Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Diecisiete (*)

Caroline

Me gustaría poder decir que tener a mi familia en la casa fue realmente agradable, pero lo cierto era, que estaba lejos de serlo.

Mi hermana, Erika, parecía haberse convertido en una persona insoportable. Teníamos que tolerar los comentarios que hacía referente a nuestra posición económica.

Ese era un detalle que Ben y yo no tocábamos mucho, a ninguno de los dos nos gustaba alardear respecto a la economía que poseemos, somos conscientes de que es realmente buena, pero eso no nos daba ningún derecho para presumir.

—Así que la empresa en la que trabarás está en el centro de la ciudad ¿no? —cuestiona Ben mientras desayunamos. Erika asiente.

—Lo está, he escuchado que es muy reconocida. No podía dejar pasar la oportunidad —dice con una pequeña sonrisa.

—Así es, debes de aprovechar todo lo que te haga subir —concuerda Ben.

—¿Así han conseguido ustedes todo eso? —cuestiona.

—Erika por favor —comento con fastidio.

—Así es —responde Ben —Lo hemos conseguido de esa manera, escalando y aprovechando cada oportunidad que se nos presenta. No nos fijamos demasiado en lo que tienen los demás, nos concentramos en conseguir lo que nosotros nos proponemos.

Una sonrisa tira de mis labios. Los llantos de Sol se escuchan desde la planta alta, por lo que me incorporo para poder ir a verla.

—Ahora vuelvo —informo.

Me siento aliviada de poder escapar del comedor, y a la vez el remordimiento se presenta por dejar a Ben con mi hermana.

No entendía que ocurría con ella, Erika jamás fue de ese modo, no solíamos discutir, más que por cosas verdaderamente importantes, pero pareciera que desde su llegada, se ha empeñado en molestarnos.

—Ya no llores cielo, estoy aquí —murmuro colocándome frente a la cuna de Sol. Me inclino para poder tomarla en brazos, y sus llantos se detienen de manera inmediata apenas lo hago.

Observo la hora en el reloj.

—Bueno, al parecer es la hora de tu desayuno también —murmuro con una ligera sonrisa. Había adquirido cierta habilidad para poder preparar la leche de Sol con una sola mano.

Cuando termino y comienzo a alimentar a mi hija, la puerta de la habitación en donde nos encontramos se abre. Al inicio, supongo que es Ben quien aparecerá, pero no se trata de él.

—¿No tienes que ir al trabajo? —cuestiona mi hermana mientras camina hacia la mecedora para poder tomar asiento.

—Me he tomado un tiempo para poder atender a mi hija —respondo observándola. —Y pregunto lo mismo para ti.

Ella se encoge de hombros.

—No tengo que presentarme aún —asiento.

El silencio se adueña de la habitación en la que nos encontramos, no siento la necesidad de decir algo más por lo que permanezco callada.

—Me sorprende —comenta mi hermana después de unos segundos. —Realmente lo hace.

—¿Qué cosa? —cuestiono.

—Que Ben y tú hayan seguido juntos a pesar de que tu no puedas darles hijos —apenas termina de hablar, me tenso. Mi corazón se encoge con furia, y tengo que tomar un par de inhalaciones para no perder el control.

Sabía que Erika no decía aquello para dañarme, internamente quería convencerme de que era así. Pero no por eso sus palabras dejaban de sentirse como golpes.

—Somos personas maduras, y nos amamos —respondo con suavidad —un problema como ese no tenía por qué terminar en divorcio.

—¿Estás segura de que es amor? —cuestiona. Para este punto comienzo a perder la paciencia.

—¿Qué es lo que ocurre contigo? —intento no levantar demasiado la voz, porque Sol duerme entre mis brazos y no quiero asustarla. —¿Por qué has llegado a mi hogar con esta actitud?

—Conmigo no ocurre nada Caro —comenta mi hermana poniéndose de pie. —Solo quiero que me respondas si estás segura de que entre tú y Ben hay amor, después de todo, no sería tan extraño que él haya encontrado en otra mujer, lo que tú no puedes darle.

—No me lo puedo creer —comento con incredulidad. Bajo la vista hacia mi hija, Sol se ha acabado el biberón por lo que me aseguro de que esté dormida antes de dejarla en la cuna.

—No puedes venir a mi casa y hacer ese tipo de acusaciones hacia Ben —advierto acercándome a ella. —No tienes ningún derecho.

—Solamente hablo desde lo que veo Caroline —responde.

—¿Lo que has visto en un par de días? ¿De los cuales no has dejado de ser realmente insoportable? —cuestiono con brusquedad —Deberías de estar agradecida de que hemos sido amables contigo a pesar de todo. No voy a permitir que acuses a Ben de algo así, ni que lo hagas en mi propia casa, delante de mi hija.

Erika sonríe.

—Por Dios Caroline, ¿no te das cuenta? —cuestiona con burla. —Estás tan ciega en tu matrimonio y en todo lo que Ben te da, que no te das cuenta de que ese hombre, solo está contigo por lástima.

Retengo la respiración, una punzada me atraviesa el pecho mientras cierro los ojos, mi mente es incapaz de hacer otra cosa que no solo sea repetirme una y otra vez, que eso no es verdad.

—Porque es incapaz de dejarte, con lo mal que te has puesto al no poder tener hijos, no le ha quedado más remedio que seguir contigo y aceptar la adopción.

Mi corazón se estruja, mi estómago se contrae y por una brevedad de segundo, estoy a punto de perder el control. Pero no puedo dejar que ocurra, me repito una y otra vez que es mentira, nadie puede acusar a Ben de algo como eso.

Abro la boca para responder, para decirle que no tiene ningún derecho de decir aquello, pero alguien entrando a la habitación me lo impide.

—Le dije a tu madre que no permitiría que nadie hiciera sentir mal a Caroline —La voz de Ben se cuela por mis oídos. —Al parecer, no habló contigo.

El camino hasta posicionarse frente a mi hermana, está molesto, es demasiado evidente y entiendo perfectamente la razón. Erika parece un tanto sorprendida por su aparición.

—¿Cómo te atreves a dudar de mi amor hacia Caroline? —cuestiona con indignación —Nadie puede hacerlo, mucho menos una mujer que no ha hecho más que fijarse en lo material desde que puso un pie en esta casa.

—Tal vez deberías irte —susurro observando a Erika. —No puedes seguir quedándote en nuestra casa.

—Caroline...—intenta hablar mi hermana, pero Ben la interrumpe.

—Vete —la voz de Ben es imponente. —No me hagas dejar de ser un caballero y sacarte de esta casa. —advierte en dirección a Erika.

Mi hermana nos esquiva con prisa, el sonido de la puerta al cerrarse me sobresalta, por unos instantes temo que pueda despertar a Sol, pero cuando no lo hace, mi atención se centra completamente en Ben.

—Ella mintió ¿verdad? —cuestiono en un hilo de voz. Ben me mira con comprensión, se acerca hasta donde me encuentro para rodearme con sus brazos.

Cuando siento la calidez de su cuerpo contra el mío, me es imposible no romperme.

—Claro que lo hizo —responde Ben. Cuando creo que me he recompuesto, me alejo de su cuerpo para poder mirarlo. —Caroline, no estoy contigo por lástima, estoy a tu lado porque te amo, porque eres la mujer de mi vida y sería totalmente incapaz de si quiera poner mis atenciones en otra mujer.

—Sé que los problemas para tener hijos afectan a muchas parejas, y en cierto punto nos afectó linda, pero no por eso voy a dejar de amarte. No por eso voy a buscar en otro lado, cosas que ya tengo contigo. Caroline, te amo, y amo a nuestra hija, amo a nuestra familia y a todo lo que hemos conseguido juntos.

—Te amo completa y profundamente, sin importarme nada.

Me aferro a su cuerpo nuevamente.

—Yo también te amo, demasiado —murmuro contra su cuerpo.

Los brazos de Ben me rodean, afianzando su abrazo. Y entones sé, que pase lo que pase, estaremos bien. Siempre y cuando, estemos juntos.

