Al fin, una rival que realmente sabe cómo hacer que no pueda moverme. Una pena que de lo que se me acusara no fuera cierto, en cierta medida. 

-No controlo mis poderes, creía que me los había mostrado tú

-¿Qué?

Noto como puedo mover todo el cuerpo de repente. Vaya, eso había sido demasiado fácil, aunque era cierto. 

-Miércoles, ¿tu madre no te ha enseñado a controlar tus poderes?

-No, sólo me habla de chicos y lo enamorada que está de mi padre y de su época de adolescente. Por eso vine en primer lugar, para saber si alguien sabía decirme qué hacer con el poder que tengo y no controlo y odio no controlar lo que hay a mi alrededor. 

-Entonces, ¿he sido yo sin darme cuenta?-Marina se mira las manos extrañada-vaya, si al final quién no sabe usar sus poderes cuando está sensible soy yo. Igualmente, deberías haber llamado a la puerta, no llego a darme cuenta de que eres tú y podrías haber muerto en el acto. No es broma, tengo suficientes enemigos como para jugármela. 

-¿Cómo la anciana a la que desafiaste al hacerte estéril a ti misma? La verdad es que ha sido una gran escena, he de reconocer. Me ha gustado como has mostrado que, por encima de todo, eres más poderosa que todo ellos. 

-¿Qué? Exactamente... ¿qué has visto?-Marina está confundida 

-Tu parto y cuando te hiciste estéril a ti misma

-Tiene sentido, después de todo me has pillado llorando porque hoy sería el 17 cumpleaños de mi pequeño Marco. Lo siento porque hayas tenido que ver eso, no son las escenas más agradables de mi vida. 

-Al contrario, han sido realmente inspiradoras, la usaré para escribir mi obra negra

-Claro... adelante...

Marina parpadea varias veces y busca algo con la mirada en su despacho. Señala una tetera con la mano y me sonríe. 

-¿Hablamos con una infusión? Porque algo me dice que no has venido a ver escenas de mi pasado, si no a hablar de algo más. 

-Sí, pero tengo algunas cosas que preguntar sobre las imágenes que he visto. Una infusión estaría bien, si tiene un toque letal. 

-¿Letal? Tengo manzanilla, ¿eso es letal para ti?

-Si pone una gota de veneno sí

-¿Una gota de veneno a una infusión? Veré lo que tengo, aunque no suelo llevar veneno encima, es una manía que tengo. 

¿Quién no lleva veneno encima? Nunca sabes cuando necesitarás matar a alguien en el acto. Además, tomar pequeñas dosis de veneno hace que así seas inmune cuando intenten matarte con él. Es algo fundamental en cualquier lugar. 

-¿Qué pasó con tu hijo? ¿Has podido verlo? Estás aquí, así que pudiste salir del poblado. 

-Vaya, vamos directos a meter el dedo en la llaga-carraspea Marina

-¿Qué llaga? Sólo he hecho una pregunta

Marina levanta la tetera y se para en seco, me mira y levanta una ceja. Me observa de arriba a abajo. 

-Miércoles, es una expresión.

-Bueno, hay algunas que no conozco al no querer relacionarme con la humanidad

-Tiene sentido, que es lo peor-Marina echa el agua mientras asimila mi respuesta-Bien, pues Marco murió cuando tenía 10 años. No pude verlo antes de que muriera, si eso ibas a preguntar. En cambio, los mentores nos formamos durante 5 años en distintos templos donde coincidimos con otros mentores y futuros mentores de varios poblados de brujos de los elementos. Eso sí, son todos hombres menos yo, como sabrás por la visión. Pero bueno, eso es otra cosa. La historia es que uno de mis amigos más cercanos es del poblado al que mandaron a Marco. Cuando volvió, lo estuvo cuidando y educando por mí. Me mandaba cartas cada tres días y me contaba como iba, el humor que tenía, lo majo que era con un mono que encontró hambriento en medio del bosque, lo agradable que era estar con él y la forma tan bonita que tenía de ver la vida. Sin embargo, heredó mi poder y cuando a los 10 años hicieron la prueba que yo le hice a tu hermano hoy, no les gustó el resultado. 

Marina trae las dos tazas con agua caliente y una bolsita de infusión y lo deja en la mesa. Después, se seca la pequeña lágrima que estaba bajando por su mejilla y se sienta al lado de mí. Para ser tan poderosa, es muy sensible. ¿Cómo lo combina? ¿Cómo puede ser las dos cosas a la vez?

-Mostró que crearía la mayor destrucción con tal de juntarse conmigo, Alberto y curiosamente, Amelia, aunque con Amelia está bastante difícil. Esto hizo que algunos de los líderes decidieran que lo mejor era quitárselo del medio cuando era pequeño y todavía no podía hacerles nada grave. Cuando Juan, el amigo que me contaba que era de mi pequeño, se enteró, corrió a ver como estaba y a huir del poblado con el niño y llevármelo a mí. En cambio, cuando llegó, mi pequeño no estaba en su habitación, y en su lugar, estaba su ropita rajada por todos sitios. Cuando me lo contó por carta no sabía que hacer, todo se paralizó. De la familia feliz que íbamos a ser Amelia, Alberto, Marco y yo, sólo quedamos dos, a menos que podamos hablar con los muertos. 

Marina ríe mientras dice esto último. Una pena no poder decir que sí que está con Amelia, ya que la sigue por todas partes como una novia perturbada. 

-Mi amigo Juan, después, mató al jefe de los mentores. A lo mejor suena muy fuerte, pero allí ascienden matando al que está en el poder que quieren obtener. Por eso, ahora es el jefe de los mentores de tierra del poblado vecino. Es algo que ahora me viene bastante bien, aunque Juan me ha dicho más de una vez que sólo lo hizo por venganza. Sin embargo, ¿de qué sirve la venganza si eso no hará que mi pequeño resucite?

-La venganza es un verdadero placer-le reprocho

-No te confundas, Miércoles, la venganza sólo es una comedura de cabeza que no te devuelve lo que perdiste. Lo único que puedes hacer es luchar por un mundo en el que no ocurra lo que tuviste la mala suerte de vivir. 

-¿Y pensar en alguien que no sea yo?-me extraño mientras Marina empieza a reírse bastante

-Veo que la empatía es tu fuerte-dice sarcásticamente

-¿Qué tenéis todos con la empatía? Eso es para débiles

-Miércoles, ¿sabes que ser poderoso es más una maldición que algo beneficioso para uno?

-¿Una maldición?-pregunto extrañada

-Mi vida hubiese sido muy distinta si no hubiese tenido tanto poder. Cuando te veo, veo a alguien sediento de poder, de establecer sus normas y sin confiar en nadie. Veo odio en tu vida y veo dolor del que huyes. Huyes con el lema de que eres alguien tan poderoso que no puedes sufrir porque el dolor es perder ante la vida. ¿Me equivoco?

-Continúa y te lo diré-le contesto

-¿Continúo cómo? ¿Qué torturas a tu hermano para sentirte poderosa y para hacer que necesite sentirse poderoso? ¿Qué huyes de reconocer que no has olvidado a tu ex Hyde? ¿Cómo quieres que siga?-dice mientras bebe la infusión

Cuando menciona a Tyler, algo en el pecho se me clava y me inunda un extraño sentimiento. Me perturba e incluso me sube a la cara, haciendo que mis ojos pesen. Debo salir de esta conversación. 

-¿De dónde sacas esas conclusiones?

-Cuando viajas tanto, empiezas a ser observador y aprendes a analizar a aquellos que están cerca. Es la única forma que hay de saber quién será un aliado interesante y quién podría traicionarte con facilidad. Además, el otro día te estremeciste cuando se asustó Alberto y pusiste una cara que no podía ser sobre Alberto. Te acordaste por alguna razón del chico ese, ¿verdad?

Vaya, es buena. Sorprendentemente buena. Sin embargo, si cree que lloraré o hablaré de mis sentimientos, no va a conseguir nada. 

-Se equivoca, lo he superado

Marina empieza a reírse en mi cara. No le veo la gracia. ¿Por qué se ríe?

-Has estado a punto de llorar cuando lo he mencionado antes. No seas ridícula fingiendo que no sientes algo que sí sientes. Eso sí es de débiles. 

-¿Y qué debería hacer? No quiero aceptar que sentí cosas por alguien que me estaba mintiendo. 

-¿Y qué si pasó? Por mucho que te pese, no elegimos lo que sentimos. En cambio, podemos elegir no seguir torturando a tu hermano, lo cual es crucial para el entrenamiento que le espera. 

-Prefiero elegir torturar a mi hermano

-Una pena que para eso tengas que pasar por encima de Alberto que, no tendrá mi poder, pero tiene mi mala leche que es peor. Además, tiene la constancia y perseverancia de su madre y no hay nada como luchar con alguien así, de ahí no se sale bien. 

-Ya me ha amenazado hoy y me ha dicho que, si no me parecía bien, hablara contigo

-Una pena que vaya a ponerme de su parte-contesta resoplando

Marina deja vacía la taza sobre la mesa. Vaya, ella ha terminado y yo todavía ni he empezado. Pruebo la infusión y vaya, está buena, sorprendentemente buena. No sé qué veneno le había echado, pero le daba un buen toque. 

-Si te sirve de consuelo, Miércoles, he llamado a algunos amigos para que vigilen y ayuden a Alberto mientras enseña a tu hermano, ya que no deja de ser un tipo de brujo que no es el nuestro. Además, estos amigos se quedarán para llenar algunas de las vacantes que hay. Así que tendrás más asignaturas para elegir. 

-Eso suena bien. ¿Son tan poderosos como tú?

-No, pero están cerca. Nadie es tan poderoso como yo, es una maldición que me perseguirá de por vida. 

-Te entiendo perfectamente. 

En ese momento, de un vaso sale una carta hecha de agua que cae a la mesa. Marina, bastante centrada, va directamente a leerla y se le abren los ojos de par en par al verla. Sonríe y empieza a reír lentamente, disfrutando cada carcajada que crea. 

-¿Qué ha pasado?

-Alguien ha matado a la horrible anciana y al mentor que era su perro faldero. Es cierto que era el mentor de Amelia y que lo adoraba, pero a mí nunca me ha dado confianza. No te puedes fiar de alguien que es el perro faldero de un ser tan horrible. Si fuera de fiar, no estaría ahí. 

-¿Matado?

-Sí, alguien ha sacado el agua de la anciana para crear dos espadas y con ellas, cortar la cabeza del mentor. Es curioso, porque la anciana era bastante poderosa, no era tan fácil de matar. Ya no veía casi, pero sentía el agua de un cuerpo a kilómetros. 

-Entonces, puede que un ser sin cuerpo con agua la haya matado-contesto, relacionándolo con que no he visto a Amelia en todo el rato. 

-Pues como no sea un fantasma, está difícil-ríe Marina mientras lee el informe-dios, qué pasada, después de cortarle la cabeza, convirtió las espadas en navajas y se las hincó en los ojos. Así era como nuestros antepasados indicaban el cadáver de un traidor al pueblo. Me parece glorioso, sobre todo porque he fantaseado muchas veces con sus muertes porque me han puesto las cosas súper difíciles con Alberto. Sin embargo, eso significa que tengo papeleo que hacer ahora, para no volver a tener ineptos en esos puestos tengo que contactar y mover algunos de mis hilos. Me temo que debes irte, Miércoles.

Tomo todo lo que queda de infusión y lo dejo en la mesa. 

-Entiendo la situación, hasta mañana

-Hasta mañana, ya hablaremos de tu ex, esto no ha acabado-me avisa Marina mientras crea ella misma una hoja creada con agua

Me voy de allí antes de que quiera continuar la conversación. Ahí está Amelia, en la puerta del despacho, mirándome con una sonrisa de oreja a oreja y totalmente relajada. Nada que ver con la mirada perdida que tenía la última vez que nos vimos. 

-¿Has disfrutado matándolos?-le pregunto

-Nunca pensé que disfrutaría tanto. 

Esto sí es una historia bonita con la que irse con una alegría a dormir.