Aparezco en una habitación bastante rústica, un gris oscuro bastante bonito cubre las paredes y el techo. Un suelo de mármol negro cubre el suelo y los mismos sofás azules del despacho de Marina estaban ahí. Amelia sujeta un bebé con ojos azules, que seguramente sea Alberto. Lleva el traje de soldado que se veía en la figura de Alberto. Marina está doblando la ropa del bebé mientras sonríe. El bebé ríe mientras mira a su madre y esta le hace muecas para que siga. Cuando me doy cuenta, el fantasma de Amelia está al lado mío, mirando con una sonrisa triste aquella escena. Supongo que es triste. Es una mueca extraña que parece una sonrisa, pero no. No se me dan las emociones. Nunca han sido de mi interés.

-Miércoles, ¿por qué estoy aquí?

-Necesito resolver mis preguntas y lo mejor es que estés aquí para resolverlas

Realmente no sabía si iba a poder meterla en la visión. En cambio, mi poder es más que suficiente para poder hacerlo. Es lo que tiene ser tan poderosa como yo.

-¿Te has parado a pensar cómo puede afectarme ver los últimos momentos antes de mi muerte?

-No, ¿por qué iba a hacerlo?

-¿Por empatía?

-La empatía es para débiles.

-Estoy mostrando mi pasado a alguien que piensa que la empatía es para débiles. Como se nota que desde que estoy muerta no hablo con mucha gente-resopla mientras asimila mi comentario.

-Eso debe ser algo maravilloso

-Dios, ¿lo dices en serio? ¿Qué te pasa?

Entonces, el bebé empieza a llorar. Amelia se asombra, lo abraza y empieza a tararear una melodía. El bebé se relaja y empieza a jugar con el pelo de su madre.

-Amelia, ¿qué te he dicho de las muecas?

-Se ríe mucho con ellas-reprocha Amelia

-Pero también les dan miedo. La gente huye de lo que da miedo, de lo distinto...-suspira Marina mientras sigue doblando la ropa

-Esto no es por las muecas. Amor, ¿qué pasa?

-¿Crees que podemos ser felices aquí? Si queremos formar una familia tiene que ser a base de mentiras, diciendo que somos dos amigas que se apoyan mucho y que han decidido criar a sus hijos juntas porque sí. Quiero salir y gritarle al mundo lo afortunada que soy de poder compartir este momento contigo, pero no puedo porque tienen miedo a que, si una muy poderosa dice que está saliendo con la mejor espadachina, ahora todo el mundo se hará homosexual. ¿Y qué más da si muchas veces no nos podemos quedar ni a los hijos que nos obligan a parir?

Las lágrimas empezaron a inundar los ojos de Marina, queriendo salir. Amelia deja al pequeño en el sofá y abraza a Marina con fuerza. Es algo más alta que Marina, pero no mucho. Marina enreda su mano en el pelo moreno de su pareja, al igual que hace el pequeño Alberto. Recordando la visión de Marina, intento improvisar algo. Chasqueo los dedos y el recuerdo se para. Vaya, ha funcionado, realmente soy increíble.

-Vale, vivís en una sociedad que no deja que seáis pareja. Normal, la gente da asco y más si van en grupo. Ahora, ¿qué quiere decir que muchas veces no podéis quedaros a vuestros hijos?-le pregunto a Amelia la fantasma.

Ésta está demasiado ocupada mirando el abrazo entre ella y Marina. Se toca el pelo, recordando como Marina lo hacía. La verdad es que pocas veces he visto miradas tan llenas de añoranza como la suya, y eso que las emociones me repelen bastante. Bueno, al parecer si es con bipolares asesinos no, pero eso es otro tema.

-¿Vas a parar los recuerdos cada vez que tengas una duda? Esto es peor que una tortura.

-Conozco bien las torturas y tienes razón, las torturas son mucho más divertidas. Sin embargo, no estamos hablando de eso, estamos hablando sobre qué quiere decir.

-Bueno-resopla-¿sabes por qué en vuestra familia hay tan pocos brujos de luz? Porque no sois puros. Hay tipos de brujos que, aunque se junten con gente de otras especies, su poder aparece generaciones más tarde, aunque sean pocos. En cambio, eso no pasa con los brujos de los elementos primarios. Para que un brujo de los elementos nazca, debe ser hijo de dos brujos del mismo elemento. El elemento con el que nazca el niño no dependerá de los progenitores, sino de la fecha en que nazca.

-¿De la fecha en que nazca?

-Sí, viene descrito por los elementos dictado por los signos del zodiaco. Los meses de agua son piscis, cáncer y escorpio. Marina y Alberto son escorpio y yo soy piscis, por eso somos brujos del agua. Todo brujo que nazca bajo otros signos será de otros elementos distintos. En cambio, sólo se nos permite convivir con brujos del mismo elemento del nuestro, sólo unos altos cargos pueden relacionarse con brujos de otros elementos. Es una sociedad con muchas normas, pero es por el bien de que no nos extingamos, o eso pensaba cuando estaba viva. -Después de decir esto, se rasca la nariz- Muerta ves las cosas de una forma distinta. En cambio, esta era una de las más importantes. Con Alberto tuvimos suerte y lo parí bajo un signo de agua, en cambio, se llega adelantar dos semanas antes, y no podemos disfrutar de nuestro pequeño. A eso se refería.

-¿Qué se hace con los niños nacidos en otros signos?

-Son llevados con mucha discreción a los poblados vecinos de brujos de su respectivo elemento. No sabemos mucho entre nosotros, he sabido más de ellos una vez muerta, acompañando a Marina en su formación como mentora, que en vida. Sólo sabemos que se llevan los bebés de un poblado a otro. Por ejemplo, Marina viene de los brujos del fuego y yo vengo de los brujos del aire. Ambas nos criamos en la gran escuela, donde crecen los brujos que vienen de otros poblados y los no queridos. Criar a nuestros propios hijos está permitido, pero sólo unos pocos lo aceptan, ya que la reproducción se ve más como un deber que un regalo de la vida. Ojalá en vida hubiera sabido la barbaridad que eso significa.

-¿Y dejáis que se lleven a vuestros hijos?

-Sí, y sin dudar de ello. Es lo que debe hacerse. Después de todo, nos obligan a las mujeres a tener hijos a partir de los 16 años, con esa edad somos muy jóvenes como para no dar a nuestros hijos sin dudar-Amelia carraspea-no hay motivo para dudar que se hace lo mejor para todos.

Algo me dice que Amelia está mintiendo. Algo no me cuadra. En cambio, en vez de echarle en cara que me estaba mintiendo, prefiero usarlo a mi favor. Saber cuándo la gente miente es algo que puede resultar útil, mejor que no sepan que lo sabes hasta que no sea estrictamente necesario.

Volví a chasquear los dedos y la visión volvió a seguir.