Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 1

Me dirijo al despacho de la nueva profesora. Cuanto antes fuera, antes podía responder mis preguntas. En mi paso había gente al rededor feliz, contenta de volver a encontrarse. Demasiado entusiasmo. Además, cada seis pasos te encontrabas un nuevo grupo de chicas gritando por el nuevo brujo que iba a empezar a estudiar con nosotros, sobre lo poderoso y lo guapo que es. Patético. 

-Miércoles, veo que ya has llegado-Xavier me mira con media sonrisa

-Sí, enhorabuena, no tienes que ir a revisarte la vista, la tienes bien

Él ríe tras este comentario por alguna extraña razón. Ese verano habíamos estado en contacto, hablar con él era entretenido. Tenía una forma de ver la vida llena de sufrimiento y dolor. Esas eran dos de mis cosas favoritas. En cambio, yo a él le gusto y él a mí... sigo ocupada superando que mi primer beso fue con un asesino. 

-Te ha sentado bien el verano, por cierto

-Gracias, tú tienes el pelo más largo. Ahora, estaba de camino a ver la nueva profesora-me dispongo a retomar mi ritmo

-¿También eres fan del nuevo alumno y quieres ser la primera en conocerlo?-bromea Xavier

-No, ¿por qué ser ridículo me tomas?-me giro y clavo mi mirada en él-Voy a hablar con ella porque es bruja, quiero saber más sobre esa parte de mí

-Miércoles, ya eres vidente, no puedes ser bruja también. Creo que eso no funciona así. 

-O a lo mejor sí, nunca he sido lo que debía ser. A lo mejor con esto, es lo mismo. Ahora, adiós, Xavier, nos vemos luego.  

Xavier se queda extrañado mientras me alejo de él. Después del curso pasado, había algo que me había dejado con mal sabor de boca. No haber hablado más con Goody. Era una bruja muy poderosa y el poder, me gusta. En cambio, ahora hay una profesora bruja en la academia, debía aprovecharlo. 

Entro sin llamar al despacho de la nueva profesora. Esta se halla con ojos vidriosos mirando un papel antiguo, levanta la mirada, guarda el papel y me mira bastante extrañada. Tiene el pelo rizado, recogido en algo que puede llamarse moño, aunque tiene demasiados pelos sueltos como para llamarlo como tal. Tiene los ojos oscuros y unas gafas cuadradas del mismo tono del pelo. Aun así, aparenta ser joven, no superar la treintena de edad, y si la supera, ha sido hace poco. Viste con jersey y camisa de tonos azules, los mismos tonos que hay por todo el despacho. Demasiado color, aunque al menos, es un color frío. 

-¿Habíamos quedado o alguna buena razón para que entres en mi despacho sin avisar?

-Hay una buena razón. Soy Miércoles Addams, hija de...

-No sigas, me he leído tu informe y me he estudiado la historia de tu familia antes de venir. Es lo que tiene que sea una de las familias fundadoras y bueno, no quiera acabar muerta como la anterior directora.

¿Qué le pasa a mi pecho? Tengo un dolor punzante y una extraña sensación viene desde ese dolor punzante a mis ojos. ¿Qué le pasa a mis ojos?  

-¿Eso que veo son sentimientos de tristeza por la muerte de tu directora? Al final las anotaciones que hicieron los profesores sobre ti tenían razón, aunque el de la profesora asesina no me lo haya tomado muy en serio.

-¿Qué dicen?

-Si te lo digo, pierde la diversión, ¿no crees?-vacila mientras sonríe de oreja a oreja, sin enseñar los dientes. Me cae bien. 

-Entonces, te puedes imaginar por qué estoy aquí, ¿verdad?

-Prefiero que me lo cuentes tú, una cosa es lo que uno se imagina y otra muy distinta, la realidad. Enhorabuena, acabas de tener tu primera lección. 

Escucho una risa de fondo. No era mía, no era de ella, ¿de quién era? Miro por la habitación y ahí está, una mujer pálida, bastante joven, con ojos claros y pelo oscuro, vestida con un camisón blanco. Está mirando a la profesora con... ¿ternura? Ríe su extraño humor, igual que hacía Xavier conmigo hace un momento. La profesora ni se percata de ella, eso significa que es... ¿un fantasma que no sabe que está ahí? De repente, la profesora se ha vuelto más interesante. 

-¿Y bien? ¿Algo que decir, Miércoles?

La mujer del camisón me mira y se da cuenta de que la estoy observando. Se asusta y agita las manos con velocidad, indicando que no diga nada de que ella está ahí. Interesante, realmente interesante. 

-Sí, como ya sabe vengo de una familia de brujos, en cambio, no sé nada del poder que puedo tener y mi misión, obviamente, es ser cuanto más poderosa, mejor. 

-Ya eres vidente, Miércoles, no puedes ser también bruja. Si quieres puedo hablarte de tu dinastía, contarte que tipo de brujos son, que es lo que los caracteriza y de donde viene su poder. En cambio, si tu padre es brujo y tu madre es vidente, tú sólo puedes obtener uno de los dos poderes, no ambos. Como mucho, creo que tenías un hermano o algo así, ¿estoy en lo cierto?

-Sí, algo así podría decirse

-Bien, pues tu hermano sí podría ser un brujo, si todavía no se ha mostrado como vidente. Tú no, Miércoles, sin embargo, eso no significa que seas ya poderosa. 

-Decepcionante

-La vida suele ser decepcionante

Hago esa mueca que es lo más parecido a una sonrisa que puedo hacer. Me cae bien. 

-¿Ese poder podría proteger a mi hermano?-pregunto

-Mucho más que eso. En cambio, antes de querer el poder, debes entender el poder. Por eso, debes entender que tipo de brujos hay en tu familia y qué significa. ¿Has tenido esa conversación con tu padre?

-¿Con mi padre? 

-Sí, puedo contártelo yo, pero no dejo de ser una extraña. Creo que es mejor que te enteres por tu familia, sobre todo porque no creo que te vaya a sentar bien la noticia, viendo tus apariencias de psicópata. 

-No son apariencias, es un estilo de vida

-Seguramente, muy agotador. Cierra la puerta cuando salgas de mi despacho y la próxima vez que entres sin llamar a la puerta, no voy a atenderte.  

-¿Y si...?

-No voy a atenderte, he dicho. 

Clavo su mirada en ella y ni se inmuta, realmente debe ser poderosa. Lo cual significa que lo que dice, seguramente, sea cierto y que tengo que llamar a mi padre. No me puedo creer que me haya librado de ellos y pocas horas después deba volver a tratar. Agotador. 

Me dirijo a la puerta del despacho cuando alguien la abre por mí. Un adolescente con ojos claros y pelo oscuro. Pálido y con cierto atractivo. Fuerte, pero no mucho. Elegante, pero no esnob. En cuanto me ve, da un bote. Otro que se asusta con facilidad, como él. Otra vez vuelve esa punzada en el pecho. 

-Dios. ¿Quién es esta gótica que asusta tanto?

En ese momento, aparece un látigo de agua detrás de este chico, y le da suavemente en la cabeza. Aun así, él se queja del dolor. Débil. Decepcionante. 

-A los distintos se le respeta-le comenta la profesora desde su mesa con bastante seriedad

-Pero...

-¿Quieres otro?-levanta la profesora las cejas

-No se preocupe-respondo yo-no me siento insultada, de hecho, me siento alagada. Muchas gracias por tus palabras... ¿tu nombre?-me dirijo al chico que había abierto la puerta

-Alberto-contesta extrañado

-Perfecto, ahora si me disculpáis, voy a torturarme a mí misma llamando a mi familia

Ya he salido del despacho, cuando veo que algo me para, el mismo látigo que le había golpeado a Alberto, ahora me corta el paso. Está hecho de agua, pero para ser agua, no puedo atravesarlo. ¿Es este el poder de los brujos de agua? Interesante, aunque decepcionante, no asusta para nada.

-Espera, Miércoles

Me giro y la profesora ha salido del despacho, quedando al lado de Alberto. No son muy altos. Ella mide como yo y él unos diez o veinte centímetros más. Eso era ser bajo en esta sociedad. Me gusta que no sigan los patrones definidos por esta sociedad. Lo diferente siempre es más interesante. 

-¿Puedes mostrarle la academia a Alberto? Realmente, creo que eres la única alumna que no babea con él y puede tener a raya a la gran cantidad de adolescentes con revolución de hormonas que quieren acercarse. 

Alberto nos mira extrañado a ambas. Espero que sea más listo de lo que está mostrando. 

-Está en lo cierto, pero, ¿por qué tendría que hacerlo? He venido por una información y me ha dicho que le pregunte a tus padres. 

-Porque te caigo bien y lo sabes-vacila la profesora

Iba a rechazar su oferta cuando, delante mía aparece la mujer en camisón. Me suplica con gestos que lo haga. Es cierto que me cae bien, pero me interesaba más llevarme bien con ese fantasma. Algo me dice que tiene algo interesante que contar y nunca está mal llevarse bien con un ser que puede cruzar paredes. 

-Es cierto. Vamos, Alberto. 

-Pero...  -sus ojos pedían ayuda

-Tranquilo, Alberto, no va a matarte. Además, hemos venido a que abras la mente. ¿Qué mejor manera que juntándote con alguien tan poderoso como Miércoles?

-Alguien poderoso, me gusta cómo me describe

-Lo sé-sonríe la profesora

-Bueno, que sea lo que Dios quiera. Vamos, Miércoles-suspira el chico

-Vamos, Alberto. 

Después de unos pasos, Alberto se acerca sigilosamente a mí, como si tuviese miedo de que la profesora lo escuchara. 

-Oye, Miércoles, ¿tú conoces a todo el mundo y todos los sitios interesantes del instituto? 

-No, obviamente me repudia los acontecimientos sociales. En cambio, conozco a alguien que sí. 




Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro