83 - 'Expectativas'
El sol se asomaba con delicadeza aquella mañana, mañana en la que finalmente darían de alta al chico pelirrojo, algo que emocionaba, pero también preocupaba mucho a Haze, temía que Dick estuviera buscándoles a ambos con intenciones de hacerle un daño terrible a él y al chico al que amaba, aunque ni eso hacía que el pelinegro quisiera regresar con su captor, todo lo contrario, eso le daba aún más motivos para marcharse con Jessie y nunca volver a su infierno terrenal.
— Se lo agradezco — dijo a la enfermera que le ayudó a vendarle el brazo para hacer más rápida su recuperación, no necesitaba yeso, pero sí requería de ponerse algunas compresas y demás cosas que aliviaran el dolor muscular.
Miró de reojo a Haze, quien estaba apoyado en un muro con los brazos cruzados y expresión dudosa, expresión que hizo a Jessie arquear dudoso una ceja y reír por debajo.
— ¿A qué debemos esa carita tuya, Cherry? — murmuró, logrando que Haze suspirara pesadamente y caminara hacía la camilla para sentarse al borde de la misma igual que Jessie.— Estoy preocupado — admitió sin pelos en la lengua.
— Mh, yo igual — respondió suspirando pesadamente para apoyar su cráneo en el hombro de Haze, cosa que hizo al pelinegro mirarle curioso — Has pasado muchos días aquí conmigo, dick debe estar como loco buscándote.
— Así es — murmuró con pesar para apoyar su cráneo con el de Jessie de igual forma — Pero igual no volveré con él, prefiero morir a volver a alejarme de ti, Jessie.
— Tampoco me gusta que digas cosas de ese tipo, Ssha — le regañó, logrando que Haze chasqueara la lengua y mirara a otro lado.
— Lo siento — respondió para tomar la mano ajena y besarla suavemente — Me pongo muy dramático cuando se trata de ti.
— Lo sé, pero no debemos ser extremistas, ya ves en dónde acabamos por jugar a serlo — murmuró apegándose a Haze para besarle cálidamente la frente, cosa que hizo al de ojos azules sonreír tímidamente mientras sus ojos se cristalizaban un poco.
Ambos voltearon al oír cómo el celular de Haze empezaba a sonar de repente sobre la camilla, cosa que les alertó a ambos y les puso algo nerviosos, sobre todo a Haze, quien tomó el objeto con recelo, ya imaginaba quién era la persona que le estaba llamando.
— ¿Es él? — preguntó Jessie con recelo.
— N-No, es un número desconocido — murmuró mirando atentamente el celular entre sus manos, para luego ver a Jessie con curiosidad — ¿Debería contestar?
— No creo que sea buena idea, Cherry.
— Dudo mucho que sea Dick — dijo mientras miraba con inquietud el celular en su mano, para levantarle la tapa y contestar finalmente, aunque algo dentro de su ser le decía que estaba cometiendo un error al atender una llamada extraña en una situación como la suya — ¿Hola?
— B-Buenas tardes — habló una voz femenina al otro lado de la línea, voz que erizó por completo la piel de Haze — ¿P-Puedo hablar con Sasha Johnson, por favor?
— ¿Quién lo busca? — preguntó con recelo, mientras Jessie lo observaba con detenimiento.
— Yo... él... amh — la mujer dudaba sobre qué decir, y esa dificultad para expresar sus verdaderas intenciones solo logró generarle mucha más desconfianza al pelinegro — Soy su pariente... he estado buscándolo desde hace varios días, y-yo quisiera saber dónde puedo encontrarlo.
— ¿Pariente? — renegó con desdén, sabía muy poco de su familia paterna, y de su familia materna, ya de plano no sabía absolutamente nada, por ello le costaba mucho no sentir recelo hacía la mujer que le estaba llamando — Que yo sepa, Sasha no tiene más parientes cercanos.
— Es porque él no me conoce en persona, y-yo soy su... — tomó aire mientras apretaba el celular en su mano — Soy su tía, hermana de su madre Sonya.
— ¿Qué? — jadeó sutilmente al oír tal revelación, era primera vez que sabía algo sobre su madre, o que de alguna manera algo relacionado a ella lo buscaba con desespero.
— Me gustaría hablar con él en persona, y explicarle toda esta situación, ¿cree que pueda ayudarme a contactar con él?
