3 | El segundo encuentro
Para: MinYoon28
De: Mimi7
Concepto: ¿Eres realmente tu?
Asunto:
¿Yoon Gi?
Eres...
¿Eres tu?
Yoon Gi; madre mía.
Acabo de descubrir lo que haría si te tuviera delante ahora mismo: abofetearte. Lo haría llorando, exactamente como lo estoy haciendo mientras te escribo, pero el golpe te lo daría. Y no porque te odie. Es evidente que no lo hago. Pero la ausencia de justificaciones lógicas a tu comportamiento me da mucha rabia.
Por supuesto que recuerdo el día en el que te cruzaste en mi vida.
Me tuviste una consideración fuera de lo normal, quizás porque te di lástima. De hecho, fuiste tan detallista y amable al decirme tu nombre y tomarme de la mano, aunque fuera solo un segundo, que me sentí como si te conociera de toda la vida.
—Yo soy Park Jimin —te respondí más rojo que un tomate, lo sé—. Y... —dudé sobre cómo continuar—. Voy a vivir aquí durante un tiempo.
Me miraste fijamente. Me costó horrores no agachar la cabeza, presa de la timidez. Es que me parecías muy atractivo. Y muy sereno y seguro de ti mismo también. Vamos, que eras lo opuesto a mí.
—Entonces quizás nos veamos más veces —concluiste—. Mi casa queda bastante lejos pero vengo a menudo a esta zona. —Alzaste la bolsa de deporte a fin de mostrármela—. Al gimnasio.
—¡Oh, ya veo! —Me llevé la mano a la nuca, azorado—. Y, ¿qué actividad haces? Si no es molestia que te lo pregunte, claro.
—No, no, descuida —En ese momento me sonreíste—. Es agradable conversar contigo.
Creo que ahí sí que se me subieron todos los colores del mundo, ¿verdad? Seguro.
—Hago boxeo —proseguiste—. Me estoy preparando para competir de forma profesional.
—Suena apasionante pero también exigente.
—Lo es.
Se hizo el silencio y, tras unos segundos de extraña tensión, te despediste con un "hasta otra" y te alejaste calle abajo, caminando a grandes zancadas y con la bolsa colgada del hombro.
Siempre me arrepentí de no haberte detenido e invitado a pasar dentro de la casa. Por alguna extraña razón me dio la impresión de que querías quedarte. Además, me gustaste. Pero era demasiado inseguro como para dar ningún paso, eso sin contar con que mis prioridades estaban en otro lado. Necesitaba hablar con mi tía, negociar un tiempo de estancia y conseguir algún trabajo que me permitiera terminar la carrera.
Pese a todo, con el paso de los días me di cuenta de que te buscaba por la calle.
Como habías dicho que entrenabas en el barrio, cada vez que salía o tomaba el metro revisaba a mi alrededor por si, por algún casual, te detectaba entre la gente. Sin embargo, no estabas por ningún lado y, tras un mes en el que incluso llegué a asomarme a hurtadillas por algunos gimnasios donde se impartía boxeo, descarté la posibilidad de volver a verte.
Por eso me quedé de piedra cuando, una tarde cualquiera, al salir del supermercado, una de las bolsas que llevaba se me escurrió y fuiste tu el que evitó que su contenido terminara desperdigado por el suelo.
—¡Oh, vaya! —Te sorprendiste al reconocerme—. ¡Hola, Jimin! ¿Cómo estás?
—Bi... —Me quedé bloqueado; te acordabas de mi nombre—. Bien, gracias.
—¿Sigues alojado en el mismo sitio?
Asentí.
—Llevas un montón de cosas. —No reaccioné cuando me quitaste la compra de las manos—. Déjame que te ayude.
Has dicho que para ti el momento en que nos conocimos fue uno de los más importantes de tu vida. Para mí fue más bien el hecho de que aparecieras de nuevo.
No voy a preguntarte por qué te fuiste. Ahora mismo me siento frustrado, enojado y triste porque, como te he dicho al principio, me cuesta entender que hayas decidido actuar así. ¿Ganarte mi odio era lo más asumible? Quizás dentro de tu cabeza lo fuera. En la mía, sin embargo, detestarte nunca ha tenido cabida.
Y sí, conseguí el trabajo. Ahora me dedico a organizar bodas para la alta sociedad. No voy a quejarme de ello porque me pagan muy bien y luché mucho por ser seleccionado pero levantarme por las mañanas para elegir adornos, flores o tartas se me hace a veces duro.
¿Y tu? ¿Aún compites?
N/A: qué bonito se me hace escribir en segunda persona. Me está encantado 🥰 Espero que a ustedes también ✨
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