Veintidós (*)
Caroline
Estaba embarazada, por Dios, realmente lo estaba.
Le emoción en mi cuerpo era enorme, a casi veinticuatro horas de haber recibido la noticia, todavía no podía creerlo del todo.
—¡Es maravilloso! —grita Rachel con emoción, ella prácticamente corre hasta donde me encuentro y me envuelve con sus brazos. —Estoy tan feliz por ustedes.
Habían pasado varias horas antes de que Ben y yo decidiéramos comunicarles la noticia, es decir, queríamos terminar de creerlo nosotros, de asimilar que verdaderamente
Suelto una risa, aceptando el abrazo que ella me proporciona. Ben nos observa con una pequeña sonrisa a varios pasos de distancia.
—¿Has llamado a Chace? —cuestiona ella volteándose hacia Ben.
Él niega.
—Aún no —murmura —no queremos dar una noticia como esta por celular —añade. —tiene que ser especial.
—Oh, en ese caso ¿Por qué no hacemos un almuerzo en la casa? —ofrece —Nos vendrá bien a todos, y estoy segura de que así podrán dar la noticia con todo gusto.
Sonrío.
—Eso suena como una idea estupenda —murmuro —¿qué opinas?
Ben se acerca, acomoda a Sol en sus brazos antes de tomar asiento a un costado de la cama en la que me encuentro.
—Me parece grandioso —responde —siempre y cuando no causemos molestias.
Rachel niega, hace un par de ademanes para restarle importancia mientras coloca una pequeña sonrisa en su rostro.
—No serán ninguna molestia —asegura —es grandioso tener una buena noticia entre tanta angustia.
Su sonrisa decae, extiendo una de mis manos para poder colocarla sobre la suya.
—Todo va a mejorar —murmuro. —no pierdas la fe.
Rachel asiente, toma una inhalación antes de incorporarse.
—Tengo que irme —murmura —he dejado demasiado tiempo solo a Chace, así que tengo que volver.
Tanto Ben como yo asentimos.
—Ve con cuidado —pronuncia Ben —y saluda a Chace de mi parte.
—Claro, adiós —ella eleva una de sus manos para hacer un ademán de adiós y luego sale de la habitación. Cuando nos quedamos solos, extiendo mis brazos para poder tomar a Sol, quien luce verdaderamente encantada con estar a mi lado.
—Te ha extrañado —murmura Ben apegándose a mi cuerpo.
—Yo también la extrañé demasiado —pronuncio dejando un sonoro beso en una de las mejillas de mi pequeña. Sol se entretiene con algunos mechones de mi cabello y luego pasa su completa atención a Ben.
Estira sus manos de nuevo hacia él, Sol y Ben parecían compartir un vínculo especial, nuestra hija era demasiado apegada a su padre, y yo no podía sentirme más contenta por eso.
—Ben —murmuro con suavidad.
—¿Si? —cuestiona él dedicándome una rápida mirada.
Me debato algunos segundos entre continuar hablando, o permanecer en silencio.
—¿Caro? —pregunta él de nuevo cuando nota que me he quedado en silencio.
—Sol ha llegado a nuestra vida cuando estábamos convencido de que no podríamos tener un hijo biológico —murmuro. Mis palabras captan su atención, se acomoda frente a mí mientras me observa. —Y aunque ahora lo hemos conseguido, no quiero que Sol se sienta desplazada, es decir...
—¿Qué dices? —Ben me interrumpe —Caro, amo a nuestra pequeña con todo mi corazón, el hecho de que ahora estés embarazada no cambia en lo absoluto lo que siento por nuestra hija. No sería capaz de hacerla a un lado ¿cómo puedes considerarlo? —no hay molestia en su voz —Las amo Caro, sin duda son lo mejor que le vida pudo haberme dado.
Sonrío mientras me apego a él, el sentimiento que me llena el pecho es indescriptible, es completa e increíblemente maravilloso.
—Te amo —susurro —realmente lo hago.
Él rodea mi cintura con una de sus manos, apegándome a un más a su cuerpo.
—Sabes que yo también te amo, y te amaré por lo que resta de vida —asegura.
No soy capaz de quitar la sonrisa de mi rostro, no puedo ni quiero hacerlo, me sentía tan feliz y tan plena como hace mucho tiempo no lo hacía, como si ahora, todo estuviese absolutamente bien.
Y no me cabe ninguna duda de que realmente lo está.
(...)
Tal y como Rachel había ofrecido, habíamos organizado una comida familiar en su casa. Queríamos poder dar la maravillosa noticia a toda nuestra familia, y considerábamos que no había mejor oportunidad para hacerlo que en un almuerzo en donde estuviesen todas las personas importantes para nosotros.
—Rachel dijo que tenían una noticia para dar —comenta Chace acercándose a donde nos encontramos.
Ben sonríe.
—Así es, pero me temo que deberás de esperar a que todos lleguen para poder saber —responde él, Chace hace una mueca.
—¿No tengo privilegios por ser tu hermano? —inquiere —Se supone que los hermanos se cuentan todo, desde el principio.
Ben rueda los ojos.
—Chace no empieces, cuando lleguen todos lo sabrás —su hermano no parece muy contento con esa respuesta, sin embargo, no sigue insistiendo.
—Tal vez deberías de decirle antes —sugiero cuando Chace se ha alejado de nosotros —no creo que ocurra algo si lo sabe antes de tiempo.
—No quiero arriesgarme a que termine esparciendo la noticia con toda la familia —murmura soltando una risa. —Además, no falta mucho para que todos lleguen.
Sus palabras parecen traer a Mels y a Peter, quienes eran los únicos que faltaban para poder comenzar. Cuando todos ya han llegado, pasamos al jardín trasero de la casa, en donde se encontraba todo perfectamente ordenado para nuestra convivencia.
Pasa algún tiempo antes de que todos estén en sus mesas, comienzo a sentirme un tanto nerviosa y no entiendo del todo el porqué.
—Es hora —pronuncia Ben con una pequeña sonrisa. Asiento, la emoción se cuela en mi sistema conforme caminamos hacia el centro del jardín, la atención recae en nosotros e intento por todos los medios mantenerme tranquila y no gritar de una vez a los cuatro vientos que estaba embarazada.
—Bueno, hemos decidido invitarlos hoy porque tenemos una estupenda noticia para dar —comienza hablando bien. Rachel nos observa emocionada, casi tanto como nosotros. —Es algo de lo que nos enteramos hace poco, y quisiéramos compartirlo con ustedes.
Ben me observa, y entonces sé que es mi turno de hablar.
—Estoy embarazada —pronuncio —Vamos a ser papás de nuevo.
Permanecemos de pie, mientras el silencio se adueña por completo del lugar, temo que puedan no haberme escuchado, pero entonces desecho esa idea cuando el estrepitoso ruido producto de los gritos y aplausos llena el lugar.
Me sobresalto mientras suelto una risa, las primeras en acercarse son Rachel y Mels, ambas se lanzan a mis brazos con un entusiasmo que jamás había visto en ellas.
—¡Es increíble! —chilla Mels con emoción. —Estoy tan feliz por ti.
—Gracias, en verdad —respondo con sinceridad. Cuando se apartan, visualizo a la madre de Ben frente a mí.
—Felicidades, realmente es una noticia maravillosa —murmura ella con una sonrisa —lo merecen completamente.
—Gracias —recibo el abrazo que ella me ofrece, cuando observo a Ben, él mantiene una sonrisa radiante en su rostro mientras habla con Chace.
Está realmente feliz, estamos realmente felices.
No había nada que pudiera desear ahora, al final, lo había conseguido todo.
BEN
Todo era completa felicidad, me sentía realmente emocionado por lo que estábamos viviendo, y a pesar de que sabía que era real, una parte de mí temía poder estar soñando.
Temía despertar y darme cuenta de que no había sido más que un sueño.
El almuerzo con nuestra familia fue realmente estupendo, era una noticia realmente asombrosa para nosotros y no deseábamos otra cosa que no fuese compartirlo con los demás.
Luego de disfrutar esos momentos con Caroline y con mi familia, había llegado el momento para regresar al mundo laboral. Quería disfrutar estos momentos al máximo, pero sabía que no podía descuidar las responsabilidades con la empresa.
—Realmente luces feliz ¿eh? —cuestiona Connor ingresando a mi oficina —estás casi que irradias felicidad.
Sonrío.
—Sí, bueno, tengo motivos para estarlo —murmuro observándolo. Él coloca las carpetas sobre mi escritorio para después tomar asiento frente a mí.
—¿Y se puede saber la razón? —cuestiona con curiosidad.
—Eres mi amigo, claro que la puedes saber —afirmo inclinándome ligeramente hacia adelante. —Caroline está embarazada.
La sorpresa invade su rostro, luego, se transforma en entusiasmo.
—¿De verdad? ¡Hombre, eso es maravilloso! —pronuncia con una sonrisa —Es realmente increíble —añade —¿Cuánto se enteraron?
—Hace un par de días —respondo —fue totalmente inesperado.
—Ya lo creo ¿Cómo está Caro? ¿Todo está en orden?
—Sí, el médico solo dijo que debe de guardar reposo, no puede catalogar su embarazo como de alto riesgo, pero preferimos evitar las complicaciones —murmuro —Según el doctor, todo está en completo orden.
