Capítulo 2: El Coleccionista

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Desperté en el piso de mi habitación.

—Aaww, que resaca— murmuré. —¡Espera! Yo no tomo alcohol— razoné.

Vi hacia mi cama y me encontré a (M/A) durmiendo plácidamente en ella. Se había apoderado de la mayor parte y de mis sábanas.

Me saltó una vena en la frente. —Esta debe tener huevos para haberme tirado de mi propia cama— susurré con tono maligno.

Seguido a eso, troné los dedos de mis manos, tomé el colchón de mi cama y lo tiré con todo y (M/A) mientras gritaba: —¡¡¡DESPIERTA YA FLOJONAZA!!!

—¡¡¡AAAAAHHHHH!!!— Gritó mientras se levantaba bruscamente. —¡Hey! ¡¿Pero que puercas te pasa?! ¡Estaba soñando con Justin Bieber!— Alegó.

—Ugh.

—Sí, tienes razón, que bueno que me despertaste. ¡¿Pero no podía ser como la gente normal?!

—¡¿Acaso te parezco normal?! ¡Soy una desquiciada! Y sé que no ibas a mover tu trasero a menos que te tirara de la cama con fuerza bruta— choqué mi puño con la palma de mi mano para efecto dramático.

—No más no te doy una porque eres mi amiga y estoy en tu casa, pero cuidadito cuando estés en la mía— amenazó.

—Se te va a olvidar, pendeja— me crucé de brazos con expresión desinteresada.

—¡¿Cómo te atreves, estúp-?! Tienes razón, no mames— dijo también desinteresada.

Ambas nos quedamos así hasta que oímos que mi mamá nos llamó para desayunar.

—Gracias por la comida, (Nombre de tu mamá). Perdone la molestia— comentó (M/A) secando los platos limpios que le iba pasando.

—Para nada, al contrario. Me ayudan bastante al lavar los trastos. Debo irme, ah, ______, le informé a tu director sobre la estadía de (M/A) y dijo que no había ningún problema en que la llevaras al colegio contigo.

—A nu ma. Yo la iba a llevar de todos modos :v

Mi madre suspiró pero le creció una sonrisa. —Que les vaya bien— se fue.

—¿Nos vamos?— Preguntó mi amiga.

—Sip.

Al llegar, vi a Alya y Marinette a unos cuantos pasos de mí.

—¡¡¡TÚ!!!— Gritó la oji avellana al notar mi presencia.

—Voy a morir— susurré asustada dando un paso atrás.

—¡______, corre!— Gritó Marinette preocupada aunque con una sonrisa.

—¡Ven aquí!— Alya comenzó a correr en mi dirección.

—¡Ay madre!— Solté y corrí lo más rápido que pude. —¡No, Alya! ¡Te vas a arrepen-! ¡AH!— La susodicha logró tomarme de la cintura, provocando que perdiera el equilibrio y cayera al piso boca abajo, con ella encima.

Alya me jaló un poco de la oreja y nos sentamos sobre nuestras rodillas.

—¡¿Cómo te atreves a dejarme un mensaje de voz y desaparecer una semana así como así?! ¡¡¡Me tenías preocupada, niña!!! ¡Piensa un poco en Marinette y en mí! ¡Y no, no habrá próxima vez, porque no te dejaré ir tan fácilmente!— Regañó como si fuese mi mamá.

—Perdón, perdón, perdónameeee mami Alya. Es que si te lo decía cara a cara tenía la impresión de que no me dejarías ir— supliqué su perdón.

—¡Obviamente no te dejaría ir! Demonios. No vuelvas a hacer eso ¿sí?— Suspiró resignada.

—Lo prometo— alcé mi mano.

—Creo que ya es un buen momento para presentarme ¿o...?— Interrumpió (M/A) ayudándome a ponerme de pie.

—Oh, sí— dije extendiendo mi mano a Alya. Marinette se acercó. —Chicas, ella es (M/A), mi mejor amiga de (Tu país), se quedará por unos días de visita— la señalé.

—Mucho gusto— sonrió con los ojos cerrados.

—Hola, soy Marinette y ella es Alya, ______ nos ha hablado de ti— sonrió la azabache.

—Es que así soy de fabulosa— mi amiga posó, haciendo que las demás riéramos.

De pronto, escuché que alguien se acercaba con paso apresurado.

—¿______?

Volteé a ver. Adrien estaba sorprendido y tenía su teléfono en mano. De seguro porque recién había escuchado mi mensaje.

Sonreí de oreja a oreja. —¡¡¡ÁNGEL!!!— Grité mientras corría para darle un abrazo.

Él extendió sus brazos sonriente para recibirme. Al abrazarlo, lo levanté un poco del suelo, y sí, leyeron bien, yo a él.

—Mijo, eres una pluma— dije risueña sin soltarle.

—¿Cómo es que no me avisaste que te ibas?— Soltó una risa.

(Sí te lo dije, mentiroso) sonreí de lado. —Lo siento, fue de urgencia. Supongo que Alya los puso al día.

—Pero me lastimó el que no me lo dijeras en persona— hizo un puchero.

Mis amigas y Nino, que al parecer no había notado que estaba ahí, comenzaron a toser falsamente. Al recordar a Marinette, me separé bruscamente del rubio con una sonrisa nerviosa, a lo que él frunció levemente el ceño.

—¡En fin!— Dije cambiando de tema. —¡(M/A) ven para acá!— Exclamé rápidamente. Ella obedeció y se acercó. Noté que no dejaba de temblar por la emoción. —Aguántate— le susurré cuando llegó a la par mía.

—Es el reto suicida— murmuró de regreso.

—Ella es mi mejor amiga de (Tu país) q-

—¡No nos olvides!— Interrumpió Alya.

Suspiré. —Como decía, se quedará unos días— le abrí el paso.

—Ho-hola— extendió su mano mientras su sonrojo iba en aumento.

—Hola, me llamo Adrien, Adrien Agreste— estrecharon manos.

—Lo sé— chilló emocionada.

—Y yo soy Nino, un placer chica— el moreno levantó el puño.

(M/A) correspondió.

—Bueno, ahora te iré a presentar a los demás y am ¡a la escoria del salón!— Sonreí kawaiimente al decir lo último.

(M/A) lanzó una carcajada. —¿Te refieres a la oxigenada y a la 4 ojos?

—Correcto— sonreí de lado y entrelazamos brazos como las buenas cuatas que somos y nos fuimos a la clase mientras me despedía de los otros con un ademán.

La presenté con los demás, incluso a Chloe y a Sabrina, a pesar que parecía un poquis hipócrita, las presenté con amabilidad y no le lancé el desprecio que le tengo a la rubia, a Sabrina no le tengo desprecio es mas bien pena por ser manipulada pero si ella es feliz así ¿qué se le puede hacer?

—Dios, Adrien es super sexy y ¡más en persona! Si es así, no podré aguantar el chorro de sangre que me saldrá al verlo como Chat Noir— comentó mi amiga babeando mientras fantaseaba.

Aclaré mi garganta. —Ejem, sí. Él es eso y muchísimo más pero recuerda que soy su novia y puedo llegar a ser yandere por él. Así que te permito un abrazo y un beso en la mejilla pero hasta ahí ¿entendido?— Lo último lo dije con un aura roja rodeándome.

—S-sí, e-ntendido y anotado— respondió sudando y alejándose unos pasos.

Volví a sonreír. —Vamos, te sentarás conmigo y Nath.

Pasaron dos días, y (M/A) estaba súper feliz, obviamente, y yo me sentía alegre por su felicidad. Me encanta tenerla aquí conmigo porque no me había dado cuenta lo mucho que extrañaba sus ocurrencias y las mías cuando estábamos juntas.

Era miércoles por la mañana y llegamos a la escuela, solo para encontrarnos una multitud rodeando a Chloe, quien estaba tirada en el piso llorando.

—¡Esto es horrible! ¡Adrien jamás volverá a la escuela!— Sollozó con su teléfono en mano.

—¡Coleccionista!— Exclamamos (M/A) y yo al mismo tiempo, atrayendo las miradas de Alix y Max.

Les sonreí nerviosa y arrastré a (M/A) lejos de la multitud.

—¿Sabes lo que significa?— Pregunté en voz baja.

—¡¿Que podré ver a Ladybug y al zukulento de Chat en todo su esplendor?!— Exclamó susurrando mi amiga con estrellas en los ojos.

—¡No!— Le di un zape. —Le avisó a Chloe antes que a mí. Vaya novio— rodé mis ojos. De repente, vibró mi celular, indicando un mensaje nuevo. —¡Oh! Y ahora se digna en decírmelo— comenté molesta y le escribí que por qué me tuve que enterar por parte de Chloe y no por él.

Enseguida vio el mensaje y en lugar de responder, me llamó.

—Lo siento, ______. No quería preocuparte. Lo resolveré ¡en serio! Pero por el momento lo veo difícil— habló apenado.

—Ajá.

—¿Estás molesta?

—¿Qué crees, Sherlock? Bueno ya se me pasará. ¿Tienes algún plan para convencer a tu padre que te deje venir nuevamente?

—No, pe- ¡¿Eh?!— Se interrumpió bruscamente.

—¿Ángel? ¡¿ADRIEN?!— Lo llamé preocupada.

—Fue akumatizado, debo irme, lo siento— colgó.

Guardé mi celular rápidamente.

—¿Qué sucede?— Preguntó (M/A) asustada.

—Gabriel fue akumatizado, con Adrien estando en la mansión.

—¿Eh? ¡No puede ser! ¿No salió de ahí como Chat Noir?

—Mija, ¿acaso estás sorda? Estoy aquí, las cosas no son como las conoces. Vámonos es mej-

—¡VAMOS ALLÁ!— Gritó emocionada.

—¡¿Nani?! ¡No, ni de chiste! Soy un imán de akumatizados. Gabriel es listo y de seguro notó la influencia que tengo sobre Adrien. ¡No no!— Me negué repetidas veces.

—No te pregunte si iríamos o no. ¡Iremos!— Me tomó de la muñeca y comenzó a arrastrarme a gran velocidad hacia la escena de acción.

—¡¡¡HIJA DEEEEEEEEEEEEEEEE!!!

...

Llegamos a la mansión justo en el momento en que una silla salió volando de la puerta principal hacia (Puta bida :'v) mí.

—¡Por el amor de-!

—¡CUIDADO!— Me empujaron y caí sobre alguien.

—¡Uff!— Exclamé por el impacto.

—¿Nuestros encuentros siempre serán así, belleza?— Escuché la voz del chico más perfecto de todos, bueno al menos para mí :v

—¡¡¡¡CHAT NOIR!!!! ¡¡¡¡¡¡AAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHH!!!!!!— Fangirleó mi amiga a todo pulmón.

—Vaya pulmones. ¿Amiga?— Me preguntó.

—Adivinaste— sonreí de lado.

(M/A) se acercó y le pidió un autógrafo y foto a Chat, mientras no dejaba de dar saltitos por la emoción.

—A por cierto, le di permiso de que te abrace y de un beso en la mejilla. Aprovecha el 2x1 (A/M/A)— me crucé de brazos risueña.

—Espera, ¿qué?— Cuestionó el rubio y fue tacleado por mi amiga e hizo lo que dije.

—¿Qué esperabas, mi amor? Yo estaba más emocionada la primera vez que te vi, solo que no te diste cuenta porque no lo mostré. De hecho, creo que dejé sordos a mis vecinos por una semana— solté una risita con lo último.

—Bien, (M/A). Un placer conocerte— le besó el dorso de la mano. Ella fangerleó aún más y Chat se me acercó. —Por cierto, ______, bienvenida de vuelta, mi vida ya no es la misma sin ti— juntó nuestras frentes.

Solté un chillido fangirl pero rápidamente me aclaré la garganta, ganando una risa del oji verde.

—También te extrañé— lo besé en los labios, lo cual gustoso correspondió.

—¡Chat, no es hora para eso! Hola ______, me alegra verte de nuevo ¡ah!— Sonrió y esquivó una librera que le fue lanzada.

—¡Hola motitas!— Saludé. —Lo siento por interrumpir es que mi-

—¡¡¡LADYBUG TE AMO!!! ¡¡¡TÓMATE UNA FOTO CONMIGO!!!— Gritó mi amiga, quien por cierto es bisexual así que tiene sentido su comentario.

—Claro, cuando acabe con este— respondió la chica motas señalando a El Coleccionista, quien estaba acercándose a nuestra posición.

—¡Santa Madre hermosa de mi patria! ¡YO ME LARGO!— Grité y salí disparada antes de que al akumatizado se le ocurriera utilizarme en sus planes. Oh pero, no sin antes gritar a la distancia: —¡(Apellido de tu mejor amiga), TRAE TU TRASERO AQUÍ!

Llegué a mi casa sana y salva. (Uff, por poco).

—¡¿Pero qué rayos fue eso?! ¡Nos ridiculizaste enfrente de ellos!— (M/A) entró después de mí pateando la puerta para cerrarla.

—Relájate pequeñín, ellos ya saben como soy y como actúo, así que es normal para ellos— me encogí de hombros.

—¿Chat no se ha dado cuenta que sale con una loca de remate?

—Sí lo sabe. De hecho, antes le dije que aún tenía oportunidad de escapar de mí, pero no quiso. Y henos aquí después de estas semanas— sonreí como enamorada y me dejé caer en el sofá de la sala.

—Tengo envidia— refunfuñó.

—Sorry not sorry.

—Bueno, dejando eso de lado, si tú tomaste el libro... ¿Cómo harás para que Adrien regrese a la escuela?— Preguntó mi amiga preocupada.

—Fácil, como en la serie original. Sé que Marinette se lo regresará a Gabriel— me senté al explicarle.

—¿O sea que ella tiene el libro?— Abrió más los ojos por el asombro.

Yo solo sonreí mostrando mis dientes y cerrando mis ojos

—Pronto esto será solo un feo mal entendido— caminé a mi habitación, con (M/A) siguiéndome. Cerré la puerta detrás de nosotras y me senté en mi cama, mientras que ella en mi silla giratoria.

—¿Y me llevarás a ver al maestro Fu?— Cuestionó emocionada.

—Perdón pero no, le dije que no traería a nadie; sin embargo, ya te lo había prometido desde antes que lo conociera. Una promesa es una promesa. No podría continuar sabiendo que tú no conocías este mundo, porque tú debiste ser la-

—Otra vez con eso— rodó los ojos pero habló con simpatía. —Ya te lo dije. Tú fuiste la elegida. Debe ser por algo. No me hagas repetir dos veces. Fuiste y eres la más indicada para venir y conocer este mundo que creímos que era pura fantasía. Espera... ¿Eso significa que los mundos de otras caricaturas...?

—¡¿TAMBIÉN EXISTEN?!— Gritamos al unísono al saber que pensábamos lo mismo.

—Mejor no nos metamos en eso— intervine rascando la parte trasera de mi cuello. —Ya es muy complicado lo que está pasando— aclaré mi garganta y desvié la mirada.

—Será lo mejor... ¡Por ahora! Si descubro que el mundo de Undertale es real, te diré chao— rió.

—¡Pinche traidora! Pero esto no aplica a los videojuegos— le saqué la lengua.

—¿Tú que sabes?— Frunció el ceño poniéndose de pie.

—Solo lo sé— Sonreí malignamente. —Además, nadie te soportaría.

—¡Retráctate!— Gritó saltando sobre mí. Agarró una de mis almohadas y comenzó a pegarme.

—Con que así será— entrecerré mis ojos sonriente, aceptando el desafío.

Continuará...

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