BEN

Lo había escuchado todo, había escuchado a la hermana de Caroline decirle que estaba con ella solo por lástima, la había escuchado decir también que seguramente ya tenía a otra mujer.

Y nada en el mundo me había molestado más que eso.

Observo a Caroline hablar con su madre en la puerta de nuestra casa, no quería tener una mala relación con ellas, pero tampoco iba a tolerar comentarios negativos en mi hogar.

El bienestar de mi familia estaba primero, lo demás no importaba.

Ellas permanecen hablando por un par de minutos más, antes de darse un abrazo y de que la madre de Caroline se diera la vuelta para marcharse. Caroline le había dicho que ella no tenía por qué irse, pero al parecer, que Erika había convencido a su madre para que ambas se marcharan.

—¿Estás bien? —cuestiono hacia Caro cuando regresa al interior de la casa.

—Lo estoy —responde —me hubiese gustado que se quedara más tiempo, pero parece que tienen que volver.

—Bueno, tal vez en otra ocasión tu madre pueda venir de visita —sugiero. Caroline sonríe.

—Supongo que sí —responde. —¿Irás a la empresa?

Niego.

—He llamado a Connor, él puede hacerse cargo mientras estoy aquí en la casa, quiero pasar tiempo contigo.

Observo como su sonrisa crece.

—¿Ah, ¿sí? —cuestiona. —¿Y a que debo eso?

—Bueno, no hemos estado juntos últimamente —recuerdo —así que tal vez podamos aprovechar que nuestra hija duerme para, no sé, ver una película, comer comida chatarra y estar en cama todo el día.

—No puedo resistirme a una sugerencia como esa —confiesa mientras ingresamos de nuevo a nuestro hogar.

Caroline informa que hará palomitas, por lo que se encamina a la cocina mientras por mi parte, intento encontrar una buena película para ver.

El sonido del timbre me obliga a detener mi tarea.

—Hola, primo —Saluda Mels cuando abro la puerta.

Mi prima viene en compañía de su novio Peter.

—Hola, hace mucho que no nos visitas —comento mientras me hago a un lado para que ellos puedan pasar.

—Hemos estado muy ocupados —responde Peter.

—¿Y a que debemos el honor de su visita? —Caroline aparece detrás de mí, con una sonrisa en el rostro.

Mi prima y su novio comparten una mirada.

—Venimos a darles esto —responde extendiendo un sobre en nuestra dirección. Lo tomo con curiosidad para poder leer el contenido.

"Nuestra boda"

Se lee al reverso del sobre.

—¡Por Dios! —grita Caroline con emoción mientras se apresura a abrazar a Mels. —¡Felicidades!

—Muchas gracias —responde ella entre risas.

—Vaya hombre, ya te habías tardado demasiado —bromeo en dirección a Peter.

—Chace estaba a punto de asesinarme —responde él mencionando a mi hermano. —Tenía que darme prisa.

Los tres soltamos una risa.

—Me alegra que se hayan decidido —comento.

Ellos permanecen un rato más dentro de la casa, y luego se marchan diciendo que tienen que terminar de repartir el resto de las habitaciones.

—Ahora sí creo que podemos disfrutar de una buena película —dice Caroline. Termino de colocar el disco y espero que comience a reproducirse en la pantalla.

Caroline se acomoda a mi lado, me entrega el recipiente en donde se encuentran las palomitas y se apega a mi costado.

La observo con discreción, la película ha comenzado ya y ella parece tan absorta observando la pantalla. Es hermosa, sin duda Caroline era el amor de mi vida, no sería capaz de alejarme de su lado.

La amaba con locura, y con una intensidad que me desbordaba entero.

—Eres el amor de mi vida —susurro. Ella me observa, sonríe mientras se inclina hacia mí para dejar un beso en mis labios.

—Y tú el mío —afirma. —sin duda alguna.

Luego de eso nos centramos en la película, pero no puedo quitar la pequeña sonrisa de mis labios. El amor que sentía por Caroline, no podía ser comparado con ningún otro.

________________________________________________________


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro