y me tumbó en el primer sofá al que llegó.

— ¿Camila? ¿Dónde estás? —suelto un quejido—, ¿Por qué no contestas el celular? 

Elevó mi cara y encuentro a Shawn con los brazos cruzados.

—Estaba con Dinah, ¿Por qué me miras así? 

—Claire me llamó porque no le contestaste, los abogados llegaron a un acuerdo sobre la demanda —me siento de golpe en el sofá.

— ¿Qué? ¿Cómo? ¿Qué hicieron? —le da la vuelta al sofá para quedar frente a mí.

—Simon decidió cancelar cualquier represalia solo si le pagas una cantidad de dinero —me levanto del sofá y busco mi celular.

—Esto no puede ser tan bueno, ¿Verdad? Tenemos meses en esto ¿Tan fácil va a ceder? 

—Llama a tu manager —resopla—, te dijo que estuvieras atenta.

—Ay, mierda, lo sé —marcó su número.

Si me pongo a pensar en los últimos años que he pasado lo creería surreal, me enfrente a Simón, mi carrera se fue al demonio, André desapareció, trabaje en cosas que no creí posible, conseguí una nueva manager, demandé a Simón, lo que llevó a una contra demanda por incumplimiento de contrato, estoy volviendo a actuar después de cinco años, ahora parece que todo tendrá un fin.

Tantas cosas que pasaron simplemente en un pestañeo, sufrí, lloré, me hindi, creí de verdad que mi vida no tenía un sentido, me apoye de mi familia y amigos, aunque por alguna razón sé que cada persona en su mente tienen una certeza de que existen para ser extraordinarios, no todos llegan a lograrlo y sé que de a poco parece que veo el final del túnel, aún no logro sentir mi momento extraordinario.

—Dios santo, Camila, tengo horas intentando contactarte, te dije que estuvieras atenta, estamos en momentos decisivos —contesta  Claire.

—Lo siento, lo siento, ¿Es verdad lo que dice Shawn? ¿Cederá? Después de joderme lo suficiente me preocupa que dañe lo poco que he comenzado a hacer.

—Solo hay que pagar.

—Desgraciado, es todo lo que le importa, debería pagarme él los años de terapia y la vida que perdí, debería estar en la cárcel por ayudar a su hermano desquiciado —camino de un lado a otro.

—No todo es como queremos, Camila, tu muy bien lo sabes —suspiro.

—Lo sé, solo asegúrate de conseguir una orden de alejamiento.

—Ya está, te mandaré la información de todo a tu celular, también la cantidad que hay que pagarle, yo sé que no estás del todo estable económicamente, pero es algo que podrás pagar por tu libertad aunque quedes sin ahorros —eso me preocupa.

—Eres un ángel, gracias por toda tu ayuda y apoyo, seguiremos siendo un gran equipo para reavivar mi carrera.

—Ni siquiera lo dudes, celebra, ya casi eres libre —eso me hace sonreír antes de colgar.

— ¿Todo bien? —cuando miro a Shawn no puedo evitar abrazarlo y ponerme a llorar—, ¿Qué pasó? Dime algo, me preocupa.

—Pronto se acabará —susurro en su pecho y acaricia mi cabello.

—Me asustaste, pensé que dirías algo malo —me aleja de él y limpia mis lágrimas—, no llores más, no merece más lágrimas, este será el principio de la nueva Camila Cabello, libre y hermosa.

—No sé qué habría hecho sin tu ayuda.

—Te la debía —resoplo.

—Por Dios, no me debes nada, eres el mejor amigo que podría tener.

—Eso dices ahora —sacude mi cabello—, te quiero mucho, Cami, esto me hace muy feliz, así que hay que celebrar.

—Por supuesto, hay que celebrar —brinco emocionada.

***

Aún siguen hablando de mí, la prensa se enfoca en sus encabezados amarillistas dónde yo soy una malagradecida, que no valore todo lo que Simón me daba, bla, bla, bla.

Se había detenido, pero cuando salió supuestamente de casualidad que no llegamos a juicio sino que fue un acuerdo entre ambas partes volví a aparecer en tendencia.

— ¿De verdad prefieres no hacer ninguna declaración? —me pregunta Claire.

