Relato en segunda persona.

Noche de Luna llena.

Caminabas en tu habitación de un lugar a otro, por la ventana podías ver la luna llena iluminando todas aquellas tumbas. Sabías que tu padre tramaba algo, pues se comportaba de manera realmente extraña, nunca había sido tan gentil contigo. No podías dejar de sospechar de él y menos sabiendo que en la habitación de al lado estaba el amor de tu vida.

Te detuviste frente a la ventana, la luna se veía enorme, no la recordabas así desde los diez años. Miraste tu reloj y ya iban a ser las diez; decidiste que lo mejor sería dejar de dar vueltas y acostarte, querías irte pronto de esa inmensa y oscura casa, quizás con un poco de suerte tú y Mina podrían irse al otro día después del almuerzo.

Rodeaste la cama y cuando estabas a unos pasos del ropero un ruido llamo tu atención, era como si algo pesado se deslizara lentamente… te quedaste quieto en el lugar y cuando el ruido cesó, lo viste aparecer…

Era tu padre, aunque su rostro se veía extraño, era como si se estuviera transformando, sus manos ya eran garras y su cuerpo se estaba cubriendo de pelo.

─Richard ya es tiempo, vas a ser uno de nosotros, lo quieras o no ─dijo con una voz que no reconocías, mientras con sus garras marcaba una de las puertas del ropero.

─¿Qué significa esto? ─lograste preguntar mientras retrocedías… pero por única respuesta obtuviste un rugido.

La sangre se heló en tus venas tu padre ahora era irreconocible y de repente saltó sobre ti haciéndote caer sobre la cama. Tu gritabas y el gruñía.

Sentiste los filosos colmillos clavándose en tu hombro y las garras cortando tu piel en los brazos y el abdomen. Forcejeabas con aquel pesado cuerpo, pero no podías moverlo y el dolor era cada vez más intenso. De repente aquel enorme peso ya no estaba sobre ti, rodaste por la cama y caíste al suelo por los pies de la misma, escuchabas los pasos que se alejaban presurosos. Miraste tus brazos y manos, estaban totalmente cubiertos de sangre, sentías la furia crecer en tu interior. Te sujetaste de la cama para incorporarte y sentiste  tus dedos hundirse en la sabanas y el colchón.

Tu mente era un completo lio, pero una cosa sabias con seguridad, no podías dejar las cosas así, no podías permitir que tu padre, fuera lo que fuera atacara a alguien más… entonces en tu mente apareció la imagen de Mina, tu querida Mina, y eso te motivo a correr tras tu padre.

Tambaleaste un poco en los primeros pasos, pero al llegar a la pared tus ojos se centraron en aquel oscuro pasadizo y sin dudarlo un momento te adentraste en el. Era demasiado oscuro, pero pronto te llego un olor un tanto familiar, wiski y madera mezclado con sangre, tu sangre,  sabías que esa fragancia era de tu padre y la seguiste sin despegar tus manos de las paredes.

El ruido de algo corriéndose llego hasta ti y pudiste ver la luz de la luna que entraba por una especie de puerta y delimitaba la silueta de esa criatura en la que se había transformado tu padre… la furia volvió a hervir con más fuerza en tu interior y antes de que te dieras cuenta estabas corriendo tras él, pero cuando estuviste afuera la luz de la luna llena te cubrió y tu cuerpo se detuvo, sentías que esa belleza plateada te llamaba y tenías que gritar para que lograra escucharte.

Un aullido salió de tu garganta y sentiste que todo tu cuerpo comenzaba a romperse, entonces olvidaste todo, ya no sabías quien eras o que hacías allí… solo querías gritar de dolor, pero todo lo que podías hacer era gruñir y aullar. Rodaste en el suelo sin poder levantarte por aquel inmenso dolor… y de repente ya no sentías nada, tus ojos volvieron a centrarse en la luna, y nuevamente llego a ti ese olor.

Encontraste a una figura mirándote a unos cuantos metros de distancia y el deseo de cazar invadió todo tu ser, la saliva caía de tu boca y tus garras se clavaban en el blando suelo. Tenías sed y lo que querías era sangre. Casi sin darte cuenta habías alcanzado a aquella figura, y ahora él forcejeaba para librarse de tu pesado cuerpo. Escuchaste tus colmillos clavándose en su cuello y sentiste el metálico sabor de la sangre en tu boca, entonces apretaste más la mandíbula, un gruñido se escapó de aquel cuerpo que parecía hacerse más pequeño a cada instante. Cuando escuchaste el último latido de su corazón, recién entonces soltaste su cuello.

Miraste aquel cuerpo sin vida que descansaba sobre un charco de su propia sangre, no sabías quien era, pero algo en tu interior se sentía bien al verlo así… de repente un ruido te volvió a poner en estado de alerta, olfateaste el aire y encontraste un débil rastro, olía a caballo, vino y miedo, rápidamente viste a un hombre que corría más allá del cementerio y subía las escaleras con desesperación.

Diste unos pasos entre las tumbas preparándote para darle caza a aquel hombre. Volviste a centrarte en la luna y aullaste con fuerza, querías decirle que sería un regalo para ella…

Pero antes de que comenzaras a correr tras aquel hombre otro ruido detrás de ti llamó tu atención, metal golpeando contra madera. Giraste y al instante te pareció ver algo que se movía tras la ventana, te acercaste lentamente a ella, apoyaste tu rostro sobre el cristal y olfateaste… el olor a jazmines, jabón y miedo mezclado con algo de sangre llego hasta ti, conocías ese perfume, te gustaba demasiado, pero el hedor del miedo y la sangre lo arruinaba. Otro ruido se escuchó en el interior, esta vez mucho más fuerte y tu instinto se disparó, saltaste hacia la habitación haciendo añicos aquella ventana; sentías los cristales sobre tu pelaje, por lo que te sacudiste para deshacerte de ellos e inmediatamente tus ojos encontraron al propietario de aquel delicioso aroma. A unos pocos metros de ti había una mujer que no dejaba de temblar, su piel era blanca, el cabello negro, largo y trenzado; su cuerpo estaba cubierto por un camisón blanco y sus ojos celestes llenos de temor no dejaban de verte.

El animal en ti la reclamaba para su amada luna, pero tú no querías eso, algo en tu interior deseaba que ella siguiera viva…

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Bueno, la verdad que he estado bastante colgada y me entere el primero, tarde por la noche, que entraba en el concurso y debia presentar el segundo relato.

Bien entre el apuro salio esto, es como una introduccion a una historia que estoy pensando sobre hombres lobo.

Espero les guste, saludos