— Maldición — renegó mientras cargaba una pintura con dificultad por aquel largo pasillo del edificio donde veía clases, aún no sentía deseos de estar ahí, pero necesitaba llevar su proyecto final o reprobaría catastróficamente, y por más que sus deseos por continuar su carrera eran nulos, no podía permitirse reprobar, o Dick lo castigaría muy severamente por ello.

Avanzó un poco hasta que sintió cómo chocaba repentinamente con alguien, cosa que le hizo soltar de repente su pintura y hacerle caer al suelo, afortunadamente cayó "de espaldas", y eso no iba a dañarla en absoluto.

— ¡Oh vaya, qué descuidado! — escuchó la voz de cierto sujeto rubio que le exasperaba como nadie, y oírla en vez de tranquilizarse solo le hizo gruñir con molestia absoluta mientras lo miraba de frente — Lo siento, Sasha, no me fijé que se trataba de ti.

— Lávate los malditos ojos, Bradley — gruñó para agacharse y tomar la pintura (la cual estaba cubierta por una manta negra que impedía que alguien viera su contenido).

— Vaya, ¿una nueva obra, eh? — canturreó tratando de alzar la manta, pero Haze rápidamente le tomó la muñeca y le impidió verla.

— Quita tus— estuvo a punto de soltar un insulto más fuerte, pero al recordar que su contrario era mariscal de campo de americano (y por ende, tenía más fuerza que él) solo carraspeó sutilmente y alejó la mano ajena de él para enfocarse en su pintura nuevamente — Así es, solo es mi proyecto final en la clase de anatomía.

— Uh, anatomía, ¿hiciste un dibujo erótico de esos que te salían tan bien en preparatoria?

— Algo así — dijo rodando sus ojos.

— Mh, lástima que ya no gozas de un buen modelo como lo era Jessie, tu arte solo era bueno porque tenías a un modelo exquisito.

Apretó los dientes con fuerza al escuchar tales palabras, odiaba que se atreviera a decirle algo así, pero más odiaba, que en el fondo él sentía que aquellas malintencionadas palabras realmente gozaban de una buena porción de realidad.

— Sí, pero bueno, Jessie no es el único tipo atractivo en la ciudad.

— Pero nunca habrá ninguno como él — canturreó, logrando que un nudo se formara en la garganta de Haze mientras agachaba sutilmente la mirada, sus manos temblaron un poco al notar que Brad se le acercó para sonreírle con malicia — ¿Aún te duele, verdad?

— ¿Me duele qué? — preguntó con molestia mientras alzaba la mirada.

— Te duele que te haya dejado como si nada, luego de que estuvieras tan seguro de que eras "el amor de su vida" — dijo entre risas incrédulas — Lo lamento, Sasha, pero traté de advertírtelo, ¿no? Jessie no se conforma con una sola cama, mucho menos cuando se trata de compartirla con alguien tan desabrido y sin encanto como tú.

Sonrió de mala gana mientras oír atentamente las palabras ajenas, normalmente los reproches de Bradley solo le causaban enojo, fastidio y nada más, pero en ese momento, un dolor brusco se adueñó de su ser, al mismo tiempo que unas lágrimas se aglomeraron en sus ojos, y notar ese gesto solo hizo que Brad riera con aún más soberbia.

— Ow, no te sientas mal, Sashita, pronto hallarás a alguien que te aprecie de verdad, pero con Jessie no será, eso te lo garantizo.

— Me da igual — susurró con la voz tensa — Quédate con tu imbécil, Brad, al fin y al cabo ¿para qué quiero volver con un idiota que me abandonó? tonto tú que aún así quieres tenerlo contigo.

— Ah no no no, Sasha; yo solo quiero que Jessie sea mi... ¿cómo decirlo? dildo a domicilio — bromeó ácidamente — Solo me interesa follar con él, lo demás me da igual, ¿crees que amo a ese tonto? ¡jaj! creo que el único que ha sido tan imbécil para enamorarse de Jessie Dalton has sido tú.

Agachó la mirada con pena al oírle decir eso, le enojaba oír cómo admitía abiertamente solo querer usar a Jessie, y cómo pregonaba sin vergüenza alguna que no le tenía estima, hecho que le hizo recordar al instante cómo era la vida con su novio cuando se mudaron juntos, vida en la cual Haze parecía ser el único al que realmente le importaba Jessie, el único que se preocupaba por él, tal recuerdo le causó un cóctel de emociones muy abrumador, y una pesadez en el pecho que apenas y le dejaba respirar.

— Ah, bueno, debo irme ya, comeré algo para entrenar y luego pasarme la tarde entre los brazos de Jessie, ug, si es que hoy vino a entrenar y no se quedó bebiendo otra vez — dijo esto último entre gruñidos de fastidio para apartarse bruscamente de Haze e irse chocando hombros con él, gesto que hizo que el de ojos azules frunciera el ceño con odio, aunque más impactado le dejaron las palabras de Bradley sobre el estado de salud actual del pelirrojo, no podía creer lo que acaba de escuchar, y dudaba mucho que fuese cierto, dado que a Brad no le creía ni los buenos días, pero no le costaba imaginar que su inestable novio había dejado tirado el fútbol americano otra vez, todo por culpa de su última discusión.

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— ¿Hice mal? — susurró débilmente mientras miraba de reojo a cierto animal que le observaba con curiosidad, inocente de todo lo que su dueño decía, y del evidente estado de embriaguez en el que se encontraba — Dime tú, Boby, ¿hice lo correcto al dejarlo ir de esa manera tan estupida? se supone que volví para luchar por él, y a la primera que Shun y el otro maldito dicen "no, me lo quedo yo", ¿qué hago? ¡me hago a un lado como un perfecto mal nacido!

Gruñó para darle un trago a la botella de whisky que reposaba en su mano.

— Y lo peor es que le hice creer que lo dejé por una idiotez como el dinero — chasqueó la lengua y rió con molestia — Debí hacerle caso y simplemente huir de la ciudad, todo habría sido más fácil.

El animal chilló sutilmente para levantarse y acercarse a su dueño, olfateándole la cara mientras este miraba a la nada con frialdad.

— ¿Crees que si voy y le digo que no fue enserio lo que dije, me pueda perdonar alguna vez? — murmuró tomando el hocico del animal para hacer que le viera a los ojos — No me importa si el viejo Dick me mata, pero ¿que lo maten a él? pff, de solo pensarlo siento náuseas.

Sonrió de lado para suspirar pesadamente, mientras una lágrima rodaba lentamente por su mejilla.

— Tienes razón, Boby, no puedo hacer nada, porque él me dejó totalmente claro que me odia — rió para soltar al perro y recostarse boca arriba viendo fijamente el techo de la habitación — Mi hermoso chico de ojos azules me detesta, y eso me lo gané a pulso, por culpa de mi maldita cobardía.

El animal se recostó a su lado tratando de darle confort, cosa que hizo a Jessie reír sutilmente con ternura, acariciando el cráneo ajeno mientras un par de pesadas lágrimas rodaba sutilmente por sus mejillas, y una dolorosa sonrisa se dibujaba de a poco en su rostro.

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— Fascinante — hablaba una mujer de cabellera oscura mientras detallaba atentamente la pintura de Haze, la cual constaba de un sujeto pelinegro que estaba totalmente desnudo, con muchas cortadas alrededor de su cuerpo, atado de pies y manos, colgando por unas plantas con púas enormes, púas que se incrustaban en la piel ajena y dejaban que un río de sangre se formara debajo del sujeto pelinegro, de cuyos ojos brotaban lágrimas de color carmesí; era una pintura bastante inusual, que reflejaba indirectamente el estado emocional en el que Haze se debía estar sintiendo.

La mujer miró de reojo al chico pelinegro que miraba la pintura con preocupación, temía que fuera muy poca cosa, o que fuera demasiado para lo que su docente le estaba pidiendo.

— Sasha, cuando te dije "una obra que dejara fluir tus emociones" no creí que optarías por algo tan específico.

— ¿Le parece demasiado, señorita O'Donell?

— Me parece inusual — admitió mirando desde distintos ángulos la pintura — ¿Qué refleja exactamente, según tú?

— ¿Disculpe?

— ¿Qué tratas de transmitir con ella? es bastante compleja, me gustaría que me dieras un recorrido por tu visión y me dejaras comprender la raíz de tu inspiración.

— ... Dolor — admitió con algo de pesar — Cautiverio, la pesadez de saber que estás atrapado, y que no tienes manera de escapar, y solo te queda sentir cómo tu piel cada día se desgarra cad vez más a causa del dolor y de la pena que te genera sentirte cautivo, pero lo peor de todo es... que no se trata solo de cautiverio físico, sino que también eres cautivo de tus pensamientos, de tus emociones, y de tus sentimientos.

La profesores alzó con asombro una ceja, mientras observaba recelosa al pelinegro dar su explicación.

— Vaya, es una explicación bastante... particular — murmuró acercándose a Haze para acariciarle sutilmente el hombro — Es primera vez que me traes algo tan apasionado, Haze, y aunque es abrumadora, con solo mirarla notas que fue hecha con una cantidad de sentimientos que— hablaba de manera fluida y muy decidida, sin embargo, detuvo en seco sus palabras al ver cómo un par de lágrimas rodaban por las mejillas de su estudiante — ¿Sasha qué te ocurre?

— Perdóneme, yo... estoy algo conmovido por mi pintura — se excusó pobremente mientras limpiaba las lágrimas de sus mejillas — Es mi... de mis trabajos más honestos hasta ahora.

— Pues sí, es muy sorprendente — murmuró mientras se cruzaba de brazos — Lo suficiente para aprobar con notas excepcionales, felicidades.

— Gracias... supongo — dijo algo abrumado por el intenso dolor en su pecho, aquella pintura era más honesta de lo que planeó, realmente la empezó garabateando cosas sinsentido, y en un ataque de tos y lágrimas bastante brusco, acabó por plasmar sus sentimientos más fríos y dolorosos en papel y lienzo, no le enorgullecía dejar expuesta su vulnerabilidad, aunque sabía que nadie le prestaría mucha atención, él llevaba años muriendo en vida, y a nadie parecía importarle en absoluto, además de que, le alegraba sentir que no era un mediocre, aunque su pintura solo reflejara dolor.

-

06:14 de la tarde, él finalmente lograba salir del salón de artes, su docente insistió en dejarle elogiar un poco más su trabajo y presumirlo con otros profesiones que impartían dicha materia, y aunque se sintió bien ser tan elogiado y halagado por eso que tanto le apasionaba, le dolía que aquellas personas simplemente aplaudieran una obra que salió del dolor más profundo del alma de Haze, y ninguno se molestara en preguntarle "oye hijo ¿estás bien? ¿quieres ayuda?".

Caminaba sin prestarle mucha atención a sus alrededores, hasta que vió un auto conocido estacionarse cerca suyo, auto del cual se bajó un sujeto que ocultaba su identidad tras un suéter de capucha y unos lentes oscuros, aunque lo más alarmante fue ver cómo bajaba del auto con una lata de cerveza en mano, cosa que erizó por completo la piel de Haze, sobre todo porque él tuvo una ligera sospecha, que le preocupaba mucho que fuese correcta.

Se acercó lentamente hacía él, aprovechando que el sujeto se apoyó del auto un momento a tomar aire, parecía abrumado por el alcohol, tanto que apenas y se podía mantener de pie por su cuenta.

— Nunca te creí un borracho — dijo mientras se acercaba con más confianza, logrando que el sujeto volteara de golpe, y al verle solo pudo reír de lado con algo de incredulidad.

— Maldita sea — renegó agachando la mirada — Deja de hacer eso ya.

— ¿De qué hablas?

— Apareces en todos lados, ni en sueños logro librarme de ti, empieza a ser demasiado molesto — dichas palabras hicieron que Haze agachara la mirada con dolor, estuvo a punto de darse vuelta e irse, pero ver que el contrario se tambaleó un poco le hizo ir hacía él y ayudarle a sostenerse.

— ¡Oye idiota! ¡¿cómo se te ocurre conducir así como estás?! ¡mírate, ni siquiera puedes estar de pie!

— ¿Porqué tan histérico? igual no es como que a alguien le importe si me muero o no — dijo de mala gana, haciendo a Haze jadear con horror.

— ¡N-No digas esas cosas Jessie, por Dios santo!

— Digo realidades, Cherry, ¿para qué vivir? vivo solo recuerdo que te perdí por una idiotez, por culpa de mi maldita cobardía, y que nunca amaré tanto a alguien como te amo a ti, pero no sirve de nada porque yo hice que me odiaras a muerte.

Dichas palabras hicieron que Haze sintiera su pecho doler considerablemente, y que un nudo terrible se formara en su garganta, no podía olvidar lo del abandono y el dinero, pero le mataba ver y oír a Jessie tan dolido, sobre todo cuando le admitía tan abiertamente que aún lo amaba, y que no quería vivir sin él.

— Maldito tonto — renegó con voz ronca — ¿S-Si tanto me amas porqué me dejaste ir así? ¿n-no te dolió abandonarme como lo hiciste? porque a mí sí me dolió que lo hicieras, y mucho, Jessie.

— Me ha dolido cada maldito día — susurró cabeceando un poco, aún no era consciente de que el sujeto frente a él era real, y no un producto de su trastornada imaginación — No sabes cómo me ha dolido dejarte, Cherry, definitivamente fue el peor error que he cometido en toda mi vida.

— ¿Y porqué me dejaste?

— Porque si me quedaba cerca te iban a hacer daño, y tenía miedo, no quería que a mi chico le hicieran algo malo, puedo vivir con el dolor de estar lejos, Haze, pero la idea de vivir en un mundo en el que ni siquiera existes, eso duele más que cualquier otra cosa, Cherry.

— Imbécil — gruñó dejando correr un par de lágrimas — Nunca te consideré un cobarde, Jessie, pero francamente ya me has decepcionado tanto que no sé qué pensar de ti.

— Siempre arruino todo — dijo sonriendo con pesar — He arruinado cada cosa buena que me ha pasado, y la que me dolerá toda la vida será el haberte perdido, Haze.

— Cuando te duela, recuerda todo el dinero que Dick te dió por mí, tal vez así se te quite el dolor por un tiempo — dijo con desdén para apartarse de él y finalmente darse vuelta para marcharse, dejando solo al pelirrojo en su delirio de borracho, aunque apenas se apartó de él, dejó que varias lágrimas corrieran por su rostro sin pena alguna, al mismo tiempo que jadeaba de dolor y se abrazaba a sí mismo tratando de aligerar el ardor en su pecho.

Se apoyó nuevamente en el auto mientras soltaba un pesado suspiro de molestia, "maldito" se decía a sí mismo mentalmente, estaba totalmente perdido entre el licor y el dolor, tanto así que ni siquiera fue capaz de darse cuenta de que aquella persona que habló con él era el verdadero Haze, creía que era su mente tendiéndole una trampa nuevamente, así como llevaba haciéndole desde hace días.

Como pudo se subió de nuevo al auto para apoyar el cráneo contra el volante, maldiciendo entre gruñidos de odio y dando algunos golpes contra los bordes del objeto en cuestión, "¿qué hago ahora?" se repetía mentalmente, pero no lograba pensar con claridad, Haze era lo único en su mente, Haze era lo único que balbuceaban débilmente sus pálidos labios, y era a Haze a quien su corazón añoraba ver enserio.

Encendió el auto y empezó a conducir sin cuidado alguno, teniendo en mente ir a ver a Haze, aunque tuviera que ir a la casa de su enemigo, pero moría por ver a su novio, necesitaba abrazarlo y pedirle perdón de rodillas, así tuviera que ser totalmente franco y admitir que la artimaña del dinero nunca fue enserio, y que solo cooperó con Shun para garantizar su seguridad, no estaba seguro sobre si eso garantizaría que Haze le perdonara, pero quería intentarlo, necesitaba ir allí e intentarlo una última vez, no iba a estar tranquilo hasta hacerlo, realmente necesitaba obtener el perdón de Haze, o morir en el intento.

Continuará

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- Gema