Epílogo
Cinco meses más tarde, al fin podía decir que había conseguido uno de mis más grandes anhelos. La gente a mi lado me sonríe, y algunos flashes de cámaras se disparan en nuestra dirección.
Hoy era la inauguración de la nueva empresa, aquella por la que, durante los cinco meses anteriores, habíamos dedicado todo nuestro esfuerzo
—¡Muchas felicidades! —pronuncia Chace mientras camina hacia donde me encuentro —Realmente me alegro por ti, estoy muy orgulloso —añade con una mano en su pecho.
—Oh, por favor —murmuro con una sonrisa en el rostro —me harás llorar —bromeo. —Muchas gracias por venir.
—No podía perderme la inauguración de tu empresa —asegura mientras deja una palmada en mi espalda.
—Ninguno de nosotros podíamos hacerlo —Rachel se coloca frente a mí, mientras tiende una elegante caja en mi dirección —para el festejo. —añade.
—No tenías que molestarte —aseguro agradeciéndole con una sonrisa. Cuando destapo la caja, una reluciente botella de vino se encuentra en el interior. —Oh vaya, realmente se lucieron.
—Es de muy mal gusto regalarle una botella de vino, sabiendo que no puedo celebrar con él —volteo en cuanto escucho la voz de Caroline a mis espaldas.
—Lo pueden guardar para cuando el pequeño, o pequeña, haya llegado —sugiere Rachel —después de todo pronto será el parto ¿no es así?
—Así es —murmuro tomando la mano de mi esposa.
Habíamos decidido recurrir a un parto por cesárea, el consejo del médico había sido ese luego de determinar que, si se realizaba uno natural, la salud de Caroline podía estar comprometida.
No queríamos arriesgarnos, tanto la salud de nuestro hijo y la de Caro eran importantes, quería asegurarme de que ambos estuviesen bien.
Durante el par de horas siguientes nos dedicamos a disfrutar de la pequeña celebración que habíamos organizado, Connor estaba con nosotros al igual que su esposa, y parecía que ella y Caroline habían logrado congeniar más de lo que ambos creímos.
Sol y Luke también se encontraban con nosotros, bajo el cuidado de Valeria, la niñera que habíamos contratado hace un par de meses cuando el embarazo de Caroline se hizo más avanzado.
—Estoy muy orgullosa de ti —murmura Caro con una sonrisa mientras entramos a la que es mi nueva oficina. —realmente orgullosa por todo lo que has logrado.
—Bueno, creo que ambos hemos esforzado lo suficiente para conseguirlo —aseguro.
—En realidad este logro es solo tuyo, yo solamente soy algo así como un apoyo moral —murmura con una ligera sonrisa mientras recorre el lugar con la vista. —es realmente impresionante.
—¿Verdad que sí? —cuestiono. —Espero que algún día Sol o Luke quieran continuar con esto, realmente me haría muy feliz.
—Eso es algo que averiguaremos con el tiempo —pronuncia —aunque probablemente el que más interesado esté, es nuestro pequeño. ¿Lo viste entrar y aceptar ser el centro de atención de los invitados? —cuestiona.
—Definitivamente lo vi —afirmo —a nuestros hijos les gusta el protagonismo —bromeo.
Ella sonríe, permanece en silencio lo que hace que me acerque hasta el lugar en donde ella se encuentra de pie, frente al gran ventanal que está delante de nosotros.
—¿Todo en orden? —pregunto.
—Sí, solamente estoy algo ansiosa —confiesa.
—¿Por el parto? —Caro asiente. —Todo va a salir bien.
—Lo sé, es decir, intento convencerme de que así será, pero aún hay una parte de mí que me hace dudar.
—Esta es la recta final, en donde los nervios y la ansiedad se vuelven más fuertes, pero hemos recorrido todo este largo camino para poder llegar hasta aquí, hasta este momento. Todo va a salir bien, tienes que confiar en que así será —murmuro con dulzura.
Ella me observa, sonríe mientras asiente y luego se apega a mi cuerpo para poder juntar nuestros labios, y ante eso, no puedo hacer otra cosa que no sea sonreír.
