Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Lo que el hielo ocultó: cuestiona.

Capitulo 24

Lo que el hielo ocultó: cuestiona.

Rosemary seguía nerviosa y avergonzada, sus padres hablaban con la mamá de Lauren, explicando cosas que ellos no entendían, como por qué Vid confesó haber sido testigo del asesinato de un amigo, o de como él creía que esos dos hombres eran culpables. Rosemary trataba de entender a Vid, pero no podía. Su hermanito menor estaba tan convencido que hace tres días su novio estaba muerto que daba escalofríos. No había podido hablar con Albert ni con Katia, y desde que Vid desapareció el miércoles no había podido preguntarle nada.

—Lauren... desearía tanto que usted despertara y aclarara todo esto... —Pasó la mano por el cristal. Se pasó la mano por debajo de la nariz—. Diga que mi hermano no le hizo daño...

—Ya Rosemary, nos vamos a casa. —La mamá de Rosemary le avisó y entonces Rosemary se quitó de la ventana sin mirar a atrás a la mamá de Lauren.

¿Quién es Roger Bernard? Se preguntaba. No es simplemente un cirujano, un doctor en sus treintas que salía con una muchacha joven, ¿Quién es él?

Se había casado a los veintitrés, y a los veinticinco ya estaba divorciado. Su esposa murió estrangulada a manos de un hombre borracho que interrumpió en su casa, y después de tratar de robarle, intentó violarla y la mató. ¿Pero fue eso lo que en realidad pasó? A los ojos de la policía. Sí. A los ojos de él, no estaba muy seguro.

¿Por qué se separarían dos jóvenes en tan poco tiempo?, ¿producto de los celos, de la infidelidad? ¿Existe la posibilidad de que la muerte de la joven muchacha haya sido un crimen pasional por parte de un amante?

Roger Bernard, según sus compañeros de trabajo, según sus amigos, es un hombre tranquilo, pacifico, que actúa con calma y precisión. Que le ha ido bien en la vida después de heredar la tierra a las fueras de Múnich de parte de su padre. Su madre vivía al otro lado, muy vieja como para llevarle al rastro de todo lo que hacía su hijo.

—¿Usted está consciente de que esta conversación está siendo grabada, y que todo lo que usted diga puede ser utilizado en su contra?

Katia asintió.

—Bien, ese hombre de allí es un testigo de esta conversación. Y la señorita escribirá su declaración. Señorita Katia, ¿sabe por qué está aquí?

—Mi novio tiene un amigo psicópata.

Lucas Baum miró a la pelirroja.

—Joven, ¿está usted al tanto de por qué está aquí?

—No. No estoy seguro, yo no entiendo.

—Usted tiene un amigo, llamado Vid, o le dicen así. Él chico vino el pasado martes y nos confesó que había visto con sus ojos como usted mataba a su otro amigo, Vladimir Dinte, porque supuestamente él quería confesar lo sucedido el lunes, después de que se dieran cuenta de que Lauren Lambert había sido encontrada. Que tú, tu novia, Vid y él chico, sabían de una mujer que había sido secuestrada, creemos que era Masha Endler, y que ustedes observaban como era maltratada por dos hombres.

—Eso es completamente falso. Oiga, escuche, Vid Wolff es un niño con problemas, escúcheme bien, pro-ble-mas. Se inventa cosas. A él le gustaba la chica que desapareció, es por eso que piensa que sabía de ella. Pero no. Háganle investigaciones, verá que el muchacho tiene desequilibrios mentales.

La chica rodó los ojos cuando terminó de hablar, Lucas Baum asintió.

—¿Qué encontraron una funda con cosas de Vladi? —preguntó él a Lucas, él le asintió suavemente—. No sé qué decirle señor oficial, no sé.

—Albert, solo dime la verdad.

—Le voy a decir la verdad. —Katia un poco impaciente empezó, tocaba la mesa con sus dedos—. Le mentimos a Vid. Queríamos engañarlo, pregúntele a quien sea, Dios, ¿han encontrado el cuerpo de Vladi? ¡No!, ¿sabe por qué? ¡Porque él está vivo!

—Joven Albert, ¿por qué querían ustedes asustar a Vid simulando la muerte de su amigo?

—Para que no fuera flojo.

—¿Flojo con qué?

—Con la lengua. —Se tocó su lengua.

—¿Qué escondían?

Albert alzó la vista hacia Lucas. Lo miraba con una mirada enojada.

—¿Qué escondían, Albert, que era tan horrible como para asustar de muerte a su amigo discapacitado para que no hablara, qué? —Se le acercó.

—¡Íbamos a decirle que era una broma el miércoles!, ¡lo juro!, maldición. Vladi está en casa de su tía, en Hamburgo, él volverá. ¡No le crean a él! Vladi solo lleva cuatro días de haberse ido, vive solo en un apartamento cerca de la casa de Rosemary, solo le queda su tía. Antes de ayer le hubiésemos contado a Vid que era una broma, sí, queríamos asustarlo para... —Se calló lo que iba a decir—. Nunca mataríamos a un amigo. —Katia empezó a llorar.

—Katia, escúchame bien, solo escúchame tú ahora a mí, ¿por qué querían atemorizar a Vid?

Katia se mordió el labio y negó varias veces con lágrimas mojando sus ojos.

—Katia...

—No quiero perder mi vida en la cárcel. No quiero ir a la cárcel.

—Katia... —susurró Lucas despacio—. Dos mujeres fueron injustamente maltratadas, y ellas necesitan justicia, si tú cooperas, yo cooperaré contigo y ayudaré a que se te reduzca la pena.

Ella le miró.

—No quiero ir a la cárcel.

—Si aceptas testificar en el juicio, te lo prometo, te ayudaré a que se te baje la pena. —Le repitió.

Ella tragó en seco.

—Y a mi novio por favor, se lo ruego. —Sollozó con la cara echa un desastre.

Lucas lo pensó.

—Haré lo que la justicia me permita. Pero primero tengo que ver a su amigo con vida.

Hola, este es el teléfono de Vladimir Dinte, si está escuchando esto, no puedo contestar la llamada, deje su mensaje y le contestaré cuando se me pegue la maldit... pii.

—Hola Vladi. Oye, las cosas salieron mal. Ven pronto a Múnich, Vid y Albert están presos, estoy en libertad provisional. Hay tremendo lio. —La voz de Katia murmuraba al teléfono.

—Vid, que bonito nombre.

—Gracias —respondió seco.

—¿Cómo estás? —Lucas preguntó despacio.

—Bien. —Miraba sus zapatos.

—Vid, —Lucas se acercó más a la mesa—, háblame de Lauren.

A Vid se le aclaró el rostro. Como si tan solo su nombre le produjera dicha y felicidad.

—¿Es hermosa, no es así?

—Sí. Lo es, muy hermosa. —Vid sonrió—. ¡Muy hermosa!

Lucas le sonrió.

—¡Te gusta mucho!

Vid asintió.

—¿Y qué más?

—Ella es... no sé cómo decirle, vi un video de ella bailando. Me obsesioné con su persona, y la amo. Es tan carismática y buena gente. —Se tocaba la barbilla mientras hablaba. Lucas Baum apuntó "Video, Lauren" en su libreta—. En mi casa todos las amamos, desde mi hermana hasta yo. Que viniera a Múnich fue un regalo de los cielos.

—No creo que ella piense lo mismo. —Lucas dijo más para sí mismo que para Vid—. ¿Cómo es su relación?

Ella... —suspiró—, yo no le gusto.

—¿Cómo lo sabes? —frunció el ceño.

Vid imitó su acción.

—No es mi novia, sino de otro hombre.

—¿Y eso te enoja?

—Un poco.

—¿Qué harías con ese enojo?, ¿Cómo lo canalizas?

—Yo no le hice daño a Lauren. Ella me hizo daño a mi señor, ¡oyó! —le gritó.

—Calma.

—No, ¡ella me engañó!, ¡éramos novios, ella me besaba!, y después ese hombre me partió la nariz en frente de todos, ¡me humilló! —Se estaba sobresaltando.

—Te entiendo. —Lucas asintió.

—¡No, usted no me entiende!, ¡Rosemary me dijo que él la golpeó!, maldita perra, ¡siguió con él!

Lucas anotó eso. Se pasó la mano por el cabello rojo vivo.

—¿Cuándo fue la última vez que la viste?

—En su cuarto, debajo de la tierra, estaba como drogada, y olía a sudor, un olor desagradable.

—¿Cómo desagradable?

—Como si no se hubiese dado un baño por días —respondió, y sonrió—. Pero lo juro señor, aun así era hermosa, hermosa.

—¿Qué hacías allí?

—Un hombre pelinegro me dijo que podía usarla si yo quería. —Se acercó a Lucas—. Un hombre me dijo que podía tener sexo con Lauren. —Mostró los dientes en una sonrisa siniestra.

—¿Y qué hiciste?

Vid se rió.

—¿Qué cree usted que hice?

—Explícame esto Roger, ¿Por qué un muchacho dice que te vio secuestrar a una muchacha? Dime la verdad.

Roger se alzó de hombros tras las celdas.

—Maldita sea, eres mi cliente, pero escúchame bien, sino me dices la verdad no pondré defenderte, Lucas Baum y la fiscalía iniciarían un juicio contra ti, ¿escuchaste?

—Yo soy inocente, y Guido, debes creer en mí hasta el final.

Guido golpeó la celda.

—¡Creo que tu final es claro ya! Maldición, Roger Bernard, yo renunció a esta mierda, ¿escuchaste? ¡No bajaré el nombre de mi firma de abogados por defenderte a ti cuando no me eres honesto!

Roger se alzó de hombros.

—¡Lo lamentaras! ¡Podía lograr que se te bajara la pena!, ¡eres un tonto!

Roger se acostó en su cama, y cerró los ojos, ignorando a su furioso ex abogado.

—Al parecer Vladimir Dinter no está muerto. Esa versión corrobora con las cámaras de seguridad del metro que lo graban subiéndose a éste. —Lucas Baum soltó la grabadora encima de su escritorio. Le preocupaba como el testimonio de Vid se iba deteriorando, casi dejándolo sin pruebas para arremeter contra el doctor Bernard, porque si Vid había mentido sobre la muerte de su amigo, ¿sobre qué más había mentido?, ¿Qué tan en serio puede tomar el testimonio de un chico con problemas?

Minutos después se encontraba entrando a la sala de interrogaciones, donde Roger le esperaba relajado, aunque se acababa de quedar sin defensor, y estaba solo contra todo lo que le culpaba.

—Un placer verlo de nuevo.

Lucas Baum no le respondió a su voz sarcástica.

—¿Cómo va todo?

—Roger Bernard, Vid Wolff posee ciertas irregularidades en toda su confesión, por lo que su testimonio en contra de usted no se toma en mucha cuenta, pero quiero que sepa, que aún tenemos pruebas en contra de usted.

Roger hizo un sonido con los labios. ¿Con que el único que sabía estaba mintiendo? No podría correr con más suerte.

Lucas se acomodó en la silla.

—Oiga doctor, yo me mantuve pensando: ¿Cómo logró usted atrapar a Lauren Lambert? —Lucas hablaba fingiendo desinterés.

—¿Atraparla? Yo no he atrapado a nadie.

—Usted no me entiende, quiero decir, la joven es toda una belleza, ojos verdes color jade, labios contorneados, cabello rizo brillante, de tez estrambótica. Tiene un bonito cuerpo, con dones muy particulares, y es que vi un video en el cual la señorita bailaba y se le daba bien, doctor, ¿Cómo logró tal belleza exótica bajo sus garras?

—Yo no me quedo atrás tampoco. —Roger sonrió.

Lucas rió de esa declaración.

—Si es así, todos los hombres en esta sala somos atractivos.

Roger miró a Lucas Baum, que quizás cuando no era tan viejo poseía más galantería, pero supone que cualquier mujer puede sentirse atraída a un pelirrojo cuarentón policía.

—Pero somos más de lo común, donde sea que mires verás a un hombre como tú o como yo, pero aquí en Múnich, una belleza como Lauren, es en serio doctor, ¿Cómo la conoció?

—Lauren y su mamá entraron a mi oficina a finales de noviembre del dos mil seis. La chica no dejaba de mirarme. Se veía que yo le gustaba. En cada cita me miraba como si en mi cara se le hubiera perdido algo. Ella es muy ligera al presentar sus emociones.

—Y usted tomó ventaja de eso.

—No, yo sigo una ética profesional. No me ligo con pacientes.

Lucas asintió riendo por lo bajo y alzando las cejas.

—Ellas se mudaron dos casas al frente de mi casa. —Roger se inclinó a la mesa.

Lucas se interesó más con la historia.

—Lauren no sabía que yo vivía allí, hasta que un día me vio, y me fue a saludar.

—¿Lo fue a saludar? —preguntó sin creerlo.

—Sí. Y dijo que le gustaba mi camisa, siendo muy obvia con sus métodos de seducción.

—¿Y que usted le dijo?

—Que me gustaban sus botas. Y oiga, la vi muchas veces con esas botas después.

Lucas se acomodó en la silla, se puso serio.

—No nos salgamos del tema, ¿Cómo inició la relación que usted dice tenía con ella?

—Un sábado Lauren decidió seguirme.

—¿Seguirlo dice?

—En el auto de su mamá, me estaba siguiendo, y me detuve en el bar Baviera.

—¿Sí?

—Me senté y esperé.

—Lauren Lambert tiene dieciocho años de edad, ¿Cómo logró entrar? —preguntó Lucas, quien conocía el bar Baviera y su restaurante del frente.

—Una buena propina al portero...

Lucas asintió.

—Se me sentó al lado, y le invité una cerveza. Después me invitó a bailar, y después, —Roger sonrió—, bailamos, claro está.

—Veo que lo hizo bien. —Lucas entrecierra las cejas—. A juzgar por su sonrisa.

—Me provocó una erección. Y yo estaba molesto por lo que esa niña me había provocado.

—Suena complicado. ¿Qué le hizo entonces?

—Tenía opciones, —Juntó las manos—, ir con ella a los baños traseros, llevarla a mi pent-house y hacer lo mismo, o dejarla ir. Todo tenía su contra, además no estaba seguro si ella quería o no, toda parecía más una muchachada así que la dejé ir. De todas formas, si mostraba interés ella se echaría hacia atrás.

—¿Y ella volvió?

—A buscarme, todo el tiempo.

—Vladimir Dinte. El muerto viviente.

Vladi no respondía.

—Estoy tratando de tejer estas cuerdas juntas, pero no he encontrado el sentido ni a una sola, ¿por qué fingir una muerte? —Lucas se impacientó porque no respondía—. Si usted no habla, serán peor las consecuencias.

—Vid quería contar lo que vio. Se sentía culpable.

—¿Culpable de qué?

—De ver sufrir a la mujer y reírse de ello. Solo eso, vamos, solo estábamos curiosos. Es como ver a un hámster siendo atacado, indefenso, te causa morbo. Pero después encontraron a la mujer, Vid entró en pánico y quería confesar, pero solo me dijo a mí. Yo le dije a Albert y Katia lo que ocurría. Fue así como se nos ocurrió el plan de fingir mi muerte. Para que él creyera que si hablaba, moriría. Simplemente. Ya. Somos inocentes todos.

—¿Tienes idea de todos los delitos que has confesado justo ahora Vladimir Dinte?, tienes suerte si sales de aquí sin canas. —Lucas bromeó con él.

Vladi lo miró con una mueca en el rostro, no compartía su sentido del humor.

—Mi niña... —susurró tomando la mano de Lauren y poniéndosela en su mejilla mojada—. Sé que te he dicho incontable veces que solo somos tu y yo contra este mundo, pero me siento tan sola y devastada, seguro tú también te sentías así, lo siento tanto, te dejé sola. Te dejé sola y te hicieron daño. —Se limpió la garganta—. A veces desearía que mamá estuviera aquí, ella me apoyaría, pero estoy sola contigo aquí. Nunca te ha visto Lauren, por favor, quiero que te vea con vida. —Se acercó más a la cama, tocó el vientre de Lauren—. Quiero que vea la criatura. No estoy enojada porque estés embarazada, te juro bebita, no estoy enojada contigo por nada, por nada, solo quiero que me hables. —Se rió—. Me estoy volviendo loca bebita, loca...

Herman tocó la puerta antes de entrar. Laura se limpió los ojos y las mejillas, se acomodó en la silla.

—Hola.

—¿Cómo está ella, y como estás tú?

—Ambas estamos bien. —Laura intentó sonreír—. Quisiera estar un momento a solas, con ella por favor.

Herman se acercó a Laura y besó su frente, después agarró su cara con ambas manos, acariciando con sus pulgares debajo de sus ojos.

—Cariño, necesitas comer algo y descansar un poco también. Vamos a la cafetería. Lauren estará bien, si te vas a descansar yo cuidaré de ella.

Laura miró a su hija.

—No tengo hambre, no estoy cansada.

—Solo un café, ¿Qué tal eso?

—Tráemelo, me lo beberé detrás de aquella ventana. —Se soltó de las manos de Herman, y recostó su cabeza de la cama de Lauren mientras la veía respirar despacio—. Mi bebita... ella me necesita a su lado, todo el tiempo.

Herman salió de la habitación a buscarle el café. Entró el doctor, quien llevaba el progreso de Lauren.

—Señora Soares.

Laura se acomodó en su silla, después se levantó para darle la mano.

—Hola doctor.

—Estuve hablando con el doctor que monitorea el embarazo de su hija y nos preguntábamos cuál era su decisión en cuanto al bebé.

—¿A qué se refiere? —Laura frunció el ceño.

—¿A que si lo mantendrán o no?

Laura observó a Lauren.

—Quizá el niño sea deseado, pero si fue producto de una violación puede que la señorita no quiera saber del pequeño. Así que todo queda en sus manos. —El doctor le dijo a Laura.

—No puede quedar en mis manos, no soy la madre del bebé. —Miró a Lauren—. Lo siento, cuando despierte, ella decidirá si convertirse en madre o en asesina. —Le miró a los ojos con los labios apretados.

—Ha pasado un mes desde que Masha Endler y Lauren Lambert fueran encontradas en el Lago Cisne con severos daños por el frio, y una de ella con diversas contusiones severas. Mañana se inicia el juicio contra Vid Wolff, Vladimir Dinter, Albert Lenz, Katia Reber, Kay Klager y Roger Bernard. Sospechosos todos del delito. Fin de la nota. —Lucas se mordió el labio. Una sensación de vacío lo invadió, el juicio iniciaba y casi no tenía nada que le asegurara que ganaría el caso en su totalidad.

Roger se molestaba sus uñas de la mano derecha con la mano izquierda cuando sintió que alguien se paró justo al frente de su celda, alzó la vista. Un hombre alto, vestido de traje, le sonrió. Tenía ojos grises y cabello castaño claro muy corto.

—Doctor Roger Bernard, soy el abogado de la firma Neisser. Su antiguo abogado ha estado divulgando secretos sobre usted; "que usted el culpable de todo lo que se le imputa", pero yo doctor, creo firmemente en su inocencia, y durante todo este mes he estudiado el caso y el acta de declaración de todos los testigos. Si acepta mi ayuda estaría encantando de sacarlo de esta celda con su libertad y su nombre en limpio. Mi nombre es Eike Neisser.

—Neisser, Irina Neisser, la pequeña niña que fue a mi consultorio hace dos años —recordó Roger. Tenía la tarjeta de este abogado encima del escritorio de su consultorio.

Eike tragó saliva.

—Exacto. Usted me hizo un favor que yo y mi hija le estamos eternamente agradecido, yo le haré un favor ahora.

Roger sonrió.

—Bien, porque el abogado que me dio la fiscalía era un pobre animal. —Roger se levantó y pasó la mano a través de la celda—. Acepto.

Estrecharon manos.

—Lo primero que haré será sacarlo de esta celda tan oscura para una más cómoda, después, usted y yo tenemos cosas que hablar sobre las declaraciones de los testigos. Desde ahora le digo, si no lo sabía: "entre usted y Lauren Lambert no había otra cosa que una relación amorosa"

—Y es la verdad. —Roger le sonrió mostrando los dientes.

*-*

Las declaraciones de Albert y Katia fueron hechas de esa forma a propósito y yo espero que se haya entendido, sino, entonce sorry.

Gracias por leer :)♥

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro