Que no nos vemos en Montauk.
Que no soy tan fuerte para huir de ti por completo, que aun sabiendo que (ya) no tengo alas que cortar, insisto en creer que mi espalda sigue teniendo otoños llenos de plumas que acariciaste (¿Cómo cortar las plumas que miraste y las hojas que besaste si no hay árboles ni alas en lo que queda de mí?). Que las referencias siguen creciendo en mi mundo y que desde la A hasta la Z cada letra tiene un trozo de tinta de esa marca que se vuelve tan conocida... ya sabes, esa de marca "Destino", que sigue repitiendo el estúpido eslogan de "palabras que te dijo cuando los recuerdos no parecían finitos".
Que el reloj en mi pecho se descompone de pronto cuando pienso en ti y sus agujas atraviesan mi pecho apuntando hacia el pasado. Hacia un recuerdo de ti que me pide volver.
Pero que ya no hay a qué volver.
Que sigo poniendo puntos a la historia, creyendo que esta vez sí serán los finales, pero que de tantas veces que dije "hasta aquí" la historia ya se llenó de puntos suspensivos. Que ahora mis libretas mentales parecen telegramas de tantas veces que he golpeado sus hojas tratando de escribir en cada nota: "este es el verdadero punto final", pero que al final a veces la pluma no quiere separarse de la hoja y a veces solo quiere huir de ella.
Que mi corazón insiste en pedirte que nos veamos en Montauk para un último adiós y que las lágrimas brotan cuando recuerdo que no tenemos esa memoria. Que no hay Montauk al cuál huir para verte una vez más y que no hay guitarras y veladoras que puedan llevarme contigo porque mis pasos reusan volver a tu lado.
Que no te extraño, que no te necesito, pero ojalá nos veamos en Montauk para fingir que al menos hubo una despedida. Al menos una...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro