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67 - 'Sentimientos Aprisionados'

— ¡¡Suéltame!! — gritaba mientras lo jalaban al interior de los baños de aquel club, y apenas llegaron, Jessie lo azotó contra un muro para verle a los ojos con seriedad absoluta, pero esto en vez de asustar a Haze, le causó un cosquilleo en el vientre que le hizo jadear y mirar al pelirrojo con asombro absoluto, y con una melancolía sin igual.


— ¡¿Cómo te atreves a bailar de esa forma con un maldito extraño?! — clamó con seriedad absoluta.


— ¡Lo que yo haga no es tu maldito problema! — clamó tratando de sonar igual de serio que él, pero sus intentos eran totalmente vanos, el nivel de rabia que reflejaban los ojos de Jessie no tenía comparación alguna — ¡Déjame ir, maldito idiota!


Ambos estuvieron un rato forcejeando, hasta que de repente detuvieron en seco sus acciones para verse a los ojos de manera intensa, se notaba que ambos tenían muchos sentimientos sin organizar aprisionados en el pecho, pero a pesar de todo lo que estaban sintiendo, ninguno fue capaz de decirse ni media palabra.


Repentinamente ambos se juntaron en un voraz y salvaje beso, que fue como un trago de agua fresca luego de haber pasado años enteros en un desierto desolado, Haze no pudo evitar derramar una lágrima al sentir nuevamente ese mágico cosquilleo en su vientre causado por los voraces besos que Jessie le causaba, la dulzura de sus labios, el suave roce que le propiciaba, era todo un sueño poder besar de nuevo al chico al que amaba.


"¿Estoy soñando?" pensaba a medida que abrazaba a Haze y se disponía a besarlo como si no hubiera un mañana, solo en sueños podía haber imaginado que volvería a besar al amor de su vida, sus manos temblaban y su pecho latía con mucha fuerza, por primera vez en tres años se sentía vivo de nuevo, sabía que tal vez solo era una dulce ilusión, pero volver a besar a Haze era demasiado maravilloso para detenerse a cuestionar si estaba haciendo algo coherente o no.


Jadeó al sentir cómo se apartaba de él para darle una brusca bofetada que le hizo ver a la nada con asombro absoluto, por un momento se sintió totalmente aturdido, y cuando volteó a ver nuevamente al pelinegro, se topó de nuevo con una mirada de odio, solo que esta vez, un gran rubor en sus mejillas le hacía sentir bastante confundido.


— Eres difícil de entender — dijo con voz algo ronca, mientras sobaba sutilmente su mejilla.


— Vete a la mierda — escupió de mala gana, para acercarse a él y estamparlo contra un muro y volver a besarlo de manera más lenta, besos a los que Jessie correspondió sin dudarlo dos veces — Te detesto.


— No parece — murmuró entre besos, acariciando las caderas ajenas de arriba a abajo.


— De todos los sujetos en el mundo... ¿tuvo que ser con Brad? — preguntó con la voz algo apagada, logrando que Jessie le cubriera los labios con su dedo índice, para verle a los ojos de manera tímida.


— Nunca te haría algo así — dijo sutilmente, acercándose para volver a besar a Haze, y aunque este moría por encararlo y decirle tantas cosas, lo único que quería hacer (y que podía) era besar a su ser amado como si esa fuera la última vez que iban a verse, porque en el fondo, sentía que esa era una ligera posibilidad, una que le dolía, pero más le dolía que su pecho aún sintiera emoción al probar los labios de la persona que lo abandonó a su suerte.


-


— Eres lindo — canturreaba mientras jugueteaba con uno de los mechones del chico con el que estaba bailando, quien le sonreía de igual forma mientras lo mantenía pegado a su cuerpo.


— ¡Shun! — clamó cierto sujeto rubio que se acercó a él con semblante nervioso.


— ¡¿Qué carajo quieres, Quincy?! — clamó con seriedad, sin despegarse de aquel sujeto.


— ¡Haze no está aquí!


— ¡¿Qué?! ¡¿cómo que no está aquí?! — preguntó mientras se apartaba un poco de aquel chico.


— ¡N-No lo sé, e-estaba aquí hace un segundo, p-pero de repente vine a ver como estaba y— hablaba mientras miraba a los lados con preocupación, jadeando al sentir cómo le tomaban del brazo para empezar a recorrer aquella disco en busca de su amigo pelinegro.


-


Deslizaba sus labios contra los del sujeto pelirrojo mientras rodeaba el cuello ajeno con sus brazos, oía que de vez en cuando abrían y cerraban la puerta de aquella estrecha habitación, pero a ellos les daba totalmente igual, estaban demasiado ocupados como para querer alejarse nuevamente.


— Ah — jadeó por falta de aire mientras se apartaba de aquellos besos para toser un poco, sus pulmones estaban sufriendo bastante por culpa de su fuerte adicción a la nicotina, adicción que Jessie notó en seguida, por el amargo sabor en la boca de Haze.


— ¿Todo bien? — preguntó tratando de pasar su mano por la mejilla ajena, pero Haze rápidamente apartó aquella mano de su cuerpo para mirar a Jessie con seriedad absoluta.


— Vámonos de aquí — dijo tomándole del brazo para guiarlo a la salida ajena, Jessie sabía que era muy problemático el estar así con Haze, pero no era capaz de negarse en absoluto, había pasado los últimos tres años añorando volver a los brazos de su pareja, no quería arruinar todo abriendo la boca y recordándole a Haze su ausencia.


-


— ¡Haze! — clamaban mientras avanzaban por los pasillos de aquel club, la cantidad de personas alrededor era abrumadora, por eso no les extrañaba haber perdido a su amigo, pero eso no significaba que no les preocupara no ver al pelinegro por ningún sitio — ¡¿Dónde carajo está?!


— ¿Se fue sin nosotros? — preguntó Quincy mientras sujetaba el brazo de Shun para evitar perderse también.


— Lo dudo, él nunca haría algo así — hablaba mientras pasaba cerca de la barra donde servían los tragos, aunque por estar mirando a los alrededores de aquel lugar, acabó por chocar de frente con alguien que venía por más bebidas.


— ¡Agh, oye fíjate por donde— hablaba de manera brusca y algo seria, pero en cuanto vió de frente al sujeto gótico con el que acababa de chocar, prefirió tragarse sus palabras y mirarle con desdén absoluto, desdén al que Shun correspondió sin dudarlo dos segundos — Agh, tú.


— No me alegra tampoco ver tu maldita cara, Thompson — renegó mientras trataba de alejarse de él, pero un agarre de parte de Quincy le impidió irse.


— Trevor — habló tímidamente mientras lo observaba de frente — ¿Ha-Has visto a Haze por aquí?


— ¿A Haze? no, no lo he visto toda la noche, ¿y no se supone que ustedes tres siempre están juntos?


— S-Sí pero lo perdimos hace rato y— no pudo terminar su explicación, ya que un brusco jalón de parte de Shun le hizo alejarse de golpe de Trevor, quien rodó sus ojos con fastidio por la manera en la que actuaba aquel sujeto pelinegro — ¡Sh-Shun aguarda!


— ¡Él no sabe nada, Quincy, y si no sabe nada no vale la pena perder el tiempo con ese imbécil! — clamó con enojo absoluto mientras seguía avanzando sin siquiera voltear.


— Santo Dios, ¿ahora adónde se supone que está— hablaba hasta que sintió repentinamente cómo su celular vibraba en su bolsillo, por lo que se detuvo para revisarlo, jadeando de asombro al ver que se trataba de su amigo — ¡Es Haze!


— ¡Dame acá! — clamó quitándole el teléfono a Quincy para contestarlo sin un solo ápice de sutileza — ¡Maldito infeliz desquiciado! ¡¿dónde carajo estás?!


— Perdón chicos, me fui primero porque surgió algo — habló con voz seria y algo recelosa.


— ¡¿Qué?! ¡habla más fuerte, no te oigo!


— Mañana les cuento — dijo rodando sus ojos para colgar el teléfono y dejarlo de lado, cosa que hizo que sus amigos se miraran el uno al otro con incredulidad y mucha confusión.


Dejó el teléfono en el suelo de aquella habitación para volver a besar al sujeto que estaba encima suyo, quien masajeaba cada rincón del cuerpo de Haze con sutileza y ternura, como si estuviera tratando de decirle "te extrañé" con tímidas caricias muy diferentes a las caricias desvergonzadas que le propiciaba cuando eran más jóvenes.


— Haze — susurró tomándole de los hombros para hacer que se sentara frente a él, y acto seguido, empezó a besarle el cuello suavemente.


— No dejes marcas — dijo con frialdad, cosa que hizo que Jessie recordara en seco la terrible situación en la que se encontraban, y de nuevo, el remordimiento y la culpa le palparon el pecho de golpe.


Se apartó de él para mirarle sin saber qué decir, aunque sus ojos ya expresaban toda la pena y la frustración que estaba sintiendo, cosa que hizo que Haze gruñera por debajo y lo mirara con seriedad.


— ¿Qué? ¿ahora sí quieres ser razonable?


— No puedo hacer esto — dijo agachando la mirada con pesar.


— Pues ya lo estás haciendo — dijo con seriedad mientras lo tomaba del cuello de la camisa y lo acercaba a él — ¿Porqué te arrepientes de repente? ¿recordaste porqué me dejaste en primer lugar?


— Haze yo no te— trató de hablar, pero el contrario le tapó la boca con su mano antes de que pudiera responder.


— No quiero saberlo — dijo de mala gana para mirar a otro lado con pesar, pesar que le causó un brusco dolor en el pecho a Jessie — No me interesa, francamente... me da igual — admitió mirándole con seriedad — Digas lo que digas, no hará que desaparezcan los últimos tres años de mi vida, así que mejor tragate tus palabras y vamos a lo que íbamos, Jessie, no quiero nada más de ti en este momento.


Aquellas palabras tan frías y toscas le hicieron suspirar con pesar, pero por más cruel y abrumador que era oír a su "pareja" hablarle de esa forma, él no tenía forma alguna de objetar, él sabía que merecía ser tratado de esa forma, o peor, ni siquiera entendía qué estaban haciendo en esa cama, él juraba que Haze lo odiaba, pero aún así, parecía totalmente dispuesto a entregarle su cuerpo nuevamente, era una situación muy confusa, pero por más "excitante" que pudiera ser volver a tocar a Haze, era más el dolor y la culpa que el deseo sexual, al menos de su parte era así.


Se apartó de Jessie y se levantó de la cama para empezar a desvestirse, acción que Jessie replicó, aunque no dejaba de sentirse raro al hacerlo, no sentía la típica atmósfera mágica y sexy que siempre había cuando ambos se "encamaban", había una tensión en el aire sofocante, demasiado pesada para poder ignorarla, aún cuando el pelinegro parecía hacerlo sin problema alguno.


Una vez terminada su labor, se acercó hacía el pelirrojo para volver a besarlo lentamente, besos a los que Jessie correspondió sin dudarlo dos veces, pasando sus manos por las caderas y muslos ajenos, sintiendo algo de rabia al notar que estos no eran tan pronunciados como antes, clara señal de que el pelinegro había descuidado su alimentación, algo que Jessie no permitía ni siquiera durante sus días de carencias.


— Cherry — susurró entre besos, aunque la voz ajena le interrumpió.


— No me digas así — dijo con voz ronca y severa, no sabía si era así por la rabia o por el consumo de tabaco, pero a Jessie no le quedó de otra que suspirar y asentir con la cabeza.


— De acuerdo — murmuró apretando sutilmente los muslos ajenos, gruñendo por debajo al pensar "¿cuántas veces te ha tocado él? ¿si quiera sigues siendo mío, o ya eres totalmente suyo? has pasado más tiempo durmiendo con él que lo que pasaste conmigo, probablemente ya ni siquiera recuerdas cómo era el sexo juntos" pensaba sin parar, pensamientos que le frustraban muchísimo, pero que no podía detener por más que así lo quisiera, así como tampoco podía detener el dolor en su pecho generado por esa cruel sensanción que tenía al tocar a Haze, y pensar que ya no era suyo.


Le jaló de los hombros para recostarse en la cama con él encima suyo, sin dejar de lado aquellos besos y caricias que Jessie tomaba como pretexto para no avanzar más en aquella situación, no porque no deseara a su novio, era el huracán de pensamientos el que no le dejaba gozar del momento como le hubiera gustado, además de la evidente y pesada tensión entre ambos, que se encargaba de matar por completo hasta la más mínima pizca de pasión alrededor, casi sentía que estaban haciendo eso por deber, y no por gusto.


— Aguarda — murmuró apartando un poco a Jessie para verle a los ojos con timidez, pero un ligero aire de frialdad que helaba por completo la piel de Jessie — ¿Tienes protección?


— ¿Q-Qué? — preguntó algo dudoso, apenas y lograba entender lo que estaba pasando, le costaba mucho reaccionar con todo lo que sentía y pensaba en ese instante, y desde luego, aquella pregunta le tomó totalmente desprevenido — N-No, no tengo.


— Por favor — renegó de mala gana para apartarse de él y tomar el pantalón que acababa de quitarse, para sacar de este mismo un condón que tenía guardado en uno de los bolsillos. Ver tal objeto hizo que un desagradable escalofrío recorriera por completo la piel de Jessie, "¿qué haces con eso encima?" se preguntó para sus adentros, no quería creer que su novio planeaba tener sexo con alguien más aparte de él, pero era demasiado conveniente que tuviera encima un condón tan de repente.


— ¿Ibas a ver a alguien más? — no pudo evitar preguntar eso, logrando que Haze volteara a verle con molestia absoluta.


— No estás en posición para preguntarme eso.


— ¿No lo estoy, Sasha? — preguntó con seriedad, logrando que Haze le mirara con odio absoluto.


— ¡No, no lo estás! — clamó bruscamente, logrando que Jessie sonriera de lado con molestia y mirara hacía otro lado.


Suspiró pesadamente para lanzarle el condón en el pecho al pelirrojo, y acto seguido, se recostó en la cama nuevamente mientras miraba en dirección contraria a la que estaba Jessie, algo que hizo al pelirrojo fruncir el ceño con incredulidad, "si no quieres verme, ¿entonces porqué quieres coger conmigo?".


Abrió el empaque del condón con los dientes para sacarlo del mismo y ponérselo, notando de repente que Haze miraba detenidamente sus acciones, algo que le ponía muy nervioso, y no dejaba de hacerle sentir muy confundido.


— Cuando quieras — dijo de manera incrédula mientras se abría de piernas frente a él, logrando que Jessie se sonrojara un poco, pero que de igual manera sintiera una amarga frustración en su pecho, solo porque era Haze a quien tenía enfrente, no acabó de manera brusca aquella rara sesión de "coito sin emociones", que tan asfixiado le hacía sentir.


Se puso nuevamente sobre Haze para verle a los ojos con atención, a pesar de lo pesado del momento, y de los años que estuvieron separados, le seguían fascinando esos hermosos ojazos azules, a pesar de que ya no mostraban tanta timidez e inocencia como antes.


— Voy a empezar — murmuró mientras doblaba las piernas ajenas, preparándose para empezar aquel acto que no hacía con nadie desde hace tres años, pero que recordaba perfectamente, gracias a los recuerdos que quedaron grabados en su mente desde hace tiempo.


Jadeó por debajo al empezar a frotarse contra el cuerpo de Haze, logrando que cada fibra de su cuerpo temblara ligeramente, y que suaves jadeos escaparan de sus labios, todo mientras el pelinegro le miraba detenidamente con deseo, al mismo tiempo que su pecho latía con mucha fuerza, muchas veces soñó con volver a estar así con Jessie, le era increíble volver a compartir una cama con él, a pesar de todos esos amargos sentimientos que le impedían disfrutar al 100% de aquella experiencia.


— ¡A-Ahh! — gimieron al unísono apenas Jessie empezó a penetrar el cuerpo de Haze, logrando que ambos contrajeran la espalda y se miraran fijamente con deseo y algo de melancolía.


— Dios mío — gimoteó mirando atentamente a Jessie sin poder creer que realmente estaba con él nuevamente, pero lo que menos podía creer, era ese increíble cosquilleo que invadía de golpe su vientre, aquel inconfundible éxtasis que le hacía jadear con fuerza, hacía años que no sentía algo igual, por lo que le fue imposible no derramar un par de lágrimas apenas Jessie terminó de entrar en él.


— ¿Q-Qué ocurre? ¿te lastimé?


— Sigue — pidió con voz entrecortada, jadeando y sonriendo con dolor, sonrisa que abrumó muchísimo a Jessie, y le hizo frenar en seco sus movimientos.


— No puedo, Haze.


— ¿De qué hablas? — murmuró débilmente.


— No puedo seguir con esto, no me gusta verte sufriendo de esta forma.


— ¡¿Y de cuándo acá te importa mi sufrimiento?! — clamó bruscamente, entre jadeos y lagrimeos sutiles — No dudaste en marcharte, Jessie, sin detenerte a meditar si eso me habría lastimado o no, ¿porqué te cuesta tanto hacer eso entonces justo ahora? ¿porqué finges que te importo? ¿solo porque soy yo el que te pidió hacerlo?


— No digas idioteces — renegó con seriedad, seriedad a la que Haze le correspondió.


— ¡Entonces deja de querer ser bueno de una maldita vez! — clamó bruscamente, logrando que Jessie gruñera con seriedad y le mirara a los ojos sin saber deducir lo que estos trataban de decirle, las palabras de Haze eran bruscas y certeras, pero sus ojos se notaban fríos y muy apagados, con un ligero tono melancólico que estremecía por completo el corazón de Jessie, le dolía ver al amor de su vida de esa forma, pero no podía quejarse, al fin y al cabo, todo había sido por su culpa.


— Como quieras — dijo por debajo con algo de seriedad, para alzar las piernas ajenas y hundirse de lleno en el cuerpo de Haze, haciéndole chillar y mirarle a los ojos con desesperación, la cual abrumaba mucho a Jessie, pero notar cómo se dilataban los ojos de su novio, le hacía darse cuenta de que, en el fondo, seguía siendo el mismo Haze de siempre.


— ¡A-Ah, a-ahí! — chilló aferrándose al cuerpo ajeno, abrazando a Jessie y hundiendo su cara en el hombro ajeno, mientras el pelirrojo se seguía moviendo con algo de fuerza, luchando por contener las ganas de morder a Haze y marcarlo como suyo.


Aquellos gemidos eran música para sus oídos, le fascinaba volver a oír cómo Haze jadeaba de placer por su culpa, aunque no fuera de la manera en la que él quisiera, no podía negar que era todo un deleite volver a intimar con su ser amado, solo le habría encantado que el momento fuese mucho más especial de lo que estaba siendo en ese instante.


— M-Más rápido — le rogó mientras echaba la cabeza hacía atrás, quería pedirle a Jessie que lo mordiera, pero no podía excederse, no quería buscarse problemas, al menos no todavía.


— Haze — le gimió al oído mientras obedecía a su petición, moviéndose de manera brusca y sacando la lengua a medida que iba aumentando la intensidad de su vaivén, sacándole al pelinegro gemidos poco sutiles, que dejaban muy en claro lo mucho que estaba disfrutando de los movimientos ajenos.


— ¡A-Ah, a-ay por Dios, Jessie! — chillaba bruscamente — ¡Ah, mierda! ¡maldita sea, e-eres tan bueno en esto!


— Vaya que se te ha pegado la manía de maldecir — renegó sin dejar de moverse.


— N-No te incumbe — jadeaba mientras lo apartaba un poco de él para mirarle a los ojos con seriedad — ¡A-Ah, b-bastardo!


— ¿Te duele? — preguntó separando más las piernas ajenas.


— Deja de preguntar y solo sigue — renegó mientras le miraba a los ojos con molestia, pero luego de unos segundos volteó la mirada hacía otro lado, gesto que abrumó mucho a Jessie, pero en vez de objetar, solo se dispuso a proseguir con lo suyo, disfrutando de cada roce contra la piel de Haze, aunque le abrumaba mucho sentir que, aún cuando ambos eran los mismos, todo se sentía diferente, era muy doloroso estar en una circunstancia de ese tipo, sobre todo al tratarse de Haze. 



Continuará


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- Gema


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