(...)
Sabía que tenía que estar al pendiente de Caroline durante el par de semanas siguientes, estaba a punto de entrar al noveno mes de su embarazo, y la fecha programada para el parto era en siete días específicamente. El doctor había dicho que podría no presentar ninguna contracción, o, por el contrario, los dolores podían aparecer en cualquier momento del día.
No quería que nos tomara por sorpresa, así que, luego de que todo en la empresa estuvo listo, me concentré en preparar todo lo necesario para la llegada del ansiado día.
—Creo que es un poco pronto ¿no lo crees? —cuestiona Caroline mientras me observa desde la cama.
—No lo creo, en siete días es la fecha programada para el parto, no quiero dejar todo para último momento —aseguro.
—¿Ya elegiste un nombre? —pregunta.
No habíamos querido saber el sexo del bebé sino hasta el momento del nacimiento, así que desde hace un par de meses, ambos nos habíamos sumergido en la importante tarea de elegir dos nombres. Uno si era niña, y el otro si era niño.
—Así es, luego de una incansable búsqueda al fin me decidí —murmuro con una sonrisa.
—¿Y cuál es? —cuestiona con curiosidad.
—Madison, para poder emplear el diminutivo de Madie —confieso. —Y Axel.
—Ambos son hermosos —confiesa mientras extiende una mano en mi dirección —me gustan.
—¿Y tú? ¿Cuáles tienes en mente? —cuestiono mientras camino para poder colocarme a su lado.
—Ninguno, de hecho —confiesa soltando una risa —me gustan los que tú has elegido, quería que fueses el afortunado de elegir los nombres de nuestro hijo.
Sonrío, antes de que pueda acostarme sobre la cama, ella suelta un quejido.
—¿Qué ocurre? —cuestiono.
—Nada, solo fue...—sus palabras se interrumpen de nuevo debido a otro quejido, la observo con alarma mientras comienzo a caer en cuenta. —Creo...que fue una contracción —murmura.
Me quedo en mi sitio, mi mente me grita que tengo que reaccionar, sin embargo, no logro hacerlo.
—¿Cariño? —cuestiona Caro con una sonrisa en el rostro —Creo que...—el quejido no la deja continuar hablando —creo que tienes que hacer algo, de lo contrario nuestro hijo nacerá aquí, y no queremos eso.
Sacudo la cabeza, camino con prisa hacia el lugar en donde tenía el bolso con todo lo necesario y me giro hacia ella.
—Te dije que no era demasiado pronto —murmuro antes de acércame de nuevo hacia ella y tomarla en brazos.
—¡Oh, por Dios! —exclama Valeria cuando nos ve bajar las escaleras —¿es hora?
—Parece que si —murmuro cruzando por su lado —quédate con los pequeños ¿sí? Cualquier cosa que necesites llama a mi madre, él número está en la agenda telefónica. —informo mientras salimos de la casa.
Intento apresurar mis movimientos lo más que puedo, cuando llegamos al auto, me aseguro de tener todo lo necesario antes de meterme en el asiento del piloto.
—¿Lista? —cuestiono, Caroline sonríe mientras toma una inhalación.
—Lista —afirma mientras toma mi mano.
Y con eso, enciendo el motor y conduzco hacia el hospital.
(...)
La ansiedad me estaba comiendo vivo, no puedo dejar de caminar de un lado al otro de la sala en la que me encuentro.
—¿Ya sabes algo? ¿Algún informe? —cuestiona Connor mientras ingresa a la sala, seguido de su esposa.
—Aún nada, el doctor solo dijo que no puedo estar con ella —murmuro en tono mortificado.
—Intentaré averiguar algo ¿de acuerdo? —Dirijo mi mirada hacia Sam, la esposa de mi mejor amigo —estas de suerte, mi turno está por comenzar.
—Gracias —murmuro con una ligera sonrisa. La sigo con la mirada cuando ella cruza por nuestro lado, hacia los pasillos que conducían a las habitaciones del hospital.
Cuando se ha marchado, me dejo caer sobre la silla, intentando calmarme, intentando apaciguar la tormenta de ansiedad y nerviosismo que comenzaba a formarse en mi interior.
—Amigo, tranquilo —murmura Connor tomando asiento a mi lado —todo va a salir bien, ya lo verás —asegura.
—Estoy intentando por todos los medios convencerme de eso —mascullo —pero el miedo es inevitable ¿sabes?
Él sonríe.
—Sí, lo sé —concuerda —es natural en los seres humanos. —Pero no dejes que sea mayor a tu positivismo. —añade. —Caroline va a estar bien, no tienes que preocuparte.
No hago otra cosa más que agradecerle con una sonrisa el hecho que de estuviese aquí.
Connor siempre estaba presente en los momentos en los que más vulnerable me sentía, apoyándome como un verdadero amigo, y en situaciones como esta, realmente lo apreciaba.
Durante el siguiente par de horas, no obtuvimos ningún informe. Sam no había sido capaz de conseguir información y mi estado de nerviosismo parecía incrementar cada vez más.
El temor de que algo hubiese salido mal comenzaba a hacerse cada vez más fuerte, y aunque luchaba con fuerza para echarlo a un lado, no era capaz de conseguirlo.
No es hasta que un doctor aparece en la sala, pronunciando el nombre de Caroline, que consigo dejar todo a un lado y caminar hacia donde él se encuentra.
—Soy su esposo —murmuro —¿Cómo está ella? ¿Cómo está mi bebé?
—Ambos están en perfecto estado —informa con una sonrisa —es padre de una hermosa y saludable niña.
Y mi corazón parece explotar ante semejante noticia.
Caroline
El momento del parto había sido más de lo que esperé, mi nivel de ansiedad y nerviosismo estaba disparado al cielo, y me sorprendía a mí misma que la anestesia hubiese sido efectiva ante el nivel de tensión que me cargaba encima.
Sin embargo, todo eso había pasado y ahora me encontraba con mi pequeña hija en brazos, sintiéndome la mujer más afortunada sobre el planeta.
—Hola —elevo la vista mientras una sonrisa se posa en mis labios. Ben entra a la habitación, la emoción es evidente en su rostro mientras se acerca sin dejar de sonreír ni por un segundo.
—Hola —murmuro. —Es hermosa.
—Lo es —concuerda mientras se coloca a mi costado de la cama. Extiende una de sus manos para acariciar con extrema delicadeza la cabecita de nuestra pequeña. —es realmente hermosa —repite.
—Nuestra pequeña Madie —pronuncio.
La pequeña en mis brazos se remueve, estirando los brazos y abriendo su pequeña boca.
—Oh, mira eso —exclama Ben.
Me giro un poco hacia él, para entregarle a nuestra hija. Observa a nuestra pequeña con adoración, no deja de mirarla mientras se incorpora de la cama y camina con pasos lentos por la habitación.
Me acomodo mejor sobre la cama, sin dejar de mirarlos. Ben luce radiante, feliz. Las emociones en su rostro evidencian lo que siente en estos momentos, y yo no puedo hacer otra cosa que no sea sentirme realmente afortunada.
Había obtenido todo, más de lo que siquiera pedí.
¿Qué es lo que podía desear ahora? Me sentía completa, me sentía realizada y tenía un agradecimiento profundo hacia Dios, hacia el destino o hacia cualquiera otra cosa que hubiese influido para permitirme estar aquí y ahora, frente al hombre de mi vida quien carga a nuestra hija en brazos.
Internamente agradezco, por todo esto, por todo lo que la vida me había permitido tener.
El deseo más ferviente dentro de mí, se había cumplido. No una sola vez, ni dos. Me había convertido en madre de tres ángeles que, día a día me llenaban por completo el alma.
Se habían convertido en el amor más grande que una mujer puede llegar a sentir, sabía que haría todo cuanto estuviera a mi alcance para garantizar su bienestar.
Lo haría absolutamente todo sin dudar.
(...)
Un par de días más tarde, por fin había podido volver a mi hogar. El recibimiento de toda la familia fue afectivo, emocionante.
Sol y Luke parecían estar demasiado encantados con la llegada de su hermanita. Sol parecía no querer separarse de ella en ningún momento, caminaba detrás de su padre, detrás de Rachel, y detrás de cualquier otra persona que tuviera en brazos a Madie.
—Parece que alguien va a ser una buena hermana mayor —murmura Ben mientras se sienta a mi costado. Rache, Chace, Mels y Peter eran los únicos que permanecían en la casa, los demás invitados se habían marchado hace un rato. —¿Estás segura de que no quieres ir a la cama? —pregunta Ben.
—Estoy bien —murmuro —he pasado mucho tiempo en cama últimamente —respondo.
—¿No estas adolorida? ¿la herida no te molesta? —lo observo con ternura.
—No, estoy bien, de verdad —insisto —si deseo volver a la cama te diré. —aseguro.
Eso parece tenerlo satisfecho, porque se acomoda mejor a mi costado cruzando una de sus manos detrás de mi espalda.
—No queríamos interrumpir su momento de felicidad —pronuncia Chace luego de un rato —pero realmente quiero decirles esto. —añade.
—¿Qué cosa? —cuestiona Ben mientras se aparta de mi cuerpo, y se inclina ligeramente hacia adelante.
Chace y Rachel comparten una mirada, por un segundo creo que dirán que serán padres de nuevo, pero esa idea es totalmente descartada cuando el habla.
—He entrado a etapa de remisión —pronuncia. —El doctor dice que hay una gran probabilidad de que esta vez lo consiga.
El grito eufórico que Ben lanza nos sobresalta a todos. Se incorpora de manera inmediata para caminar hacia su hermano y envolverlo en sus brazos.
—No sabes lo feliz que esto me hace —murmura —sé que eres capaz de lograrlo.
Chace luce conmovido, pero logra recomponerse con rapidez.
—Sí, es decir, no quiero hacerme demasiadas ilusiones —articula. —pero realmente me emociona el hecho de que pueda vencer al cáncer.
—Claro que lo vencerás —murmuro con suavidad —has hecho un trabajo excelente durante todo este tiempo.
—Eso mismo pienso —pronuncia Rachel con una sonrisa mientras enrosca su brazo en el de su esposo.
—Realmente es una noticia estupenda —murmura Mels. —Todos estamos seguros de que lograrás conseguirlo, eres un hombre realmente valiente y esto está fuera del hecho de que seamos familia. —añade. —todos creemos que eres realmente fuerte.
El tiempo después de recibir la excelente noticia se resume en disfrutar y festejar de todo lo bueno que había acontecido en los últimos días.
Un par de horas más tarde, me encuentro en la habitación, realmente agotada. Ben se pasea con nuestra hija en brazos por algunos minutos antes de acomodarse a mi costado.
Parece haber conseguido que Madie se duerma cuando el ruido provocado por nuestros pequeños la sobresalta. Sol y Luke se colocan casi sobre nosotros, mientras se acurrucan contra nuestros cuerpos.
Tras acomodarnos y agradecerle a la cama el hecho de ser realmente grande para permitir que todos estemos juntos, Ben enciende la televisión para colocar la película que Sol ha traído consigo.
—Parece que lo hemos conseguido ¿no es cierto? —cuestiona Ben con suavidad. Lo observo, hay un brillo en sus ojos que me hace sonreír.
—Si —susurro —realmente lo conseguimos.
Él se inclina, deja un suave beso en mi mejilla antes de girarse hacia el frente para observar la película.
Lo hemos conseguido.
Y el sentimiento ante eso me llena por completo, el sentir un amor tan grande por mis hijos y Ben, y el sentirme amada por las personitas que me llaman "mamá", es algo que no cambiaría por nada.
Porque sabía, que ni en mil años, ni en mil vidas, obtendría algo mejor que esto.
No importaba nada más, ni que pudiera pasar después de esto, tenerlos en mi vida había sido un completo milagro, único e irrepetible.
Y ahora, tenía la absoluta seguridad, de que ninguna otra cosa en el mundo, podría hacerme tan feliz.
Este sentimiento de absoluta felicidad permanecería conmigo, de hoy en adelante, hasta el fin de mis días.
________________________________________________________________________
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro