Hola amiga! He reunido el valor para escribirte lo que sentía cuando te alejabas, así que aquí voy.
Aveces sentí que yo no significaba nada, que era una de esas personas "desechables".
Esas personas a las cuales recurres cuando te sientes solo y quieres compañía. Tal vez lo sea, si somos sinceras.
Una vez yo busque a alguien así para hacerme compañía y en vez de eso encontré a una gran persona, hasta llegué a pensar que sería la amiga que me acompañaría por el resto de mi vida, esa persona que es más importante que un hermano, sangre de tu sangre. Pensé que había logrado encontrar la relación que envidiaba al ver a dos personas en una amistad en la que su amiga era indispensable y hacían todo juntas, esa en la que se etiqueta a la amiga en una red social acompañada de una foto de las dos y un "Amo a esta perra" o "mi hermana de otra madre". En serio lo anhelaba.
Lástima que no era así...
Cuando encontraste a alguien más te fuiste. No estabas ahí cuando quería platicar tonterías y cosas sin sentido. Tenía que estar sufriendo para que te percatarás de que tu vieja amiga aun existía.
Regresaste a mí cuando tú otra amiga te decepcionó, y yo obviamente te consolé, recobrando la esperanza de tener una amistad tan fuerte que ni un terremoto derrumbara, pero de nuevo, que equivocada estaba.
Al final me resigné y lo he aceptado.
No te preocupes por mí. Sé que no soy una persona desechable, más bien soy una reutilizable, y ya no me importa. Cuando quieras puedes llamarme y estaré ahí para ti... Solamente quisiera poder decir lo mismo de ti.