Al escuchar sus palabras, solo lo atraje por la nuca mientras, con ayuda de mis piernas, bajaba su bóxer. Al romper su beso, no pude evitar dirigir la mirada hacia su... ¿Compañero?

-¿Te gusta la vista?- pregunto Kaede en un tono coqueto, a lo que yo sonreí un poco

-Es aceptable-

-Mi amor... Sabes lo que sigue, ¿Quieres continuar?-. En respuesta, asentí con la cabeza mientras acariciaba su mejilla. Nuestros labios se encontraron de nuevo, a los pocos segundos, sentí como algo entraba en mi cuerpo. Se sentía muy extraño, pero a la vez, se sentía agradable. Varias veces creí que esta sensación jamas terminaría, pero mi cuerpo se sobresalto al sentir como su pelvis se pegaba a mi cintura

-¿Se siente bien, te lastime?-. Su voz sonaba bastante preocupado, el realmente veía por mi bienestar. Para calmar sus nervios, acaricie tiernamente su mejilla -Se que tu no me lastimarías-

Los minutos pasaron, y cuando finalmente me acostumbre a su intromisión, moví un poco mis caderas. El comenzó a moverse rápidamente y aquella agradable sensación se convirtió en un cosquilleo en mi vientre

-K-Kaede- susurre entre gemidos en su oído

Al poco tiempo, sentí como fuertes espasmos recorrieron mi cuerpo, fue como una señal anunciándome que ambos estábamos a punto de llegar al clímax de ese acto

-Hana, yo...-. Tome su rostro con mis manos y lo bese, me separe un poco de sus labios antes de susurrar "Hazlo". Movió aun mas rápido sus caderas hasta que... Dios, era algo inexplicable. Por fin me sentía completamente suya, como si a partir de ese momento no existiera nada ni nadie que nos separara. Su cuerpo se desplomo sobre el mio, acaricie tiernamente su espalda mientras nuestras respiraciones se controlaban

-Eres increíble, Hanamichi... Te amo- susurro, a lo que yo respondí con una pequeña sonrisa

-Yo también te amo, Kaede-. Tras salir de mi interior, tomo la sabana (La cual se había caído al suelo) y nos cubrió. La noche era bastante fría, así que me acurruque en su pecho -Abrázame, Kae-

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-Hana-chan, ¿Que tienes? ¿Por que lloras?- pregunto un pequeño niño mientras se acercaba al columpio que estaba a mi lado, al saber quien era, levante la mirada al mismo tiempo que secaba las pocas lagrimas que ya se habían escapado

-N-Nada... Mis papas se pelearon de nuevo-

-...Tengo una gran idea. Tu y yo nos casaremos cuando seamos grandes-

-¿Eh? ¿De que hablas?- pregunte bastante confundida

-Tu y yo nos casaremos, así yo siempre te protegeré de todos-

-Pero para eso falta aun mucho tiempo, Kaede-

-No importa. Tu y yo estaremos juntos, seremos novios, y cuando salgamos de la preparatoria, nos casaremos-

-¿Lo prometes?-

-Con la mano en el corazón- respondió mientras colocaba su mano derecha en su pecho mientras la otra la alzaba un poco

-Entonces es una promesa-. Inesperadamente, el pequeño pelinegro se acerco a su rostro y le robo un "piquito"; sacandole un ligero sonrojo en sus mejillas

-Este sera nuestro sello, Hana-chan-

Los días pasaron, y digamos que los niños del vecindario dejaron de molestar a la pequeña pelirroja (A menos que quisieran recibir una paliza por parte de su mejor amigo). Pero la vida decidió ponerles un pequeño bache en su camino...

-Hijo, necesito que empaques tus cosas-

-¿Eh? ¿Por que?- pregunto Kaede bastante confundido

-Tenemos que mudarnos a otro país. La empresa de tu padre va de mal en peor, necesito ir a Europa para ir a tratar esos problemas-

-¿No tengo opción, cierto?-

-No, mi amor, lo lamento-

Por los siguientes 2 días, Kaede no salio para nada de su casa, ni siquiera para visitar a su amiga; cosa que la extraño mucho. Justo el día en que el camión de la mudanza había llegado, ella decidió ir a verlo y aclarar sus dudas

-Kaede, ¿Por que hay un camión afue...? ¿Y esas maletas?- pregunto bastante confundida, mas al ver como la mayoría de los muebles en su habitación ya no se encontraban ahí

-Y-Yo... Me iré a otro país-

-...¿Que? P-Pero... ¿Por que?-

-No lo entendí muy bien. Mama me dijo que la empresa de mi papa estaba mal y debíamos ir a Europa-

-Entonces... No volveré a verte- susurro con la mirada gacha, tratando de evitar que el viera las pequeñas lagrimas que amenazaban con salir

-Claro que no, volveré por ti y nos casaremos. Te lo juro-

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Los primeros rayos del Sol entraron por las cortinas de la ventana, cada rincón de la habitación fueron iluminados por estos. Apenas rozaron mis parpados, me removí un poco -5 minutos mas-

Al comprender que estos no se irían así nomas, comencé a abrirlos. Lógicamente, primero no sabia donde me encontraba; pero los recuerdos de la noche anterior comenzaron a golpear mi mente. Pero para despejar mis dudas, levante un poco las sabanas, descubriendo que ambos estábamos desnudos y con nuestros cueros abrazados

-Finalmente paso... Me volví loca. Pero fue la mejor locura que pude haber hecho-. No pude evitar sonreír un poco mientras me acurrucaba en su pecho. Lentamente acaricie sus cabellos hasta que vi como el comenzaba a abrir sus ojos. Ambos nos miramos fijamente hasta que rodó en la cama, quedándose encima mio

-Esto no es un sueño... ¿Verdad?- susurro Kaede acariciando mi mejilla

-No, no lo es-. El tomo mi mano delicadamente antes de besar mi palma. Sonreí un poco mientras tomaba su nuca y lo besaba

-¿Verdad que soy bueno en la cama?-... Y con eso se rompió la magia. Bueno, el romance cursi si se fue, pero aun se sentía un ambiente agradable

-Zorro engreído-

-Eso no era lo que decías anoche-

-Cállate, no digas esas cosas- dije mientras tapaba mi rostro con la cobija -Oye... ¿Crees que puedas darme una ducha?-

-Claro. Esta 3 puertas a la derecha-

Con el mayor cuidado posible (De no destapar mi cuerpo), tome la camisa que el había usado la noche anterior y me cubrí; gracias al cielo que llegaba mas abajo de mis muslos

-¿Aun te apena mostrar tu cuerpo? Pero si ya lo conozco a la perfección-. Completamente avergonzada, arroje una almohada a su rostro antes de salir de ahí. Entre al baño y espere a que la tina se llenara para meterme al agua

Al salir de la ducha, entre a su cuarto y tome la ropa que estaba en mi mochila para vestirme. Baje las escaleras, encontrándome con Kaede preparándome el desayuno -¿Necesitas ayuda?- pregunte mientras me acercaba

-Bueno, podrías...-

-Kaede, cielo, estoy de... Vuelta-