Los meses pasaron y por fin llego la noche de nuestra graduación, todo era tan mágico, llegamos a la escuela en su coche. Al salir, todo el mundo se nos quedo viendo, casi me sentía como una celebridad de Hollywood en alfombra roja. Entramos y nos dirigimos con nuestros compañeros. charlamos, nos reímos recordando todos los buenos momentos a lo largo de ese año

-¿Me concederías esta pieza?- pregunto Kaede mientras extendía su mano, a lo que yo sonreí un poco

-Claro que si, mi noble caballero-. Ambos caminamos hasta la pista de baile, el me abrazo por la cintura mientras yo rodeaba su cuello con mis brazos. Nos movimos al compás de la música, todo a nuestro alrededor se desvaneció, solo eramos el y yo. Cuando esta termino, regresamos a nuestra mesa, pero algo parecía preocuparle -¿Te ocurre algo, Kaede?

-No, solo pienso en algunas cosas-

-¿Ah si? ¿En que piensas?-

-No, no, no. Es un secreto-

-¿Ni porque soy tu novia vas a decirme? ¿Al menos puedo saber cuando dejara de ser un secreto?-

-El 31 de Febrero-

-Kaede Rukawa. O me dices ahora lo que te pasa o te dejo 1 mes fuera de mi casa, y no pondré un pie en la tuya- dije mientras (Literalmente) un aura oscura rodeaba mi cuerpo

-Lo sabrás dentro de poco, mi amor-. Tal y como lo prometió, evito responder mis preguntas con respecto a lo que le preocupaba. Los minutos pasaron, y justo una hora después, Kaede se levanto de su asiento y tomo mi mano para llevarme a la cancha -Hanamichi Sakuragi, te reto a que juegues conmigo el ultimo partido de la preparatoria-

-¿Como dices?-

-El día que nos conocimos, tu me retaste un partido para entrar al equipo. Ahora yo haré lo mismo, el ultimo juego de esta generación-

-K-Kaede, ¿No crees que esto es un poco extraño?-

-¿Te da miedo que te gane?-. Y supo dar de nuevo en mi orgullo

-¡¡Por supuesto que no!! ¡¡No le temo a nada!!- aclare mientras me quitaba las zapatillas, es una suerte que tenga la costumbre de siempre cargar con mis tenis

-¿Estas lista, mi amor?- pregunto mientras tomaba un balón

-Sabes que siempre lo estoy-

Nuestro juego comenzó, esto me trajo buenos recuerdos, la emoción corría por las venas. En un momento, logre quitarle el balón y corrí hasta la canasta, encestandolo. Al instante, todos aplaudieron y gritaron, pero a juzgar por sus miradas, sabia que no se trataba por mi victoria. Voltee lentamente, lo que vi me dejo anonadada, Kaede estaba frente a mi de rodillas; detrás suyo tanto Ayako como Ryota se separaron, desenrollando un gran cartel, al final pude leer...

¿Te quieres casar conmigo?

-Hana... Desde niño nos hicimos la promesa de siempre estar juntos, y aunque el destino nos separo por un largo tiempo, se encargo de volver a unirnos. Hoy quiero preguntarte si me harías el honor de convertirte en mi esposa-

-K-Kaede... Por supuesto que si acepto-. Sin perder un solo segundo, corrí con el y lo abrace besándolo; sin duda ahora si me quede sorda con los gritos de la gente, solo pude reaccionar cuando sentí como deslizaba el anillo en mi dedo. Era completamente hermoso, como si el mismo lo hubiera mandado a hacer

Jamas olvidare esa noche, y los días siguientes fueron así, o al menos eso creí...

-Hanamichi, ¿Podrías revisar el correo, por favor?-

-Si, claro-. Salí de la casa y abrí el buzón que estaba al lado de la puerta, ¿Acaso no es una casualidad que siempre que uno saca las cartas, hay un viento que te las tira? Pues justo eso me sucedió, así que me agache al suelo para recogerlas; en ese momento, una de las cartas atrajo mi atención, era de la universidad en Estados Unidos a la que Kaede había mandado una carta

La curiosidad me gano, no pude evitar abrirla con cuidado, saque la hoja y la leí... Lo habían aceptado en la escuela... ¿Ahora que pasara entre nosotros? El merecía estar en una buena escuela, y no podría hacerlo casado, mucho menos si se entera que yo... En fin, tengo que arreglarlo, entre a la casa como si nada hubiera pasado. No se si tenia buena suerte o la peor de todas, pues la madre de Kaede se había ido por cuestión de trabajo, justo en el instante que el había llegado

-¿Pasa algo, mi amor?-

Solo solté un suspiro pesado antes de mirarlo -Tenemos que hablar. Mira, yo... Lo he estado pensando por mucho tiempo... Y creo que lo mejor es que terminemos-

-¿Q-Que?-

-Te llego esto- dije antes de darle el sobre -Aceptaron tu beca en esa escuela, y yo no soy nadie para arruinar tus sueños... Te vi estudiar como loco muchas noches, y no permitiré que todo eso se vaya a la basura-. Sin dejar que el pudiera decir una sola palabra, tome mi bolsa y salí de aquella casa; dándole un ultimo vistazo antes de correr a la estación de trenes

*POV's Rukawa*

Ya han pasado 5 días desde que Hanamichi termino conmigo, he intentado hablar con ella, pero no me abre la puerta, mucho menos responde mis llamadas o mis mensajes. La angustia crecía con cada minuto que no sabia de ella, pensé que ir a jugar con los muchachos me distraería un poco, pero por lo visto, solo el profesor Anzai pensó en tomar un poco de aire

-Rukawa, que gusto verte por aquí. Dime, ¿Como van las cosas con Hanamichi? Me imagino que con el bebe esta con el humor por las nubes-

-Espere... ¿Dijo bebe?- pregunte bastante sorprendido

-Si, ¿Por que te sorprende?... ¿No me digas que no lo sabes?-

-¿Saber que cosa?-

-Se que Hanamichi me va a matar, pero tienes que saberlo... Rukawa, ella esta esperando un hijo tuyo-. Todo a mi alrededor dio vueltas, si no hubiera sido porque tenia cerca una silla, habría caído al suelo -Hace unos días fui a visitarla y se veía terrible, quisiera saber que fue lo que paso-

-Me llego una beca para estudiar en Estados Unidos-

-Esa muchacha... Puede ser una genio en algunas cosas, pero a veces es una cabeza hueca. Escucha, habla con ella, seguramente se entero del embarazo antes de que la carta y pensó que tanto ella como el bebe podrían ser un impedimento para ti. Yo se que no es así, pero necesitas hablar con ella-

-Gracias por todo, profesor, prefiero renunciar a esa beca que perder a mi familia-. Sin perder un segundo mas, tome mis cosas y salí corriendo de ahí

*Fin POV's Rukawa*

-Ni un mes y me siento fatal- suspire mientras me recostaba en el sofá, lo único que calmaba un poco los mareos era sobar mi estomago. No podía negar que me encantaría que fueran las manos de Kaede las que acariciaron mi vientre, pero ya no había marcha atrás

Para mi sorpresa, la puerta se abrió de golpe, al levantarse, lo primero que vi fue a Kaede frente a mi, mirándome seriamente -K-Kaede...-