No quiero ser muy específico, solo que, cuando de ti se trata, me cuesta no escribir con jeroglíficos. Puse solo dos frases:

«me gustas demasiado, yo por ti me siento embobado».

Pero con eso me quedo corto, si tan solo supieras que yo por ti estoy flechado.
Claro que agregué mi nombre, a ver si tu mente se acordaba a este hombre.

Deslicé la carta por la rendija, rezando porque tu corazón me elija. Quizás tenga suerte y mi confesión aceptes.