— ¿En qué ayudaría? —le contestó con otra pregunta sin despegar mi mirada de la tablet donde estoy viendo todo lo que se menciona, artículo tras artículo y además vídeos de Simón poniéndose como la víctima de esta situación—, ¿Me quería como a su propia hija? Qué bastardo.

—Por eso te lo digo, después de literalmente dejarte sin trabajo por años, ahora que volviste solo quiere perjudicar tu imagen.

—No quiero hablar para defenderme de alguien que está en un pedestal ante los ojos de todos, de igual forma me criticarán —dejo la tablet en la mesa—, ¿Sabes lo que quiere él? Qué se convierta en una pelea pública y seguir llenándose los bolsillos a mí costa, tu misma sabés cómo acabe al salir de su manipulación, no volveré a tener contacto con ese ser.

Porque por supuesto, ahora estoy bien, o bueno, trabajando en ello, me hubieran visto tres años atrás, dudaba de absolutamente todo, yo nunca era suficiente según él y tampoco me sentía suficiente para mí, no me sentía fuerte para salir de esa explotación y menos cuando mencionar a André se volvía parte de la ecuación.

No puedo criticar a alguien que está en un círculo de manipulación y maltrato, porque que alguien te hable como si fueras una basura también es un maltrato y llegar a no confiar en tu familia, a separarte de tus amigos y alejar a quien amas con todo ese peso en la cabeza que se repite constantemente, que no te deja dormir, solo te lleva a pensar en una cosa, en acabar con todo, no de la manera más bonita.

Era la sombra de alguien que en algún momento vivía su vida con altibajos, pero feliz de alguna forma, baje de peso y mi problema con la soledad se elevó al mil, solamente hubo una luz en ese momento y me alegro de haberme aferrado a ella.

—Bien, lo respeto, sobre la audición…

—La rechazaron —la interrumpo y asiente.

—No lo tomes a mal, Camila, recién regresas y Simón está haciendo su desmadre otra vez, si no es está será otra y así iremos de a poco.

—Puedo con esto ¿Verdad? —me sonríe con mucha seguridad.

—Por supuesto que sí, con esto y mucho más, no lo dudes —sus palabras me alivian la tensión de los hombros.

—Claro, ya lo sabía… —mi celular comienza a sonar y me distraigo.

—Te dejo, veré algunas ofertas, las evaluaré y te enviaré las mejores —apartó la mirada del celular cuando se cuelga la llamada.

—De acuerdo, gracias… —vuelve a sonar.

Antes me llamaba Dinah y ahora entra una llamada de Sofi.

Claire me da un asentimiento con su cabeza y se retira justo cuando contestó.

— ¡Cami no lo vas a creer! —parece demasiado emocionada, me río.

— ¿Qué? ¿Te volviste a encontrar dinero en la calle? —firmó uno de los papeles que me dejó Claire para un comercial que evaluamos juntas antes de entrar en el tema de Simón.

—De tu escritora favorita ¿Viste la primicia? 

— ¿Ah? No ¿Hablas del libro nuevo? Ni siquiera dió adelantos, es todo un misterio, ví que salía pronto, me olvidé revisar por culpa de Dinah.

—Obviamente no revisaste, tienes que verlo ¡Ahora! —frunzo el ceño.

—Creo que estás muy emocionada por algo que no te gusta.

—Hermana, por Dios, muevete a ver la noticia, es tendencia —resoplo.

—Bien, la veré.

—No cuelgues.

—Estoy ocupada ¿Sabés?

—Quedaras discapacitada —me río.

Acercó la tablet y busco paralizandome en el primer encabezado.

¿Nuevo Best Seller?
¿Lauren Jauregui intenta escribir? 

La encantadora y elocuente escritora Sabrina Zaratiegui autora de dos Best Seller ha anunciado su nuevo libro en colaboración con la actriz Lauren Jauregui.

¿Amor?  ¿Secreto? ¿Quiebre? ¿Renacimiento?

Esas fueron las cuatro palabras que utilizó la escritora para describir su nueva obra.

No contamos con más información que sea relevante, las dos figuras públicas han sido discretas al respecto, más Lauren que tras cinco años no ha pisado la tierra de las leyendas ¿Se ha olvidado de Los Ángeles?

Tal vez la tengamos de vuelta para la promoción del libro.

Estamos atentos a más revelaciones, esperamos fuertes declaraciones.

—Definitivamente con esto no puedo —susurro.