Rememoro esa cena.

Hace bastante tiempo.

Esa cena donde estábamos, papá, mamá, la abuela, dos de tus amigos, la mujer de una de ellos, tú y yo.

Tu amigo y tú habíais iniciado una discusión acalorada.

Queríais ver quien era más macho alfa.

Terminaste gritando delante de todo el restaurante.

¡Pues yo a mi mujer le doy salami de la buena todas las noches! ¡La parto en dos y después parto en dos las partes ya partidas, la hago venir tanto que en casa se crea el Río Nilo! Le doy por detrás, por delante y pa'arriba. ¡No hay parte de la casa que no hayamos estrenado!

Tu único consejo para mí entonces fue...

《Aprende a cerrar la boca chaval, aprende a cerrar la boca.》

Abuelo.

Me acuerdo que después de esa noche dormiste un mes en el sofá.