Capitulo 6
Y aquí estoy, tirada en el suelo con un horrible dolor en la espalda (Para el colmo, algo empapada gracias al garrafon). Logre levantarme un poco justo cuando Akagi y Mitsui se acercaban a mi
-¿Estas bien, Sakuragi?- pregunto el capitán, sonaba bastante preocupado
-S-Si... Solo fue un rozon- respondí mientras me ponía de pie
-¿Estas segura? Sono bastante fuerte-
-No, no, estoy bien, en serio-. Era obvio que estaba mintiendo, no podía caminar sin hacer una mueca. Por alguna razón no pude evitar sentir una mirada sobre mi, voltee y me tope con Rukawa. En su mirada podía sentirse una especie de... ¿Preocupación?
Volvi a la cancha y el juego se alargo un par de minutos gracias a mi accidente. Esos minutos fueron clave para darle la victoria a nuestro equipo, Shohoku paso al torneo interescolar. Apenas vi como los capitanes se daban la mano, me fui a los vestidores, quería descansar un poco. En el suelo estaba mi mochila, ¿Por que no? Tome mi suéter y lo puse en el piso antes de recostarme usándola como almohada
*POV's Rukawa*
Entramos para ducharnos, Sakuragi entro primero, ya debió haber salido; pero nos topamos con cierta pelirroja dormida en el suelo. Sin darme cuenta, todos la imitaron tendiéndose a su alrededor, supongo que un descanso no estaría mal. Me recosté a su lado usando las piernas de Ryota como almohada. Estaba a punto de quedarme dormida cuando sentí como algo se apoyaba en mi pecho, abrí los ojos y vi a Sakuragi abrazada a mi cuerpo; mire fijamente su rostro y pude apreciar una pequeña sonrisa. Cuidadosamente, rodee su cintura con mis brazos antes de finalmente caer en un profundo sueño
*Fin POV's Rukawa*
Se que todos se sorprenderán cuando llegue, y no los culpare; después de todo, un cambio de look no le hace mal a nadie. Entre a mi salón y me senté en mi pupitre -Disculpa... Es que ese asiento es de mi mejor amiga, y no debe tardar en llegar-
-¿Tan irreconocible soy ahora?- comente un poco divertida, mirándolo a la cara
-...¡¿Hanamichi?!- grito bastante sorprendido, llamando así la atención de todos -Pero... ¿Que le hiciste a tu cabello?-
-Pense en cambiar de imagen, así que me lo corte. La verdad no creí que seria tan radical- respondí
-Wow, siéndote sincero, te queda muy bien. Y la ventaja es que ya no te estorbara en los entrenamientos. Hablando de eso, Ayako me llamo diciéndome que nos quiere ver a todos en la cancha-
Ambos salimos del salón y entramos a los vestidores para ponernos el uniforme del equipo. Al salir, inmediatamente atraje la mirada de mis compañeros; todos se acercaron mientras me hacían las clásicas preguntas: "¿Realmente eres tu?", "¿Que le hiciste a tu cabello?". En fin, después del interrogatorio, comenzamos con el entrenamiento; el único problema era que con cada movimiento, la espalda me dolía mucho
Por varios días tome unas pastillas que aliviaran un poco el dolor, no faltaba a los entrenamientos de la escuela, pero si deje de practicar en una cancha que esta cerca de mi casa. Cuando sentí, o al menos creí, que el dolor había bajado, decidí ir a practicar un poco. Entre y deje mi mochila en una de las bancas
-Hola torpe-. Me asuste un poco al escuchar esa voz así de repente, voltee y vi a Rukawa con un balón en sus manos -R-Rukawa...-
-¿Como sigue tu espalda?-
-¿D-De que hablas?- pregunte algo nerviosa, si se daba cuenta de mi lesión, podría avisarle al capitán y me perdería del siguiente partido
-No tienes que fingir, te lesionaste la espalda después de caer sobre esa mesa- respondió, sin quitar su mirada fija sobre mi
-Bueno... Ahora me siento mejor-
-Mmm... Te reto un juego- comento así sin mas
-¡¡Claro que si!!- ...Por favor díganme que no soné como una niña de 5 años
El cara de zorro entro a la cancha mientras botaba el balón -¿Estas lista?-
-Por supuesto que si-
Ambos comenzamos a jugar por varios minutos hasta que por fin pude quitarle el balón, corrí hasta la canasta y di un gran brinco para por fin encestar el balón. Pero, al tocar el suelo, volví a sentir ese agudo dolor en mi espalda baja; provocando que cayera de rodillas
-¿Necesitas algo?- pregunto Rukawa al verme de esa forma
-No necesito tu lastima, cara de zorro-. Realmente estaba molesta, pero creo que era conmigo misma
-Como quieras. Me voy-
Tomando su mochila, el cretino salio de las canchas. En ese momento me maldije por mi orgullo, trate de levantarme pero solo logre apoyarme en una banca mientras mi pierna temblaba -D-Demonios. Ahora me duele aun mas-. Al intentar sentarme, mi pie se resbalo; por ende, todo mi cuerpo se derrumbo haciendo que mi cabeza se golpeara contra el borde. Todo se volvió negro...
*POV's Rukawa*
-Ya tardo mucho-. Entre de nuevo a las canchas... Lo que vi me destrozo por completo -¡¡Sakuragi!!-
Corrí hasta ella y comencé a revisarla para verificar que estuviera bien; sentí algo húmedo en mi mano, al mirar, descubrí que estaba empapada de sangre. Rápidamente la cargue entre mis brazos y subí en mi bicicleta antes de pedalear hacia mi casa. Apenas llegue ahí, entre y la deje recostada en el sofá de la sala; corrí al baño y tome un pequeño botiquín. Limpie la herida de su cabeza, fue ahí cuando recordé su lesión en la espalda, así que use una pomada que suelo usar para los dolores y embarre un poco sobre su piel
*Fin Pov's Rukawa*
Abrí los ojos... Inmediatamente un agudo dolor invadió mi cabeza. Al llevar mi mano hasta mi frente, sentí algo extraño, como si tuviera... ¿Una venda? Me senté y fue ahí cuando mi mente formulo una bella pregunta que muchos se hacen cuando todo se aclara. ¿Donde demonios estoy?
Escuche unos extraños sonidos que provenían de la cocina, me puse de pie y camine hasta una puerta, me asome un poco. Frente a la estufa estaba... -¿Rukawa?-
-Por fin despiertas-
-¿D-Donde estamos?- pregunte bastante confundida
-Mi casa. Regrese porque olvide mis llaves y te encontré inconsciente- respondió sin dejar de cocinar lo que fuera que estuviese cocinando
-¿Regresaste por tus llaves? A mi parecer eso suena mas a que te preocupaste por mi- dije en un tono bastante burlón, provocando que sus mejillas se sonrojaran un poco
-C-Cierra la boca-
-Bueno, gracias por todo, pero me tengo que ir. No quiero que me asesines en cuanto me de la vuelta- dije mientras caminaba hacia mi mochila (Sin darle la espalda, obvio)
-No lo haré. Así que siéntate, ya casi esta la comida-
-...Chao-. Rápidamente cargue mi mochila y corrí hacia la puerta. Pero no contaba con que cierto pelinegro se atravesara en mi camino
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