Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

76 - 'Vulnerable'

Tocó varias veces la puerta de aquel despacho al que solo iba cuando le obligaban a hacerlo, el dolor en su estómago y el ardor en su pecho eran atroces, pero ya no le quedaban fuerzas para tomar decisiones por su propia cuenta, solo le quedaba ser eso que iba a ser toda su vida, una simple marioneta que los demás utilizaban a su antojo.


En cuanto abrieron la puerta de la habitación, se dejó caer al piso y abrazó las piernas ajenas, sabía de sobra que era la única manera de acercarse nuevamente a él, y de pedirle disculpas sin que acabara golpeándole bruscamente.


— ¿Y esto? — murmuró con desdén, aunque para sus adentros no podía disfrutar más de aquella muestra de debilidad de parte de su presa.


— Perdóname por mi rebeldía, amor — dijo con la voz apagada y áspera, la palabra "amor" le dolía más de lo que alguna vez pudo llegar a dolerle, no por decírselo a alguien más, era el recordar que su "amor verdadero" lo usó sin más, lo que realmente causaba un ardor terrible en la garganta de Haze — He sido un insensato, y tú solo has tratado de darme lo mejor, te ruego que me perdones.


El castaño sonrió con malicia para tomar las mejillas ajenas y apretarlas con fuerza, ignorando totalmente lo apagados y sin vida que se veían los ojazos azules de Haze, esto le daba totalmente igual, de hecho, a una parte de su ser, parecía fascinarle ver cómo aquella linda y delicada flor se iba marchitando poco a poco entre sus brazos, algo de lo que Haze era consciente, pero ya le daba totalmente igual, no le quedaban fuerzas para seguir nadando contra la corriente ciegamente, menos para volver a los brazos de alguien que solo se aprovechó de él.


-


Miraba fijamente el techo de aquella habitación, sintiendo sus ojos más pesados que nunca, su cabeza daba vueltas, su pecho dolía como nunca, el ardor en su garganta no lograba disiparse ni con las obscenas cantidades de alcohol que él impulsivamente ingirió desde tempranas horas del día, solo podía ver a la nada, mientras se ahogaba en su agonía y su corazón recordaba amargamente el estúpido error que cometió, todo para complacer a una marioneta y a un depredador.


— Maldita sea — gruñó entre jadeos pasando su mano por su rostro, "Black" de Pearl Jam sonaba de fondo en una vieja radio que el entrenador le prestó, era una de sus canciones favoritas, pero ese día, solo ayudaba a avivar su tormento.


— ¡¿Jessie?! — escuchó la voz del entrenador entrar de golpe a la habitación, pero no se molestó en voltear, solo siguió mirando a la nada mientras cierto animal de gran tamaño se recostaba junto a él para verle con pena — ¡¿Sigues sin querer levantarte de ahí?!


— ¿Tengo razones para hacerlo? — dijo con voz seca y apagada.


— ¡Hoy tienes entrenamiento! — clamó al acercarse a él para apagar el radio y jalarle del brazo para hacerle sentarse en la cama — Sé que la discusión con Haze y Shun te tiene muy decaído, hijo, ¡pero has llegado demasiado lejos para simplemente echarte para atrás otra vez, Jessie!


— Solo vine por él, entrenador, y le dejé claro que no quiero que esté en mi vida — dijo con la lengua algo trabada, sintiendo su cabeza darle vueltas a causa del alcohol — ¿Vale la pena si quiera seguir tratando de obtener algo que solo quise por él?


— ¡Claro que lo vale, Jessie! ¡este no es el fin definitivo, sé que Haze sabrá perdonarte, a-aún cuando Shun le hizo creer que te dieron dinero para abandonarlo!


— Sí me dieron dinero para dejar a Sasha, entrenador — admitió rascándose una de las orejas con semblante incrédulo — Veinticuatro mil quinientos dólares, para ser exactos, aún recuerdo la suma muy bien.


Dichas palabras helaron por completo la sangre del entrenador, y le hicieron tambalearse y mirar a Jessie con seriedad y preocupación.


— Jessie... t-tú... t-todo ese dinero—


— No me lo gasté, si es eso lo que quiere insinuar — renegó de mala gana — Se lo di a los ancianos que evitaron que me muriera, la sola idea de gastar un centavo de ese cheque me enfermaba, y sabía bien que el día que Haze lo supiera me iba a detestar con creces.


— No Jessie, ¡si le dices que no usaste ese dinero— trató de hablar, pero el pelirrojo nuevamente le interrumpió.


— El simple hecho de haberlo aceptado hizo que me aborreciera — gruñó sutilmente — ¿Usted realmente cree que Haze me va a querer otra vez? Pff, ¡no apueste por ello, entrenador, se lo digo yo!


— Echándote a morir obviamente no te va a perdonar, Jessie, ¡y no resuelves nada, solo lo empeoras todo!


— Deje de regañarme, ¡he estado solo toda mi maldita vida, yo sé estar solo, sé de sobra lo que debo y no debo hacer, y ya me quedó claro que no puedo recuperar a Haze porque yo solo le hago daño, y no quiero que le hagan daño, así que prefiero morirme de borracho a que a él le pase algo realmente malo!


— ¿Y qué? ¿simplemente beberás y llorarás el resto de tu vida?


— Por él, beber y llorar es una amargura aceptable — admitió con una sonrisa incrédula, aunque un ligero brillo que bajó por su rostro le demostró al entrenador que sus palabras no eran del todo honestas — Iré a ducharme, tengo un maldito partido al que ir esta noche.


El mayor miró abrumado cómo el chico pelirrojo se quitó la ropa y avanzó desnudo hacía el baño de la habitación, tambaleándose y riéndose de manera absurda, dejándole muy en claro que Jessie finalmente había tocado fondo.


-


Sonreía con malicia mientras pasaba su mano por la espalda ajena, ignorando totalmente el semblante apagado y penoso que reflejaban los ojos azules del chico que reposaba sobre su pecho, más por obligación que por gusto.


— Ahh, ¿lo ves, Haze? no tenemos porqué discutir — murmuró acercándose al cuello ajeno para besarlo sutilmente, cosa que hizo al de ojos azules fruncir el ceño con molestia — Me alegra que Shun te hiciera entrar en razón.


— Sí amor — dijo con algo de fastidio, asombrándose al sentir un agarre brusco en sus mejillas.


— Si vuelves a desobedecerme, Sasha, vas a pagar muy caro las consecuencias, ¿te quedó claro?


— Sí cariño — murmuró agachando la mirada y dejando que el mayor siguiera tocando su cuerpo a sus anchas, sus ojos ni siquiera tenían lágrimas para derramar, las había gastado todas en Jessie, algo que de solo pensarlo le dolía en el orgullo como nunca.


-


— ¡Qué gran juego el que nos han dado el día de hoy, los Rangers de Denver siguen demostrando porqué son el equipo invicto por excelencia! ¡totalmente merecida su victoria! — hablaba el narrador del juego mientras los jugadores y los espectadores se iban marchando del campo, uno en particular caminaba de último, tambaleándose un poco a causa del cansancio y del dolor de cabeza, pero ni todo el malestar físico lograba quitarle el malestar emocional, ese en particular le hacía sentir totalmente muerto en vida, ni siquiera entendía cómo había logrado jugar bien esa tarde.


— ¡Buen trabajo, Jess! — habló alguien que se le acercó para rodearle el cuello con su brazo, logrando que el pelirrojo rodara sutilmente sus ojos y le mirara con fastidio — jugaste mejor que nunca, superestrella.


— Gracias Brad — dijo por debajo con fastidio y nulo interés en el contrario.


— ¿Qué dices si vamos a celebrar la victoria? — ya esperaba una negativa de parte del pelirrojo, no obstante, le tomó totalmente por sorpresa ver cómo Jessie volteaba a verle de una manera muy rara, no le veía de esa manera desde hace años, muchos años atrás, y darse cuenta de esto solo le hizo sonrojarse y sonreír con picardía.


— ¿Celebrar? — murmuró mientras arqueaba una ceja pensativo y le miraba con detenimiento — ¿Ir a beber algo en el club del otro día?


— Exactamente, ahí va todo el equipo luego de entrenar y de cada juego, ¿gustas ir?


— Claro — asintió sonriendo tranquilamente, sonrisa que hizo a Brad reír y colgarse de su cuello para ir juntos hacía los vestidores, Jessie no estaba muy seguro de lo que hacía, trataba de no pensar tan claramente, porque al meditar sobre su entorno solo podía recordar el cruel dolor por el que estaba padeciendo, así que prefería ahogar el dolor y sus pensamientos en alcohol, algo que sus compañeros de equipo también hacían, aunque él parecía totalmente dispuesto a perder la razón por el licor.


-


Dejó de lado la colilla del cigarrillo mientras el humo se escabullía entre sus labios y llenaba aquella habitación, donde casi todos los cuadros y pinturas eran cubiertos por mantas gruesas que ocultaban la identidad de la musa que las protagonizaba, aunque era un poco tonto, ya que la pintura que él tenía enfrente suyo, era protagonizada nuevamente por aquella figura de cabello rojizo y ojos esmeralda que tanto atormentaba su corazón, y que llenaba sus ojos de lágrimas al instante.


Tomó el pincel para seguir trazando las líneas que definían su cuerpo, aquella obra era diferente a las anteriores, ya que por primera vez, Jessie no estaba del todo solo, estaba acostado en un jardín de girasoles, junto a cierta persona de cabello negro y ojos azules, quien sujetaba su mano como si no quisiera soltarla, una imágen que hacía a Haze suspirar con dolor, mientras una lágrima rodaba por su mejilla y su mano seguía dibujando líneas débilmente.


— ¿Haze? — escuchó una voz llegar de repente, voz que le hizo alzar la mirada de golpe y limpiar rápidamente la lágrima en su mejilla, le preocupaba mucho que fuera Dick, pero al ver que se trataba de Quincy, solo suspiró con alivio y se levantó de su asiento.


— Ah, eres tú, Quin, ¿qué haces aquí? — murmuró mientras buscaba algo con lo cual tapar su nueva pintura.


— Hace días que no vas a la universidad, Shun me dijo que has estado encerrado aquí, así que quise venir a ver cómo estabas.


— Ah sí, descuida, es que estoy algo... atrasado con mi proyecto final, y el rector lo quiere lo más pronto posible, así que estoy tratando de terminar algo para llevárselo — explicaba tratando de que su voz no sonara entrecortada, la verdad era que desde hace ya casi dos semanas que se autoexilió en su estudio, no quería ver a nadie, apenas y toleraba la presencia de Dick, pero no quería estar cerca de Quincy para no mortificarle, en absoluto quería ver a Shun debido a sus engaños, y sobre todo, no quería correr el riesgo de toparse con Jessie en la universidad, aunque la tentación de vez en cuando lograba carcomerle.


— Oh, entiendo — murmuró acercándose a la mesa de trabajo de su amigo, aunque le alertó ver cómo Haze se paraba bruscamente frente a él para verle con seriedad.


— No está lista — dijo con frialdad — No me gusta que vean mi trabajo sin terminar.


— Tal vez los ojos de alguien más te ayuden a acabar más rápido.


— No, esto no... — suspiró tratando de excusarse, pero por más que lo intentaba, no lograba formular palabras coherentes sin sonar como un extremista paranoico — Solo... solo son reflejos, Quin, reflejos de mi insano delirio masoquista por alguien que me defraudó, no vale la pena que las mires, no están diseñadas para el ojo público, solo las hice para desahogar la presión en mi corazón, porque él aún no logra ponerse de acuerdo sobre qué sentir por él.


— ¿De qué hablas? — titubeó, alertándose al ver cómo Haze se apartaba y le dejaba acercarse a la pintura, para después pararse junto a él y suspirar con pesar.


Al ver la pintura, Quincy jadeó con asombro y miró conmovido aquella obra de arte, lograba reflejar tantos sentimientos que al propio Quincy le fue imposible no derramar una lágrima cuando la vió.


— Oh por Dios, Haze, e-es bellísima.


— Lo sé, es mi mejor trabajo hasta ahora — admitió mientras sonreía con dolor — Un amable recordatorio de que mi corazón solo late por él, mi cuerpo solo reacciona ante él, y mi pasión solo se activa gracias a él.


Al decir esto, Quincy miró apenado a Haze, quien sonrió con dolor y dejó derramar varias lágrimas de sufrimiento.


— Te has estado viendo con él, ¿no es así? — preguntó con pesar, pregunta a la que Haze correspondió asintiendo con la cabeza.


— Claro que lo he hecho, Quincy, ¡es el maldito amor de mi vida! ¡¿crees que no iba a ser débil frente a él?! — clamó entre lágrimas y jadeos de dolor — Ojalá nunca lo hubiera hecho, así no me habría enterado que él me abandonó por dinero, ¡y así no me dolería tanto seguir amando a ese hijo de perra!


Al oírle, Quincy no pudo evitar acercarse cuidadosamente a Haze y abrazarle con fuerza, abrazo al que Haze correspondió con fuerza, y hundió su cara en el hombro ajeno, desahogándose finalmente de todo lo que se había estado callando y guardando desde hace varios días.


— Lamento mucho lo que te está pasando, Haze — murmuró débilmente, mientras acariciaba débilmente los cabellos ajenos.


— Creí que... q-que podía perdonarlo sin más, Quin, p-pero él... él... — jadeó pesadamente mientras trataba de poner orden a sus ideas — I-Incluso me convenció de denunciar a Dick, ¿p-pero cómo puedo confiar en alguien que me vendió, Quin? alguien que solo me dejó sin preocuparse por cómo me iría en el futuro.


— La verdad es muy difícil entender del todo a las personas, ni siquiera podemos decir con certeza conocerlas del todo, porque siempre habrá algo que nos estarán escondiendo — murmuró para apartarse un poco de Haze y limpiarle unas lágrimas de las mejillas — Lamento tanto que todos solo se dediquen a hacerte, daño, Haze, realmente no te mereces esto.


— Gracias Quin, se siente bien hablarlo sin... sin que me juzguen o me reprochen — renegó mientras limpiaba una lágrima de su rostro — Te juro que solo quiero... no sé... un poco de libertad, dejarlo todo y poder ser libre, sin que nada ni nadie me lastimen de nuevo.


— Me encantaría ayudarte, Haze, pero no sé qué ofrecerte — susurró apretando las manos ajenas.


— Ni yo... p-por un momento creí que denunciar a Dick sería lo correcto, pero... m-me preocupa no poder lograrlo.


— Pues... intentarlo no es mala idea — murmuró sonriéndole con tranquilidad, logrando que Haze le observara con curiosidad.


— ¿De qué hablas?


— Pues, si quieres yo... p-puedo intentar ayudarte con esto, Haze.


— Oh no, Quincy, no quiero obligarte a padecer por mi culpa, creeme, eso no es un proceso nada fácil, y... m-me preocupa que Dick se enoje si descubre que me estás ayudando.


— No perdemos nada con intentarlo, todo sea con tal de ayudarte, Haze.


Dichas palabras hicieron que Haze sonriera apenado y abrazar con fuerza a Quincy, abrazo al que el chico rubio correspondió de igual manera, acariciando el cabello de Haze y tratando de darle confort, ya que aún notaba bastante afligido a su amigo de ojos azules, y quería tratar de hacer que se tranquilizara, al menos un poco.


— ¿Y qué debería hacer con él? — preguntó tímidamente, logrando que Quincy le observara curioso — M-Me duele mucho, Quincy, me lastima pensar que él me abandonó por algo tan insignificante como el dinero, pero... a-algo en mi corazón me dice que hago mal al alejarme de él, luego de que ha vuelto a mi vida.


— Haze yo... n-no sé qué decirte al respecto — susurró rascándose la nuca — Dime, ¿acaso tú aún amas a Jessie?


— Lo amo con mi vida — admitió con pesar — Me duele admitirlo, pero he pasado tres años mintiéndome, no me quedan fuerzas para seguir engañándome a mí mismo, ni para seguir negando lo que siente mi corazón, aún cuando siento que podría morirme del dolor que me causó su traición.


— Ay Haze — murmuró mirándole con pesar — Tienes un problema grave.


— Lo sé — admitió sonriendo con dolor — Pero el primer paso es admitirlo, así que voy por buen camino, ¿no? — no pudo evitar reír al acabar dicha oración, y sin poder evitarlo, Quincy también rió por debajo mientras miraba con pena a su amigo de ojos azules, ojos que últimamente estaban muy opacos y sin vida, pero irónicamente, en ese instante en el que habló sobre Jessie, estos mismos recobraron un poco el aliento, dejando claro que aún cuando ambos tenían sus discrepancias, Haze seguía amando a Jessie, lo que a Quincy le preocupaba, era que Jessie realmente siguiera amando a su amigo, y no quisiera simplemente aprovecharse de él, como ya había hecho anteriormente (según él).


-


— ¡Buen entrenamiento hoy, muchachos! Mañana el juego será rudo, así que descansen bien y duerman lo suficiente, ¡no quiero ver ofensivas débiles, ni una defensa con miedo, se los advierto!


— ¡Sí entrenador! — dijeron todos al unísono mientras caminaban hacía los vestidores del campo, varias chicas en las gradas miraban coquetamente a los sujetos que se dedicaban a entrenar, y varios de estos aprovechaban dicho estatus para coquetearle a sus fans, mientras otros solo las ignoraban.


— ¿Alguien quiere ir por un trago? — dijo el capitán del equipo mientras entraba con sus compañeros a los vestidores.


— El entrenador dijo que debemos descansar — dijo cierto chico de piel morena que se estaba quitando la camisa.


— Solo será un trago, Josh, no vamos a exagerar.


— Habla por ti — canturreó un sujeto cínicamente mientras miraba de reojo a cierto sujeto de cabellera rojiza que iba a quitarse la ropa también, pero al oír tales palabras, de inmediato volteó la mirada hacía el chico que habló, y le dedicó una sonrisa incrédula, que aterró bastante a este chico.


— ¿Disculpa? ¿estás hablando de mí?


— ¡Wow, oye, no empieces, Dalton! — dijo el capitán mientras se paraba frente a él para verle con seriedad — Rod solo bromeaba.


— ¡Yo igual, mis chistes son tan hilarantes que se te caen los dientes de la risa! — dijo sonriendo de manera incrédula para tratar de irse nuevamente hacía él, hasta que llegó cierto sujeto con tatuajes en los brazos a parar dicha situación.


— Cálmate ya, Foxy — dijo mientras lo empujaba lejos de aquellos chicos, mientras el pelirrojo gruñía y le miraba con desdén.


— ¡Suéltame! — renegó zafándose del agarre ajeno, cosa que hizo a Trevor gruñir de mala gana.


— Oye, para ya ¿de acuerdo? Sé que no te sientes bien, ¡pero eso no es excusa para que pelees con todos en el vestidor! y ni hablar de tu repentino romance con el licor, ¿realmente crees que eso te llevará a algo?


— ¿Lo dice el que fuma marihuana cada que tiene oportunidad? — renegó, logrando que el contrario lo mirara con incredulidad — Es mi vida, Trevor, yo decido de qué manera matarme, agradecería de sobra que no te metas en algo que no te interesa.


— Como quieras, yo no soy el imbécil al que echarán del equipo por buscapleitos y por alcohólico, y recuerda que este anciano no es como Peters que te tenía lástima y solo por eso te perdonaba, este sujeto no dudará en echarte, te lo garantizo.


— Gracias, ahora lárgate de mi vista ¿sí? — dicho esto, se dió media vuelta y caminó hacía el casillero donde guardaba su ropa, para arrojar allí la camiseta que acababa de quitarse, y tomar un envase que había al fondo del casillero para abrirlo y darle un trago seco que le hizo fruncir el ceño por el fuerte sabor de la bebida que guardaba dicha cantimplora, bebida que no debía ingerir en el campus, pero a él ya le daba totalmente igual.


Arrugó el entrecejo al ver cómo el pelirrojo se dedicaba a engullir alcohol como si no le importara nada más en el mundo, y es que en cierta manera era así, eso lograba comprenderlo, pero no comprendía el porqué una decepción amorosa era motivo suficiente para querer echar a perder su vida de esa forma, aunque él no podía opinar al respecto, ya que hasta ese momento, jamás se había enamorado tan intensamente como Jessie, o eso creía él.


— ¡Trevor, te buscan! — habló uno de sus compañeros, cosa que le hizo fruncir el ceño con recelo e ir a la entrada de los vestidores para averiguar quién era la persona que le estaba buscando.


Al salir de los vestidores, se topó repentinamente con una silueta a la cual le asombraba mucho tener en frente, pero también le causaba recelo y algo de desdén ver cómo aquel sujeto con el que acabó en tan malos términos, se atrevía a buscarlo nuevamente.


— ¿Qué haces aquí? — preguntó con frialdad, mirando de mala gana cómo el contrario no se atrevía ni a alzar la mirada para verle a los ojos.


— Quiero hablar — susurró con voz tensa y algo quebradiza.


— ¿Desde cuándo tú quieres hablar conmigo? sobre todo considerando que tú fuiste el que dejó claro que nosotros ni siquiera éramos amigos.


— Porque eres el único que de cierto modo me entiende — susurró alzando débilmente la mirada, sus ojos estaban cristalinos y llenos de dolor, algo que hizo a Shun arquear una ceja e ir bajando poco a poco la guardia.


— Adivino, ¿tuviste algo que ver con la desaparición de Johnson y el alcoholismo de Dalton?


— Tuve todo que ver, pero no fue intencional, solo hice lo que me ordenaron hacer — murmuró mientras una lágrima rodaba sutilmente por su mejilla — Haze se niega a verme, ni siquiera he podido aclararle las cosas. Necesito hablar con alguien, o siento que moriré, así que por favor, Trevor, así sea a modo de despedida para nuestro fugaz romance, déjame confesar mis pecados en tu pecho una última vez, y luego podemos volver a odiarnos como siempre hemos hecho, si es eso lo que tanto quieres.


El contrario le miró de arriba a abajo con curiosidad y recelo, pero rápidamente se acercó a él para tomarle de ambas mejillas y acercar su rostro al de él sin pena alguna.


— Me ha tomado tiempo reprimir lo que siento, vampi, y ceder a tu petición solo echará a perder lo que he tratado de reparar, dime, ¿qué me garantiza que no volverás a hacerme pedazos el corazón?


— Te estoy dejando mi corazón en bandeja de plata, Trevor, nunca le di tal privilegio a nadie, eres el único al que le tengo tanta confianza, creeme por favor, s-sé que no soy de fiar, mucho menos luego de haber arruinado lo nuestro y lo de Jessie con mi mejor amigo, p-pero solo... q-quiero... q-quiero sentirme seguro en algún sitio, no encuentro un refugio, y quiero que al menos tú seas mi refugio.


— ¿Quieres que sea tu hombro para llorar, y luego cuando se te suba el ego me volverás a defraudar? agradezco la preferencia, pero eso de ser el juguete de alguien ya no me apetece ni por error — renegó de mala gana para apartarse de él, logrando que el gótico le mirara de manera penosa y suplicante.


— Jaj, ¿c-cómo te atreves? — murmuró sutilmente — ¿Aún cuando vengo de rodillas a rogarte que me perdones, te atreves a rechazarme así?


— No me estás pidiendo perdón, solo estás bajando la guardia porque Sasha finalmente te dió la espalda, solo vienes a mí porque no te quedan opciones, porque prefieres una compañía vacía a una soledad absoluta, siempre te dije "cobarde" por despecho, vampi, jamás imaginé que me darías la razón de esta forma.


— Trevor, p-por favor... s-sé razonable — trató de sujetar las manos ajenas, pero el contrario solo se apartó de él para mirarle con frialdad absoluta.


— Cometiste un error al venir conmigo, deberías buscarte a alguien que no se moleste en ser el entretenimiento del momento y nada más, yo francamente ya no me conformo con eso.Dicho esto, se dió media vuelta y se alejó de Shun, quien gruñó de mala gana mientras una lágrima llena de maquillaje empezaba a rodar por su mejilla, la honestidad de Trevor siempre había sido chocante para él, pero ese día, fue certera e incisiva como el afilado colmillo de un perro hambriento, que llegaba para devorar el último ápice de seguridad y fortaleza que le quedaba, dejándole completamente vulnerable. 




Continuará


Voten y comenten si les ha gustado el capítulo, también recuerden apoyar el libro en la plataforma Alphanovel para poder seguir publicando capítulos gratuitos con más frecuencia <3


Y no te olvides de dejar un comentario de apoyo, enserio te lo agradezco <3


- Gema


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro