Capítulo 37
Mateo se tumba en la tierra y mira fijamente al cielo. Sonríe con media sonrisa y se dirige a Marina.
-Ya sé cómo vamos a llamar el grupo con el que vamos a salvar el agua del mundo
-¿Cómo?-pregunta Marina con curiosidad
-Harambee. Significa: "Trabajando juntos por un propósito común". Suena a grupo que va a salvar el mundo.
-Es buen nombre-sonríe Marina
-La verdad es que sí-contesta Amelia-es un nombre con fuerza. Transmite miedo y poder al mismo tiempo, haciendo que teman quién lo escucha. Me gusta.
Marina y Mateo miraron asombrados y asustados a Amelia con los ojos abiertos de par en par. Luego se miraron entre sí, dubitativos con qué hacer con esta situación. Yo los miro asombrada por los cabos que estoy atando. Ese es el nombre de la organización que llevaba el laboratorio. ¿Qué relación tiene con esta conversación?
-Amelia... queremos salvar el mundo y mostrarles más allá a los humanos... No matarlos...-responde Mateo extrañado
-Sería más fácil matarlos. Yo sólo lo digo-responde como un acto reflejo Amelia. Mateo pone cara de pocos amigos y empieza a incorporarse. Marina abre los ojos de par en par, sabe que empieza una discusión. Así que prosigue la conversación como sea.
-Y si... escogemos un nombre a latín. Siempre queda muy intelectual y hace que la gente se sienta importante de formar algo. Es una agrupación seria y poderosa si es en latín, ¿no? Algo así como... ¿Melius mundum? ¿Qué os parece?
-Es un buen nombre. Es un nombre para una asociación que trae luz al mundo-sonríe Mateo
-Que trae la verdad y poder-contesta Amelia-está muy bien
Se miran satisfechos y empiezan a tener Mateo y Marina una conversación vacía, llena de sueños que nunca pudieron cumplir. Yo estoy demasiado curiosa en lo que acaban de hablar como para prestar atención. Decido chasquear los dedos y parar esa visión.
Mateo ya está preparado para darme una colleja, pero soy más rápida y le confieso mis preocupaciones.
-Una organización llamada harambee, creada por humanos en contra de los marginados, tenían un laboratorio e investigaban con ellos. Una organización llamada Melius mundum, es una secta que está dentro de los brujos de los elementos para reforzar los valores. Querían matarme y están en contra de todo por lo que lucha tu padre y Marina. ¿No te suenan esos nombres?
Mateo abre los ojos de par en par. La mano que había preparado para la colleja, se la pone en la cabeza y empieza a bajarla por su rostro, con cara de horrorizado. Se gira y mira con horror a Amelia. Con un gran horror. Después mira al suelo y parpadea varias veces. Intentando asimilar lo que está pasando.
-Tienes que terminar esta escena. Además, tengo que enseñarte después dos más. Espero que tú llegues a las conclusiones que yo no llegué en su momento.
Como si fuese una orden, chasqueo los dedos y hago que la escena avance.
Poco después, un brujo agobiado viene corriendo hacia ellos. Los tres se giran hacia éste. El brujo sólo mira a Marina, como si allí encontrara la solución a sus problemas.
-¡Marina! ¡Te necesitamos! ¡Le ha vuelto a dar un ataque de ansiedad! No sabemos más que hacer
Marina, con esa frase tenía suficiente. Se levanta rápidamente y va hacia el brujo. Este empieza a correr en dirección contraria y Marina le sigue. No sé a quién se refiere, aunque no creo que sea relevante. Como he visto antes, Marina estaba especializada en el funcionamiento del cerebro. Eso tiene sentido. A sus enemigos hacen que le explote. En cambio, se ve que puede usar este conocimiento para algo más que luchar. Sin embargo, ¿hay algo mejor que luchar?
Miro a Mateo y Amelia del recuerdo. Están incómodos. Se miran deseando que ese momento acabase. Mateo se levanta y mira hacia donde ha corrido Marina.
-Marina puede salvar muchas vidas. Eso hará que los humanos nos apoyen y podamos cumplir nuestro sueño
Mateo sonríe mientras dice esto. Amelia le mira con cara de asco y repugnancia.
-Deja de soñar, Mateo. Marina no va a cumplir tu maldito sueño, si no el mío. Eres realmente pesado con el tema.
-¿Cómo? ¿Cómo que el mío? ¿Cómo que el tuyo? Es nuestro sueño, Amelia. ¡Nuestro!
A Mateo se le ha borrado la sonrisa de la cara y una mirada de odio infernal es dirigida hacia su compañera. Amelia responde vacilona. Se levanta y se sacude el pelo, como las chicas de los anuncios de champú. Después mira a Mateo con una media sonrisa, llena de maldad. Nunca había visto esta actitud de Amelia.
-Ya no. Ya me he encargado de ello. No voy a desperdiciar a una bruja tan poderosa y tanto carisma para salvar el mundo. Los humanos lo han destruido, que sufran las consecuencias. Ya llegaremos nosotros y tomaremos lo que es nuestro.
-¿Qué has hecho, Amelia?
Mateo no sólo quiere darle una colleja, quiere tirarla al río y aguarla en este. Se aprieta los puños con gran rabia y respira fuerte. Muy fuerte. Está intentando tranquilizarse, pero no lo está consiguiendo. ¿Lo peor de todo? Es que su fantasma está con una actitud bastante parecida.
-¿Iría Marina a viajar contigo por el mundo... si tuviera un bebé en camino?-Amelia acaricia su barriga con cara burlona, pestañeando varias veces y poniendo una cara que fingía tristeza, pero desprendía burla.
-¡No!¡No la has metido en la lista de inseminación!¡No has sido capaz!-grita Mateo, señalándola con total odio y desprecio
Amelia empieza a reír, una risa que transmitía toda la maldad que se puede tener en este mundo. Transmitía poder y control. Era elegante y perverso al mismo tiempo. Después de ello, sonríe levemente y mira a Mateo con desdén.
-No sólo la he metido. La han escogido en el acto. Tenía sus dudas, pero...-vuelve a poner cara de tristeza-Marina, Marina, es nuestra oportunidad de formar una familia. Hagámoslo juntas. Tengamos hijos de la misma edad y seamos sus madres. ¡Seamos juntas felices! ¡Es nuestra oportunidad de ser felices! ¿Salvar el mundo con Mateo? Mmmm... Eso puede venir después, ¿no, cariño? ¿Es que no quieres una familia conmigo? ¿Es que... no me quieres?
-¡Hija de puta!-grita Mateo mientras una gran cantidad de agua rebota en el río.
Amelia empieza a reír al ver la reacción.
-Marina es mía, Mateo. Acéptalo. Los sueños que va a cumplir van a ser los míos.
-¿Los tuyos? Ahora, ¿me vas a decir que tu sueño es formar una familia? Venga ya, sí sólo piensas en ti misma.
-Una familia con el poder de Marina... ¿por qué no? Así tendría más gente poderosa a mi merced. Después de todo, lo más importante para Marina es su hermano porque es familia... ¡Imagínate si tuviera la suya propia! ¡Podría hacer lo que quisiese con ella! Podríamos juntas destruir los humanos y al final darles a los brujos el lugar que le corresponden. Sólo hay que fomentar el odio a los humanos, fácil. Llegar a los humanos, fácil. Engañar a los humanos, aún más fácil. Demostrar que podemos acabar con los humanos, súper fácil gracias a Marina. Destruir a todos los humanos, algo que haré con placer. Además, seremos unas pobres enamoradas que lo tuvieron difícil para ser felices... ¿quién no nos van a adorar? Las cursiladas venden mucho. El amor prohibido vende mucho. La gente débil, empatiza mucho. Obviamente, tú no tienes ningún sitio en mis planes y lo único que puedes hacer, es quedarte mirando. Así que - Amelia se sacude el pelo, con aires de superioridad - disfruta del espectáculo, perdedor.
-Alguien te parará los pies tarde o temprano, Amelia. Marina está hecha para salvar el mundo, no destruirlo-respira hondo Marco y lo suelta. Ha conseguido al fin relajarse. Sabe que usando la violencia no conseguirá nada.
-Yo elijo para lo que está hecha Marina, Mateo. Así es como funciona tener a alguien enamorado de ti. Es maravilloso. Deberías irte y buscar el amor. Es la mejor forma de manipular a alguien. Es satisfactorio, deberías probarlo.
Mateo le mira con una gran mirada de odio y levanta su mano. Amelia cambia su cara a la de horror y se lleva las manos en el pecho. Empieza a ahogarse, incluso a cambiar de color... Entonces, Mateo abre los ojos de par en par, como si hubiese notado algo que no esperaba y para en seco. Amelia respira hondo y su color vuelve en sí. ¿Qué acababa de pasar? Miro a Mateo extrañada.
-Noté que ya se había formado el embrión de Alberto. Era una zorra, pero esa zorra tenía un hijo de Marina, aunque no fuera genético. Mi sobrino, aunque no fuera genético. No podía matarla, aunque ganas me sobraran... pero eso significaba acabar con dos vidas. No podía hacerlo. -responde el fantasma, observando con detenimiento su figura pasada
Mateo del pasado empieza a andar, a alejarse de allí, con los ojos abierto como platos, totalmente pálido. Se mira las manos, horrorizado por lo que acababa de hacer.
-Eres débil, Mateo-empezó a reír Amelia-¡Realmente débil!-le grita. Retumba por todo el paisaje.
Mateo mira al frente y sigue andando. Hace oídos sordos y traga saliva, masajeándose sus propias manos. De fondo, se escucha la risa malvada de Amelia, hasta que llega a estar tan lejos que no puede escuchar.
Llega al pueblo y busca algo con la mirada. Lo ha encontrado. Marina está abrazando a una niña pequeña que tiene marcas de haber llorado. Un grupo de adultos están rodeándolas, con una gran felicidad. Entre ellos, se encuentra el brujo que había corrido para encontrarla. Mateo la mira con una sonrisa triste. Suspira y se dirige hacia ella.
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