Memorias de un hada borracha.

Ahh no quiero levantarme, me duele la cabeza... Que sueño más raro. Ya es de día, puedo sentir el sol golpeando en mi rostro. Abro los ojos lentamente, miró a mi alrededor, las paredes son azules y blancas; las cortinas están abiertas… no conozco está habitación.

─¿Dónde rayos estoy? ─pregunté sentándome en la cama.

─Estamos en el departamento de Alan ─la voz venia de mi izquierda, giré rápidamente y allí estaba, con una de sus mejores sonrisas Dana, mi mejor amiga, llevaba una remera de hombre, un short y  su cabello castaño era una verdadera maraña de rulos.

─¿Alan… quien es Alan? ─me lanzó una de sus miradas de “¡¿Really?!” y luego entró a la habitación con una sonrisa algo maliciosa.

─Mi hermano ­─la miré algo confundida, hasta donde sé Dana no tiene hermanos─… hermanastro ¿En verdad no lo recuerdas?

─No recuerdo que me lo presentaras ─respondí, pero comencé a dudar al terminar la frase, Dana seguía con esa sonrisa y eso no podía ser nada bueno…

─Te lo presente anoche… ¿Qué recuerdas de anoche? ─dijo sentándose al borde de la cama.

─Recuerdo que insististe para que fuéramos a esa fiesta y que allí encontré al idiota de Marcos con Zaira… maldito idiota, no hace ni una semana que terminó conmigo y ya está con otra ─podía sentir el rencor creciendo en mí.

─¿Qué más?

─No lo sé Dana, y la verdad prefiero no acordarme de ese idiota… tuve un sueño raro ─los ojos de Dana se llenaron de curiosidad, siempre le encantó todo lo relacionado a los sueños.

─Genial, cuéntame todo, y luego si quieres te cuento lo que seguro no recuerdas.

─Pero, tú hermano…

─No te preocupes salió a comprar unas cosas, es su casa, tiene llave así que puede entrar… ahora desembucha ─la sonrisa de Dana era cada segundo más grande en verdad estaba ansiosa por escuchar mi sueño.

─Ok  ─suspiré y comencé a relatar mi sueño…

“Creo que era un hada, tenía alas, el cabello de colores y un vestido algo corto… estaba tomando néctar de flores, era dulce con un dejo algo picante, no podía parar de tomarlo. De repente apareció una mariposa y comenzó a arrastrarme por el lugar, estábamos en un claro rodeado de  árboles enormes, había muchas, muchas criaturas, todos bebían néctar y bailaban.

Un conejo me buscaba y la mariposa me alejaba de él; me sentía feliz y por alguna razón quería que le cortaran las patas a ese conejo. La mariposa me dejo con un gato, y estoy segura de que ese gato era muy sexy. Bailé con él por un rato, se movía muy bien… hasta que el conejo volvió a aparecer, entonces le quité una flor con néctar a alguien y se lo arroje a ese molesto conejo. Se enfadó conmigo y comenzó a seguirme… corrí por el lugar, escuchaba los gritos de los presentes y ya… no sé más…”

Dana no dejaba de verme con una sonrisa en su rostro y de repente comenzó a reír a carcajadas… la miré extrañada, en vedad no sé qué rayos le pasa hoy.

─¿Recuerdas a qué tipo de fiesta fuimos anoche?  ¿Dónde era? ─no alcancé a responder nada, escuchamos la puerta abrirse, y la atención de ambas voló a la puerta de la habitación.

─Dana, no había pastel de manzana solo cookies, esperó que les gusten porque no voy a hacer otro postre.

─Si, no hay drama ─dijo mi castaña amiga mientras escuchábamos los pasos acercarse. La figura de un hombre apareció en el pasillo y pronto estuvo en la habitación. Era alto y fornido, debía de tener más o menos nuestra edad; su cabello castaño claro, casi rubio estaba algo despeinado; sus ojos eran color miel y su sonrisa, verdaderamente es hermosa… simplemente no podía despegar los ojos de él.

─Veo que nuestra hada se despertó… Hola ─sus ojos se centraron en mí, sentí la sangre subir a mi rostro y quedarse allí, “Rayos, ¿por qué me sonrojo?”.

─Hola… ¿Tú debes ser Alan? Lamento las molestias ─de alguna forma las palabras salieron de mi boca, aunque no se bien como se escucharon.

─No hay problema, ¿Cómo no ayudar a mi hermana y a su amiga? Qué bueno que estés mejor ─de qué rayos habla… mis ojos pasaron de Alan a Dana y nuevamente a Alan─… bueno voy a preparar algo para almorzar ─sus ojos no se despegaron de mi hasta que salió de la habitación, había algo raro en su mirada era como si ya la hubiese visto… y entonces lo recordé, él era el gato de mi sueño.

Por la carcajada de Dana mi rostro debe de estar más que rojo, trató de preguntar ¿qué sucede aquí? Pero las palabras no me salen.

─La fiesta de anoche era de disfraces, fue en la cabaña de Elena… de ahí los enormes árboles, tú disfraz fue de hada y el mío de mariposa…

─Ahh no lo digas ─rogué cubriéndome la cara, pero conozco a mi amiga y no se va a apiadar de mí.

─No fue un sueño… sí estaba Marcos con Zaira te molestaste mucho y te tomaste hasta el agua de los charcos, por decirlo de alguna forma… Marcos comenzó a buscarte, tú y yo sabemos que quería, entonces encontré a Alan y se ofreció a ayudarme contigo…

─¿En verdad le tiré algo?

─Si, fue cuándo se enojó y trató de agarrarte, empezaste a correr y la verdad que para estar tan borracha corrías más que bien empujaste a varias personas, tiraste algunas mesas y terminaste empujando a Marcos a la pileta. Alan y yo te sacamos de la fiesta y te trajimos aquí…

─¿Lloré vedad?

─¿Tal vez quieras preguntarle eso a Alan? ─mi mandíbula se desencajo al instante, no necesitaba verme en un espejo para saber que estaba roja como un tomate y Dana volvió a reír─… eso ultimo no es cierto… Alan durmió en el sofá y nosotras aquí, y sí lloraste hasta dormirte… Bueno mi querida Lili, mí hada borracha, es hora de que te levantes, tienes que probar la comida de Alan.

Me levante todavía algo confundida, era increíble como ese idiota me sacaba de quicio… nunca me había emborrachado al punto de olvidar casi todo, en verdad les debo una a Dana y Alan.