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Capítulo 34: Apoyo Incondicional (La Batalla de las Reinas Parte 2)

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Actualmente me encontraba en la habitación de Marinette, conversando sobre el desfile de ayer.

—¿Y te divertiste? Después de todo viste a Audrey y Gabriel, dos de los profesionales más importantes en el mundo de la moda— miré a mi amiga con una sonrisa antes de darle un sorbo a mi bebida, ofrecida muy amablemente por Sabine.

—Quitando la parte de Estilosa, fue una experiencia muy gratificante— alzó los brazos.

—Sí, también Adrien usó tu sombrero. Dos sueños hechos realidad para ti— (mientras que mi sueño principal fue aplastado) suspiré cambiando de expresión por unos breves segundos para que no se percatara.

—Debería estar feliz pero...— Se sentó en la orilla de su cama.

—¿Ocurrió algo más?— Ahora sí podía mostrar mi descontento.

Ella se deprimió. —Adrien estuvo triste durante todo el desfile... Excepto cuando su padre hizo una aparición sorpresa y lo abrazó— explicó.

Me sorprendí. (¿Por qué estaría triste con todos acompañándolo?). —Lo siento, no sé cómo ayudar al respecto— hablé incómoda.

—Siempre haces mucho, te hacen falta unas vacaciones.

—Mira quien lo dice, Motitas— alcé una ceja.

—Je, ya sabes lo que dicen, "el mal no descansa" Hawkmoth estará ahí en cuanto él sienta una emoción negativa— hizo gestos improvisados con sus manos.

—Mm.

—Y...— Se acercó a mí. —Al parecer aún puedes ser su blanco— dijo preocupada. —Chat también está igual que tú, al menos cumple con su deber como antes pero me lastima el verlo así— bajó la mirada. —Se entristeció cuando yo lo rechazé al ser Ladybug, ese rechazo no se compara para nada a como ha estado últimamente— susurró.

—¿S-se te había confesado?—  Abrí los ojos como platos, sintiéndome levemente decepcionada.

—Aaaaaah— movió las manos rápidamente con nerviosismo. —F-fue unos días antes de que te conociéramos. A-aún no nos conocíamos taaaaan bien yyyyy, yo ya amaba a Adrien, a-así que le dije que no— su semblante cambió a uno pensativo. —Estuvo triste por pocos días, luego cuando regresó a la normalidad, él ya no me coqueteaba— explicó. La miré atenta. —Creí que se había rendido. Pero luego me enteré que tú fuiste la razón de ese cambio. Él sonreía y a veces se iba rápidamente sin despedirse, no te voy a mentir, me molesté por eso y al enterarme que él estaba enamorado de ti, sentí tanta alegría por él y al parecer sus sentimientos eran recíprocos...— Sentí que una diminuta sonrisa creció en mi rostro.

—Enserio...— Solté sin poder decir más.

Marinette reaccionó y regresó a la realidad.—¿C-cómo fue que terminamos hablando de eso? ¡Ya no importa! Quedó en el pasado— volvió a ponerse nerviosa. Seguro por temor a lastimarme.

—El ayer es historia, hay que concentrarse en el presente o sino se nos irá volando y nos arrepentiremos— traté de calmarla.

—Siempre sabes qué decir.

Sonreí agradecida. —Cambiando de tema, ¿lograste devolverle el miraculous al maestro Fu?

—No— nuevamente se alteró. —¡SE ME CAYÓ MIENTRAS IBA A VERLO! ¡¿CÓMO PUDE SER TAN DESCUIDADA?!— Lloró dramáticamente y Tikki se acercó a consolarla.

—Tranquila, ella tenía que encontrarlo. Debía desarrollarse como personaje— le di palmadas en su espalda para calmarla.

—¿Quién es ella? ¿Quién lo tiene? El maestro Fu dejará de confiar en mí si-

Detuve sus balbuceos tomando sus manos. —El maestro Fu no dejará de confiarte los miraculous, eres la mejor Ladybug que ha habido. Ten fe en ti, lo vas a recuperar— dije lentamente para que entendiera.

—Sí, está bien— de repente su rostro se iluminó. —¡Tú y yo podemos ir a traerlo!

—Eh, no.

—¡¿Qué?!— Gritó a punto de echarse a llorar dramáticamente.

—Es necesario para su desarrollo de personaje, por favor, lo vas a recuperar cuando ella aparezca— aseguré.

—Uuuuugh, esto de esperar se me hace una eternidad— cayó boca abajo en su cama.

—Tienes a Tikki para hacerte compañía, yo debo ir a casa— fui a la puerta de su habitación para salir. —Estoy segura que mi mamá ya regresó de trabajar y se preocupará por mí— bajé a la planta inferior.

—¡Espera!— Oí sus pasos acercarse con velocidad hasta que la vi caerse por las escaleras. —Ow— se quejó.

Me le quedé viendo. —Adiós Tikki— me despedí con un movimiento de mano.

—¡Espera ______! Mañana continúa el desfile. ¿Podrías ir?— Se levantó lentamente.

Finalmente me decidí a ayudarla. —Nah— me fui a la puerta.

—¡Por favor! El señor Agreste y Audrey estarán ahí y seguro querrán hablarme de mi diseño. Necesito apoyo— sollozó envolviendo mi brazo con los suyos.

Suspiré rodando los ojos. —Si tanto me quieres ahí ¡bien!— Jalé mi brazo para zafarme de ella.

—¡______ te amo!— Mi amiga celebró, recuperando toda su confianza y típica personalidad.

—Yo también me amo, nos vemos— salí por la parte trasera de su casa.

(Ugh, ¿cómo veré a Adrien a la cara mañana?) Traté de tranquilizarme. (Hago esto por Marinette. ¡Y lo bueno es que veré la transformación de Chloe!) Aplaudí sonriente.

Entré rápidamente a casa.

—¡Hija! Te esperaba antes de las 7— mi madre se cruzó de brazos.

—Lo siento, la conversación con Marinette se extendió— exhalé exhausta mientras me dirigía a la cocina por un vaso de agua.

—Pero creí que estabas con tu "pandilla"— hizo comillas, siguiéndome el paso.

—Estaba, luego fui a ver cómo estaba Marinette por lo de la Semana de la moda. En el desfile usaron uno de sus diseños— vacié mi vaso de un trago y lo volví a llenar.

—Bien por ella. ¡Debió ser genial!— Cerró los ojos, imaginándoselo.

—Supongo— me encogí de hombros y me encaminé a mi habitación.

—Amor...— Hizo que me detuviera. —¿Piensas que no he notado tu cambio de humor la última semana? ¿Podemos hablar de eso?— Me miró con preocupación.

—Mamá, déjalo. Estás cansada— sonreí débilmente para reconfortarla.

—Él papel de una madre es estar ahí para su hija y escucharla. Cuéntame lo que sucedió, no lo haces hace tiempo— habló con tristeza.

Al recordar mi rompimiento con Chat no pude aguantar y estallé en llanto frente a ella. Mi mamá corrió a abrazarme y nos quedamos así todo el tiempo que necesité. Al separarnos, me llevó al sillón y le conté todo, con detalle y despacio.

—¡Y terminamos oficialmente!— Solté más lágrimas y sollozos.

—Oh bebé— me envolvió nuevamente con sus brazos y nos meció hacia adelante y hacia atrás suavemente. —Yo creo que fue la mejor decisión cariño— puso una mano en mi mejilla para que la volteara a ver.

—¡Lo sé! El saberlo es lo que más me duele— exclamé. —¡Aún lo amo!— Oculté mi rostro entre su pelo.

—______— acarició mi cabeza. —Eres libre de volver con él si aún lo amas...— La vi sorprendida. —Pero ambos necesitan un tiempo para pensar y madurar. Cuando se crean capaces de intentarlo otra vez, háblenlo. Pero solo ustedes tienen la última palabra— sonrió.

Imité su gesto y limpié mis lágrimas. —Gracias mamá, el hablar contigo me hace sentir mejor— nos mantuvimos abrazadas por un rato más.


...


—¡Ay! ¡______! Gabriel y Audrey se están acercando— Marinette me susurró con un tono muy nervioso y más chillón de lo normal.

—Así es— puse una mano en su hombro. (Junto con Adrien y Chloe).

—¿Disfrutaron del desfile?— Gabriel preguntó. Me percaté que Adrien me estaba viendo.

—Más o menos. Este sombrero no es un Gabriel Agreste— dijo la diseñadora Audrey agarrando el bombín. —¿Tú fuiste la responsable de esto?— Señaló a Marinette.

La azabache me volteó a ver, a lo que le sonreí. Sus padres le dieron palabras de aliento al igual que Adrien. —Yo... F-fui quien lo creó— respondió mi amiga mirando con inseguridad a la rubia mayor.

—Marinette ganó un concurso de diseño de modas— Explicó el señor Agreste.

—Es lo más...— Dijo Audrey inspeccionando el sombrero. Chloe miró la escena con malicia, segura de que le iba a asquear ese diseño, oh cuan equivocada estaba. —... ¡Excepcional que he visto en mucho tiempo!— Se quitó los lentes oscuros, sonriente.

Los demás felicitaron a la oji azul, quien estaba al borde de las lágrimas sin dejar de sonreír.

—¡Mari eres grande!— Exclamé abrazándola mientras casi todos nos veían sonrientes.

—Eres una visionaria Marinette, las plumas son la tendencia del mañana. Solo otro diseñador me ha hecho sentir así, tú Gabriel— la madre de Chloe señaló al mencionado.

—Sí, ella tiene talento— confirmó.

Cuando Audrey le ofreció a Marinette ir a Nueva York con ella y Adrien ofreció ser su modelo, Chloe explotó.

—¡ESTO ES RIDÍCULO, TOTALMENTE RIDÍCULO!— Gritó indignada. —¡Yo nunca he ido a Nueva York contigo! ¡¿Y quieres llevar a Marinette Dupain-Cheng?!— La señaló con la mano, furiosa.

Di un paso hacia atrás. (Pensándolo bien, si estuviera en la posición de Chloe, también me enojaría bastante) me entristecí al ver la escena desenvolviéndose frente a mí. [¿Alguien más odió a la mamá de Chloe en este capítulo? >:c].

—Lo único excepcional de ti Clover, es tu madre— respondió indiferente.

—¡Audrey!— Exclamó el alcalde tratando de proteger a su hija.

Me irrité. —¡Ya estoy harta! ¡¿Cómo puede decir eso?!— Le exclamé furiosa a la diseñadora. Por el rabillo del ojo noté a la rubia atónita, era obvio que no se esperaba que la defendiera.

—______ calma- — Adrien trató de poner su mano en mi hombro pero me aparté.

—¿Calma? ¡¿Calma?! ¡No me quiero calmar!— Reclamé. —¡CHLOE SOLO QUIERE PASAR TIEMPO CON USTED! ¡¿Y NI SIQUIERA SE ACUERDA BIEN DE SU NOMBRE?!— Señalé con fuerza a Audrey.

Cegada por la ira, Chloe sacó el miraculous de la abeja. —¿Quieres excepcional?— Murmuró, atrayendo nuestra atención. —Te mostraré que tan excepcional puedo ser— sonrió de lado y se transformó en Queen Bee.

(Hermosísima) pensé embobada por su transformación.

—¡No Chloe!— Escuché exclamar al oji verde, y eso me regresó a la realidad.

—Chloe— susurré con intención de seguirla pero Adrien y Marinette me detuvieron cada uno jalándome de un brazo.

—¿Sabes a dónde se dirige?— Preguntaron al unísono sin darse cuenta.

—¡Suéltenme!— Grité, zafándome de ambos agarres a la vez y corrí detrás de la rubia.

Al llegar a la estación del metro, solo logré ver como se salía de control y Queen Bee trataba de detenerlo, sin éxito.

—Esto va de mal en peor— me dije preocupada. —N-necesita apoyo.

Pero ha sido mala contigo— escuché a la voz femenina.

—¡No pienso dejarla sola cuando los demás lo hicieron!— Exclamé y corrí nuevamente.


...


Fui de estación en estación hasta que oí múltiples murmullos a lo lejos.

—Estoy cerca— me dije.

—¿... Qué? ¿Sobre la ineptitud de mi hija? Ella se ridiculizó sola— escuché decir a Audrey a la distancia.

—¡Queen Bee!— Exclamé involuntariamente.

Todos me voltearon a ver pero rápidamente perdieron el interés cuando Ladybug le exigió el miraculous de vuelta. Corrí, tratando de pasar entre la multitud y me puse entre ambas chicas, protegiendo a Chloe. —No sean duros con ella— respiré rápidamente por el cansancio.

—Preciosa ¿qué intentas?— Ignoré el cumplido por el que Chat me llamaba.

—T-tengo mis motivos— respondí insegura. —¡No sean duros con ella!— Repetí.

Chloe cerró los ojos, claramente se le notaba la tristeza y el arrepentimiento. De repente, me tomó de la muñeca, ganando un gesto de sorpresa mío y de los superhéroes. Corrió hacia el exterior, conmigo siguiéndola y extendió su trompo, alejándonos de ahí.

Aterrizamos sanas y salvas en su habitación en el hotel Le Grand París.

—Chloe...— Quería reconfortarla. Sin embargo, ella se negaba a mirarme. —Perdón, no sé qué decir para hacerte sentir mejor— hablé cabizbaja.

—Ya no soy Queen Bee...— La escuché hablar después de un silencio incómodo. Subí la mirada y solté un gasp. —¡Desde ahora soy Reina Avispa!— Rio y me llevó al Lobby principal del hotel.

Chloe liberó un enjambre de avispas, las cuales picaron a todo el mundo presente ahí a excepción de mí. Ah, por cierto, yo estaba sentada en un barandal junto a ella.

Como esperaba, Ladybug y Chat Noir llegaron a la escena. La azabache logró salvar al oji verde del enjambre asesino.

—¡Su reinado a terminado Ladybug y Chat Noir!— Reina Avispa se puso de pie con las manos en la cintura. —Ni siquiera me importa si no me dan sus miraculous. Mis avispas los paralizarán y los tomaré con mis propias manos— sonrió y el visor de Hawkmoth se encendió.

—Bien hecho— logré escuchar al villano principal decir.

—¿De verdad crees que lo conseguirás esta vez, Hawkmoth?— Miré a Chloe con una ceja alzada.

—¡Deja en paz a ______!— Chat exclamó.

(La verdad, me siento neutral ante esta situación) me crucé de brazos y giré la cabeza.

—Nah. ¡Avispas, veneno!— La ahora peli negra, ordenó.

—¡Hay que correr!— Dijo Ladybug y ambos abandonaron el edificio.

—Jajaja, son cobardes ¿o qué?— La akumatizada me vio divertida.

—Mh— respondí sin interés, con una expresión levemente preocupada.

—Ay vamos, ¿qué pasa con esa actitud?— Se agachó para estar a mi altura, aún estaba sobre el barandal.

—¡Ah!— Solté un grito al sentir que algo me cargaba. Cuando vi, era un pequeño enjambre de avispas. Tragué en seco, comenzando a sudar.

—Seguro la derrota de esos dos mejorará tu humor ¡adelante!— Exclamó la villana siendo transportada por sus avispas mientras que yo la seguía de cerca.

(Ay mamá, creo que soy alérgica a las avispas. ¿Qué estoy pensando? ¡Creo que todos somos alérgicos a las avispas!) Lloré internamente, llena de pánico por ser transportada por un enjambre de pequeños insectos.

Toda la ciudad estaba huyendo de las avispas. Chat atacó a Chloe con su bastón pero fue detenido por ella y lo mandó lejos, directo a Ladybug.

La rubia rio malignamente al ver a los superhéroes chocar con un poste. —¿Bueno? ¿Ahora quién es excepcional? ¿Ellos o yo?

—No manches weon, ¡tengo miedo!— Grité susurrando viendo a mis héroes en el piso. Como típico cliché, Chat y yo intercalamos miradas. (Bueno, mi motivo es que yo aún lo amo y pues es el único junto a Ladybug que me puede salvar ¿pero por qué no quiero quitarle la mirada de encima?) Me facepalmeé por mi propia obstinación.

—Hora de la picadura final— Reina Avispa exclamó señalando hacia donde ambos héroes están. Ellos lograron escapar y se sumergieron en el río Sena.

Chloe y yo nos acercamos a la orilla, pero como era de esperarse, sus insectos no podían entrar al agua.

—Déjeme aquí mi reina— le hablé para llamar su atención.

—¿Qué? ¿Por qué?— Entrecerró los ojos.

—Necesitará todas sus avispas para buscar a Ladybug y Chat Noir— señalé al enjambre que me llevaba sobre el aire.

—Buena idea, regresaré después— asintió con aprobación y sus avispas me dejaron lentamente en el suelo.

La villana se fue, de seguro al hotel y enviar múltiples enjambres para buscar al rubio y a la oji azul.

Esperé sentada hasta que vi a Ladybug y Chat volver a entrar al agua mientras arrastraban a Chloe. Me puse de pie y corrí hacia ese punto específico.

Cuando la sacaron del río ya desakumatizada, me acerqué rápidamente a la rubia y puse una mano sobre su hombro.

—Me alegra que estés bien— le sonreí, agachándome para estar a su altura. —Tú eres mucho más que todo esto. Lo sabes ¿verdad?

Por primera vez, me sonrió con honestidad. La tomé de sus antebrazos y la ayudé a pararse.

Nadja y su camarógrafo no tardaron en aparecer. Y la reportera sacó una tablet.

—Señora Bourgeois, ¿que opina de esto?

Fruncí el ceño. —¿Es en serio?— Puse cara de "Really Nigga?" Y me coloqué en medio de los fisgones esos y Chloe; sin embargo, ella bajó la mirada con tristeza, ya sabía lo que su madre pensaba de ella.

Chat Noir se nos acercó, yo le di espacio para que hablara con la rubia.

—Sé que lo hiciste para impresionar a tu madre— le sonrió.

La azabache habló. —Todos cometemos errores, incluso yo, perdí un miraculous. No cometas el error de no entregarlo— extendió la mano.

Chloe me miró por unos segundos, yo levanté el pulgar. (Volverás a ser Queen Bee). Ella devolvió el miraculous.

Justo antes de que ambos superhéroes se fueran, se disculpó por lo sucedido.


...


—¿Por qué continuas siguiéndome?— Chloe se volteó a verme.

—Wey, quiero ser tu amiguis, las amigas se apoyan en los momentos difíciles. Y créeme, yo pasé por algo similar.

Subimos a su habitación por el ascensor, yo logré colarme XD.

—Por favor. Tienes una vida perfecta, todos te aman, eres amiga de Ladybug y Chat Noir y ¿crees que no vi cuando usaste el miraculous? ¿En qué te pareces a mí?

—En mi padre...— Bajé la mirada.

—¿Qué tiene tu padre?— Entrecerró sus ojos.

—Nada, es solo que él decidió abandonarnos a mí y a mi mamá— me encogí de hombros.

Su expresión reflejó incomodidad. —No tienes que decirme eso si no quieres...

—E-está bien, tú eres la única que sabe aparte de ella y de mí.

—¿O sea que ese dibujante pelirrojo no lo sabe? ¿Y proclaman ser mejores amigos?— Preguntó incrédula.

—Seh, se lo he intuido pero él no podría comprenderme completamente aunque quisiera, después de todo él tiene a sus dos padres. El más cercano a entenderme es Adrien, pero no se lo he dicho.

—¿Qué? Pero los he... Visto juntos... Creí-

(Lo amas también ¿cierto?). —Nah, no lo sabe— reí con nervios.

—O-oh, pues-

—Al menos tú tienes la suerte que ambos padres te amen— sonreí. —A pesar que tu madre trabaje lejos.

—Mi mamá no... Lo dejó muy en claro hoy— se deprimió. —¡Incluso prefirió a esa Dupain-Cheng sobre mí!— Cerró los ojos por unos momentos, después me vio de reojo y regresó a su típica actitud altanera. —Y mírame ahora, hablando con la chusma de mi clase— me lanzó una mirada despectiva.

Reí en lugar de tomarlo como un insulto. —Pues esa chusma se preocupa por ti— dije con pose de diva. —Eres extraordinaria siendo tú. No necesitas aparentar, y si ella no se da cuenta pues se lo pierde.

—... Gracias— susurró sin hacer contacto visual, pero ya la notaba más tranquila.

Se me ocurrió una idea. —¡Oye! ¿Qué te parece si vamo-?

Un par de golpes me interrumpieron.

—¡Lárgate!— Chloe exclamó hacia la dirección del ruido.

—Ese era el plan, pero no— se escuchó la voz de Marinette.

Ambas nos miramos y yo le sonreí. —Empaca para Nueva York— dije. —¡Ahorita te abro Marinette~!— Exclamé cantando mientras daba saltitos hacia la puerta.


...


Marinette y yo dejamos a Chloe con su madre, de lejos vi como se abrazaban, me sentí feliz por ellas.

—Fue muy lindo de tu parte— dijo mi amiga.

—Digo lo mismo Motitas — sonreí de lado.

—Me pareció extraño el que la protegieras.

—Sé cosas de su pasado, su personalidad es solo para protegerse de todo lo que cayó en ella. Nadie es tan malo como parece— cerré los ojos satisfecha con mis brazos detrás de la cabeza.

—¿Incluso Lila?— Me vio divertida haciendo una cara de asco.

—Mmmmh— me quedé pensativa.


Continuará...

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