Intento alcanzar a Juan. Quiero saber el trasfondo de esa conversación. El conocimiento es poder y quiero ser poderosa. 

Voy cada vez más rápido, acercándome por atrás cada vez más. Extiendo la mano, buscando apoyarle en él. Si busco un recuerdo, seguro que lo encuentro y entiendo mejor lo que acaba de pasar. Venga, Juan, ve más lento. Venga, tengo que meterme en tu mente, Juan, tengo que saber el trasfondo de la conversación. Vamos. Vamos. 

En ese momento, un bloque de hielo aparece justo delante mía y me frena. Me giro. Marina tiene las manos levantadas y cara de pocos amigos. Resopla al ver que la estoy mirando y empieza negar con la cabeza. No niega con un gran enfado, si no, con una gran decepción y preocupación al mismo tiempo. 

-Tengo que saber la verdad, y por lo visto, tú ya no me la das-le digo mientras señalo el bloque de hielo

-Hay cosas que no debes ver con 16 años. Los recuerdos que puedes sacarle en este momento son ese tipo de cosas. 

-Acabo de ver como mi ex violó a un cambia-formas porque se había transformado en mí. Creo que puedo verlo

Marina abre los ojos de par en par. Baja las manos y el bloque de hielo se rompe. Ya no está Juan a la vista. Aprovecharé otra oportunidad. 

-Eso tiene que haber sido traumático. Lo siento, Miércoles-me dice

-No, lo traumático es pensar que me tenía cariño y que podía quererme y que tenía una oportunidad. Prefiero esto. Nunca me han gustado las mentiras. 

-Miércoles... era por tu bien-resopla

-Yo elijo lo que es por mi bien o no, Marina. Ahora tengo clase.

-Pero...-empieza a decir

-Clase, he dicho

Finalmente, me dispongo a ir a mi aula. Obviamente, llego tarde y el profesor me lo notifica al entrar. Me siento en mi pupitre e intento concentrarme en lo que está explicando el profesor. Sin embargo, no dejo de pensar en una cosa. Después de haber estado llorando, abrazada a Marina, dejándome ver débil e indefensa, no me dijo la verdad en ese momento al verme así. Es cierto que no ha sido cómodo de verlo, pero ha sido la verdad. Eso es lo que agradezco. 

Noto una mirada. me giro y Marcos me está observando. Levanta la mano en forma de saludo con una media sonrisa. Yo abro los ojos como platos y miro al profesor, buscando huir de ahí atendiendo en clase. Genial, no tenía suficientes emociones hoy, que ahora tengo que gestionar haberme liado con Marcos después de que Tyler dijera que quería matarme. Demasiado. Prefiero gestionar los problemas de Marina. ¿Por qué ha dejado que Juan se fuese? Ahora estaría pensando en eso y no en mis problemas de adolescente. No me gustan los problemas de adolescentes. 

¿Por qué la clase no es lo suficiente entretenida para olvidarme de todo un momento? Esto es un problema. Suelto el bolígrafo con el que estoy escribiendo y miro a la pared. El aula está llena de decoración un tanto ridícula. Se supone que sirve para ayudarnos a formar parte de la asignatura. A mí sólo me dan ganas de matar algo y llenar las paredes con la sangre. Me dan ganas de huir de la asignatura, en vez de ser parte de ella. ¿A quién se le ha ocurrido la terrible idea de que es bueno decorar el aula? 

Genial, estoy en un aula ridícula y tengo problemas ridículos de adolescentes. Esto es horrible. Aunque no sé si que tu ex viole a alguien igual que tú y luego quiera matarla es un problema típico de los adolescentes. De hecho, no sé muy bien gestionar esta situación. 

Es cierto que soy fan de la sangre y la destrucción, pero esto es pasarse. Esto es por querer ridiculizarme y destruirme de la mayor forma posible. Además, ella era la prueba 5. ¿Qué les hizo a las 4 pruebas anteriores? 

He pensado en él mucho tiempo, creyendo que habría un futuro donde podríamos ser felices. Dejaríamos el pasado y el odio a un lado y encontraríamos la manera de estar juntos y que su fuerza me sirviera de utilidad. Ahora, veo que eso es imposible. Es cierto que me da tristeza, pero sobre todo tengo ganas de destruirle. Demostrarle que pasa cuando haces daño a Miércoles Addams, o por lo menos, a un cambia-formas que se le parece. Desgraciadamente, Tyler no está en el colegio. Matarle va a ser más difícil. Debo encontrar la manera de hacerlo, aunque sea lo último que haga. Ya no quiero lo mejor para él, ya no quiero misericordia. Ya he sido suficientemente ridícula y débil por su culpa, es momento de ser la Miércoles Addams de siempre. 

El timbre suena y salgo de mis pensamientos. La gente está recogiendo y saliendo del aula. Entre ellos, está Xavier. Debo de hablar con Xavier. 

-Xavier-le llamo y él se gira para mirarme. Su mirada ha cambiado. Ya no me mira con la devoción de antes, se ha transformado en un cariño extraño. He de decir, que me gusta más

-Dime-me contesta

-Tenías razón, sobre lo de Tyler

-¿Por qué dices eso? ¿Qué sabes?-me pregunta extrañado

-La pregunta es, dada vuestra conexión: ¿Qué sabes tú?