Capítulo 47
Siguen mirándose fijamente, esperando que alguien diga la primera frase. Miran unos a otros, como si fuera una batalla de miradas y que tuviera que hablar quién perdiese. Finalmente, el gran maestre se coloca erguido y decide tomar la palabra:
-¿Estamos de acuerdo que de esto debe responsabilizarse sólo los brujos de agua? Después de todo, ha sido su sociedad la que ha provocado esta situación, no el resto.
-¿Qué?-salta Zao totalmente ofendido-Y lo pensarás en serio... ¿De qué sirve que sepáis tanto si a la hora de la verdad, no queréis luchar ni responsabilizaros?
Esto no se lo toma bien le gran maestre y lo fulmina con la mirada. El gran jefe de los brujos de agua intenta poner su mano en el hombro de Zao, para tranquilizarlo. Sin embargo, este la esquiva.
-Ni se te ocurra ponerme la mano encima. Estoy muy tranquilo-responde Zao nada tranquilo
-No tenemos culpa el resto de esta situación, Zao. Estás perdiendo los papeles-responde el gran maestre de aire con total serenidad
-¿No tenéis culpa? Literalmente, Amelia procede de esta cultura, vosotros la creasteis. ¿Cómo que no tenéis culpa? Los brujos que menos poder tienen, son los que vienen de vuestra gente y lo sabéis. No tenéis leyes firmes de reproducción como tenemos el resto para que el poder perdure. En eso, podéis aprender de los brujos de fuego, sobre todo. Los que vienen del fuego suelen ser los más poderosos con diferencia. Un ejemplo, lo tenemos aquí-Zao señala a Marina
-Nosotros creemos en el amor libre, Zao, no en crear niños mediante la ciencia para que el poder perdure. Eso no nos culpa de todo el daño que ha hecho. Nuestros niños con nuestras enseñanzas saben llevar tener poco poder y lo contrarrestan con entrenamiento, conocimiento y saber, actitudes que ha mostrado Amelia según Marina.
-Ya, pero es que Amelia no tuvo vuestras enseñanzas, tener tan poco poder y amar libremente, como hacéis vosotros, es lo que nos ha llevado hasta aquí. A lo mejor, entre los suyos hubiese sido una maestra excelente, incluso podría haber llegado a ser gran maestra, pero ese no es el caso porque no creció con los suyos-contesta el jefe de agua, intentando apoyar a Zao
-Y ese es el error, Amelia tenía que haber crecido con los suyos-contesta Zao
-Para eso tenía que haber nacido unas semanas antes-contesta seria le gran maestre
-O no-contesta Zao con clara decisión
-¿Cómo qué no? ¿Qué osas decir, Zao?-contesta le gran maestre con bastante actitud
-Los demás no tenemos culpa de que tengáis un estilo de vida distinto y, aunque los descendientes en otras fechas salgan al poco de nacer, dejan mucho que desear en nuestros poblados-contesta el gran maestro de fuego-son pequeños dragones que intentamos que mejoren en velocidad y destreza para sacar partido, pero no llegan a competir con el resto por mucho que luchen. Son buenos para acompañar a los grandes guerreros, pero nunca conseguirán ser grandes guerreros. La montaña puede ser muy dura y siempre deben ir acompañados. Nos debemos adaptar a lo que nos ofrecéis, mientras que vuestros maestros, incluso usted, suelen venir de nuestros poblados ya que sólo ellos son los realmente poderosos.
-Eso por no hablar de las familias que quedan partidas, destrozadas, por querer formar una familia-responde Zao, mientras suspira-puede que en los poblados de fuego y aire no tengáis ese sentimiento familiar, o por lo menos, no tanto como en los nuestros. Los poblados de agua y tierra son más familiares y sufren cuando tienen que ver partir a sus pequeños, yo incluido. Es una crueldad. Creamos grandes brujos con la esperanza de enseñarles y prepararlos para que sean mejores que nosotros y continúen nuestra misión cuando ya no estemos en vida. No para que otros poblados los disfruten. Menos para que el poco poder que tengáis, sean por los nuestros.
-¿Qué quieres decir?-pregunta el gran maestro de fuego
-Quiero decir, que cada uno debería criar a sus hijos.
-Pero... Zao... eso provocaría nuestra extinción-comenta el gran maestro de fuego
-¿Qué me estás contando? Si vuestros niños salen de laboratorios, Odín. Los de agua salen de inseminar a sus brujas y los de aire salen de bueno, volar entre ellos. No nos extinguiríamos.
-Nosotros sí-comenta le gran maestre de aire
-No habéroslo buscado-contesta Odín rápidamente, le gran maestre se ofende
-No, no quiere ir por ahí, chicos-contesta el jefe de agua-Eso no pasaría si empezamos a hacer poblados mixtos. Poblados donde sus miembros tengan la opción de criar a sus hijos, aunque sean de otros elementos. Así, Amelia, aunque era de agua, podría haber disfrutado de las enseñanzas del aire y la vida del aire... y no hubiese pasado esto. Se refiere a poblados donde se pueda coexistir y aprender de los otros. Por ejemplo, si juntáramos el conocimiento de los brujos del aire, los metales de los brujos de agua, la habilidad de los brujos de tierra y el control del agua de los míos, podríamos construir filtros de agua para muchos lugares que lo necesitan. Ese es un ejemplo de todos. Nos estamos extinguiendo nosotros mismos, cuando la unión hace la fuerza. No estar unidos y no informar incluso a nuestros ciudadanos como son los otros poblados o que son de sus hijos después, nos está matando. Esto es sólo un ejemplo de lo que puede seguir pasando si seguimos así.
-No me parece mal. En las minas me vendría bien algún brujo de tierra de vez en cuando. Además, las profundidades de los volcanes pueden ser peligrosa para incluso nuestros dragones. Me vendría bien hacer alianzas, y a mis pueblos también.
-Eso podría estar interesante-contesta le gran maestre
-Además, deberíamos aceptar la unión de brujos de otros elementos. Deberíamos dejar que hubiese familias de varios elementos-contesta Zao
-Eso es codicioso-contesta le gran maestre
-Eso es lo que necesitamos. También, abrirnos a los humanos y lo sabéis. Se supone que fuimos creados para ayudarlos, a ellos y al planeta. ¿Cómo vamos a hacerlo si no nos relacionamos con ellos? Mateo salió a fuera y consiguió seguidores, gente que le apoyaba y ayudaba. Es de los brujos del agua que más han hecho por el planeta. Además, a Alberto, lo adoran. Podemos usar eso a nuestro favor.
-Es mucho cambio, Zao-contesta el gran jefe de agua-¿y a quién no le parezca bien?
-Fácil, que se queden en sus poblados. Los que quieran una vida donde se conviva con todo tipo de brujos y se pueda vivir sin tener que seguir ninguna norma según el tipo de elemento que seas, que vengan a esos poblados mixtos. Los que no la quieran, que sigan en sus poblados teniendo la vida de siempre. ¡Qué sean libres de elegir!
-Me gusta lo de que sean libres de elegir-comenta le gran maestre de aire
-Puede estar bien. Los míos no se van a extinguir, los bebés son creados en úteros artificiales y tenemos miles y miles de espermatozoides y óvulos elegidos con detenimiento. Me apunto. Así no habrá revueltas si alguno quiere crear una familia porque bueno, gente rara hay en todos sitios y no quiero que me salga una Amelia.
-Yo estoy de acuerdo-comenta el gran jefe de agua-además, así podremos usar la postura de Amelia como mártir de la situación, como víctima de las circunstancias. Así, si alguno planea ir en contra de que unos vayan al poblado mixto, sabrán su fatídico final. Porque todos estamos de acuerdo en que ese corpus infinitus debe desaparecer y el espíritu de Amelia también.
Con esto último, todos asienten con la cabeza. Al menos, están de acuerdo con lo que realmente me importa. Sonrío al escuchar esto y miro a Marina, esta traga saliva y mira al suelo, le ha dolido escuchar esto. Después de todo, realmente la quiso. No quiere un final fatídico para ella.
-¿Podría encontrar la luz?-pregunta Marina, metiéndose en la conversación. Todos le miran extrañados por meterse. En cambio, Zao le responde como si fuese parte de la conversación.
-¿Por qué debería encontrar la luz esa zorra?
-¿Cómo ejemplo de misericordia? Además, tenemos un brujo de la luz. Le puede indicar el camino hacia el descanso eterno y el perdón en el más allá. De esa forma, nos aseguraríamos de que su espíritu no volviese a la Tierra. Porque... ninguno conoce a un brujo de la oscuridad, ¿verdad?
Todos callan y se miran, meditando lo que acaba de decir Marina. Vuelven a hacer batalla de miradas, observando fijamente quién de ellos habla primero. Yo observo a Marina, respira tranquila, incluso con esperanza. Entiendo cómo se siente, cuando Tyler se fue a una isla con seres como él, me dio paz, porque sabría que allí podría ser feliz. Después de todo, tenía que pasar eso para entender el presente de Marina con claridad y entender que, aunque quiera destruir a Amelia, también quiero que Marina esté bien. Por eso, la mejor opción es la que comenta. Con que no esté alrededor, me basta.
-Si mostramos misericordia-comenta le gran maestre-me apunto. Sin embargo, no quiero que mis brujos sufran por ello.
-Deberíamos ir sólo nosotros-comenta el jefe de fuego-¿Quiénes seríamos si nosotros cuatro no podemos derrotar a cualquier cosa? Además, así firmaremos una alianza. No hay nada que firme una alianza como una gran batalla.
-Nosotros podremos ir, pero hay quienes la conocen más que pueden ser de utilidad-comenta Zao sonriéndole a Marina-además, creé un gran grupo cuando era profesor del templo en el que Marina forma parte, sería una pena desperdiciarlo.
-Si Marina va-comenta el jefe de los brujos del agua-yo también voy. Luchar con ella siempre es un espectáculo
-Obviamente, procede de mi pueblo. ¡Si sólo hay que fijarse en que tenemos la misma cara!-exclama el gran maestro de fuego con alguna carcajada
-Me parece bien. Tengo entendido que uno de los mejores brujos del aire está en ese grupo de combate. Sin embargo, primero debemos saber dónde puede hallarse. Aprovechando que estamos aquí, buscaremos primero por el aire. Algo me dice que, si estuviera en tierra, ya lo hubieseis encontrado.
-Totalmente de acuerdo-contesta Zao
-Bien, pues alejaros todos y observar cómo los brujos del aire no tenemos poder-dice el gran maestre del aire, con cierto retintín, mientras se pone en medio del círculo
-Tú tienes poder porque tus padres venían de poblados del fuego, seguro-comenta Odín entre risas
-Más quisieras-contesta le gran maestre con sonrisa burlona
Nos apartamos todos lo máximo que podemos. Le gran maestre empieza a sacudir el aire, creando un tornado a su alrededor, con elle en el medio. Sus ojos se vuelven totalmente blancos y empieza a gritar unas palabras que desconozco. Supongo que es el lenguaje primitivo. Varias palabras se empiezan a escribir en el tornado, y después desaparecen. Vuelven otras palabras y después, desaparece. Después de un rato, el tornado desaparece y le gran maestre se queda con los ojos cerrados y los brazos extendidos. Con delicadeza, lleva los brazos a su cuerpo y levanta la cabeza al cielo. Toma aire con fuerza y se lo traga. Empieza a saborear algo. ¿Saborea el aire? Puede ser. Seguidamente, baja la cabeza a su estado natural y abre los ojos, con media sonrisa.
-Espero que estéis preparados, chicos, porque irónicamente, el corpus infinitus está en el aire, justamente encima de Nevermore, a miles de kilómetros de distancia
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