Capítulo 48
Después de la reunión, todo pasó muy deprisa. Volvimos al colegio para informar de la batalla que se venía dentro de 5 horas. Esperaba una reunión con todos, explicando con detalle todos los momentos posibles de la batalla, en cambio, no ha sido así. Llevamos media hora curando algunos de los salvados del laboratorio. Fue pisar la escuela, y pedir la ayuda de Marina cuanto antes, un ataque de ansiedad. Varios profesores han decidido que hoy no daban clase para ayudar también. Varios compañeros están ayudando también. Esto es peor que la enfermería de una batalla de guerra. No sé cómo está informando Marina de la batalla, pero todos están curando. Yo incluida. No sé cómo he acabado aquí, limpiando heridas de un licántropo de unos diez años con Enid y Alberto.
Alberto está haciendo todo lo posible para usar el poder del agua para curar sus heridas y quemaduras, además del veneno que le han ido inyectando para ver cómo le iba afectando. Enid intenta hablar con él, de lobo a lobo y yo bueno, estoy de auxiliar de enfermería. Miércoles Addams haciendo algo desinteresado en vez de prepararse para una gran batalla. ¿Quién lo diría?
-Esto va a doler-avisa Alberto y el pequeño licántropo empieza a asustarse
-Luke, cariño, escúchame-empieza a decirle Enid, cogiéndole de la mano-no pasa nada porque tú eres fuerte. ¡Puedes con esto y con más!
-Tengo miedo...-empieza a decir el niño, con la voz temblorosa
-Es normal, pero vencer ese miedo es lo que nos define como licántropos. Yo estoy aquí para ayudarte. Si te hace mucho daño, lo matamos
-Vale-sonríe el niño de oreja a oreja
Alberto se gira confundido hacia ellos, mira a Enid con los ojos abiertos de par en par y esta ríe al verle así. Esto hace que Alberto sonría de forma tonta y vuelva a centrarse al cuerpo del niño. Empieza a mover las manos, como si así creara una bola de aire al hacerlo. Poco a poco, el niño empieza a moverse, incómodo. Enid le agarra la mano e intenta relajarlo masajeándole el brazo. El niño mira a Enid, buscando así consuelo. Yo me alejo para ver mejor la escena. Finalmente, un líquido verdoso empieza a salir de la garganta del niño y acaba volando hacia un cuenco el cual sujeto. Ese es el veneno que seguía en su organismo. Cuando el cuenco está a más de la mitad. Deja de salir veneno de su boca y el niño deja de sufrir. Alberto se seca la frente al terminar y Enid se acerca al niño.
-¿Has visto lo poderoso que es? ¿A que no te ha dolido?-Enid sonríe de oreja a oreja y Alberto se queda prendado mirándola
-No me ha dolido, pero porque soy un lobo fuerte-dice el niño con media sonrisa
-Muy fuerte-responde Enid mientras le hace cosquillas al niño
Miro el cuenco, incluso lo huelo. No es sólo un veneno, es varios, mezclados a la perfección y bastante peligrosos. ¿Cuánto daño ha hecho Amelia a los marginados? ¿Y a los no marginados? ¿Explica tanto dolor su lucha por el poder? ¿Vale la pena todo lo que se ha llevado por poder?
-Alberto-me acerco a él, pero no me escucha, está ocupado mirando a Enid
Viendo que no va a escucharme de ningún modo, decido dirigirme a Enid, ya que es la única forma de que tengo para que me escuche.
-Enid-me acerco a ella y ella si me escucha-tengo que hablar con Alberto a solas
-Sí, claro-responde ella mirando a Alberto. Me giro y él me observa, asintiendo con la cabeza
Me dirijo al pasillo y él me sigue. No entiende nada, la última vez que lo vi fue peleando contra su madre, no sé cuanta información le habrá llegado hasta ahora, pero si no, debía de informarle yo. Hay una batalla y Alberto forma una parte clave en ella.
-¿Qué pasa, Miércoles?-me pregunta interesado-¿Quieres preguntarme por mi hermano?-bromea. Es curioso que sea capaz de hacerlo en un entorno de sufrimiento, dolor y lágrimas. Interesante.
-¿Qué es lo que sabes?-le pregunto directamente
-¿A qué te refieres?
-A la batalla
-¿A la batalla?-me pregunta confundido
-¡Miércoles!¡No!-escucho a Sven corriendo hacia nosotros de una forma muy cómica, espero que corra mejor en su forma de dragón, si no, la batalla no va a ser nada divertida-¡Para!
-¿Para el qué?-pregunta Alberto ofendido, mirándole fijamente, con cara de pocos amigos-¿Para el qué, Sven? ¿A qué batalla se refiere?
Sven traga salida al mirar a Alberto y se echa atrás, atemorizado. Parpadea varias veces y mira a nuestro alrededor, para ver quién está y quién no está en el pasillo. Se acerca a nosotros, como si fuera a contarnos un secreto.
-Son cosas de Miércoles, lleva mucho encima, a veces está cucú
-¿Cómo?-le pregunto indignado
-¡Sven!-exclama Alberto enfadado, sabiendo que no habla en serio
-¿Qué? Pobrecita, es que, es una adolescente con hormonas revolucionadas...
En ese momento, un Marco con cara de pocos amigos y manchado de sangre, aparece detrás suya y pone su mano encima del hombro de Sven, haciendo que a este se le rice la nuca. Se acerca sigilosamente a su cara. Sven se echa para atrás levemente ante esto.
-¿Tienes algún problema con Miércoles, Sven?-le pregunta y Sven empieza a sentir miedo
-No, ninguno-responde rápidamente
-¿Y que era eso que decías que a veces está... cucú?
-Eso...eh...eh...
Sven se nos queda mirando a todos, asustado. Baja la cabeza, esquiva a Marco y se va corriendo por donde ha venido. Mientras lo hace, grita: "Marina, habla con tus hijos, se lo van a decir. ¡Marina!".
-¿Decirnos el qué?-pregunta Marco extrañado, mientras observa como Sven corre
-Que, en el atardecer, va a haber una batalla. Vamos a ir donde está Amelia y vamos a luchar, destruir la sede de las asociaciones.
-¿Vamos a luchar contra mi madre? Yo me pido derrotarla-contesta Alberto rápidamente
-Provocó que naciera antes de tiempo y que haya vivido demasiados años como fugitivo, creo que me he ganado con creces poder derrotarla-responde Marco, como si fuera una competición
-Podemos unir fuerzas, a mí no me parece mal-contesta Alberto con una sonrisa pícara
-Me parece bien-sonríe Marco
En ese momento, Marina aparece entre Alberto y Marco. Lo había hecho tan sigilosa que ninguno de nosotros se ha percatado hasta ahora. Nos mira con cara de pocos amigos y le da una colleja a Alberto y a Marco, cada uno con una mano distinta. A Marco con la derecha, y a Alberto con la izquierda.
-No vais a ir a la batalla, así que dejad de decir estupideces y volver a lo vuestro. Hay gente que nos necesitan-contesta ante la escena que acaba de suceder
-Pero, mamá,-empieza a decir Marco-nos lo merecemos y lo sabes
-¿Os lo merecéis?-pregunta Marina incrédula-Va a ser bastante peligroso. Estarán los altos cargos de dos asociaciones secretas que ha ido creando durante 16 años. No vais a ir. Dad gracias que os he informado de todo lo demás y seguir curando a gente. Fin de la conversación.
-Pero... ¡No es justo!-contesta Alberto frustrado-Has visto cómo puedo hacerle frente. Puedo hacerlo.
-Yo también, he sobrevivido a que me ataquen una barbaridad de jefes de poblados. Puedo luchar.
-No y punto. Además, dejad a Miércoles tranquila. Tiene que descansar para la batalla.
-¿Qué? ¿Ella va y nosotros no? Es broma, ¿no?-responde Alberto ofendido
-Tiene un papel crucial. Vosotros, no-contesta Marina tajante-curad a gente y dejad de quejaros
-Si va Miércoles, voy yo y no hay más que hablar-responde Marco, decidido
-¿Cómo?-salta Marina enfadada-¡He dicho que no y punto!
-Somos esenciales y lo sabes. A mí me ha enseñado a luchar con la espada Amelia durante mucho tiempo. Sé cómo lucha y cómo poder atacarla, vosotros no. Además, si quieres que Alberto supere el trauma, luchar en esta batalla es esencial y lo sabes. No nos lo has dicho porque sabes que tengo razón.
-¿Y si os pasa algo?-responde Marina cabreada-¿Qué hago yo si os pasa algo? No estoy para perderos
-Viene Mateo, así que dudo mucho que les pase nada-contesto y Marina abre los ojos de par en par, con felicidad y esperanza
-¿Viene Mateo? ¿Has hablado con él?
-Sí, dice que poseerá mi cuerpo para tener más poder. Ya le he dado permiso para ello. Intuyo que mi papel es fundamental porque podré ver todos los fantasmas que haya. Sin embargo, Mateo es más importante. A lo mejor se unen las habilidades de los dos y nos volvemos invencibles. Me gusta como suena eso, podremos matar a cientos, no-sonrío-a miles
-Mateo es un pacifista que está en contra de matar, Miércoles-ríe Marina-puede curar prácticamente todo, pero no destruye nada.
-Mierda, es verdad. Que aburrido entonces, tener el potencial y no aprovecharlo.
-Entonces, podemos ir-contesta Alberto
-Eso, vamos-responde Marco-Nos quedaremos cerca de Miércoles, bueno, Mateo, que nos irá protegiendo y salvando si es necesario
Ambos sonríen a su madre de forma amplia y dulce. Marina se les queda mirando con cara de pocos amigos y ellos siguen con la misma cara, no flaquean en ningún momento. Tras un rato, Marina resopla y mira al cielo, como si allí encontrase consuelo a sus problemas.
-Está bien, pero ir todo el tiempo con Mateo. Aprovechemos que le han interrumpido el descanso eterno. Dios, esto me pasa por tener hijos. Sólo os aviso que, si os pasa algo, seré yo quien os interrumpa el descanso eterno. No queréis que eso pase.
-Gracias, mamá-Marco abraza a Marina
-Te queremos, mamá-Alberto abraza a Marina
Marina intenta estar seria, pero no puede, está disfrutando mucho que sus dos hijos la abracen. Apoya la cabeza en el pecho de Marco y sacude el pelo de Alberto. Recuerdo en ese momento todos los recuerdos que tiene de ambos en aquella sala, cómo soñaba con Juan sobre tener a ambos con ella y como, finalmente, ha conseguido ese sueño. Me alegro mucho por ella, pero si preguntan, no he confesado eso.
Miro la felicidad que tiene Marco y no puedo evitar sonreír también. Ha conseguido al fin estar con su madre y su hermano. Tiene la familia con la que siempre soñó y quiso hacer orgullosa. Realmente, toda su lucha ha tenido una recompensa. Me gusta verlo así. Dios, me he vuelto blanda.
Enid se acerca en ese momento a mí y me da levemente en el brazo. Me giro para mirarla y pone cara de pilla, sonriendo mientras me observa. De su cabeza, sale Cosa, diciendo que se nota que me gusta. No sé de dónde han salido estos dos, pero realmente me están dando miedo, y eso, que es difícil.
-Enid, por cierto,-Marina se ha separado ya de sus hijos y se acerca a mi mejor amiga-gracias por ayudarnos con los licántropos. Hemos conseguido avanzar mucho gracias a ti. De verdad te lo agradezco
-Nada, cualquier cosa por los míos-sonríe Enid, algo nerviosa, haciendo por quedar bien lo máximo posible
-¿Te puedes quedar hasta esta noche organizando esto? Por lo menos hasta que volvamos. Sé que te estoy pidiendo mucho, pero...
-¡No!¡Lo haré encantada!-exclama Enid emocionada, al fin un hecho que puede hacer para demostrar a Marina de su gran valía. Llevaba varios días buscando algo que hacer, de hecho, no deja de hablar de ello
-Vale...-responde Marina algo confusa por tanta emoción-Muchas gracias, Enid. De todas maneras, Amedio se quedará aquí, por si hay problemas psicológicos de algún tipo. Acude a él para cualquier cosa.
-¡Sí!-responde como un perro obediente
Marina parpadea varias veces, un tanto extrañada y mira a Alberto, confundida. Alberto está embelesado mirando a Enid. Marina sonríe y se marcha mientras hace una risa sorda.
-Espera, Marina-Enid la llama y ella se da la vuelta-¿Podemos ir Miércoles y yo a descansar antes de la batalla? Durante la batalla lo daré aquí todo, pero necesito fuerzas para ello.
Miro a Marina, indicándole que le diga que no. Marina sonríe de oreja a oreja al verlo y se dispone a contestar.
-Por supuesto, Enid. A Miércoles le viene muy bien descansa. Asegúrate de estar todo el tiempo con ella.
-¡Claro!-contesta Enid emocionada.
Yo miro a Marina con cara de pocos amigos y ella me guiña el ojo, mientras se dispone a irse de nuevo. Maldita bruja.
Enid me toma del brazo y me indica el camino hasta nuestra habitación, como si no supiera cuál era. El camino es entero en silencio, algo extraño en Enid. Sin embargo, tarareaba una cancioncita feliz y sonría demasiado. Me está dando mucho miedo. Ahora está cerrando la puerta de mi habitación con Cosa en la cabeza. Maldito traidor.
Se gira con una sonrisa pícara y Cosa se coloca totalmente hacia mí. Levanta varias veces las cejas y agarra sus manos entre sí.
-Miércoles, Miércoles, tienes algo que contarme... Es momento de que hablemos de... ¡Marco!
Cosa da vueltas emocionado mientras Enid grita esto. No, es el momento ideal para Enid. Al fin la conversación de chicas enamoradas que tanto anhelaba. Menos mal que luego tengo una batalla con sangre y destrucción, si no, no podría aguantar lo que viene a continuación.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro