Capítulo 27
Chelsy
Ya hacía un buen rato que había despertado, me encontraba sola y aburrida. Para mi buena suerte la puerta de la habitación, en la que estaba, fue abierta dejándome ver a un pequeño osito de peluche.
―Hola, ¿se encuentra Chelsy Evans? ―me "preguntó" el osito de felpa blanco. Asentí, aún sabiendo que al ser un objeto inanimado no iba a ver mi reacción, pero de todas formas me causaba gracia y ternura.
«Oww, que lindo.» La puerta se fue abriendo, lentamente, hasta que me permitió contemplar a la persona que tenía el osito, era Austin, con su gran sonrisa.
―Me encontré con cierto oso, este me dijo que estaba buscando a la señorita Chelsy y no pude evitar traerlo hasta tu habitación ―me explico, mientras seguía en el umbral de la puerta.
―Es muy lindo.
El doctor Corts, sí el mismo que Austin estaba buscando cuando llegamos al hospital, me explico lo sucedido también me comentó lo del examen de sangre. Tengo que reconocer que me dió miedo pensar que podría estar embarazada. Tengo muchos planes en este instante, entre ellos están la universidad, hacerme cargo de Liam... Pero de algo estoy segura, si llego a estar embarazada, tendría a mi hijo, soy lo suficientemente madura para asumir esa responsabilidad igual como lo hice con Liam ―aunque aquella vez conté con el apoyo mis abuelos y mis tíos― no sabía si esta vez contaría con ellos. Pero de algo estaba segura, si pude lidiar con Liam y seguir mis estudios, podría hacerme cargo de mi posible embarazo.
Llevaba días viviendo en las nubes, había salido con mis amigos pero ya no era lo mismo. Jess junto con Luca se habían ido de vacaciones a Francia y luego, sin que Jess supiera, Luca había planeado pasar un par de semanas en Argentina, mi prima, Emma, al fin logró salir de su zona de confort y se lanzó a la piscina ―eso último hablando en sentido figurado― perdiendo el miedo a hablar con Rodrigo.
Por lo que me explicó, empezaron a hablar por Whatsapp, ya que al estar en el mismo grupo para las vacaciones que realizariamos en septiembre, le fue más fácil entablar una conversación con él hasta el punto de que llevan semanas teniendo citas a escondidas y nadie se a enterado de eso ―bueno en realidad lo sabemos nosotras pero eso es porque ella nos lo explicó todo tal y como había pasado―.
Otro de los acontecimientos era que para el día de nuestro cumpleaños, sí Asher y yo cumplimos años el mismo día, nuestros padres iban a estar presentes y ese era el mejor regalo que podía pedir.
Por otro lado estaban los hermanos Brown, April estaba actuando raro desde que empezamos el mes, también estoy sospechando que está manteniendo una relación en secreto pero no sabría decir quién es el afortunado que se ganó el corazón de es loca ―en el fondo todos sabemos que ella es una cabra loca, que vive la vida al máximo sin importarle que su vida siga exponiéndose al peligro―.Y con respecto al otro Brown está poniendo mi mundo del revés y no quiero eso, necesito recuperar el rumbo de mi vida, pero tanto Austin como Erick se están encargando de que me vuelva loca con mis sentimientos.
Un vez alguien me dijo "Si te enamoras de dos personas al mismo tiempo, elige a la segunda, porque si de verdad estuvieras enamorado la primera no te hubieras fijado en la segunda."
Y ahora ya no sé qué hacer, no quiero hacerle daño a ninguno de los dos. Ambos son dos pilares importantes en mi vida, Erick fue la primera persona que estuvo a mi lado desde los cinco años y pensar que todo nuestra historia empezó porque soy una despistada.
Apenas llevaba una semana viviendo en la Jolla, pero aquél día necesitaba estar sola y dejar que mis pensamientos fluyen con naturalidad, mi vida era un auténtico caos. Por más que tuviera a mis tíos y primos nada era igual, así que sin que nadie se diera cuenta salí a caminar. Estaba tan sumergida en mis pensamiento que ni cuenta me había dado de que me había alejado de la casa de mi tíos y de la playa, intenté volver por donde había pasado pero no recordaba nada, me había perdido y nadie sabía que había salido a tomar un paseo.
Todo era nuevo para mi, apenas y me sabía algún punto de referencia de donde estaba mi nuevo hogar, todo mi ser se tensó cuando escuché unos pasos detrás de mí por más que intentara correr mi cuerpo no respondía.
-Hola, ¿Te puedo ayudar?
No respondí , sentía mucho miedo, quería salir corriendo aunque no supiera dónde ir. Pero no podía estaba congelada del miedo
-Tranquila, solo quiero ayudarte -lentamente me gire y pude ver el rostro de un niño.
El niño tendría entre cinco y seis años, era de tez pálida, su cabello era negro como el carbón y lo que más me llamó la atención fueron sus lindo ojos marrones ―aquellos ojos transmitían algo especial, no habían suficientes palabras en el mundo para describir lo magico que era.
-Me he perdido ―dije con tristeza y con lágrimas en los ojos― y no sé cómo volver a casa.
-Podrías decirme algo respecto a tu familia, quizás los conozco ―me ofreció una linda sonrisa.
-¿Sabes donde vive la familia Carter? ―le pregunté, mi llanto aún no cesaba pero esperaba que él hubiera entendido lo que dije.
-Sí ―una gran sonrisa se formó en su rostro―y que sepas que somos vecinos. Te puedo llevar
Wow, nunca había visto a un niño tan lindo.
-Gracias ―le agradecí.
Empezamos a caminar rumbo a casa de mis tíos, íbamos en silencio hasta que decidí romper el hielo.
-¿Cómo te llamas?
-Me llamo Erick ¿y tú ? -me preguntó- nunca te había visto.
-Soy Chelsy ―le respondí―, nunca me habías visto porque me acabo de mudar con mis tíos.
Después de eso el resto del camino fue silencioso, cuando llegamos a la casa lo invite a pasar.
-¿Quieres pasar?
-No gracias, ahora me iré a jugar con un amigo.
-Okey ―la desilusión se hizo presente, pero de igual forma puse una sonrisa.
-Adiós Chelsy, ¿podemos jugar mañana?
-¡Claro que sí! -le respondí muy feliz- Adiós
Se acercó me dio dos besos en la mejilla y así nos despedimos. Al día siguiente él estaba esperándome en la puerta para ir a jugar.
Desde ese día empezó una larga amistad que no quiero perder, una vez casi lo pierdo y todo eso se soluciono cuando me fui a New York de intercambio por unos meses.
Por otro lado se encuentra Austin, él es un chico maravilloso que en estas últimas semanas se ha empeñado en sacarme sonrisas, hemos compartidos momentos únicos por no decir que siento que lo conozco de antes. Sus caricias provocan que mi ser empiece a estar en llamas, sus ojos azules me atrapan de una manera tan hechizante que me hace olvidar hasta de mi propio nombre.
«¡Aagh malditas hormonas! ¿¡ Por qué la vida juega tanto con mis sentimientos!?»
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