Haze miró a Jessie con algo de inquietud y angustia, pero con un ligero aire e duda y entusiasmo que abrumaron totalmente al pelirrojo.
-
— ¿Crees que haces lo correcto? — preguntó mientras caminaba junto a su novio, mirando detenidamente el semblante nervioso y receloso que tenía el chico de ojos azules; ambos usaban suéteres de capucha para cubrir sus identidades, no querían llamar la atención en absoluto, y que esa cita acabara trayéndoles más problemas de los necesarios.
— No lo sé — admitió entre pesados suspiros, sacando unos lentes oscuros de sus bolsillos para ponérselos — No tenías que acompañarme, sigues muy débil para estar caminando tanto.
— Estoy bien, además, ni loco iba a dejarte solo, ni tú ni yo conocemos a esta persona, no sabes a qué atenerte con ella, o si en realidad será tu parientes. Supongo que si es hermana de tu madre debe parecerse a ella al menos.
— Si lo hace o no, igual no tengo forma de saberlo — renegó mientras suspiraba sutilmente.
— ¿Nunca viste ni siquiera una foto de ella?
— Hasta hoy no sabía ni su nombre, Jessie, papá odiaba hablar de ella, nunca me dijo nada de ella por más que yo le rogué hacerlo — dijo con algo de molestia en su hablar, cosa que hizo al pelirrojo suspirar apenado y agachar la mirada.
— Lo lamento, no quería recordarte eso.
Haze detuvo su andar para pararse frente a Jessie, mirarle apenado, y acercarse a él con intenciones de acariciarle suavemente la mejilla.
— Lo lamento — susurró delicadamente — No quiero desquitarme contigo amor, solo... estoy algo asustado, es primera vez que sabré algo de mi madre, y-y conociendo lo mala que ha sido mi suerte, me preocupa que vengan a mi vida solo para hacerme daño también.
— No dejaré que eso pase — murmuró pegando su frente con la de él — No permitiré que te hagan daño de nuevo, y si esta mujer ha venido con esa intención, no dejaré que vuelva a verte.
— Gracias — susurró sonriéndole con delicadeza, para tomarle del cuello y acercarse un poco intentando robarle un beso, aunque le abrumaba un poco demostrarse amor de esa forma, en medio de la ciudad, a plena luz del día, con tantas personas alrededor que podían o no reconocerlos.
— ¿Estás bien? — preguntó tratando de sellar el beso, pero Haze se lo impidió colocando sus dedos sobre la boca de Jessie.
— Lo lamento — murmuró apenado — M-Mejor lo hacemos en casa, no me siento bien siendo tan abierto de esta forma.
— Descuida, te entiendo bien — le sonrió cálidamente para tomar su mano y seguir caminando con él hacía la dirección en la que quedaron de verse con aquella mujer, una cafetería cercana al hospital, y que al mismo tiempo, quedaba lejos de la casa de Dick y del padre de Haze, para de esta forma evitar que ellos descubrieran el paradero de ambos chicos por accidente.
Se acercaron a la cafetería en cuestión, ignorando totalmente las miradas de desdén de las personas alrededor, que observaban con recelo y burla cómo dos hombres iban caminando tomados de la mano, dejando en evidencia su vínculo afectivo, el tipo de intolerancia a la que ambos estaban acostumbrados desde su juventud, y que para esos años ya no era tan radical, pero se seguía sintiendo en el aire la incomodidad y enojo de una parte considerable de la sociedad.
Llegaron a la cafetería finalmente, y se sentaron en unas mesas que quedaban a las afueras del establecimiento, sabían que las heridas en el cuerpo de Jessie llamaría demasiado la atención, así que para ahorrarse problemas, prefirieron sentarse afuera, y ver tranquilamente a la multitud pasar, y cómo el día iba corriendo poco a poco.
— Hace calor — murmuró Haze mirando a los lados con curiosidad — Esta época del año es más calurosa de lo que parece.
— Lo bueno es que pronto nevará — murmuró mirando detenidamente a Haze — ¿No te emociona que pronto hará frío?
— Nunca fui fan del frío excesivo ni del clima nublado, es tan lúgubre que me causa malestar.
— ¿Prefieres el clima cálido eh?
— Soy fanático del color naranja en el cielo, no del gris opaco que me hace sentir muerto en vida, además... el naranja y el verde son mis colores favoritos — murmuró dedicándole una sonrisa cálida al pelirrojo, sonrisa a la que este correspondió acercando su mano a la de él para apretarla suavemente.
— Te amo — murmuró sonriéndole tranquilamente, haciendo a Haze sonreírle de vuelta mientras tomaba la mano de Jessie para besarla delicadamente.
Ambos voltearon al ver que un auto negro se estacionaba en aquel establecimiento, auto del cual se bajaron un hombre de cabellera castaña oscura, y una mujer alta, de cabellera negra y unos brillantes ojos azules que dejaban impactado a cualquiera, incluídos Haze y Jessie por igual.
— Wow Cherry, esa mujer se parece mucho a ti.
— N-No sabemos si pueda ser ella — dijo mientras agachaba la mirada y se cruzaba de brazos — M-Muchas personas se parecen, e-el físico no tiene nada que ver.
— Cherry... — murmuró mirando a Haze con tranquilidad y cariño, tratando de consolar la aparente inquietud que aquejaba a su pareja — ¿Qué ocurre?
— ¿Q-Qué pasa si estas personas solo quieren hacerme daño también? ¿o-o solo me quieren porque buscan obtener algo a través de mí como papá hizo con Dick? ¿y-y qué tal si me dicen en mi cara que mi madre en realidad nunca me quiso, y-y por eso nunca se molestó en venir a buscarme?
— No lo sabremos nunca si no les das el beneficio de la duda — dijo para estirar sus manos hacía el rostro de Haze y acariciarlo suavemente — Veamos cuáles son sus intenciones primero, ya después eres libre de querer alejarte o no de ella.
— No me dejes solo en esto — le rogó, acariciando las manos de Jessie delicadamente — Tú eres mi familia, Jessie, dejaselos claro.
— Lo haré, aunque sé que tú también lo harás — canturreó juguetonamente para levantarse de su asiento e ir hacía Haze, extendiéndole sus mano e invitándolo a ponerse de pié, cosa que el pelinegro realmente dudó en hacer, pero luego de ver la sonrisa cálida que su novio le dedicó, tomó las fuerzas suficientes y se levantó de su asiento junto a él, para acercarse hacía las personas que buscaban con la mirada algo, que ni ellos mismos sabían del todo cómo era.
— Disculpen — murmuró con voz ronca, sin soltar en ningún momento la mano de Jessie, mirando detenidamente cómo la pareja en cuestión volteó de golpe, mirando abrumados a los dos jóvenes frente a ellos, uno era pelirrojo, con varios golpes y rasguños en su rostro, claramente no era la persona a la que estaban buscando, pero no pudieron evitar mirar con desdén absoluto a aquel sujeto — ¿Usted es Irina Volkova?
— S-Sí, soy yo — dijo la mujer mientras miraba dudosa a ambos chicos, aunque rápidamente su atención se fue de lleno sobre aquel chico que ocultaba su cabello con la capucha de su suéter, y sus ojos con aquellos lentes oscuros de tamaño considerable — ¿S-Sasha? ¿e-eres tú, cariño?— No me digan Sasha — dijo con firmeza, asombrando totalmente a la pareja frente a él — Pueden decirme Haze, así me dicen todos.
— Pero ese no es tu nombre — dijo el hombre.
— Odio mi nombre — recalcó, haciendo al hombre gruñir con desdén, y a la mujer tomar aire y acercarse a él para intentar acariciarle la mejilla, cosa que hizo a Haze dar un paso atrás con recelo.
— ¿Puedo verte, cariño? — preguntó con tranquilidad y gentileza, una gentileza que Haze desconocía, era cálida, encantadora, de cierta manera "maternal", dicha gentileza logró darle algo de confianza a Haze, quien tragó hondo para mirar de reojo a Jessie en busca de su aprobación.
El pelirrojo asintió con la cabeza mientras apretaba la mano de su novio, quien suspiró sutilmente y se dispuso a quitarse finalmente los lentes oscuros, y al ver de frente ese par de zafiros frente a ella, la mujer no pudo evitar irse sobre Haze para abrazarlo con fuerza y sollozar sutilmente, reacción que abrumó mucho a Haze y a Jessie por igual, aunque el pelinegro solo se quedó quieto en espera de que aquella mujer acabara sus demostraciones de afecto.
— Oh cariño, no sabes lo feliz que estoy de conocerte al fin — dijo mientras se apartaba un poco para apretar las mejillas de Haze, quien la miraba atónito sin saber siquiera qué decir — Siempre quise verte en persona y abrazarte de este modo, lamento tanto no haber podido venir antes, fue muy... difícil, poder dar con tu paradero.
— ¿Cómo me encontraron? ¿m-mi madre les dijo dónde vivo?
— Ehh, n-no cariño, y-yo tuve que contratar a un investigador privado para poder encontrarte.
— ¿Investigador? — preguntó Jessie con recelo, pero la mujer le ignoró totalmente y solo siguió sonriéndole a Haze y acariciándole las mejillas con suavidad, abrumándolo por completo.
— Tu tío y yo estamos tan felices de verte al fin, cariño, hemos ansiado conocerte desde hace años.
— ¿Enserio? — dudó, mirando de reojo a Jessie con algo de angustia, ya no sabía qué hacer o decir, esa situación era más asfixiante de lo que imaginó.
— Bueno bueno, pueden seguir hablándole sobre eso mientras nos sentamos, Haze no ha comido nada en todo el día — dijo el pelirrojo mientras se acercaba a Haze para rodear su cuello con su brazo y apegarlo a su cuerpo, gesto que hizo a Haze sonrojarse y sentirse mucho más seguro, aunque le abrumó notar las caras de desdén y algo de incomodidad que mostraron sus "parientes" ante su cercanía con el pelirrojo.
— Y emm, ¿tú eres su... amigo? — preguntó la mujer mientras miraba a Jessie con seriedad absoluta.
— Es más que un amigo — murmuró Haze sin apartarse de Jessie, haciendo al pelirrojo sonreír de lado con ternura, aunque a los dos extraños no les causó nada de gracia el comentario de su sobrino, en cambio, les horrorizó bastante ver a dos hombres darse amor de manera tan descarada, y no podían creer que su sobrino tuviera esa clase de gustos que ellos no entendían en absoluto.
-
Mordió tranquilamente un trozo de uva que formaba parte de aquel postre que su novio compró para él, todo mientras miraba detenidamente a los dos adultos sentados frente a él, quienes miraban algo inquietos cómo él y el chico pelirrojo mantenían una cercanía física nada sutil (a sus ojos), que casi parecía un intento de Jessie por marcar territorio.
— Y amm, ¿e-estudias artes... Haze? — preguntó la mujer con evidente desagrado al llamarle de esa forma.
— Así es — respondió mientras tomaba un trozo de durazno y se lo daba a Jessie en la boca, aprovechando que estaba sentado junto a él, con su brazo rodeando la cadera ajena — Voy por mi tercer año, aunque voy a dejarla pronto.
— ¿No te hace feliz esa carrera? — cuestionó la mujer.
— Me iré de la ciudad — admitió tranquilamente mientras lamía algo de crema de su dedo pulgar — Ya lo he decidido.
— ¿Enserio? — dijo ella mientras miraba de reojo a su esposo con una expresión que hizo a Jessie arquear receloso una ceja — ¿Y ya tienes una idea de adónde quieres irte?
— A Tennesse — volvió a responder de lo más relajado, aunque sus respuestas cada vez erizaban aún más la piel de sus parientes.
— ¿Y ya tienes al menos un plan? ¿adónde llegarás? ¿de qué trabajarás? — preguntó el de cabello castaño.
— Jessie vivió ahí los últimos años, él sabe cómo vivir ahí sin problemas — admitió tomando un tenedor de plástico para seguir degustando de su postre, aunque pudo notar las miradas serias que sus parientes le dedicaron a su pareja, cosa que le hizo arquear receloso una ceja — ¿Ocurre algo?
— Ah, nada cariño, solo nos sorprende que quieras irte a vivir con un... amigo — murmuró con una sonrisa bastante forzada que hizo a Jessie rodar los ojos con fastidio — Sin siquiera haberlo pensado bien.
— Lo he pensado lo suficiente — recalcó con algo de seriedad — Sé lo que hago con mi vida, creo que está de más que opinen en ella, si apenas llevan quince minutos de conocerme.
— ¿Disculpa?— dijo el hombre de mala gana, aunque su esposa rápidamente lo frenó para ver a Haze con más calma y comprensión.
— Sasha, cariño—
— Haze — le interrumpió, cruzándose de brazos y apoyándose del respaldo de su asiento — Haze Dalton, o me dicen así y me largo de aquí.
La mujer tragó en seco tratando de controlar sus ganas de gritarle a aquel chico por ser tan altanero, le recordaba demasiado a su hermana, algo que le preocupaba mucho que imposibilitara su convivencia con el chico, pero no podía solo darse la vuelta y marcharse, no quería dejar solo nuevamente a su sobrino.
— Emh... Haze — murmuró mientras extendía su mano hacía el chico, quien estaba dudoso sobre si tomarla o no, pero más por pena que por gusto, acabó cediendo y dándole la mano a su pariente — Cariño, la razón por la que tu tío y yo vinimos a verte, es porque realmente nosotros... n-nuestro plan desde el principio fue venir a buscarte, conocerte, y llevarte a vivir con nosotros en Nueva York para hacernos cargo de ti.
— ¡¿Qué cosa?! — clamaron él y Jessie por igual, observando igual de perplejos a la mujer pelinegro frente a ellos.
— Sé que suena muy repentino, cariño, y que tal vez aún no nos tengas confianza, pero te soy totalmente honesta cuando te digo que realmente nos preocupas, Haze, toda la vida lo has hecho; y-yo he tratado muchas veces de contactarme contigo, pero fue muy difícil poder encontrar al hombre con el que mi hermana tuvo un hijo, y una vez que supe quién era tu padre, vine corriendo a Denver para buscarte y tratar de conocerte, aunque al llegar tuve unas malas impresiones que me... horrorizaron bastante.
Miró receloso a la contraria en cuanto ella dijo esto, aunque su atención se clavó en sus manos y en las de ella en cuanto sintió unas suaves caricias de parte de su tía.
— Haze, nadie odia más a tu madre por haberte abandonado que yo, creeme — dichas palabras hicieron que un dolor brusco se acentuara rápidamente en su pecho, era un dolor que él ya conocía, toda la vida le acompañó, era un dolor acompañado con un sentimiento de vacío muy sofocante, un dolor directamente relacionado a su inexistente relación con su progenitora — Y es por eso que quiero cumplir el rol que ella no cumplió, cariño, quiero ser la madre que nunca pudiste tener.
Miró a otro lado mientras su respiración se iba agitando poco a poco, y sus ojos se iban cristalizando a medida que escuchaba las palabras ajenas. Jessie supo reconocer el lenguaje corporal incómodo de su pareja, por lo que rápidamente apartó las manos de Haze de las de la mujer para levantarse de la mesa y sacar unos billetes de sus bolsillos.
— Agradezco mucho su visita, pero ya nos vamos — dijo con una sonrisa pasivo-agresiva que erizó la piel de ambos adultos y les hizo verle con enojo absoluto.
— ¡No, aguarda un minuto! ¡Ha-Haze cariño, aguarda! — dijo ella mientras se levantaba y trataba de frenarlo, pero el pelinegro no alzó la mirada en ningún momento, se mantuvo callado y con semblante apagado, algo que abrumó mucho a sus tíos.
Ambos se dieron vuelta y caminaron lejos de los tíos de Haze, Jessie sujetaba con firmeza los hombros de su pareja, quien tomaba aire tratando de mantenerse tranquilo, aunque se notaba en sus ojos que no estaba bien.
— ¡Haze espera! — escucharon nuevamente a la mujer pelinegro acercarse, por lo que ambos voltearon a verla con algo de seriedad — Cariño lamento mucho haberte incomodado, y-yo, n-no era mi intención.
Haze hizo un gesto con su mano para indicarle a la mujer que no se molestara, aunque dicho gesto se notaba ligeramente condescendiente y algo cortante. Estuvo a punto de apartarse nuevamente, pero un agarre de ella se lo impidió en seco.
— Sé que empezamos con el pié izquierdo, pero de todas maneras quiero decirte que me importas Haze, y quiero cumplir el rol que tu madre no quiso ocupar.
Apretó los dientes con fuerza al oír las palabras ajenas, aunque le tomó desprevenido ver cómo la mujer alzaba un número de teléfono anotado en un trozo de papel.
— Ten, llámame cuando te calmes y hayas pensado bien las cosas, por favor.
Ella jadeó al sentir cómo el chico pelirrojo le arrancaba bruscamente el trozo de papel de la mano para jalar a Haze del brazo y alejarlo de ella, dejándola en medio de aquella calle mientras miraba con frustración y amargura cómo su sobrino se marchaba sin siquiera decirle una última palabra, ella sabía que esa reunión con él no sería sencilla, pero vaya que la realidad estaba superando por completo sus expectativas.
Continuará
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- Gema
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