85 - 'Plan En Mente'
Una tenue luz era la única fuente de iluminación en aquella habitación, aunque a ninguno parecía importarle dicho aspecto, de hecho les fascinaba estar a oscuras, así podían continuar con aquellos besos y caricias cálidas sin sentir que nada ni nadie entraría a interrumpirles.
— Jessie — gimoteó débilmente entre suaves besos, aprovechando que estaban sentados de frente el uno al otro, con sus piernas abrazando las caderas ajenas, y sus brazos rodeando el cuello ajeno, dejando totalmente claro que no quería apartarse ni por un segundo de él — Mi amor.
— ¿Sí Cherry?
— Te amo — murmuró entre besos, a los que Jessie correspondió sin problema alguno.
— Sabes de sobra que yo también te amo — respondió abrazando las caderas ajenas, aunque le alertó oír un pequeño "rugido" salir del abdomen de su novio, cosa que le hizo arquear una ceja y ver a Haze con diversión.
— ¿Qué pasa? — murmuró mirándolo confundido.
— ¿El bebé tiene hambre? — bromeó, aunque su bromita hizo que el pelinegro arrugara el entrecejo y lo observaba con odio absoluto — ¡Solo fue un chiste, cielo!
— Payaso — renegó para intentar volver a besarlo, aunque Jessie le interrumpió cubriendo su boca con sus dedos índice y medio.
— ¿Tienes hambre, verdad?
— No, no importa.
— Cherryy — le miró con seriedad — El cuerpo no miente, y tu cuerpo está que grita por comida.— Jessie estoy bien, enserio, por ahora lo único que quiero comer son tus labios.
— Lindo, pero no quiero que termines desnutrido por solamente probar mis labios — afirmó tomando las mejillas ajenas y apretándolas suavemente — Obedece, Cherry, prometo que te premiaré besándote hasta que caigas rendido.
— Mh — miró a otro lado con pena al oír las palabras ajenas, pero no pudo evitar jadear suavemente al sentir una lamida en su cuello de parte de su pareja — ¡J-Jessie!
— Sabes rico — bromeó, logrando sacarle a Haze una tímida sonrisa de los labios, sonrisa que hizo a Jessie suspirar fascinado — Vaya, echaba tanto de menos esto.
— ¿Qué cosa?
— Verte sonreír de esta forma — dichas palabras hicieron que un leve rubor se adueñara del rostro de Haze, al mismo tiempo que este se apegaba a Jessie para pegar su frente con la de su novio, y volverse a condensar en un lento y apasionado beso, al que su novio correspondió de la misma forma.
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— Ug, vaya que está haciendo calor — decía mientras llegaba a la cocina tomado de la mano con Haze, y siendo acompañados por un enorme animal que avanzaba tranquilamente moviendo la cola con ilusión.
— En esta época del año suele hacer bastante calor — dijo el pelinegro mientras caminaba hacía el refrigerador para sacar algo de comida del mismo; llevaba puesta solamente una camiseta y un boxer de Jessie, mientras que su novio usaba unos jeans viejos, dejando totalmente expuesto su pecho lleno de marcas y cicatrices (algunas hechas por el propio Haze).
— Mh, en Tennessee también hace mucho calor — explicaba mientras se sentaba en la mesa y apoyaba ambos codos en la misma para ver detenidamente a su novio preparando tres sandwiches — Yo tenía que dormir desnudo a veces, no toleraba el calor.
— Eso suena sexy — canturreó coquetamente mientras miraba de reojo a Jessie, quien le sonrió con picardía para levantarse de su asiento, avanzar hacía Haze, pararse detrás suyo y empezar a besarle el cuello lentamente.
— Vaya que eres insaciable — le susurró al oído mientras le besaba el cuello y acariciaba el vientre ajeno con sus manos, haciendo a Haze sonreír y morderse sutilmente el labio inferior.
— ¡J-Jessie! ¡p-para! — jadeó entre risas, aunque le tomó por sorpresa sentir cómo su novio lo volteaba para hacerle sentarse en la orilla de los mesones de la cocina, para empezar a besarle los labios lentamente — Creí que querías que comiera primero.
— Lo siento, supongo que yo también soy insaciable.
— Vaya que sí — respondió riendo pícaramente para volver a besarlo — ¿Cómo le haremos para quitarnos las manos de encima en Tennessee?
— Mh, ahora que lo preguntas, no lo sé... será bastante difícil no querer hacerlo todo el día, y toda la noche.
— ¿Cómo hacíamos cuando vivíamos con Magda?
— De día estábamos en clases y de noche ella nos hostigaba, no era un ambiente muy sexy que digamos.
— Tienes razón, pero aún así lo hacíamos todas las noches — murmuró sonriendo pícaramente, sonrisa a la que Jessie correspondió rápidamente.
— Era estupendo — murmuró sonriendo coquetamente — Aunque la mejor parte de vivir juntos siempre fue despertar y verte a mi lado, con o sin sexo de por medio — admitió tranquilamente, haciendo a Haze sonreír y mirarle tímidamente.
— Oye, campeón, yo... a-aún no hemos hablado sobre qué haré cuando lleguemos a Tennesee.
— ¿Qué harás de qué?
— De trabajo, Jessie, en Tennessee no habrá nadie buscándome, ya no tendremos excusas para que tú seas el único que trabaje mientras yo me quedo en casa como un señorito mantenido.
— Eres 'mi' señorito mantenido — canturreó pícaramente, aunque no pudo evitar suspirar al ver a Haze fruncir el ceño con fastidio.
— Hablo enserio, Jessie; ¡No quiero pasarme el día encerrado mientras tú eres quien trabaja y da la cara por los tres! Quiero serte útil, corazón.
— Oye, ya te he dejado pasar muchas penurias, ahora solo quiero que descanses, solo deja que yo me haga cargo como en los viejos tiempos ¿de acuerdo?
— No Jessie — dijo con firmeza para tomarle suavemente de las mejillas — Te amo, no quiero que sigas "haciéndote cargo" de todo tú solo, soy tu novio, déjame cooperar contigo, no me gusta que tú cargues con el peso de todo.
— Cherry— trató de hablar, pero un beso de parte de Haze le impidió hacerlo.
— Eso no está a discusión — insistió repartiendo besos por la cara de Jessie, haciendo al pelirrojo reír cálidamente.
— ¡Bien, tú ganas! pero al primer lío que tengas dejarás de trabajar, ¿entendido?
— ¡Sipi! — clamó con entusiasmo para colgarse del cuello ajeno a seguir besando lentamente al pelirrojo, quien correspondió a aquellos besos de manera sensual y cálida, aunque ambos se apartaron el uno del otro al oír cómo el animal que les acompañaba empezaba a chillar y ladrar sutilmente.
— Ah, perdón amigo — dijo Jessie entre risas para apartarse de Haze e ir a ayudar con los sandwiches — Es que Haze me distrae.
— ¡No le hagas caso, Boby, él es el que no me deja en paz! — dijo entre risas mientras se paraba junto a Jessie para seguir haciendo los sandwiches en cuestión.
— Admito que tienes algo de razón — canturreó coquetamente, haciendo a Haze sonreír tímidamente mientras observaba detalladamente los ojos verdes de su novio.
— Basta ya, tonto — murmuró entre risas sutiles — Terminemos ya de cocinar, o Boby va a mordernos las piernas.
— ¿Cuenta como cocinar solo poner jamón y lechuga entre dos panes?
— Para mí que no soy tan bueno en esto, sí — admitió alzando los hombros, aunque rápidamente tomó la muñeca de Jessie para alejarla del pan al ver cómo estuvo a punto de ponerle tomate a uno de los sandwiches — ¡Tomate no, tonto! ¡Boby odia el tomate!
— ¿Qué? ¿y tú cómo sabes eso?
— Es mi bebé, obviamente sé lo que le gusta y lo que no — dijo con algo de soberbia, haciendo a Jessie reír y mirarle con asombro.
— Vaya, ¿quién lo diría? — rió sutilmente mientras veía cómo Haze tomaba el sandwich para el perro y lo cortaba a la mitad con un cuchillo — ¿Y porqué lo cortas? ¿a Boby no le gusta comer a menos que tenga forma triangular?
— Búrlate, pero no me gusta darle trozos grandes de comida a Boby, me da miedo que se atragante o algo así.
— Eso mismo pienso yo cuando me haces sexo oral — bromeó, logrando que Haze jadeara horrorizado y empezara a reír.
— ¡¿Qué cosas dices?! — clamó golpeando sutilmente el brazo del pelirrojo, para después tomar el plato con el sandwich y agacharse frente al perro para darle de comer.
— No se la vas a dar en la boca ¿verdad? — dijo con algo de desdén mientras veía las acciones de Haze.
— Déjame en paz — bufó tomando un trozo de sandwich para ofrecérselo al animal, quien lo olfateó un poco y luego lo tomó para comerlo de una mordida.
— Qué mami tan sobreprotectora — canturreó burlonamente, riendo de golpe al ver la cara de fastidio que Haze le dedicó.
— No sé porqué te burlas tanto, si a ti también te voy a dar la comida en la boca.
— ¿Pero vas a cortar mi sandwich a la mitad para que no me atragante con él? porque si no es así entonces no quiero nada.
— Lo que mi campeón quiera — canturreó juguetonamente para seguir dándole de comer al perro, mientras Jessie reía y se disponía a seguir preparando los sandwiches que faltaban para él y para su pareja.
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— Ahh — gimoteó débilmente al sentir varios besos y mordidas en su cuello, acompañadas por suaves caricias a sus caderas y piernas que le nublaban por completo el sentido común.
— Si sigues gimiendo así te la voy a meter, Cherry — advirtió susurrándole al oído.
— No podemos hacerlo aún — susurró acariciando la espalda ajena, mientras una sonrisa pícara se dibujaba en su rostro — Aunque ganas no me faltan en absoluto.
— A mí igual — admitió mientras se apartaba un poco de él para levantarse de la cama y estirar su cuerpo con dificultad — Mgh, ay carajo, maldito dolor.
— ¿Tienes malestar?
— Un poco de dolor en los huesos, pero no es nada grave, no te preocupes ¿de acuerdo? — sonrió sutilmente mientras miraba a Haze y le guiñaba el ojo — Iré un momento al baño, espérame un segundo.
— Claro — susurró mientras se sentaba en la cama y veía atentamente cómo su pareja se marchaba rumbo al baño de la habitación.
Suspiró con cansancio para ver alrededor con fatiga y algo de curiosidad, a pesar de que Jessie le ayudó a sentirse mejor, no dejaba de pensar en su encuentro con sus "parientes", en la oferta que le hicieron, y los beneficios que podía obtener gracias a esta misma, la cuestión era ¿valía la pena confiar en la palabra de un extraño? Su basta experiencia personal reclamaba que no, pero había algo en su interior que le hacía sentir curioso y tentado, era inevitable no considerar seriamente la oferta que le hicieron, la cuestión era ¿Jessie estaría de acuerdo con él? Era la parte que más le preocupaba en definitiva.
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Miraba a ambas direcciones de esa oscura y solitaria calle con recelo absoluto, su paranoia aumentó considerablemente desde que leyó los últimos mensajes enviados por cierto sujeto que tenía de rehén a su mejor amigo desde hace años, mensajes espeluznantes, que le hacían sentir que si se atrevía a caminar sin cuidado por la ciudad, sería hombre muerto.
— ¿Buscas sangre fresca? — escuchó un ronco susurro detrás suyo que le hizo voltear de golpe y dar un quejido de preocupación, aunque rápidamente relajó el ceño al voltearse y ver a cierto sujeto de cabello negro, sonrisa cínica, y ojos tan enrojecidos que le sorprendía totalmente que estuviera de pié — Ups, lo siento Vampi, ¿te asusté?
— Imbécil, por un segundo creí que no vendrías — murmuró de mala gana para acercarse lentamente hacía él.
— ¿Y perder la oportunidad de probar estos dulces labios que me tienen tan a la deriva? ni loco — canturreó juguetonamente mientras tomaba las mejillas ajenas con una sola mano, haciendo al gótico fruncir el ceño con algo de incomodidad mientras un gran rubor inundaba de golpe sus mejillas — ¿Tu casa o la mía?
— Yo... — titubeó mirando a Trevor sin saber qué decir, sabía que al estar tan drogado no le tomaría enserio sobre su pánico por estar en casa tanto tiempo, quedando como un blanco fácil para Dick, aunque fuera de casa tampoco estaba totalmente seguro, y le abrumaba muchísimo quedarse en casa de Trevor, sobre todo al no comprender del todo el tipo de "relación" que tenían en ese instante.
— Vamos, no te pregunté algo tan difícil, Shun — susurró tomando ambas mejillas con firmeza para besar hambrientamente los labios del gótico, manchando sus labios aquel labial negro que pigmentaba la boca de Shun, aunque poco o nada le importaba tal detalle, casi parecía fascinarle el hecho de que fuera fácil distinguir las partes de su cuerpo que fueron tocadas por los labios del gótico, conclusión a la que el propio Shun había llegado hace bastante tiempo, antes de que todo entre ambos se echara a perder.
— Ahh — gimoteó al apartarse abruptamente de aquellos besos, limpiando algo de saliva que aún mantenía conectada su boca y la de Trevor — V-Vamos a tu casa, t-tu cama es más grande que la mía.
— Como gustes — canturreó coquetamente para rodear el cuello ajeno con su brazo y empezar a caminar junto a Shun hacía su auto, mientras el gótico miraba los alrededores con preocupación y algo de pánico, aunque al estar tan cerca de Trevor y sentir su cuerpo apegarse contra el suyo, un raro sentimiento de protección y confort inundaba abruptamente el pecho de Shun, al igual que un gran rubor que era fácil de distinguir gracias al pálido maquillaje en su rostro, aunque Trevor al estar tan "distraído", logró ignorarlo por completo, algo que aliviaba, y causaba algo de frustración a Shun.
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08:47 marcaba el reloj, los tenues rayos de sol empezaban a invadir aquella espaciosa habitación, aunque ni eso logró llamar la atención del par de chicos que dormían plácidamente sobre aquellas sábanas que fueron testigos de sus besos y caricias apasionados; acurrucados el uno contra el otro, profundamente dormidos e ignorantes de que afuera había un mundo del que debían de formar parte también, nada de eso les importaba, solo querían conservar aquellos momentos de paz, donde lo único que importaba era permanecer apegados el uno al otro para brindarse calor mutuamente, y descansar de las desvergonzadas caricias que se dedicaron la noche anterior.
Abrió los ojos con dificultad al sentir una lamida en su rostro de parte de cierto animal de gran tamaño que se paró junto a la cama para verles con curiosidad e inocencia.
— ¡Blej, Boby! — se quejó al sentir tal lamida en su rostro, para después alzar la mirada y ver con los ojos entrecerrados los alrededores de aquella habitación con fatiga, hasta que un suave beso en su espalda le hizo sonreír cálidamente y terminar de despertarse por completo.
— Buenos días — susurró con voz ronca, apegándose más al cuerpo ajeno y empezando a repartir besos en el hombro de su acompañante.
— Mgh, buenos — respondió con una suave sonrisa de satisfacción, provocada por aquellos dulces y delicados besos que le daba su pareja.
— ¿Boby te despertó?
— Mgh, es un mimado odioso — renegó con fastidio, logrando sacarle al pelirrojo suave suave carcajada de los labios.
— Oye, no seas tan duro con él, solo le gusta ser el primero en darte los buenos días.
— Lo sé pero eso no le quita lo asqueroso a sus saludos — gruñó limpiándose la cara con una de las mantas de la cama, mientras Jessie seguía riendo y se apegaba más a él para lamerle el cuello lentamente.
— No lo culpes, seguro me ha visto lamerte, y cree que te gusta ese tipo de afecto.
— Es cierto, es tu culpa en todo caso — susurró coquetamente para voltear y dedicarle una expresión pícara a Jessie, a la que el pelirrojo no dudó ni dos segundos en corresponder.
Estuvieron a punto de condensarse en un lento y apasionado beso, aunque el ruido de la puerta de la habitación logró romper de golpe la pequeña burbuja de romance que se estaba formando entre ambos.
— ¡Buenos días, tórtolos! — habló el entrenador al otro lado de la puerta — ¡El desayuno ya está listo, bajen antes de que se enfríe!
— No puede ser más inoportuno — murmuró de mala gana para ocultarse en el hombro de Haze, haciendo al pelinegro reír sutilmente.
— ¡No seas malo, Jessie! debemos agradecer que nos están dando techo y comida sin que estemos pagando.
— Ya sé, Cherry, pero igual es tedioso no poder desayunarme a gusto a mi novio sin que vengan a interrumpir — murmuró con voz ronca para pegar su frente con la de Haze, cosa que hizo al pelinegro sonrojarse y reír por debajo con picardía.
— Descuida, campeón, en Tennessee desayunaremos sin interrupciones — dicho esto, tomó del cuello al pelirrojo para darle un hambriento beso al que Jessie no dudó dos veces en corresponder, ignorando totalmente a la criatura que se subió a la cama y se recostó junto a ambos con intenciones de dormir, ignorando totalmente la escena romántica que se formaba frente a sus ojos.
— Te amo, Cherry — gimoteó entre besos, apegando a Haze a su cuerpo para intentar levantarse de la cama con él en brazos, aunque el pelinegro rápidamente detuvo sus acciones y le miró con seriedad.
— ¡Jessie no, sigues en reposo, no puedes levantar peso!
— Pero tú no pesas nada, cariño, eres tan liviano que me encanta — canturreó coquetamente, aunque una mirada seria de parte de Haze le hizo suspirar con fastidio — Bieeen, nada de peso.
— Así me gusta — dijo mientras se levantaba de la cama para pararse frente a Jessie y acariciarle las mejillas como si se tratara de un perro — Sé buen chico, y te prometo que tendremos sexo como locos apenas te recuperes.
— Mgh, sospecho que el más interesado en que me cure eres tú — le acusó coquetamente.
— ¡Desde luego! ¿crees que quiero que mi novio esté convaleciente? ¡ni hablar! Además... aún me debes tres años sin intimidad, campeón, debemos compensar todo ese tiempo perdido.
— Ahh, presiento que la primera semana acabaré en el hospital deshidratado — canturreó pícaramente para apegarse a Haze y volver a besar sus labios con lentitud, aunque tuvieron que apartarse al escuchar cómo tocaban la puerta con insistencia nuevamente — Mgh, ¡ya vamos!
Rió por debajo al ver la reacción de su novio, le llenaba de ternura ver cómo a Jessie le frustraba que interrumpieran sus instantes a solas con él, y en el fondo tampoco le gustaba que sus momentos juntos fuesen tan breves, aunque le llenaba de confort pensar que les esperaba toda una vida juntos, y que nadie volvería a quitarles ese privilegio jamás.
"Sé que empezamos con el pié izquierdo, pero de todas maneras quiero decirte que me importas Haze, y quiero cumplir el rol que tu madre no quiso ocupar" rebotó por su mente de golpe, al mismo tiempo que la silueta de cierta mujer pelinegra se dibujaba de lleno en su mente, aún sentía mucha desconfianza y desdén hacía ella, y el hecho de que miraran con tanto desdén su relación con Jessie no ayudaba en absoluto, pero, por alguna razón, a una parte de su interior, le agradaba sentir que finalmente iba a tener una figura "materna", aunque francamente le preocupaba que aquella "figura materna" solamente llegara a su vida para querer hacerla aún más miserable, eso era algo que él no iba a tolerar en absoluto.
— ¿Te sientes bien, Cherry? — sacudió un poco su cabeza al oír las palabras de su novio, palabras que le hicieron reaccionar finalmente y dedicarle una cálida sonrisa al pelirrojo.
— Sí, solo tengo un poco de hambre — murmuró tratando de que no fuese tan evidente su preocupación hacía el tema de sus parientes y su descarada propuesta, era alarmante siquiera considerarlo, era por eso que no quería admitir en voz alta que la oferta se le hacía un poco tentadora, mucho menos frente a Jessie, quien desde el principio dejó muy en claro su descontento al respecto — ¿Bajamos ya?
— Claro, déjame vestirme — dicho esto, plantó un cálido beso en los labios de Haze para apartarse e ir a buscar algo de ropa en su clóset, mientras Haze sonreía de lado y miraba a su novio con detenimiento, le entusiasmaba el futuro, pero también le aterraba, sabía de sobra que su vida no siempre sería cuesta arriba, mucho menos con Dick pisándoles los talones, lo mejor era tener un plan de contingencia en mente, aunque los medios para llevar a cabo ese plan, no terminaban de convencerle del todo.
Continuará
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- Gema
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