—Eso es una noticia estupenda —pronuncia —realmente estoy feliz por ti, lo mereces, más bien, lo merecen. —corrige.
—Gracias —murmuro —aún pienso que se trata de un sueño ¿sabes? No puedo creer que realmente esté sucediendo. Lo desee por tanto tiempo que el hecho de que ocurra, no se siente real.
Connor adopta un gesto comprensivo.
—Puedo imaginarlo —responde —pero dejarme decirte que comienza a creerlo, porque no hay ninguna duda de que esto es completamente real.
Suelto una risa.
—Esto merece que celebremos —afirma —¿Qué dices si después del trabajo vamos por comida y algunas bebidas? —cuestiona —tengo tiempo libre.
—Me parece genial —Connor sonríe, da una palmada antes de incorporarse de la silla.
—Genial. Nos vemos luego —el hace un ademán de adiós y sale de la oficina.
No quito la sonrisa de mi rostro, mi mirada viaja hasta la fotografía que descansa sobre el escritorio, fotografía en donde aparecemos Caroline, nuestra hija y yo, en nuestro primer día en la casa.
La tomo, ensanchando mi sonrisa. El sentimiento que me llena el pecho es totalmente maravilloso y sabía que, sin duda alguno, no desaparecería.
(...)
Llego a casa más tarde de lo acostumbrado, le había enviado un mensaje a Caroline para decirle que saldría con Connor, pero no había obtenido ninguna respuesta.
—¡Linda, regresé! —mi voz resuena por la casa, escucho la voz de Caroline en la habitación así que me encamino hacia ahí.
—¿Es que acaso no puedes estar feliz por mí? — me quedo en el umbral de la puerta, al parecer no se ha dado cuenta de mi presencia y no sé si sea buena idea interrumpirla —No entiendo porque te comportas de esta manera, deberías de estar alegre. ¿Sabes algo? No necesito esto, así que adiós.
La observo colgar la llamada y luego, aventar el celular sobre el colchón de la cama.
—¿Está todo bien? —ella se sobresalta con mi voz. Se gira y ahí me doy cuenta de que en realidad no está bien.
—He intentado llamar a mi madre toda la tarde, pero al parecer a Erika no le hace gracia que hable con ella —murmura cerrando los ojos. —No la entiendo, es decir, somos hermanas ¿por qué le molesta tanto que sea feliz?
Me acerco a ella, tomo una de sus manos para poder atraerla a mi cuerpo.
—Porque a veces las personas son demasiado egoístas como para tolerar la felicidad de otros, quieren que pierdas todo lo que te hace feliz para que ellos resplandezcan —susurro acariciando su espalda.
—Pero es mi familia, Ben —murmura apartándose de mi cuerpo —y esperaba que al menos se sintieran felices por mí, es decir, es algo que había deseado tanto y quería que...
Ella se detiene, sus ojos se humedecen en cuestión de segundos y sé que va a romperse.
—Hey, no, no llores —pido con suavidad —no permitas que te arrebaten tu felicidad cariño, no les des ese poder. —añado —son tu familia, sí, pero no deben de tener el poder de arrebatarte la felicidad que esto nos trae, estoy seguro de que podrás hablar con tu madre pronto, o podemos ir a visitarla, hacer cualquier cosa que tú quieras.
Ella pasa el dorso de su mano para limpiar el rastro de lágrimas.
—No —murmura —mi madre verá las llamadas, y si quiere hablar conmigo entonces llamará —asegura —no voy a seguir insistiendo.
—¿Estás segura? —inquiero.
Ella asiente.
—Lo estoy —pronuncia —Tienes razón, es nuestra felicidad y nadie puede arrebatárnosla.
—Así es —pronuncio. —¿Estás mejor ahora?
Ella asiente.
—Siempre estoy bien gracias a ti —responde con una pequeña sonrisa —Gracias.
—Oh, no tienes que agradecerme —pronuncio sonriendo —estamos para eso. Lo prometí cuando me casé contigo, y mantendré esa promesa hasta que muera. —sentencio.
Ella ladea la cabeza, una sonrisa tira de sus labios mientras se acerca a mi cuerpo.
—Eres el hombre más extraordinario que he conocido, soy muy afortunada de tenerte en mi vida —susurra. Mi corazón da un vuelco, era increíble que a pesar de todo el tiempo que hemos estado juntos, el sentimiento hacia Caroline no hubiese mermado, por el contrario, parecía aumentar con cada día.
Y no había nada, absolutamente nada que me hiciera dejar de sentir todo esto por ella.
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¡Hola! Lamento haber tardado en subir el capítulo pero he entrado en semana de exámenes, y las clases en línea me traen loca :( pero aquí está el esperado capítulo ¡espero lo disfruten!
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