Amelia está sentada en el suelo, abrazada a sus rodillas. Se balancea mientras repite una y otra vez: "Me mató mi mentor". Tiene la mirada perdida y no responde a nada. Simplemente se centra en hacer eso una y otra vez. Mi madre se sienta junto a ella y la abraza. Pone su cabeza en su pecho. Amelia ha dejado de tambalearse, pero continúa repitiendo una y otra vez lo mismo. Aun así, lo que más me afecta de esta escena es que mi madre pueda tocar un fantasma y no me haya dicho como puede hacerse. ¿Por qué me pregunta tanto sobre chicos y no me cuenta las cosas realmente importantes?

-¿Puedes tocar un fantasma?-le pregunto extrañada

-Tú también podrás, algún día

-¿Ese día es hoy?

-No-sonríe mi madre 

-¿Puedes hacer que sea hoy? Porque realmente me gustaría saber cómo hacerle cobrar el sentido. Es un poco agobiante esta situación. 

-Hija, debes aprender a escuchar a los demás y a tener más empatía-dice mi madre con una amplia sonrisa

-¿Por qué iba a querer hacer eso? Prefiero que todo gire sobre mí.

-Como se nota que eres adolescente

Amelia levanta la mirada y mira a mi madre a la cara. Interesante, le atrae las mujeres, pero le da igual que mi madre ponga su pecho en su cara. Interesante. 

-Gracias, eso me ha ayudado. Por cierto, buscadle un psicólogo a Miércoles. Uno bueno, no cualquiera puede hacerle frente. 

-Es sólo su coraza, luego tiene un gran corazón que no quiere que la gente descubra y por eso huye de sentir-responde mi madre 

-¿Cómo?-me ofendo

-Pues enhorabuena, lo oculta maravillosamente. 

-Gracias, es una forma de vida muy agotadora-le digo a Amelia

-¿Qué ha pasado?-le pregunta mi madre

-He descubierto cómo morí. Llevo más de 16 años pensando que morí luchando por los míos, y finalmente, mi mentor fue quién me mató. No morí en batalla, me asesinaron, los líderes que idolatraba y seguía sin hacer preguntas, me mataron. ¿Estaba protegiendo una gran mentira? ¿Marina tenía razón y no la apoyé? Me arrepiento de muchas cosas que no puedo arreglar. 

-Sí quieres, podemos ser la vía para que te comuniques con ella. 

-No, no quiero ser un obstáculo en su camino, yo soy parte de su pasado. Es mejor así. 

-Cuando lo necesites, puedes pedirnos hacerlo, ¿vale? Si necesitas hablar, ya sabes que tienes a Miércoles.

-No tiene mucha pinta de querer escuchar mis problemas...

-Lo hará, si saca información haciéndolo

-Eso es cierto-respondo a lo dicho por mi madre-y la verdad, es que esta historia es realmente interesante. 

Amelia resopla y pone su rostro entre sus rodillas. Después, mira a mi madre y le coge la mano.

-No temas por tu hijo, está en muy buenas manos. Alberto tiene mucha mano y Marina tiene mucho conocimiento, juntos, son la combinación perfecta para formar a su hijo. Además, me aseguraré de que no le pasa nada. 

-Eso me alivia mucho. Veo en ti una gran guerrera. Nos da miedo dejar a nuestro hijo tan lejos, pero sabemos que es lo mejor para él. Además, así tiene a su hermana más cerca-mi madre sonríe aliviada. No entiendo. ¿Duda de que vaya a proteger a mi hermano?

Poco después de eso, todos salen del despacho y nos miran.

-Amor mío-grita mi padre-siempre has estado preciosa sentada en este suelo.

Claro, sólo mi madre y yo podemos verlas. Ellos no pueden. Esa escena sin ver a Amelia debe ser interesante, realmente interesante. Miro a Marina, la verdad es que se le nota el paso de los años, sobre todo porque en la visión no llevaba gafas y ahora no se las quita. Era interesante mirar a Alberto ahora, después de haberlo visto como bebé. Estaba bastante... cambiado. 

-Más lo estoy abrazada a ti-grita mi madre y los dos se ríen

-Por cierto, amada mía, Plugsey quiere quedarse

-Pues que así sea

Mi madre se levanta de un salto y se acerca a ellos, dando un beso a mi hermano en la cabeza. Luego mi padre le da otro beso en la cabeza y seguidamente, se besan entre ellos. 

-Bueno, entonces, debería ir con vosotros al despacho del director y explicarle la situación para inscribirlo. 

-Perfecto-dicen los tres al unísono

No me gusta como suena eso, debía preparar bien a Plugsey para ello. No sé si lo he torturado lo suficiente para prepararlo en situaciones como esta. Todavía sigue siendo muy blando, y estos traen una gran historia consigo. 

-¿Miércoles?

Alberto está intentando hablar conmigo, en cambio, mis oídos estaban tan saturados de escuchar a la gente, que no habían escuchado lo que me estaba diciendo, hasta ahora. 

-¿Es importante?

-Sí, porque te estaba diciendo que tu hermano está en buenas manos y además, que se alegra mucho de venir porque así estás cerca. También te decía que, si quieres, te acompaño a tu habitación y te voy contando como van a ir los entrenamientos. Además, me ha dicho Enid que te diga que le avises por algún artilugio humano si alguna vez volvía a estar algo cerca de tu habitación. Resumidamente, era eso. La importancia que quieras darle, te lo dejo a ti. 

-No es importante, pero me interesa saber lo que va a hacer mi hermano. Así que, aceptaré a que me acompañes para que me lo cuentes. No voy a avisar a Enid, así es más divertido.

Alberto se dispone a andar y yo le sigo. Después de todo, ya se sabe el camino. 

-En eso último debo darte la razón, es una chica increíble tal y como es, de natural será más divertido-Alberto mira al horizonte con media sonrisa-¿Sabes si está soltera o su orientación sexual para saber si tengo alguna posibilidad?

-¿Quieres que te ayude a ligar con mi compañera de habitación?

-Yo te ayudo con el mío encantado, es Xavier

-No hace falta, sé quién es, por alguna extraña razón le intereso mucho. 

-Sí, por eso te lo he ofrecido. Se ha tirado prácticamente una hora hablando de la textura de tu pelo. Si lo sabes, no le hagas ilusiones al muchacho, es la única forma de que pase página.

-Sabe perfectamente que tengo que superar a antes primero. Si no quiere verlo, no es mi problema. 

-¿A antes primero? ¿Alguien supo derretir tu frío corazón?

-Sí, un bipolar, asesino y psicópata y me utilizó para cumplir la venganza de quién despertó su lado Hyde. 

-No he entendido nada, pero te pega. 

-Desgraciadamente, sí. Aunque es lamentable no haber superado a alguien que te hubiese matado si no fuese por Enid.

-¿Por Enid?

-Sí, se transformó por primera vez en loba para salvarme y luchar contra él, transformado en forma de monstruo. Fue una gran pelea y los dos acabaron bastante mal. Si no fuese por ella no estaría aquí, aunque, he de reconocer, que tuve mucho miedo de perderla.

-Vaya, eso dice mucho de ella. Es muy buena amiga, tanto que ha conseguido ablandarte

-Bueno, no te pases

Cuando quiero darme cuenta ya estamos en la puerta de la habitación. Se escucha a Enid hablando con alguien, no sé con quién es, pero está diciendo cosas... que después se va a arrepentir.