El viaje
A veces no lo entiendo... él es de esa clase de personas, pero llegar a ese punto... por todos los dioses...
-Ey! Ey! -Interrumpió una dulce voz
-Uhhh? ¿Qué ocurre? –
-Como ¿Qué ocurre? Te quedaste callado viendo tu vaso. -
-Yo eh... lo lamento ¿Cuánto tiempo estuve así? -
-El suficiente como para incomodar, además creo que deberíamos irnos, aquellos sujetos no me dan buena espina-
Que linda voz... sé que últimamente estoy algo desconcentrado, pero el que ella haya querido acompañarme me hace muy feliz
-Tienes razón, si continuamos por el camino llegaremos a una estancia-Dije mientras nos levantábamos
-Ahh, que bien se siente el aire fresco, ese bar ya me estaba matando-
-Oye Yoku, perdóname por estar así, es solo que. –
-No te preocupes, lo que paso fue... creo que no hay palabras para describirlo, diría que algo raro ¿no? –
-Lo bueno de todo esto es que ya no tenemos que preocuparnos por Morgana -
Luego de eso ambos jóvenes se subieron a sus caballos y se dirigieron hacia la estancia para pasar la noche.
Es cierto, ya no tenemos que preocuparnos de Morgana, pero ese día... no sé qué paso, de no ser por la barrera de Michiro.. de seguro abríamos muerto.
-¿Sabes que pensar demasiado es malo, cierto? Y hablando de pensar, ¿Crees que fue buena idea dejar a mi hermano en la casa de Michiro?-
-Está seguro allí, no puedo decir lo mismo de cuando llegamos, de saber que Michiro se había escapado no hubiese estado en el reencuentro, casi nos mata...-
-Es lo que cualquiera madre haría si su hija desaparece y cuando vuelve resulta que ayudo a derrotar a la mujer más peligrosa que existió-
- ¿Sabes quién si me preocupa? –
-¿Quién?-
-Koi.. me alegro de que nos ayude a encontrar los medicamentos para tu hermano, pero su camino es casi tan largo como el nuestro...-
-El estará bien, después de todo, es uno de los nuestros-Dijo la arquera mientras volteba a ver el camino
¿Qué está mirando? Esta muy oscuro como para ver algo y esta... niebla lo empeora
- ¿Viste algo enana? -
-Estamos por llegar, solo me aseguro de que no tengamos compañía, y te dije que dejaras de llamarme así. Cabeza de lata-
Por más de que no lo digan, el ambiente se siente extraño, como si algo faltara, tal vez el hecho de que Ludami y Sakura hayan desaparecido los afectaba demasiado, se torturaban pensando que hubiera pasado si no dejaban sola a Ludami, quizás ella aun seguiría con ellos, y Sakura no hubiera asesinado a todo un valle.
El grupo recibió su merecido reconocimiento por salvar el mundo, pero en algunos rincones del reino la noticia aun no llegaba, sin embargo, eran muy elogiados cuando los reconocían. Luego de eso Michiro llevo al resto hacia su casa donde fueron recibidos histéricamente por su familia, quien junto con Koi, ayudan con la recuperación de Koyu, pero ni con tanto poder mágico o conocimientos médicos era posible conseguir lo necesario, es por eso que tanto el gigante, la arquera y el medico comenzaron una travesía en busca de los ingredientes.
Ya una vez establecidos en el dormitorio, Yoku y Hanayama comenzaron a prepararse para dormir
-Fueron muy amables por dejarnos usar su establo, además el precio no es tan elevado-Dijo Hanayama mientras se quitaba la remera
-Sí, creí que sería más caro-
La voz de Yoku se entrecorto un poco al ver el físico de Hanayama, además como este estaba distraído aprovecho la oportunidad para echarle un ojo, ella pensaba que se veía lindo cuando estaba distraído, cosa que pasaba mucho últimamente.
Mientras tanto el gigante suspiraba de angustia, estaba totalmente inmerso en los pensamientos que no hacían más que corroerlo y lastimarlo por dentro, esto sumado a que se sentía un cobarde por no hablarle directamente a Yoku, lo destruían
-Oye Yoku... tengo que decirte algo-
En ese momento los ojos de la arquera se iluminaron de la emoción, podía ser cualquier cosa y eso la emocionaba
-Puedes decírmelo sin miedo, yo iré a cambiarme al baño, pero te escucho igual-
Mientras la joven se dirigía al baño Hanayama comenzó a hablar
-Es sobre el lugar donde se encuentra la flor margil-
-¡¿Qué tiene de malo el lugar?!-
-Nada es solo... que... esta cerca de donde vivía-
-¡¿Quesee!? ¿Podemos ir? - Dijo Yoku mientras salía del baño
Al volver, la joven dejo sin palabras al gigante, quien no pudo mas que apreciar la belleza que Yoku relucía con su piyama
Mientras Hanayama intentaba decir algo, era bombardeado por las preguntas de una muy exaltada elfa
- ¿Voy a conocer a tus padres? ¿Tienes hermanos? ¿Tendremos que llevar regalos? –
Mientras Yoku seguía hablando entusiasmada, una pequeña sonrisa se formó en el rostro del gigante, quien parecía recuperar algo de su esencia. Esto fue notado rápidamente por la joven, haciendo que se ponga aun mas feliz
-Y entonces... ¿Qué haremos? -
-Nada-Contesto en seco Hanayama
-¿Cómo que nada? Pero tenemos que ir, además quieres conocer más de ti, digo... digo, quiero conocer más de ti, no.... no, digo sí, pero no....-
-Créeme cuando te digo esto, no quieres conocer a mi padre, y además no puedo volver allí-
Las palabras de Hanayama trasmitían melancolía y tristeza, cosa que fue rápidamente sentida por Yoku
-Perdón que pregunto... pero ¿qué hay de tu madre? -
-Ella murió cuando yo nací...-
-Yo... lo lamento-Dijo Yoku mientras se acostaba
-Y mi relación con mi padre no es la mejor...-
En ese momento ambos se sintieron mal, por un lado, Yoku sentía que había sido grosera, mientras que Hanayama se avergonzaba por no poder presentar normalmente a su familia
-Sera mejor que descansemos gigantón, mañana nos espera un día largo..-Agrego mientras se estiraba
-Tienes razón en eso, que descanses enana-Contesto Hanayama antes de apagar la luz
-Y tendrías que mostrar tu sonrisa más a menudo, es una lástima que la ocultes-
Por más que las camas estuviesen separadas y las luces apagadas, el gigante no pudo evitar ponerse nervioso
-No tienes una idea de lo feliz que me pone el hecho de que estés aquí, gracias por acompañarme-
-Y yo estoy feliz de que hayas accedido a que te acompañe, no crei que quisieras compañía-
-Pero? –
-¿Cómo qué, pero? -
-Cuando dices esas cosas es claro que hay algo más, solo dilo-
-Pero creí que la necesitarías, ya no quiero que más nadie se vaya, no hubiera tolerado dejarte solo-
En ese momento, sumergido en la oscuridad, Hanayama se agarraba la cara de la impotencia, ahí entendió que no era el único que estaba sufriendo
Dio bastantes vueltas antes de responder, tenía tantas cosas en su cabeza que le dificultaban contestar correctamente
-Pero pudiste haber ido con Koi, su ruta también es complicada-
-Esto no se trata de Koi o de la dificultad del camino, lo que me preocupaba eras tu-
-Yo? -
-Ay por favor, no me digas que estas bien, porque todo el mundo sabe que no lo estas... solo quiero asegurarme de que recuperes tu brillo, y que podamos volver sanos y salvos a casa... -Dijo con voz cortada Yoku
-Se lo que se siente...-
-Ah sí? ¿Tu corazón de hielo puede sentir algo? –
-Puede que suene raro, pero hace mucho tiempo que no estaba tranquilo, ya se que nuestro primer encuentro no fue el mejor, pero en todo el tiempo que estuvimos alla afuera, sentados delante de la fogata, peleando o cabalgando, no estaba tranquilo por los poderes de Sakura y Ludami, o por las barreras de Michiro-
-Ah no? -
-No... estaba tranquilo por ti, escucharte hablar me daba paz por alguna razón, y ya sé que puedo ser bastante reservado y algo malo hablando con mujeres, pero ese día que nos enfrentamos al centauro o a Morgana... ni siquiera podía pensar en otra cosa que no fueras tu...-
-Hanayama... yo-
-Y no puedo explicar por qué, no sé si es tu forma de hablar, tu sonrisa, tu seguridad o simplemente todo de ti, pero por alguna razón... me siento bien al lado tuyo, solo... solo quiero que estés bien. Tú y tu hermano ya sufrieron mucha por culpa nuestra, y eso si no me lo perdonare jamás-
Mientras la alfa no podía creer lo que acababa de escuchar, Hanayama estaba maldiciendo a Sakura y sus consejos y a las empalagosas historias que Michiro les leía
-Ya estas mejor osito cariñosito? -
-Ay por favor, ya me estoy arrepintiendo-
-Eso fue, wow, no me lo esperaba... ¿podrías repetirlo? Solo una vez más ¿si?-
-No.-
Tras eso Yoku hundió la cara en la almohada de felicidad
-Solo por esto el viaje ya valió la pena, sabía que tenías un corazón allí adentro-
-Espero que lo hayas disfrutado, porque no se volverá a repetir ¿oíste? -
-Con una sola vez es suficiente, gigantón-
Por más de que Hanayama se hiciera el frio no engañaba a nadie, era obvio que se moría de la vergüenza y Yoku lo sabía, era por eso que su sonrisa era cada vez más grande
Sakura tenía razón, no hay nada más peligroso que una mujer...
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