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Capítulo 1

Un nuevo día habia comenzado y todo era bullicio en la estación de policías, excepto en las oficinas superiores que era en donde se encontraban los cubículos de los detectives de la unidad de homicidios, allí una joven mujer llamada Gina caminaba tranquilamente hacia su escritorio, ella formaba parte de aquella unidad siendo la encargada de lidiar con la prensa y los familiares de las victimas cuando tenían algún caso, aunque también se involucrara en la acción cuando salían al campo, era una hermosa mujer de tez blanca, cabello castaño y encantadora sonrisa con la cual lograba que las personas se relajaran a su alrededor, dejo su bolso en su asiento y se dirigió hacia la sala de descanso en busca de su dosis de cafeína diaria, allí se encontro con uno de sus compañeros.

—¡Gulf!, llegaste temprano hoy—. Sonrió acercándose a la cafetera —¿Hiciste galletas? —, pregunto al ver la caja sobre el mostrador—. Este solo asintió y la invito a tomar las que quisiera, cosa con la que ella estaba feliz, el pelinegro era conocido por hacer los mejores dulces en aquel departamento.

Tomo una galleta de chispas de chocolate y casi gime al probar el primer bocado, el sabor de aquellas golosinas era el mejor que habia saboreado en su vida, no sabía que hacia su compañero, pero sus dulces caseros tenían un toque especial que los hacían delirar a todos de lo sabrosos que eran, cuando lo conocieron ninguno pensó que tuviera aquella habilidad, después de todo cuando se unió al equipo era un joven algo tímido, bien parecido, con piel blanca, cabellos negros, sonrisa encantadora que tardo un poco en abrirse a ellos, ahora era uno más de la familia, lo cuidaban como a su hermanito menor.

Estaba entretenida comiendo tan delicioso postre, cuando vio entrar al jefe por la puerta de la sala de descanso y sin poder evitarlo dijo: —Gulf trajo galletas.

—¿De verdad? —, pregunto el hombre caminado directamente hacia la cafetera.

—Si, están deliciosas como siempre—, hablo Gina mientras le daba un nuevo mordisco a la que tenía en la mano.

—No lo dudo, las ultimas que ha traído son mejores que la de mi madre o cualquier panadería—. Tomo una de la caja sobre el mostrador para comprobar si seguían siendo buenas; Kao Noppakao era un hombre de muy pocas expresiones, con su cabello negro, ojos del mismo color, piel blanca y trajes hechos a la medida, era un ejemplo de elegancia y seriedad, pero no pudo evitar hacer un pequeño ruidito y dejar ver una sonrisa cuando provo aquella galleta, tomo dos más y salió de aquel lugar solo para toparse con un nuevo compañero de trabajo camino a su oficina.

—Gulf trajo galletas—. Era inevitable correr la voz, sabía que todos ellos eran amantes de aquellos círculos de dulce.

—¡Galletas! —, exclamo el recién llegado con los ojos brillantes, Krist Perawat era un enamorado de las galletas que realizaba su compañero, así que salió corriendo a la sala de descanso como un niño pequeño, tanto como su metro setenta y cinco centímetros se lo permitía, él era de tez blanca, cabello negro, con una tierna sonrisa siempre adornando su rostro.

Gulf desde su lugar solo pudo ocultar una pequeña sonrisa detrás de su tasa de café, a él le encantaba hacer aquellos dulces para sus compañeros, lo hacía porque quería y se habia asegurado de que supieran que no tenían que pagarle por ello, era su manera de agradecerles todo lo que hacían por él cuando salían al campo.

—Amigo te superaste esta vez, estas galletas están fenomenales—. Salió aquel niño grande de la sala de descanso para dirigirse hacia su puesto de trabajo, siendo embestido por un torbellino castaño que corría hacia el lugar que habia dejado hace tan solo unos instantes.

—¡Galletas!, Gina me dijo que Gulf trajo galletas—, grito apresurándose a encontrar las suyas antes de que se acabaran, se trataba de Farida Waller, una hermosa joven experta en informática que se encargaba de todo lo referente a los medios tecnológicos a la hora de investigar algún caso.

—Mi hermoso girasol lo has vuelto hacer—, gimió mientras tragaba un pedazo de aquella galleta que tenía en sus manos —No sé qué haces, pero están super deliciosas, dime tu secreto—. Se acerco a él con su mejor cara de perrito triste tratando de conseguir la información —Verdad que si me vas a decir—. Ahora un pequeño puchero adornaba sus labios —Yo soy tu amiga, tu primera amiga aquí en la unidad, merezco saber cómo lo haces—, rogo por un rato encontrándose con el hermetismo del pelinegro que se negó a decirle algo —Bien, no me digas nada, algún día lo tendrás que hacer—. Pisoteo como una niña pequeña y se fue directo a su lugar de trabajo.

Así comenzó aquel día de trabajo en aquel departamento, uno que para variar transcurrió igual que el anterior, no tenían ningún caso nuevo que investigar, así que seguirían con el papeleo pendiente, a la hora del almuerzo ordenaron como siempre y se reunieron en la sala de juntas para convivir como la familia que decían ser, luego volvieron a sus labores hasta que llegó la hora de salida, se habían mantenido activos gracias a las altas dosis de cafeína que introdujeron a sus cuerpos de vez en cuando con el pasar de las horas.

Gulf miro su reloj, habia llegado la hora de salir, tomo su bolso y comenzó a preparar sus cosas para irse a casa, sonrió un poco al ver la caja de galletas en el bote de basura, todos disfrutaron de su regalo, tanto que no dejaron ni una sola migaja, termino de ordenar todo en su escritorio y se dirigió al ascensor.

—¡Gulf! —. Lo llamo Krist para que detuviera las puertas de aquel aparato —Otro día terminado, estoy tan feliz de regresar a casa—. Continúo diciendo mientras se acomodaba dentro de la cabina.

—Yo también, demasiado papeleo—. Se froto un poco los ojos.

—Estoy de acuerdo, no puedo esperar para tener mi tiempo de relajación.

—Igual yo.

Caminaron por la planta baja de la estación de policías, despidiéndose de las personas que encontraron en su camino, se fueron directo al estacionamiento en donde cada uno ubico su auto y se despidieron con asentimiento de cabeza, sabiendo que el día siguiente se verían nuevamente para continuar con su rutina diaria.

Una rutina que se vería rota por la llegada de un nuevo caso, esa mañana apenas pusieron un pie dentro del departamento, Kao salió de su oficina llamándolos a todos hacia la sala de juntas, Krist y Gulf se miraron a los ojos con una pequeña mueca en sus labios, allí iban otra vez, otro homicidio que resolver, caminaron juntos hasta la sala y se sentaron en sillas contiguas esperando obtener la información para comenzar a trabajar.

Siendo Farida la primera en tomar la palabra: —Como ya saben tenemos un nuevo caso—. Presiono el botón del televisor para que comenzaran aparecer las imágenes previamente preparadas —Durante un lapso aproximado de tres semanas, se han encontrado siete cuerpos en los límites de la ciudad de Bangkok, cada uno en un lugar diferente, la única coincidencia que tienen entre ellos es un pequeño corte en las palmas de sus manos, todos exactamente iguales, además signos de tortura, abuso e incluso quemaduras—. A medida que hablaba las imágenes se iban proyectando en la pantalla —Después de esto creo que tendré que sentarme por dos horas a ver mis kdramas para olvidar—. Quito su expresión seria mientras se sentaba en su lugar tratando de no volver a ver las fotografías, esa era la parte que odiaba de su trabajo, ver aquellas victimas en ese estado, cubiertas de sangre e incluso muchas veces en estado de descomposición.

—Al parecer a nuestro asesino le encanta torturar a sus víctimas—, hablo Nike Nitidon, uno de los miembros más antiguos de la unidad de homicidios, aquel hombre se estaba reincorporando al trabajo después de unos días de descanso, el moreno se habia perdido el día de galletas caseras.

—El corte en la mano podría ser su firma, por lo que veo todas las victimas lo tienen en el mismo lugar y angulo exacto—. Examino Gulf las fotos que estaban en la carpeta que le habia dejado Farida a su alcance —Tiene que tener algún significado que sea en la mano y de esa forma, se ha tomado el tiempo de que todas sean iguales, no puedo notar ninguna diferencia entre ellas.

—Lo que sí está claro es su preferencia en las victimas, la mayoría tiene la misma edad, además de que todas según los datos que encontré tenían tendencias suicidas, de hecho, estaban en terapia, buscaban desaparecer de sus mentes esos sentimientos de querer morir que las atormentaban—. Continúo hablando la mujer dejando ver parte de lo que ya habia encontrado.

—Entonces su tipo son mujeres que quieren morir—. Pronuncio pensativo Krist observando la evidencia.

—Quizás se ve a sí mismo como un ángel de la muerte, alguien que les está dando lo que ellas quieren, quizás en su mente piensa que las está ayudando en su momento de necesidad—. Aporto Gulf produciendo la primera teoría de lo que estaba pasando por la cabeza de su asesino.

—En ese caso ya lleva 7 víctimas y lo más probable que en estos momentos ya tenga a la siguiente o este cazando a su presa—. Se levanto Kao recogiendo sus cosas —Los quiero en el auto en veinte minutos, nos trasladaremos a la comisaria de las afueras de la ciudad, lleven ropa nos estaremos quedando en un hotel cercano, es un viaje de al menos tres horas para estar yendo y viniendo.

Todos hicieron lo que su jefe les pedía, por lo general siempre tenían en la oficina una pequeña maleta preparada con ropa para esas ocasiones, muchas veces debían viajar a otras provincias a resolver algunos casos, después de todo ellos no se limitaban a una sola jurisdicción, simplemente sus oficinas se encontraban en la sede principal de la policía de Tailandia.

Ya en el mini autobús que utilizaban para sus viajes por tierra, cada uno de ellos seguía revisando la evidencia, tratando de encontrar un indicio que les diera una pista de quien podría ser su asesino, tenían que armar un perfil que les sirviera para identificarlo a la hora de comenzar a interrogar a los posibles sospechosos.

—Por lo que veo, este tipo puede tener una lista de sus objetivos, todas estas mujeres iban al mismo grupo de ayuda, incluso estar allí como uno más, puede verse a sí mismo como alguien que las ama y quiere cumplir sus deseos, darle la paz que tanto anhelan, quizás hace por ellas lo que quisiera hicieran por él—. Soltó otra teoría Gulf.

—Llamare a Farida y le pediré que investigue cual es la razón que tenían las victimas para querer quitarse la vida—. Tomo su celular y comenzó a girarle órdenes a la mujer que se habia quedado en las instalaciones de la oficina, ella muy pocas veces viajaba a la escena del crimen, solo lo hacía cuando era verdaderamente necesario, sus habilidades tecnológicas eran mejor aprovechadas cuando estaba rodeada de todos sus aparatos.

—Si todas tienen la misma razón para querer morir, entonces será más fácil reducir a los posibles sospechosos, pídele a Farida que envié la lista de los hombres que iban a esta terapia—. Señalo Krist tratando de mirar todos los ángulos de ese caso.

—No creo que ella pueda conseguir eso, estos grupos son anónimos, tenemos la información de las victimas solo porque ya murieron, lo que pienso es que este asesino es alguien cercano a ellas, uno que conoce sus más oscuros secretos y les ha jurado guardarlos, después de todo no encontraron ningún signo de lucha por parte de la occisas, eso quiere decir que no se resistieron cuando fueron secuestradas, tiene su confianza, incluso cabe la posibilidad de que supieran lo que les iba a pasar— Nike desarrollo una nueva teoría de lo que podía estar ocurriendo.

—Y si no lo conocen, simplemente se dejaron atrapar porque querían morir, ese era su objetivo de vida—. Complemento Gina.

—También es una posibilidad, lo cual nos deja con la premisa de que seguramente está trabajando solo, otra teoría puede ser que las mismas victimas le paguen para que haga lo que ellas no pudieron, el corte en la palma de sus manos puede ser su forma de decir que cumplió con su misión—. Tras esas palabras se hizo el silencio en aquel vehículo, ninguno de ellos aporto algo más.

Les quedaba media hora de viaje, que aprovecharon para descansar, sabían que apenas colocaran un pie en la escena del crimen se sumergieran en la investigación, a tal punto que muchas veces ni tiempo para dormir tendrían, siempre era así, cuando los llamaban su trabajo era impedir que otra persona muriera, romper la cadena de asesinatos, por eso eran el mejor equipo del país, hasta ahora no tenían ningún caso fallido.


Presentando a los personajes principales

Gulf Kanawut

Krist Perawat

Yeena Salas (Gina)

Kao Noppakao

Farida Waller

Nike Nitidon

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