𝒞𝒶𝓅𝒾𝓉𝓊𝓁𝑜 𝒳𝐼
Mis hermos@s cutie pies, lamento decirles que no podré traer dos capítulos el mismo día, es que pronto estrenaré mi fanfic de FNAFHS y necesito mucho tiempo para desarrollar los caps de ambos fanfics.
Y en otras noticias más alegres :D, cambié la portada de este libro. Muchas gracias a @Demogorggon que se tomó la molestia de hacerla, y la puse porque está mucho más cool que la que yo había hecho XD otra vez gracias @Demogorggon ^w^.
Y también ¡Feliz cumpleaños atrasado a @gisel66! y ¡Feliz cumpleaños a tiempo a @andreachengagreste!
Capítulo 11: Robustus
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—Listo, terminé mi discurso— sonreí mientras me quitaba el sudor imaginario de mi frente y cerraba el video de TobiDai que estaba viendo. [Si son fans de Naruto y no conocen a "Me dicen Dai", vayan a ver sus vídeos ;D].
Guardé la hoja de papel en mi mochila y me dirigí al colegio. Seh, en la misma mañana que lo tenía que entregar lo hice, es que ese anime que vi anoche era adictivo y no hice ni madres, pero bueeee, así pasa a veces, ¿sí o no raza? :v
P.O.V. Tercera Persona
La querida por todos o por la mayoría :v de ______ se encontraba en clase de química con su compañero nada friendzoneado de por vida, Nathaniel.
El director Damocles, que no se sabe por qué rayos estaba ahí, estaba hablando. —Y este nuevo programa e-
—Psst, (T/A). ¿No te parece interesante? El robot de Max pudo contra ese virus que parecía un viejo lesbiano— habló el oji turquesa acercándose a su amiga pero sin separar la mirada del frente.
—Ajá ajá virus... Viejo lesbiano... Pastel...— Balbuceó la chica sin prestarle atención mientras escribía en uno de sus múltiples cuadernos.
—¿Estás tratando de preocuparme o crear drama?
—Ajá, el lunes fijo carnal...
—¡¡¡Oye ya despiert-!!!
—¡¡¡Terminé!!!— Exclamó ______. —Oh, hola Nath, no te vi llegar—sonrió
El pelirrojo lanzó una mirada ¿WTF? pero ignoró el tema y la saludó como alguien normal.
Siguieron conversando, sin tener idea del problema que Max y Marcov tuvieron con el director y como se separaron.
P.O.V. de ______
Salimos de clase por fin, que no se ofenda la maestra pero, quiero quemarla viva :v excepto a la señorita Bustier, ella es buena onda.
Nath y yo íbamos hablando de Robostus, el akuma nuevo que vendría dentro de poco.
—Y Robostus es un villano que controla la energía de cada aparato electrónico, así que me mantendré alejada, insisto en que Ladybug y Chat ya tuvieron que salvarme lo suficiente— dije con diversión.
—Buen punto. ¿Se te antoja ir a almorzar a mi casa?— Preguntó el pelirrojo.
—Claro, nunca había ido antes.
Él paró en seco. —Espera, somos los mejores amigos del universo mundialmente universal ¿y dices que nunca te he invitado a ir a mi casa? ¿Pero qué me cuentas? ¿Ni siquiera me has pedido ir por curiosidad? ¿Nada?— Preguntó alterado.
—¿No? Perdón por eso ¿tenía que preguntar?— Lo vi con una sonrisa, apenada.
Suspiró. —No importa. Hoy mismo vas a conocer mi casa— habló con firmeza y siguió caminando.
—Yo encantada, am ¿me esperas? Olvidé algo en mi locker— dije mientras iba a los vestidores/baños.
—¿Otra vez? Ya toma sukrol ¿no?— Se giró para verme.
Lo miré incrédula, aún caminando. —¿Eso existe aquí?
Antes de que me respondiera, un carro pasó volando sobre el techo de la parte frontal del colegio y aterrizó estruendosamente a centímetros de mi. Me quede congelada viendo a un punto específico con el dedo indice levantado en señal que iba a seguir hablando.
—¡Oh Dios mío ______, ¿estás herida?!— Marinette, Alya, Adrien y Nino corrieron hacia mí y Nath, quien llegó primero, me alejó del carro.
—¿______? ¡______, responde!— Gritaron a mi alrededor.
—... O Santa rosa de Guadalupe— susurré saliendo del shock.
—¿Estás bien?— Preguntó Alya mientras revisaba que no tuviera ningún rasguño.
—Sí, sí. He sufrido peores e-e-eh me iré a casa ¿me prestas tus apuntes luego Adrien?— Vi al oji verde, quien él asintió.
—¿Y los míos por qué no?— Mi mejor amigo se quejó.
—¿Es broma? Te la pasas dibujando sin prestar atención, y Adrien siempre tiene la mejor nota de la clase, aunque eso no durará mientras esté aquí— susurré lo último con una sonrisa malévola. Le di mi mochila a Adrien y me fui del instituto no sin antes despedirme rápidamente de todos. —Je, si irse del instituto fuese así de fácil en mi país, todos se escaparían :v
(Meh, mi seguridad es más importante. Lo que me recuerda, hace un rato que no escucho a la voz-)
—Sigo aquí.
—Yyyyy ahí estás. Oye, ¿eres como mi sentido arácnido o algo así?— Le pregunté por curiosidad y por ganas de fastidiar XD.
—Podría decirse. Y como tú sentido arácnido para nada desarrollado, te digo qué hay problemas a unos 5 metros delante de ti.
—¿K?— De repente, noté a varias personas corriendo de un lado a otro con autos y electrodomésticos persiguiéndolos. (Ah caray, es cierto que estaba huyendo como mariquita para refugiarme en mi cama, ¿va?).
Iba a darme la vuelta para regresar pero me sorprendí al ver a Kagami, y puse mi atención en ella.
—¡AH!— Exclamó la azabache al lanzarle un ataque con su espada de esgrima a su carro.
—¡No! ¡Espera! ¡Eso no funcionará!— Le grité preocupada y corrí hacia ella.
La asiática seguía lanzando múltiples ataques para que el vehículo no se le acercara. Sin embargo, no se percató del carro que venía por detrás.
—¡¡¡¡AGUAS!!!!— Salté hacia ella, empujándola y lanzándonos a las 2 sobre la banqueta de la calle.
—Ow— se quejó.
Ambas vimos como los dos carros se chocaron entre sí. Kagami me miró sorprendida.
—Sep, esta es ______ para ti— reí levemente y me puse de pie, luego extendí mi mano hacia ella.
La oji café sonrió y la tomó para que la ayudara a levantarse.
—Gracias, fue sorpresivo encontrarte aquí.
—No tanto, vivo cerca. Un carro casi me cae encima, así que mejor me tomé el día libre.
—¿Y tus padres no se molestan?
—¿Mi mamá? Nah— hice un ademán. —Ella sabe que soy responsable, siempre hago mi tarea sea como sea, y que además soy fácilmente un imán de akumatizados, entonces nop, no se molesta— sonreí.
—Mmmm— vio a los dos carros pensativa.
De pronto, los electrodomésticos comenzaron a llegar a la escena.
—Oh-oh, no es bueno quedarnos aquí, ven— la tomé de la muñeca y nos conduje a un callejón.
—¿Qué demonios pasa es esta ciudad? Yo solo venía por el esgrima y asuntos familiares— comentó un poco molesta.
—Yyyyy esto es París para ti jeje— respondí con una risa nerviosa. Supongo que soy yo quien te tiene que explicar— aclaré mi garganta. —Para hacerlo simple... Hay un villano llamado Hawkmoth, quien quiere el poder de los miraculous de Ladybug y Chat Noir. Los miraculous son joyas que te otorgan poderes, y como los de los superhéroes técnicamente son los más poderosos pues, el villano los quiere.
—Entonces esto es como un berrinche por parte del tal Hotmot— Kagami habló despacio para ver si comprendió.
—Es Hawkmoth y sí, básicamente— sudé frío por su resumen tan breve de la situación.
La gente gritaba como loca alrededor. Detrás de nosotras vinieron un refrigerador y un microondas.
—Am. Kagami, creo que debemos irnos— toque su hombro para llamar su atención y señalé a nuestros atacantes.
—¿Pero que?— Me tomó de la muñeca con rapidez y salimos corriendo del callejón, para encontrar a unos 5 carros a punto de rodearnos.
Kagami volteó hacia múltiples direcciones hasta que posó su mirada en mí.
—¿Confías en mi?
—¿Qué?— Me tomó por sorpresa su pregunta haciendo que vagamente recordara la película de Aladdín.
—¿Confías en mi?
—¿Sí?— La asiática, sin vacilar me cargó estilo princesa y me lanzó sobre uno de los autos. Yo aterricé sentada en el techo del vehículo, muy sorprendida. —¿Qué acaba de pasar?— Me pregunté viendo al frente.
—Te lancé al techo del auto— la azabache respondió, cayendo de pie a mi lado.
—Okeeeey, pensándolo bien, tal vez la esgrima me puede ser de utilidad.
—Ahora vámonos, se están acercando— señaló a los carros.
Ambas saltamos del techo en el que nos encontramos y comenzamos a correr nuevamente.
...
—Y aquí está mi casa— suspiré mientras caía de cara al piso.
—Realmente debes ejercitarte más, ______. Y eso que te tuve que cargar la mitad del camino. ¿Acaso quieres que te cargue todo el tiempo?
Levanté mi cara. —No me molestaría.
Ambas reímos por mi respuesta. Después de ayudar a levantarme, entramos a mi hogar dulce hogar.
—¡______! Que bueno que estés aquí!— Mi mamá salió de la cocina cual torpedo y me abrazó. —No creerás qué pasó en mi trabajo. La computadora comenzó a saltar y- — se interrumpió al ver a Kagami.
—Mamá, ella es mi nueva amiga Kagami, se mudó a Paris con su madre. Es campeona de esgrima y ¡es de Japón!— hypeé al decir lo último.
—Es un gusto conocerla— hizo una reverencia.
—El placer es mío eh...— Trató de copiar la reverencia. —¿Te quedarás a almorzar? ¡Mientras más mejor!
—No quiero incomodar, además mi madre-
—Le encantaría comer con nosotras, es solo timidez lo que tiene. Vamos Kagami, te muestro mi habitación— la arrastré a mi pieza.
—En serio no quiero incomodar.
—Que no pasa nada, hombre. Siempre has sido muy responsable ¿no? Pues ya es momento que te diviertas— alcé mis brazos al aire.
—Y-yo... No sé cómo...— La interrumpí estampando su cara con mi almohada. —¡Oye!
—Así— sonreí y le pasé otra almohada.
Ella la tomó y la vio como si fuese algo de otro planeta. La alzó y me la tiró en la cara, haciendo que cayera hacia atrás.
—¡Ow!— Aterricé.
—¿Estás bien?— Con ligera preocupación, se hincó para ayudarme.
—Sí, de eso se trata una pelea de almohadas— la felicité.
—¿Pelea de almohadas?— Me dio una y ella tomó la otra.
—No conoces nada de esto ¿verdad? Creo que podemos arreglarlo— sonreí de lado.
—Lo siento, pero debo regresar con mi madre. Ella es muy-
—Sí, sí, estricta. Pero no puedes salir, mira como está el patio— señalé hacia mi balcón. Mi laptop estaba en el barandal y saltó como en el meme de "pos me mato". Además se miraban aún los autos conduciendo sin control.
Kagami suspiró, dándome la razón.
—Este es el plan. Quédate aquí hasta que Ladybug y Chat lo resuelvan. Te mostraré de lo que te has perdido. Y luego le dices a tu mamá que estabas siendo perseguida por tu auto y que tu celular no respondía y por eso no la pudiste contactar— puse mis manos en la cintura.
—Je— ella sonrió. —No puedo argumentar nada ante esa lógica.
Abrí mis ojos como platos y lancé una carcajada. —Vamos por buen camino— le aplaudí.
Después de una guerra de almohadas, construir un fuerte, almorzar y ver películas, nos dimos cuenta que ya había pasado mucho tiempo.
Supimos que todo regresó a la normalidad cuando las mariquitas de Ladybug me devolvieron mi laptop.
—Gracias— agité mi mano viéndolas irse.
—Ya que está todo despejado, supongo que es hora de irme— habló la oji café.
—Oww, pero no puedo quejarme porque te meterías en problemas— sonreí un poco.
Inesperada escuché a alguien más hablarme.
—Hola ma chère, ¿cómo estás? Oh— Chat dejó de hablar cuando se dio cuenta de la presencia de Kagami.
—Hola Chat, no creí verte hoy— sonreí y le di un beso en la mejilla como saludo.
Él sonrió. —Quería visitarte y hacerte compañía pero supongo que alguien me ganó— le sonrió a Kagami.
—No se preocupen por mí, ya voy de salida— habló la asiática.
—Es verdad ¿me esperas unos minutos? Acompañaré a Kagami.
—Claro, te espero.
Kagami salió de mi habitación, conmigo siguiéndola.
—¿Tu auto ya está aquí?— Pregunté sorprendida.
—Sí, puedo llamarlo con un control, solo ingreso la dirección y ahí estará— agitó el aparato.
—Wow— lo admiré. —Ya quisiera un carro así.
—Tengo curiosidad, ¿por qué Chat Noir te vino a visitar? ¿Eres famosa o algo así?— Me vio extrañada.
—¿Qué? Oh Dios no, jajaja por supuesto que no. Es solo que él es mi novio— me encogí de hombros sonriente.
—¿Cómo es posible?— Fue su turno de verme sorprendida.
—Es una laaarga historia que te la contaré luego— solté una risita y le abrí la puerta.
Kagami se subió a su auto y bajó la ventana.
—Gracias por todo, espero que nos volvamos a ver pronto— y se alejó.
Me despedí con un movimiento de mano y regresé a mi cuarto.
Adrien ya estaba destransformado y estaba dando vueltas en mi silla giratoria mientras Plagg comía camembert sobre mi escritorio.
—Si sigues así te vas a marear, y si vomitas no pienso ser yo la que limpie— Plagg rió por mi comentario.
El rubio se detuvo y se quedó sentado para que le pasara el mareo.
—¿Desde cuando se conocen? Quería presentarlas.
—El destino, el destino, ángel. Yo la salvé, ella me salvó, nos hicimos amiguis y tantán, felices para siempre— alcé mis brazos.
—Y hablando de felices para siempre— el oji verde se puso de pie y se me acercó. —Q-quiero eh, invitarte a-a una cita mañana c-como Adrien— rascó la parte trasera de su cuello mientras hablaba con nerviosismo.
—¿Una cita? ¿Contigo como Adrien?
—¿Sí?— Comenzó a jugar con sus dedos.
Me crucé de brazos. —No lo sé Adrien, ¿y si los demás ven? Algunas de mis amigas saben que salgo con Chat, y además-
—No deben por qué enterarse, un sudadero negro y nadie sabrá que soy yo— dijo orgulloso de su plan.
—¿Como aquella vez en la que estaba con Nath y tú me estabas siguiendo?— Sonreí juguetona.
El rostro del rubio cambió por completo y se sonrojó, no pudo pronunciar palabra.
Reí por su actitud y le di un beso para que se relajara. —Bueno, si nos atrapan, podemos decir que me debías un almuerzo y es en plan de amigos. Es suficiente con que solo nosotros seamos conscientes de que es una cita.
—Exacto—sonrió. —¿Mañana a las 12?
—Claro.
Salimos a mi balcón para disfrutar la vista y entrelazamos nuestras manos. (Que maravilloso día) sonreí con tranquilidad.
Continuará...
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Como extrañé esto ;u; que bueno estar de vuelta.
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