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74 - 'Más Dudas Que Certezas'

Pasaba su mano sutilmente por la espalda ajena mientras miraba a la nada con cansancio y algo de pesadez, por más que intentaba dormirse igual que Haze, él no lograba pegar un ojo, a pesar de que el cansancio le estaba matando; tenía mucho en qué pensar, mucho estrés, muchas preocupaciones encima, y la principal, era la integridad física de su novio.


Bostezó mientras observaba los tenues rayos del atardecer escabullirse por la ventana de su habitación, pasaron el día entero encerrados, pero aún cuando se quedaron encerrados sin siquiera comer, a ninguno parecía molestarle estar a solas de esa forma, mucho menos luego de haber pasado tres años totalmente alejados el uno del otro.


— ¿No puedes dormir? — preguntó con la voz apagada, alzando un poco la mirada para ver detenidamente a Jessie, quien le sonrió de vuelta mientras acariciaba suavemente las mejillas ajenas.


— No, me da miedo despertar y que te hayas ido — admitió con voz tranquila, mientras Haze tomaba su mano y la besaba lentamente.


— No me iré, a menos que me obliguen a hacerlo... incluyéndote.


— Me tranquiliza saberlo, aunque también me asusta un poco.


— No tienes porqué — murmuró besando de nuevo los labios ajenos, mientras Jessie pasaba su mano por la espalda desnuda de Haze, tacto que erizaba por completo la piel del pelinegro, amaba la ternura con la que Jessie le tocaba, totalmente opuestas al odio y a la violencia con la que Dick siempre magullaba su cuerpo, aunque era absurdo compararlos, ya que Dick era un bárbaro, y Jessie era, sin duda alguna, su alma gemela.


Ambos voltearon al sentir cómo cierto animal se subía a la cama con ellos para acostarse a su lado y verles con curiosidad, haciéndoles a ambos reír por igual mientras le acariciaban el cráneo.


— Está felíz de que estemos juntos los tres nuevamente.


— Ya lo creo — murmuró mirando de reojo a Haze, quien observaba tímidamente al enorme animal frente a él — ¿Y qué sigue?


— ¿De qué hablas? — preguntó volteando a verle algo intrigado, temiendo mucho el rumbo que podría tomar dicha conversación.


— ¿Qué haremos ahora? ¿seguir huyendo, o enfrentar nuestros demonios de una buena vez para ser libres al fin y vivir sin atadura alguna?


— ¿"Enfrentar?" — cuestionó con recelo — ¿Jessie de qué estás hablando?


— Dick nunca te dejará en paz, Haze; debes ponerle un alto de una buena vez, o te arruinará la vida para siempre.


— Jaj, Jessie ¿qué chiste tan amargo estás diciéndome?


— Cherry te estoy hablando enserio — dijo mientras se sentaba en la cama mientras seguía abrazando a Haze, haciendo que él se sentara en su regazo y se mantuviera apegado al cuerpo desnudo de Jessie — Me aterra despertar cada mañana y que debamos lidiar con el riesgo de que ese hombre nos siga acosando, debes denunciarlo, o esta pesadilla nunca se va a terminar.


— ¿Estás loco? — dijo sin tapujo alguno, logrando que Jessie chasqueara la lengua — Jessie, él tiene demasiado poder, ¿crees que una simple denuncia de un don nadie va a cambiar algo?


— Debes intentarlo al menos.


— Intentarlo hará que quiera matarme, literalmente.


— No es como que él ya no quisiera hacerlo — murmuró con la voz algo quebradiza, logrando que Haze mirara a otro lado con seriedad y pesar — Mírate, Haze, no tienes idea del miedo que me causa imaginar que ese tipo te termine matando a golpes por una estupidez, y ni hablemos de todo lo que le hace a tu cuerpo, que de solo pensarlo quiero asesinarlo.


— ¿Porqué no solo nos vamos y ya? — preguntó con una sonrisa penosa — Huyamos, Jessie; muy lejos de aquí, donde nadie nos conozca, empecemos una vida juntos, nosotros tres.— Haze... — trató de hablar, pero la voz ajena le interrumpió en seco.


— Entiéndeme, Jessie; denunciar a Dick es un caso perdido, intenté hacerle frente hace años, ¿y qué me gané? que mis propios padres me trataran de prostituto.


— Tus padres eran influenciados por él, es un caso muy distinto.


— ¿Y crees que la policía local no lo está? por favor, ¡mi padre controla a la policía, y Dick controla a mi padre!


— ¿Solo por eso quieres huir?


— Quiero ser libre, Jessie; q-quiero despertar y no sentir miedo de que me toque alguien que solo me lastima, y-y que al caer la noche no me dé miedo y asco volver a casa, quiero una vida normal, y aquí ya no podré tenerla, nunca me quitaré la mancha de haber sido "la perra de Dick Jenkins" por años.


— No tiene porqué ser así, Cherry — susurró tomando suavemente el mentón ajeno para acariciarlo un poco — Nadie añora tu libertad más que yo, pero huir no es ser libre, Haze, solo es tomar un descanso de tu cautiverio, pero tu corazón siempre vivirá con miedo, así como vivías aterrado cuando nos mudamos juntos.


Sonrió con dolor mientras sus ojos se cristalizaban en seco, trató de apartarse de Jessie, pero este lo abrazó con fuerza y pegó su frente tímidamente con la de él.


— Mi amor — dijo cálidamente — Por favor, sabes que no tenemos más opciones.


— Pero tengo miedo.


— Sé que lo tienes, Cherry, yo también tengo miedo, pero necesitamos esforzarnos por conseguir tu libertad, solo así podremos estar juntos otra vez, sin que nadie nos separe de nuevo.


A Haze le confundieron un poco esas palabras, pero solo asintió tímidamente con la cabeza y hundió su cara en el hombro ajeno, mientras Jessie le acariciaba la espalda y le susurraba "todo estará bien" entre besos a su cuello, aunque en el fondo, el propio Jessie temía que las cosas no resultasen como él esperaba, sobre todo porque el más afectado en todo ello no sería él, sino el chico al que amaba.


-


08:27 de la noche, la oscuridad finalmente había caído sobre la ciudad, y con ella, ambos decidieron que era el momento de salir y dar el primer paso del plan de Jessie, el cual aún seguía en desarrollo, pero lo primero que quería hacer era exponer abiertamente la clase de monstruo que era aquel sujeto que tuvo cautivo a su novio por tantos años, sin que este pudiera hacer nada para defenderse.


Miraba receloso a las personas sentadas en aquella sala de espera, usaba un suéter con capucha y unos lentes oscuros para cubrir su identidad, y el sujeto a su lado también usaba un suéter de capucha gris para cubrir su identidad igualmente, aunque a Haze no le quedaba del todo claro el porqué Jessie debía esconderse, si estaba más que seguro que casi nadie alrededor lograría reconocer su rostro, por todo el tiempo que estuvo fuera de la ciudad.


Cuando finalmente fue su turno de pasar, ambos entraron al despacho de una mujer de estirada cabellera castaña, quien frunció recelosa el ceño al ver a los dos jóvenes que se sentaban frente a su escritorio, aunque más le alarmó ver al sujeto que ocultaba su identidad con un par de lentes oscuros.


— Buenas noches — murmuró con la voz algo apagada.


— ¿En qué puedo ayudarles, caballeros?


— Queremos... — murmuró algo dudoso, pero rápidamente agachó la mirada y apretó sus propias rodillas con algo de nerviosismo, empezando a sentir un nudo terrible en su garganta y un sudor frío bajar por su frente.


— Cherry — le tomó del hombro para tratar de darle confort a su novio, se notaba a kilómetros que le costaba mucho poder ser franco con lo que le estaba pasando, Jessie lo entendía a la perfección, y le dolía no poder hacer más para librar a Haze de todo ese sufrimiento.


— Q-Quiero denunciar... d-denunciar a alguien por agresión y... y abuso sexual — dijo con la voz entrecortada mientras miraba dudoso a la mujer frente a él, quien le observó bastante abrumada, pero terminó de horrorizarse al ver cómo el chico se quitaba los lentes y dejaba expuestos los golpes y moretones que adornaban su rostro.


-


— ¡Se los juro, odio con creces este estúpido calor! ¡dan ganas de salir corriendo a Alaska o algo así! — hablaba tranquilamente con un grupo de chicos que llevaban uniforme de fútbol americano, y que parecían poco interesados en lo que decía el sujeto gótico, pero este igual persistía en sus intentos por conquistar a alguno de esos encantadores chicos, cuyos cuerpos le recordaban demasiado a cierto sujeto con tatuajes a quien, por más que detestaba y quería estar lejos de él, no lograba sacarse de la cabeza.


Detuvo su andar al ver cómo un auto negro se estacionaba frente a él, aún enmedio del campus de la universidad, haciéndole tragar en seco mientras un sudor frío bajaba por su frente, y sus manos temblaban como nunca.


Miró con horror cómo bajaban el vidrio del auto, y se asomaba un sujeto de cabello canoso, y una sonrisa cínica que le helaba la sangre a cualquiera.


— ¡Oye, Shun! — le saludó agitando su mano sutilmente — ¡Vamos, yo te llevo a casa!


— ¿Conoces a ese sujeto? — preguntó uno de los chicos que estaba con él, pero el gótico le ignoró completamente, y solo caminó temeroso hacía el auto de donde le estaban llamando, para subirse con él a la parte trasera, y abandonar el campus.


Miraba temeroso cómo su contrario pelaba una manzana con una navaja, al mismo tiempo que tarareaba una canción y parecía estar de lo más tranquilo del mundo, todo lo contrario al lenguaje corporal del chico gótico.


— ¿Sabes Shun? estoy muy enfadado contigo — dijo mientras cortaba un tajo de manzana para metérselo a la boca — Se supone que tú ibas a ser mi marioneta, mis ojos y mis oídos en todo momento, y vigilar en cada minuto del día a mi mascota, pero tal parece que esa fue una tarea demasiado compleja para ti.


— D-Dick, y-yo te lo puedo explicar— trató de hablar, pero el contrario se lo impidió.


— No hace falta que digas nada, Shun; entiendo que Haze se ha vuelto muy caprichoso e impredecible, y es por eso que estoy empezando a hartarme de él.


Shun jadeó con horror al oírle decir eso, sobre todo porque cuando terminó dicha oración, el castaño cortó bruscamente un trozo de manzana para metérselo a la boca.


— Su trasero sigue tentándome, pero sus caprichos hacen que esté perdiendo la poca paciencia que me queda.


— D-Dick n-no hay porqué alterarse, t-te lo juro.


— ¿Enserio? — preguntó volteando a verle incrédulamente mientras acercaba la navaja al cuerpo ajeno, logrando que Shun jadeara nuevamente — Dime, ¿qué me garantiza que Haze finalmente dejará de darme dolores de cabeza, y se portará como la puta que es de una vez por todas?


— Yo me haré cargo de ello... personalmente — decir eso le dolió, en serio le quebró el corazón, pero más le dolía imaginar que algo malo le podría pasar a su mejor amigo si no hacía lo que ese sujeto le decía, por más que odiaba con creces lo que salía de su boca.


— Ya me has fallado, Shun ¿porqué debería creerte esta vez?


— Te doy mi palabra, Dick, esta vez será distinto.


El castaño rió por debajo para alejar la navaja y volver a cortar la fruta, mientras cruzaba las piernas y sonreía de lado con picardía.


— Quiero que vuelva a mí rogándome perdón, que se arrodille frente a mí y me ruegue que lo perdone, tenerlo postrado frente a mí como la ramerita que es — canturreó cínicamente mientras se metía un trozo de manzana a la boca, para empezar a hablar con la boca un poco llena — Tienes 48 horas para traérmelo, Shun; de lo contrario Haze va a pagar muy caro el querer verme la cara de idiota.


Su pecho latió con mucha fuerza en cuanto le escuchó decir eso, de solo pensar en lo que ese tipo era capaz de hacerle a su amigo, quería salir corriendo y llamar a la policía, aunque eso, obviamente, no era una opción viable (según él).


Le alertó sentir cómo abrían bruscamente la puerta del auto y, aún con el vehículo en movimiento, lo empujaron del mismo y le hicieron caer bruscamente al camino, dejando adolorido y muy abrumado al gótico, enmedio de una solitaria calle bastante oscura y fría, de no ser porque sabía que seguían dentro de su pequeña ciudad, habría creído que lo habían dejado en un pueblo fantasma.


— Maldito — renegó mientras se levantaba del suelo y sacudía su ropa sin más, tosiendo y mirando a los lados con preocupación, le dolía mucho recordar las palabras de Dick, pero más le dolía pensar, "¿cómo le digo a Haze que vuelva a su infierno?", era inhumano pedírselo, sobre todo luego de que su amigo le contara todo el sufrimiento y pesares que pasaba en brazos de su captor, aunque él, por más que consideraba eso algo inhumano, ya no podía objetar, no tenía alternativa alguna.


-


Bostezó sutilmente con algo de fatiga, pasó la noche dando declaraciones y recordando amargamente todo lo que había vivido con su captor, y apenas salió el sol, tuvo que ir al doctor para que le hicieran exámenes que corroboraran su denuncia (aunque el haberse acostado con su pareja horas antes casi entorpece todo el proceso).


— Lo siguiente es presentar la denuncia ante la fiscalía — explicaba la detective mientras escribía algunas cosas en un expediente, él casi no le prestaba atención a sus palabras, aunque su novio estaba atento a cada palabra de la detective, algo que conmovía mucho a Haze, pero también le frustraba un poco — Necesitan un buen abogado, el juicio que viene no será sencillo. Puedo contactarlos con un abogado del estado para que—


— No — dijo Jessie — P-Preferiría que nos comunique con... u-un abogado más especializado en estos casos, detective, verá, esta es una situación muy delicada, un paso en falso y todo se vendrá abajo, solo quiero que Haze no corra ningún riesgo.


La mujer se quedó un rato pensativa, pero luego sacó una tarjeta de su escritorio y se la entregó a Jessie, quien leyó la misma con detenimiento.


— Tengan, este es el número de Maxton Curtis, uno de los mejores abogados del distrito, se especializa en casos de este tipo, y no ha perdido ninguno.


— Perfecto — dijo Jessie mientras guardaba la tarjeta en su bolsillo con cuidado de no perderla.


— Eso sí, contratarlo no es nada barato, deben tener una buena cantidad de dinero encima para recurrir a él.


Dichas palabras hicieron que Haze mirara apenado a Jessie, pero el pelirrojo no mostró semblante alguno de pena o de decepción, mantuvo su expresión firme y decidida, cosa que confundió por demás a su pareja.


— Lo entiendo — respondió sin más, mientras Haze arqueaba receloso una ceja y le miraba con desdén.


Luego de un rato, finalizaron su charla con la detective y se fueron de la jefatura, Jessie leía algunos documentos que ella le dió, mientras Haze caminaba junto a él con los brazos cruzados y semblante receloso.


— Muero de hambre — dijo mientras miraba de reojo a su novio — ¿Compramos hamburguesas, Cherry?


— ¿Con qué dinero? — renegó, sacándole a su novio una carcajada tranquila.


— Vamos, las hamburguesas no son costosas.


— No Jessie, hablo de con qué dinero pretendes contratar a ese abogado tan costoso, ¡¿has perdido la cabeza o qué?! ¡no podemos pagar eso!


— Claro que podemos — dijo con seguridad, logrando que Haze le observaba incrédulamente.


— Estás mintiendo.


— ¿Volvemos a la desconfianza, eh? — dijo mirándole con fastidio — Creí que ya habíamos pasado por eso.


— P-Pero Jess... ¡¿J-Jessie cómo pretendes pagar eso, te has vuelto loco?!


— Relájate, Cherry, yo me encargo de eso ¿de acuerdo? solo quiero que estés tranquilo y que tratemos de acelerar este proceso lo más que se pueda, así no corremos ningún riesgo juntos.


Las palabras de Jessie no dejaban de intrigarle, pero más le intrigaba la tranquilidad con la que el pelirrojo afrontaba el tema, "¿de dónde pretendía sacar todo ese dinero?" pensaba sin parar, y ese pensamiento solo le ponía los pelos de punta como nunca, a tal punto de que apenas y podía prestarle atención a las palabras de su pareja, solo podía pensar a qué se dedicaba su novio ahora, que tan tranquilamente pregonaba que él se encargaría de eso, como si ambos no hubieran tenido problemas financieros cuando vivían juntos en el pasado.


Estuvo a punto de subirse al auto con Jessie, pero sentir cómo vibraba su celular en su bolsillo, le hizo frenarse en seco y sacarlo para revisarlo con molestia, gruñendo por debajo al ver que se trataba de Shun.


— ¿Qué pasó? — dijo de mala gana, logrando que Jessie le mirara de reojo con curiosidad.


— ¿Dónde estás? — preguntó con voz tensa, voz que erizó un poco la piel de Haze.


— Ocupado.


— Haze hablo enserio.


— Te estoy hablando enserio — renegó, Jessie le hizo un gesto curioso, pero Haze le dió la espalda para seguir hablando con "tranquilidad" — ¿Qué carajo quieres, Shun?


— Es algo serio, Sasha, hablo enserio — insistió, logrando que Haze frunciera el ceño con recelo — ¿Dónde estás? necesito hablarte.


— ¿Estás con Quincy?


— No, estoy solo — murmuró con voz tensa, Haze dudaba sobre qué hacer, el tono de voz de Shun le ponía muy nervioso, pero algo en su ser le decía que no era buena idea decirle que estaba con Jessie, ya que su amigo enloquecería de la rabia, y con justa razón, ni él mismo comprendía cómo habían logrado limar sus asperezas tan rápido, "el amor mueve montañas" fue lo que pensó, antes de suspirar con frustración y sobar su entrecejo con sus dedos.


— Vé a la casa del entrenador Peters.


— ¿Qué? ¿y tú qué haces en casa de Peters?


— Vé y ya, Shun — dicho esto, colgó el celular y volteó para caminar hacía Jessie, quien se cruzó de brazos para verle con receloso.


— ¿Todo bien?


— No estoy seguro — admitió para subirse al auto sin más, dejando a Jessie con más dudas que certezas, pero solo se limitó a subirse al auto igualmente e irse con él hacía la casa del entrenador, "no me gusta el rumbo que está tomando esto" pensó, pero no tuvo manera de impedirlo, mucho menos al notar la insistencia con la que Haze le pedía que condujera para llegar pronto a casa del entrenador.


Continuará


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- Gema


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