-A Europa-

-¡¿Europa?! Kaede, dijimos que nuestra boda seria algo sencillo- le reclame algo molesta

-La boda y la luna de miel son dos cosas muy distintas, y tu dijiste que la boda seria sencilla, no mencionaste nada sobre la luna de miel-

-Eres todo un caso-

-Y así me amas- susurro en mi oído, provocando un pequeño estremecimiento que recorrió mi cuerpo

Tras varias horas de vuelo, el avión finalmente aterrizo, los 2 bajamos con nuestras maletas antes de subir a un taxi -Al hotel Le Bristol Paris-

-Espera, espera, espera... ¿Estamos en París?-

-¿Que mejor lugar para nuestra noche de bodas que la ciudad del amor?-. Apenas llegamos al hotel, nos dirigimos a la recepción -Buenas noches, hace unos días hice una reservacion a nombre de Kaede Rukawa-

-¿Kaede? Ah si, aquí esta su reservacion, la suite presidencial-

Antes de poder decir algo, creo que el ya sabia que haría eso, Kaede tapo mi  boca con su mano -Así es- dijo antes de darle un papel, era la carta de confirmación que los hoteles mandaban para asegurar la reservacion

-Aquí tiene la llave-. Tomo la tarjeta mientras uno de los encargados se llevaba las maletas

-A este paso, te quedaras en la ruina- dije entrando al elevador, sin decir una sola palabra, me acorralo contra la pared besando mis labios. Trate de apartarlo, pero el sujetó mis manos por encima de mi cabeza -K-Kaede... Pueden vernos-

-Tranquila, el elevador no se detendrá hasta que lleguemos a nuestro piso-

-N-No es prudente hacer esto aquí-

Cuando menos lo espere, las puertas del elevador se abrieron y Kaede me cargo en sus brazos mientras caminaba a la habitación. Ya habían dejado las maletas, apenas cerro la puerta, logre zafarme de sus brazos

-¿Sabes? C-Creo que debo darme un baño-

-En ese caso, te daré una mano-. Y antes de poder decir algo, me cargo de nuevo entrando al baño. Me sorprendí bastante al ver la decoración de aquel cuarto -Sabia que te gustaría-

Sonreí un poco antes de abrir la llave, mientras la tina se llenaba, me senté en uno de los bordes. Inmediatamente, mi ahora esposo se hinco frente a mi esposo, acariciando mis piernas; decidí tomar la iniciativa, así que lo bese quitandole la camisa -¿Ahora tomaras el control esta vez?- pregunto bastante burlón

-Si no quieres que regrese a Japón, sera mejor que te calles-. Tras por fin deshacerse de mi camisa, comenzó a besar mi cuello -No seas impaciente-

-No tenias ni idea de cuanto deseo hacerte mía- susurro contra mi oído

-Si, lo se... Pero la noche es joven, y apenas es nuestra primera noche de casados-

-Y seras la noche mas especial de nuestras vidas-. Termine de desvestirme y entre al jacuzzi, realmente te relajaban. A mi lado se acomodo Kaede -Date vuelta- dije mientras tomaba un jabón

-¿Vas a enjabonarme la espalda?-

-Por supuesto-. Comencé a pasar el jabón por su espalda mientras la tallaba con una esponja, antes de enjuagarlo con el agua

-Mi turno-. Cuando menos lo espere, me había dado la vuelta; de repente sentí algo húmedo pasar por mis hombros, al girar mi rostro, lo vi lamiendo mi espalda -K-Kaede, para eso esta el jabón-

-Si uso el jabón, no podre probar tu piel- dijo antes de colocar su mano en uno de mis pechos, no pude evitar soltar un gemido, el cual acalle tapando mi boca -Hana... Sabes que me gusta escucharte-

Contrario a lo que mi esposo quería, deje mi mano donde estaba; al ver esto, comenzó a apretarlos mientras lamia mi cuello. Su otra mano se dirigió lentamente hacia mi entrepierna, aun así me resistí de soltar un solo gemido

-¿Seguirás resistiéndote?-

Finalmente aparte mi mano y me di la vuelta sentándome en su regazo. Me aferre a su espalda al sentir como comenzaba a meter su... ¿Amiguito? Era una suerte que él y yo ya hubiéramos estado juntos antes de casarnos, digamos que obtuvimos bastante experiencia. A los pocos minutos, llegamos al clímax, estuvimos varios minutos de ese modo tratando de controlar nuestras respiraciones

-La noche aun es joven, ¿Cierto?-

-S-Si... ¿Por que?-

-En ese caso... Te haré el amor hasta el amanecer-. Omitiré todo lo que paso esa noche, no dudo que ya lo estén imaginando. Apenas sonó la alarma, logre zafarme de sus brazos, el aun seguía durmiendo plácidamente; me vestí con una de sus camisas antes de ir a la cocina. Comencé a preparar el desayuno, a los pocos minutos, sentí como me abrazaba por la espalda -¿Tan temprano y haciendo el desayuno?-

-Tenemos que comer algo- respondí sin dejar de cocinar

-Yo ya tengo mi desayuno-. Este hombre no tenia limites, mi cuello fue la victima de su calentura

-K-Kaede... Déjame cocinar-

-Tu ve a bañarte, yo terminare el desayuno-

-¿Seguro?- le pregunte, a lo que el asintió con la cabeza. Salí de la cocina y entre al baño, metiéndome en la regadera. Jamas olvidare ese viaje, visitamos los lugares mas famosos de la ciudad, incluso fuimos a otros países cercanos. En fin, era hora de regresar a casa; lo estuve pensando en esos días, pero había decidido no seguir estudiando. Aunque mi suegra dijera que no era necesario, yo quería cuidar a nuestro bebe y ayudarla en casa

-Hanamichi, ya casi es hora-. ¿A que se refiere? Bueno, me hizo una cita con su doctor, para revisar el estado del bebe. Ambos subimos a su coche y llegamos al hospital en cuestión de minutos; estaba muy nerviosa, no por estar en un lugar así, sino porque me dijeron que algo andaba mal con mi bebe -Tranquila, todo estará bien-

-No puedo evitarlo... Todo esto es muy nuevo para mi-

-Te entiendo perfectamente, yo estaba del mismo modo cuando me entere que Kaede venia en camino. Es completamente normal que te sientes así, nadie nos prepara para ser madres, es una etapa nueva y desconocida en nuestras vidas. Pero si te diré algo, aun si mi nieto o nieta tuviera una de las cosas que estúpidamente la sociedad llama defectos, sé que sera el bebe mas amado-

Realmente adoro a mi suegra, ella siempre sabia que decir para hacerte sentir bien. Respire profundamente antes de bajar del coche, llego el momento de saber que podría ser mi bebe