Once.
He pensado en buscar cualquier excusa para hablarte, quizás podría consolarte; pero volvemos a lo mismo, frente a ti me paralizo, me tienes a tus pies, justo en el piso.
¿Qué se siente ser la dueña de mi corazón?
Aunque tú no lo sepas quiero que entres en razón y que reclames tu posición, a mi lado como siempre lo he soñado.
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