Dieciséis.
Y te hablé.
Por primera vez te escuché.
Agradecida, tomaste el papel que había levantado y que reposaba en mi mano, yo sentí que en tus ojos me había ensimismado.
Tu voz era preciosa.
Simplemente asombrosa.
Me presenté, era lo que había que hacer yo presentía y tú me dijiste tu nombre aunque ya lo sabía.
¡Claro, si yo por ti moría!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro