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72 - 'Sentimientos'

Daba vueltas en la cama sin parar, por más que intentaba cerrar los ojos y conciliar el sueño, su mente y sus pensamientos tenían intenciones totalmente opuestas a las suyas. Pensaba sin cesar en Haze, en la vida que tuvo a su lado, en esa absurda discusión que lo inició todo, en esa cruel tarde en la que su vida se echó a perder, y en la última noche que estuvo junto al chico al que amaba, donde este le dejó más que claro su descontento hacía él, descontento del cual Jessie era consciente, pero de todas maneras era doloroso oír cómo la boca que hace años le decía "te amo" cálidamente, ahora solo lograba decirle "te odio" sin una sola gota de pesar o de remordimiento, pero él igual lo entendía, le dolía, pero lo entendía.


Le alertó escuchar un golpe provenir de la ventana de su habitación, cosa que le hizo alzar la mirada y ver curioso hacía la ventana en cuestión, y al quedarse mirando fijamente esta misma, pudo ver cómo alguien arrojaba una piedra, aparentemente con intenciones de llamar su atención.


— ¿Pero qué? — murmuró débilmente mientras se levantaba descalzo de la cama y caminaba hacía la ventana para abrirla y asomarse con cautela, jadeando débilmente al ver a un encapuchado parado frente a su ventana, pero lo que más llamó la atención de Jessie, fue ver al enorme animal que le acompañaba.


Fue corriendo escaleras abajo para ver a la persona que estaba llamándole desde afuera, "¿será posible?" pensó con algo de emoción y confusión, sin detenerse siquiera para ponerse zapatos o para ponerse una camiseta (ya que él solía dormir sin camisa a causa del terrible clima de esos días).


Al abrir la puerta y salir de la casa, miró abrumado al sujeto que curía su identidad con un suéter de capucha color negro, y unos lentes oscuros bastante alarmantes, sobre todo porque, la función de esos lentes era la de proteger los ojos de la luz solar, no de la luz de la luna.


— Ven Boby — murmuró mientras le soltaba la correa al animal, permitiéndole ir corriendo hacía el sujeto pelirrojo, quien rápidamente se agachó para recibir al animal con un fuerte abrazo, le asombraba y emocionaba muchísimo que aún luego de tanto tiempo sin verlo, el animal fuera capaz de reconocerlo, y sabía que lo había reconocido, gracias a los gestos de alegría que hacía el animal en cuestión, como mover la cola o lamer las manos del sujeto frente a él.


— Amigo, ¿cómo estás? te extrañé tanto — hablaba tranquilamente mientras acariciaba el cuello del animal con ambas manos, riendo al sentir cómo le lamía la cara de repente — Jaj, veo que tú también me extrañaste.


Alzó la mirada al notar cómo el sujeto frente a él se acercaba a ambos con una ligera sonrisa, aunque su lenguaje corporal le hacía sentir a Jessie que estaba pasando algo más, algo que su acompañante se negaba a admitir, y le preocupaba mucho averiguar qué era.


— Se nota que te extrañó — dijo con la voz algo ronca, gesto que preocupó mucho a Jessie, pero solo se limitó a seguir acariciando al animal mientras lo observaba receloso.


— Así es, creí que él también me odiaría por irme así como así.


— Los animales no albergan rencor u odio en su corazón, debes ser mala persona para ganarte el desdén de un animal — explicaba mientras se cruzaba de brazos.


— ¿Entonces no me consideras mala persona? — preguntó en un tono ligeramente juguetón, que hizo al de ojos azules mirar a otro lado con fastidio — ¿Y a qué debo esta visita nocturna, si se puede saber?


— Ya no tengo espacio en casa... necesito de alguien que cuide de Boby, y sé que nadie lo va a cuidar mejor que tú — dijo mientras le acercaba la correa del animal para entregársela — Siempre y cuando no te dé por abandonarlo.


— ¿Te lavas las manos, eh? — dijo con desdén para levantarse y arrancarle al contrario la correa bruscamente, dedicándole una mirada de desdén absoluto — Debí imaginar que cuidar de él sería una molestia para ti, y que apenas tuvieras oportunidad te desharías de él.


Tal afirmación hizo que Haze frunciera el ceño con odio absoluto.


— Descuida, ya no quiero que te hagas cargo de algo que no puedes manejar, o de alguien a quien solo cuidas por deber y no por cariño genuino.


— ¡¡No te atrevas a decir algo así!! — clamó bruscamente, alertando por completo al sujeto pelirrojo — ¡¡No te atrevas a decir una idiotez de ese tipo, Jessie Dalton, tú menos que nadie eres el indicado para que una barbaridad de ese tipo salga de tu boca llena de mentiras y falsedad!!


— ¿No soy el indicado, según tú? jaj, bien, ¡¿y qué carajos haces aquí entonces?!


— ¡¡No quiero que le hagan daño a Boby!! ¡¿de acuerdo?! — clamó bruscamente con la voz algo temblorosa, dejando totalmente helado a Jessie, aunque lo que terminó de ormperle el corazón, fue ver cómo una lágrima se escabullía por debajo de esos alarmantes lentes oscuros, lágrima que él trató de limpiar, pero la mano de Haze se lo impidió en seco.


— ¿Qué sucedió?


— No es tu problema — respondió en seco y con indiferencia, haciendo a Jessie fruncir el ceño con seriedad.


— ¡Claro que es mi problema, ustedes son mi familia, Sasha! ¡tengo derecho de saber qué carajos fue lo que pasó!


— Jaj, ¿familia? ¿familia dices? sé que creciste en el seno de una familia muy torcida, Jessie, ¡pero la familia no te abandona como tú me abandonaste a mí!


— ¿Te atreves a decirme eso, Haze? ¿tú a mí? ¡tú ni siquiera tenías un hogar!


— ¡Y tú tampoco, Dalton! ¡tú creciste en una familia rota, donde nunca le importaste a ninguno de tus padres! siempre creí que esa falta de hogar te haría aferrarte a la única familia que habías logrado conseguir, pero ya me di cuenta de que solo eres la misma clase de porquería que eran tus padres.


— Jaj, ¿así que eso es lo que piensas de mí, Sasha? — preguntó con desdén, sintiendo su pecho endurecerse a causa del dolor que le provocaban las palabras de Haze, él sabía muy bien lo mucho que le afectaba el tema de su familia, y que le sacara el tema en cara de esa forma, le hacía darse cuenta de que estaba hablando con una persona totalmente diferente, no con el chico del que se había enamorado hace años atrás.


— Querías franqueza, ¿no? siempre odiaste que te ignoraran, pues bien, puedo darte el gusto, Jessie; verte cada que pueda, pero no esperes que salgan cosas buenas de mi boca.


— Sí, odié la indiferencia, pero también detesto a los cretinos, Haze, y vaya que te has vuelto un cretino de primera.


— ¡¿Te atreves a reprocharme de esa forma, y decirme que soy un cretino, luego de todo lo que he tenido que pasar por tu culpa?!


Estuvo a punto de abrir finalmente la boca y decir "yo no te abandoné, imbécil, Dick Jenkins casi me mata para que me alejara de ti", no obstante, la presión en su pecho provocada por la rabia y el dolor le impidieron decir la verdad, sentía que no tenía sentido alguno ser franco, mucho menos ante esa actitud tan incrédula y pedante de parte de su "amado".


— Eres tan imbécil — dijo sin pelos en la lengua, logrando que cada fibra del cuerpo de Haze se erizara de golpe, y recordara vívidamente las primeras interacciones que tuvo con el hombre al que amaba, donde este casi siempre era tosco para actuar y hablar con él, dicho recuerdo logró que el pecho de Haze doliera como nunca, y que una lágrima rodara por su rostro nuevamente.


— He aprendido del mejor — murmuró con la voz quebradiza, un gesto que hizo que Jessie arqueara receloso una ceja, y que acercara su mano a la de Haze para tratar de consolarlo una última vez, pero antes de tocar la piel ajena, el orgullo le hizo detener de golpe sus acciones, por lo que solo alejó su mano de él, y le miró con frialdad absoluta.


— Bien, ya trajiste a Boby, haz el favor de marcharte entonces.


— ¿Para siempre? — preguntó con algo de pesar, Jessie logró detectar al instante dicha emoción, y eso solo le hizo tragar hondo para intentar poner orden al coctel amargo de emociones que tenía, las cuales batallaban por mandar al demonio al chico frente a él, y abrazarlo para nunca jamás volver a soltarlo.


Ambos agacharon la mirada al oír cómo el animal se paraba frente a Haze y empezaba a chillar, gesto que asombró a ambos, pero a Haze en particular, le hizo sonreír con dolor mientras se agachaba frente a él y le besaba el rostro dulcemente.


— Perdón amigo, pero debo dejarte — murmuró con la voz apagada, mientras varias lágrimas brotaban sin control alguno por su rostro — No quiero dejarte, pero no tengo opción, lo sabes.Miraba atentamente a Haze mientras un nudo se formaba en su garganta poco a poco, se notaba que algo le pasaba, pero sabía de sobra que no podía meterse, hacerlo solo le traería más problemas a Haze, además de que, se notaba a kilómetros que este no querría asistencia de su parte.


— Te voy a extrañar mucho, Boby — murmuró para darle un último abrazo al animal en cuestión, cargado de emociones que le hacían querer romper en llanto como nunca, cosa que hizo sin darse cuenta, alarmando por completo al sujeto frente a él.


— Haze— murmuró mientras se acercaba a él para intentar ayudarle, aunque le alertó sentir cómo el contrario se levantaba bruscamente y se iba hacía él para abrazarlo con fuerza, empezando a sollozar desconsoladamente en su hombro, cosa que dejó totalmente helado a Jessie.


— Perdóname — dijo entre jadeos de dolor — T-Tienes razón, y-yo soy un maldito infeliz, n-no sé lo que me está pasando, s-sé que debes desconocerme totalmente, y-y por eso no me ves de la misma forma en la que me mirabas hace años... s-seguramente por eso ya no me amas.


Dichas palabras hicieron que el pecho de Jessie latiera de forma lenta, no sabía qué decir, por lo que prefirió simplemente corresponder a aquel abrazo, acariciando con ternura el cuerpo ajeno.


— Lamento haber dicho todo lo que dije — susurró débilmente — Sobre tu familia, sobre que estaba rota, sobre que nunca tuviste amor... y-y que eres igual que tus padres.


— Descuida, algo de razón tuviste al decir eso — murmuró hundiendo su cara en el hombro de Haze — Abandoné a mi familia, sin si quiera detenerme a pensarlo bien.


Dichas palabras causaron un efecto agridulce en Haze, le dolía oír cómo Jessie admitía tan descaradamente haberlos abandonado, pero, en cierto modo, era un alivio que le hablara de esa manera, tan suave y gentil, acompañada de aquellas tiernas caricias a su espalda, era exactamente la manera de actuar de Jessie para con él hace tres años atrás, cuando ambos habían formado su pequeño núcleo familiar, el cual actualmente se encontraba roto, pero se notaba que aún había algo de sentimiento en medio, y eso era lo más reconfortante de todo el asunto.


Se apartó un poco de aquel abrazo para tomar los lentes oscuros y retirarlos cuidadosamente, sintiendo cada fibra de su cuerpo hervir de la rabia, al notar todos los moretones que había en el rostro de su ser amado, además de ver cómo esos ojos azules que tanto le fascinaban, estaban tan apagados como el cielo nocturno que hacía esa noche de octubre.


— Maldito hijo de puta — renegó, logrando que Haze sonriera por debajo con algo de pesar y vergüenza.


— Estoy un poco desaliñado hoy — admitió con pesar — Entenderás que mi nueva vida es algo... rústica.


— ¿Rústica? — preguntó con seriedad, apretando sus puños con fuerza mientras soltaba pesadas bocanadas de aire, estuvo a punto de apartarse de Haze e ir hacía la entrada de aquel hogar con intenciones de salir del mismo, pero un agarre en su brazo de parte de Haze le detuvo en seco.


— ¡¿Q-Qué crees que haces?!


— ¡¡¿Crees que me quedaré cruzado de brazos luego de que ese maldito te haya hecho algo así?!! — gritó bruscamente, haciendo que las mejillas de Haze se ruborizaran un poco, y que su pecho latiera con fuerza, pero no se dejó llevar por sus deseos, su sentido común sabía que era toda una locura querer hacer lo que el pelirrojo planeaba, y por más que lo "odiaba", no quería que a su "ex amante" le pasara algo malo.


— No seas tonto, ¿qué crees que vas a conseguir?


— Matarlo, como mínimo — admitió sin pena alguna, y algo en sus ojos le hizo a Haze darse cuenta de que Jessie estaba hablando muy enserio, y él francamente sí creía capaz al pelirrojo de cometer homicidio por él, o al menos así era años atrás.


— ¡N-No, idiota! ¡¿estás loco?! — clamó bruscamente — ¡¿Q-Qué te sorprende?! tú sabías muy bien que esto era lo que implicaba abanadonarme, ¡e igual lo hiciste!


— P-Pero yo no... — tragó hondo y miró a otro lado con pesar, recordando de golpe todo lo que implicaba cometer una idiotez de ese tipo, si planeaban denunciar a Jenkins, él no podía cometer la idiotez de agredirlo, ya que él podría usar eso en contra de ellos, dificultando por completo todo el proceso para Haze.


Tragó hondo y miró de nuevo a Haze, le dolía en el alma ver a su amado ser maltratado de esa forma, tanto fue el dolor que le generó verle así, que inevitablemente dejó correr un par de lágrimas, que tomaron totalmente desprevenido al pelinegro.


— Perdóname Cherry... — murmuró débilmente mientras le tomaba ambas mejillas, aquel tacto reconfortó mucho a Haze, pero no más que oír y ver cómo Jessie le pedía perdón entre lágrimas — Perdóname por favor... no sabes lo mucho que me duele verte así, te juro que preferiría comer vidrio antes de permitir que alguien te ponga una mano encima y te haga daño de esta forma. S-Sé que me fuí, y-y que te dejé a tu suerte... pero te juro, te juro que nunca lo hice con intenciones de dañarte, Cherry, por amor de Dios, ¡t-tú eras mi vida entera!


Dichas palabras hicieron que un par de lágrimas rodaran por las mejillas de Haze en seco, mientras su respiración se iba agitando considerablemente, algo que alarmó mucho a Jessie.


— ¿E-Estás b— trató de hablar, pero la voz ajena le interrumpió en seco.


— ¿No me abandonaste a propósito? — preguntó débilmente, logrando que Jessie mirara a otro lado con pesar.


— Nunca, por favor, eres lo mejor que me pasó en vida, ¿tan idiota me crees para dejarte así como así?


— Jessie no me mientas por favor — gimoteó entre lágrimas y jadeos muy pesados — M-Mi corazón ya no aguanta más dolor... n-no me quieras mentir para volver a hacerme daño, te lo ruego.


— Nunca te mentiría, Cherry — trató de tomar las mejillas ajenas, pero Haze se apartó de golpe para empezar a rebuscar algo en sus bolsillos, cosa que abrumó muchísimo a Jessie.


— ¿D-Dónde está? — balbuceaba débilmente mientras sus temblorosas manos buscaban en sus bolsillos aquel objeto que le garantizaba mejoría en su salud, pero que él por descuido, ya casi nunca llevaba consigo.


Al ver que Haze no encontraba su inhalador, y que sus síntomas empeoraban cada vez más, Jessie se acercó a él para cargarlo en brazos y guiarlo al interior de aquel hogar, siendo seguidos por el enorme animal que les acompañaba.


Apenas entró a la casa, dejó a Haze en el sofá para ir corriendo hacía un clóset donde había varias cosas de medicina (ya que la esposa del entrenador era enfermera). Tomó una máscara y un tanque de oxígeno que ella tenía guardado para emergencias, y sin dudarlo dos veces se acercó a Haze para ponerle la máscara y abrir el tanque de oxígeno, ayudándole a que este aliviara su ataque de asma en cuestión de varios minutos, minutos bastante abrumadores y sofocantes para Jessie.


Se sentó junto a él mientras sujetaba con cuidado el cuello de Haze y la máscara de oxígeno, dicho tacto hacía al pelinegro ruborizarse un poco, sobre todo al notar la preocupación con la que Jessie le miraba.


— Hey — murmuró al ver cómo el contrario se quitaba la máscara — ¿Estás mejor?


— S-Sí — susurró mientras retiraba la máscara de su rostro, para ver a Jessie con atención, no sabía exactamente qué decir, pero era un alivio sentir que los sentimientos y pensamientos negativos empezaban a disiparse un poco, aún tenía algo de dolor y rencor en su pecho, pero en ese momento le era imposible odiar al hombre al que amaba, sobre todo por la manera tan tierna en que le estaba observando.


Estuvieron en silencio por varios segundos, mirándose el uno al otro sin saber exactamente qué decir, solo tuvieron el coraje para acercarse el uno al otro, y rozar sus labios de manera tímida y sutil, sin un solo ápice de lujuria o desenfreno, solo un reflejo tierno y delicado del amor que aún se tenían, pero que sus circunstancias actuales les impedían totalmente admitir en voz alta.Se apartaron de aquellos besos al sentir cómo el perro apoyaba su cabeza en las piernas de ambos, haciéndoles sonreír tímidamente mientras lo acariciaban por igual, para después mirarse de reojo con ternura y algo de curiosidad, estaban muy abrumados, ninguno sabía qué decir, aunque en el fondo sentían, que las palabras esa noche, estaban de sobra.


-


Entró a la habitación con el chico pelinegro entre sus brazos, rozando sus labios con los de él de manera lenta y sutil, no quería rruinar el momento con lujuria sin sentimientos, solo quería sentimientos puros y genuinos, sin lujuria de por medio que los corrompiese.


Ignoró totalmente al animal que entró detrás de ellos a la habitación, solo fue hasta la cama para recostar a Haze en esta misma para ponerse sobre él y seguir con aquellos besos lentos y sutiles, mientras el animal recorría alegremente aquella habitación.


— Jessie — gimoteó pegando su frente con la de él, mientras algunas lágrimas rodaban por sus mejillas — No quiero volver con él, me duele solo pensarlo.


— No lo hagas — susurró limpiando las lágrimas del rostro ajeno — No quiero que vuelvas con él, Haze, quiero que te quedes aquí, donde yo pueda protegerte.


— Me da miedo — admitió con la voz quebradiza — Tengo miedo de volver a confiar, Jessie, tengo miedo de que todo se arruine otra vez.


— Ese fue un error terrible de mi parte, Cherry; pero te prometo que no voy a repetirlo, lo juro por mi vida de ser necesario.


— No te culpo por haberlo hecho — admitió con pesar, mirando a otro lado mientras su pecho subía y bajaba lentamente — Debiste tener tus razones.


— Ninguna valía más que una vida sin ti — murmuró suavemente, acercándose al rostro ajeno para pegar su frente con la de Haze, haciéndole sonrojarse delicadamente y volver a besarlo de manera lenta, sintiéndose en un hermoso trance, causado por lo agradable y pleno que era volver a estar en los brazos de Jessie de esa forma, así como estuvieron hace años atrás, cuando ambos eran felices, y nada ni nadie lograba arrancarles aún su felicidad. 



Continuará


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- Gema


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