Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

9 | Mi felicidad en tus manos


Para: MinYoon28
De: Mimi7
Concepto: No nos merecíamos terminar
Asunto:

Ay, Yoon Gi...

¿Cómo es posible que esté ocurriendo esto? Siento que te estoy conociendo más a través de estos emails que durante todo el tiempo que hemos vivido juntos. Creía que teníamos una comunicación excepcional pero resulta que desconozco gran parte de tus pensamientos.

Nunca imaginé que tu decisión de quedarte a mi lado hubiera partido de un trato con Jung Kook. Es verdad que ese chico se mete en todo, indaga sobre todo y pregunta por todo pero resulta que por él iniciamos la relación. ¿Le doy las gracias por animarte a que permanecieras en mi vida? ¿Se lo debo a Tae Hyung también por llevarme al combate? ¿Al tipo que perdió contra ti?

Por cierto, pasé unos nervios tremendos.

A cada golpe de tu oponente, sentía que me fallaban las piernas. Era la primera vez que presenciaba boxeo y temía que salieras lastimado. El corazón me estuvo dando botes todo el tiempo. Me tapé los ojos con las manos un par de veces. Contuve el aliento otras tantas. Hasta que lanzaste el gancho de derechas que te otorgó la victoria, di un salto y mi miedo se trasformó en una inmensa euforia.

Quise correr hacia ti. Correr lo más rápido que me permitieran las piernas, subirme al ring y abrazarte pero, claro, no era apropiado y, a parte, dudaba de tu reacción. Por eso permanecí quieto como una estatua en mi sitio.

—Yoon Gi, estos son mis compañeros de trabajo en la pizzería. —Tae Hyung me allanó bastante el camino cuando te acercaste, con Jung Kook detrás—. Jung Hoseok y Park Jimin.

Me miraste. Te traté de devolverte la mirada pero la intensidad de tus ojos me obligó a apartarla. Me sentía demasiado expuesto delante de los demás.

—¡Vecinito, felicidades por tu triunfo! —continuó mi amigo—. ¡Bien merecido!

—¡Sí, a mí me ha encantado! —intervino Hoseok—. ¡Eres muy bueno!

—Aún me queda mucho por aprender pero gracias por el apoyo —contestaste—. Me alegro que os haya gustado. —Volviste sobre mí—. ¿Y a ti, Jimin? ¿Te ha parecido más o menos interesante?

—Me he preocupado un poco —reconocí, en un hilo de voz—. Se golpea fuerte y... Bueno... —Me rasqué la nuca—. Eras tu el que estaba ahí.

Abriste la boca pero no llegaste a contestar nada porque en ese momento tu entrenador te llamó y te tuviste que marchar. No volví a verte hasta que pasaron un par de horas. Para entonces Tae Hyung había iniciado una charla imparable con tu amigo Jung Kook, que habían decidido seguir acompañados de cerveza y comida, y Hoseok había optado por irse a casa bajo el argumento de que tenía sueño.

Estoy seguro de que lo hicieron a posta para forzar que nos encontráramos a solas. Por supuesto nunca lo han reconocido pero no tengo dudas porque no es normal que me dejaran solo con mi timidez extrema, vagando por la sala vacía de espectadores, sin saber muy bien si debía marcharme a casa o, por el contrario, era mejor que esperara a que reaparecieras para, por lo menos, despedirte en nombre de todos.

—Es un alivio que no te hayas ido. —Tu susurro en mi oreja me llegó por la espalda mientras curioseaba el material elástico del suelo del ring—. Ahora el preocupado era yo pensando que no iba a poder disculparme.

Me estremecí.

—¿Y por qué te habrías que disculpar? —No me atreví a girarme. Te sentía tan cerca...

—Por no haberte contactado como esperabas —admitiste, antes de añadir—. Lo siento. Perdóname.

—No tiene importancia, solo... —titubeé unos segundos, antes de aferrarme a nuestro beso en la cocina para animarme a continuar—. Llámame a partir de ahora.

—¿Estás seguro? —dudaste—. ¿Qué hay de tus padres y de esa terapia que ibas a hacer?

—Ayer cancelé la cita. Supongo que, si me quieren, en algún momento lo tendrán que entender.

Te pegaste a mí. Tus brazos me rodearon por la cintura. Tu aliento bailó por mi cuello. La irracional ansiedad de que me tomaras para ti me invadió.

—Jimin —murmuraste—. Te juro que quiero darte todo. Pero si empezamos quizás tengas problemas.

—Pero yo... —La respiración se me agitó—. Quiero.

Diría que tu beso de entonces, repasando mi nuca y mi curvatura hasta casi el hombro, obligándome a volverme para buscar tus labios con una urgencia desesperada fue lo que marcó el inicio de nuestra relación como pareja. Una relación llena de intensidad, de pasiones mutuas y de complicidad que no merecía terminar.

No lo merecía, Yoon Gi. Y sigue sin merecerlo, lo noto en tus emails. Si estoy equivocado, por favor, corrígeme.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro