Miraba asqueado cómo su amigo degustaba de una hamburguesa de carne de tamaño considerado, que le hacía sonreír gustoso y relamerse los labios, mientras él hacía gestos de asco que intrigaban al pelinegro.

— Eres un asesino — renegó.

— Yo no la maté, no puedo controlar cuando mueren o no, al menos evito que usen su carne para algo malo — se justificó mordiendo nuevamente su hamburguesa, logrando que el gótico gruñera con fastidio.

— Blej, salir con Dalton te ha vuelto todo un corriente, Haze.

— Jessie no tiene nada que ver, ya amaba las hamburguesas antes de salir con él.

— Sí, ¡pero antes al menos tenías la decencia de no comerlas frente a mí!

— Mgh, perdón Shun — dijo mientras daba otra mordida a su hamburguesa, cosa que hizo al gótico suspirar con molestia — Sabías que harían una parrillada, ¿porqué accediste a venir si te incomoda?

— ¡¿Qué parte de "Trevor insistió" debo repetirte catorce veces más, Sasha?! — replicó, logrando que su amigo mirara de reojo a los dos chicos que bebían cerveza y veían cómo el entrenador se disponía a voltear la carne en la parrilla — Ahh, es increíble, hacemos la voluntad de los tipos que solían golpearnos.

— Dicho así suena feo, Shun — murmuró débilmente.

— ¿Te pesa que te recuerde sus pecados, Haze? ¡pues acéptalo! por más que adores a Jessie Dalton, no debes olvidarte de que él siempre fue un cretino contigo.

— No siempre fue así — admitió jugueteando con uno de sus mechones negros — S-Solo que yo... n-no notaba su cercanía, por eso se volvió tan tosco.

— ¡Oh claro! ¡¿y ya eso hace que los golpes que te dió no dolieran?!

— Jessie nunca me golpeó, Shun — recalcó, logrando que el gótico riera incrédulamente.

— ¿De veras? ¿porqué me costará tanto creerte?

El de ojos azules suspiró por debajo con algo de frustración, aunque sentir un beso en su cuello le hizo sonrojarse y jadear por debajo.

— Iré a fumar con Trevor, vuelvo en un rato — susurró su novio desde atrás, mientras lo abrazaba un poco, cosa que hizo a Haze sonreír tímidamente y voltear a verle con ternura.

— Claro — dijo tomándole de la mejilla para acariciarla suavemente — Aquí te espero amor.

El gótico miró con asco la escena entre ambos chicos, y una vez el pelirrojo se marchó, rodó sus ojos con absoluto desdén.

— "Aquí te espero, mi amor" — repitió de manera burlona mientras hacía gestos de asco que apenaron al de ojos azules — Blej, vaya que el sexo constante te está quemando las neuronas, Haze.

— Jessie y yo nos amamos, estoy en mi derecho de ser cariñoso con él — dijo tranquilamente mientras volvía a morder su hamburguesa, mientras el gótico le observaba incrédulamente.

— Entregar ciegamente tu corazón es peligroso, Haze; toma años reconstruirlo, y al hacerlo no volverá a ser el mismo jamás.

— Solo si se lo das a la persona incorrecta.

— ¿Y qué te hace creer tan fervientemente que Jessie Dalton es la persona correcta para ti? — renegó, logrando que Haze sonriera de lado y alzara sutilmente los hombros.

— No lo sé, solo... solo escucho lo que dice mi corazón — murmuró sonriendo tímidamente — Y él solo puede susurrar el nombre de Jessie.

— Ug, definitivamente te he perdido, Haze — renegó con fastidio, haciendo que su amigo riera por debajo y volviera a morder su alimento, mientras una suave sonrisa se dibujaba en su rostro a causa de sus propias palabras de amor hacía el chico pelirrojo.

-

Un par de horas después, y luego de que el entrenador platicara un rato más con Trevor y Jessie, llegó la hora de que ambos se marcharan, por lo que el pelirrojo fue a su auto junto con Haze y su enorme mascota, quien al igual que ellos, ya se encontraba cabeceando a causa del sueño.

— ¿Seguro que puedes conducir así? — preguntó débilmente mientras subía al auto y veía cómo su novio lo encendía con cuidado.

— Claro que sí, no es primera vez que conduzco ebrio y con sueño.

— ¡¿Estás ebrio?! — clamó muy preocupado, logrando que Jessie riera y posara uno de sus dedos sobre los labios de Haze.

— Eres hermoso — dijo suavemente — La criatura más bella y sexy que he tenido frente a mis ojos.

— Para ya, Jessie — murmuró riendo algo apenado y quitando la mano ajena de su rostro — Sabes que me avergüenza cuando dices cosas tan lindas de golpe.

— Me disculpo, pero en verdad me encantas, Haze Johnson, o debería decir... Haze Dalton — canturreó con malicia, logrando que el de ojos azules sonriera con emoción y se mordiera el labio inferior con lujuria.

— Qué lindo suena eso.

— Lindo será lo que te haré cuando lleguemos a casa — dicho esto, encendió finalmente el auto y empezó a conducir, mientras Haze sonreía con emoción y miraba el camino con tranquilidad, aunque le asustaba ver cómo Jessie aceleraba de vez en cuando sin medirse, afortunadamente la calle estaba sola, de haber sido un horario más transitado por las personas, probablemente habrían terminado teniendo un accidente.

-

Al llegar a la casa en la que se estaban quedando, ambos bajaron del auto en compañía de su enorme mascota, aunque se detuvieron en seco al entrar al jardín y ver sus pertenencias tiradas alrededor de este mismo, cosa que hizo a Haze jadear con preocupación, y a Jessie reír con soberbia.

— Voy a matarla — dijo entre dientes, aunque un agarre en su brazo de parte de Haze le hizo frenarse en seco.

— ¡N-No Jessie, no podemos buscarnos problemas!

— ¡¿Que no podemos buscarnos problemas?! ¡ella se buscó problemas al echarnos como si fuéramos un par de bestias! — clamó bruscamente, logrando que Haze le observara con nerviosismo, pero ambos rápidamente voltearon al oír cómo alguien abría abruptamente la puerta de aquella vivienda.

— ¡¡Fuera de mi propiedad, asquerosos homosexuales!! — clamó la mujer de avanzada edad que sujetaba una escoba con una mano y una sartén en la otra, sacándole a Jessie una risa ronca que aterró bastante a Haze — ¡¡No pienso tolerar que sigan manchando mi casa con sus actitudes inmorales!!

— ¡Tranquila perra, ya nos vamos! ¡pero primero voy a quemar entera tu maldita choza, vieja bruja!

— ¡Jessie basta! — dijo Haze tratando de alejarlo de la puerta, preocupándose al ver cómo la mujer entraba a la vivienda murmurando algunas cosas — ¡Jessie vámonos por favor, si llama a la policía nos vamos a meter en un lío enorme!

— ¡Que llame a la policía, yo no tengo miedo!

— ¡Pero yo sí! — clamó bruscamente, logrando que Jessie le mirara con atención — ¡Si llama a la policía mi padre nos encontrará, será nuestro fin!

Al oír las advertencias de su novio, el pelirrojo suspiró con frustración para apartarse de él y empezar a recoger sus cosas del césped del jardín, acción que Haze replicó, y una vez que recogieron todas sus cosas, fueron al auto para guardarlas.

— ¡¡Muéranse, asquerosos homosexuales!! — gritaba la anciana desde la puerta de su hogar, mientras Haze y Jessie guardaban rápidamente sus cosas; Haze rezaba para que Jessie no saltara a atacar a la anciana, pero afortunadamente su novio se veía mucho más centrado, y no tan dispuesto en ir y arrancarle los dientes postizos de un golpe, como varias veces había amenazado con hacer.

— Vámonos — dijo entre gruñidos de otro mientras subía al auto, acción que Haze replicó, entrando a la parte trasera para abrazar a su enorme mascota, quien estaba igual de alterado que su novio con los gritos bruscos que daba esa odiosa mujer.

Jessie condujo por una hora, hasta que se detuvo en medio de la nada para salir del auto y caminar por aquel camino de tierra alejado de la ciudad, maldiciendo entre dientes mientras arrastraba los pies de un lado a otro por la tierra en dicho sitio, logrando que su novio le observara con mucha preocupación.

— Jessie — dijo mientras bajaba del auto para caminar hacía él.

— Necesito espacio, Haze — dijo sin siquiera voltear a verle, logrando que el pelinegro se detuviera en seco y le mirara con preocupación.

— J-Jessie no creas que esto será un problema, s-solo necesitamos— trató de hablar, pero el pelirrojo le interrumpió de golpe.

— ¡¿Qué necesitamos Haze?! ¡¿un plan?! ¡¿y acaso tú tienes algún otro plan brillante?! — clamó volteando de golpe a verle, mientras el de ojos azules le observaba con preocupación — ¡No sé si te has dado cuenta Haze, pero no tenemos absolutamente nada! ¡ni techo, ni dinero, ni comida! ¡¡y adondequiera que vayamos nos va a pasar lo mismo que con esa maldita mujer, y no es como que podamos ir a un albergue porque tu maldito padre no deja de pisarnos los talones!! ¡¡¿entonces cuál según tú es ese maldito plan que tenemos que seguir entonces?!!

Un nudo terrible se formó en la garganta de Haze en cuanto escuchó las bruscas palabras de Jessie, al mismo tiempo que una lágrima rodaba por su mejilla y se deslizaba con delicadeza, pero ni ella logró apaciguar el semblante fúrico que reflejaba el pelirrojo, algo que solo abrumaba aún más al chico de ojos azules.

— Jessie... s-sé que todo parece estar mal, p-pero a veces cuando todo está mal, e-es porque está por salir el sol.

— Oh ¿de verdad? ¿y cuándo te ha funcionado tu filosofía de galleta de la fortuna, Haze? — renegó, logrando que el pelinegro agachara la mirada con pesar — Acéptalo, estamos acabados, ¡sin nada! ¡ni siquiera un maldito techo que nos cubra del frío!

— P-Podemos dormir en el auto por esta noche... — preguntó alzando débilmente la mirada.

— ¿Y mañana qué? ¡¿volver a dormir en el auto hasta encontrar algo, hasta que un día despertemos y llevemos diez años durmiendo en el auto y comiendo basura?! Sasha sé que tus expectativas de vida comparadas con la porquería que te tocó vivir son muy bajas, pero yo odio si quiera pensar en no tener un techo o una cama para dormir.

— S-Solo será una noche — insistió, sintiendo su sangre helarse al oír cómo su novio chasqueaba la lengua y caminaba hacía el auto nuevamente, mientras él derramaba varias lágrimas y le miraba con pesar — ¡Jessie!

— Sube al auto y cállate, Sasha — dijo con frialdad, frialdad que hizo a Haze suspirar con pesar y obedecer a las palabras ajenas, mientras limpiaba las lágrimas de su rostro y recordaba amargamente las palabras que hace horas le había dicho a su mejor amigo, agradeciendo profundamente que no estuviera ahí para ver cómo su propio novio se encargaba de contradecir todo lo que él siempre trataba de pregonar sobre él, "Jessie es el indicado" pensaba al ver de reojo la expresión severa en el rostro de su novio.

-

Abrió los ojos con dificultad, notando cómo los tenues rayos del sol se escabullían por las ventanas de aquel auto en el que se había quedado dormido luego de la terrible noche que tuvo que pasar. Miró a los lados tratando de ubicarse en tiempo y espacio, suspirando al sentir al enorme animal que dormía tranquilamente en sus piernas, aunque le intrigó mucho notar la ausencia de cierto sujeto pelirrojo, con quien seguía algo disgustado por todo lo que había dicho la noche anterior.

Abrió la puerta del auto y salió del mismo, notando que estaba en una zona bastante alejada y solitaria de la ciudad, parecía ser el sitio donde terminaba el pueblo, ya que no muy lejos se lograban divisar varias granjas, y algunos árboles que parecían ser un bosque.

— ¡Buenos días joven! — escuchó una voz hablarle de repente, por lo que volteó y se topó con un hombre mayor que se mecía en el pórtico de su hogar, una humilde casa algo pequeña, con pintura que tenía varios años encima, al igual que su dueño — Tú eres el chico que viene acompañando a Jessie ¿no es así?

— S-Sí señor — asintió para caminar hacía él, ocultando sus manos tras su espalda — D-Disculpe, ¿usted conoce a Jessie?

— Ah sí, conozco a su padre desde que tenía la edad de él, se podría decir que ví crecer a Jessie — comentó riendo por debajo — ¿Quién diría que terminaría alquilándole mi casa al hijo de mi mejor empleado?

— ¿A-Alquilándole? — murmuró, ruborizándose al oír cómo el hombre reía y se ponía de pie.

— Descuida, me iré a visitar a mi sobrino un tiempo, y como no tengo quien cuide la propiedad, Jessie se ofreció en hacerlo, incluso está dispuesto a trabajar en la granja de mi amigo Arthur, vaya que Jessie heredó la aptitud laboral de Monty.

— Ya veo... — murmuró mirando alrededor con preocupación — ¿Y-Y Jessie dónde está?

— Ah, está atrás revisando el motor del tractor, le pedí que le echara un vistazo ya que estaba aquí, ¿porqué no vas y lo ayudas? necesitará algo de ayuda para cargar esa cosa.

Asintió con la cabeza para caminar hacía el sitio que el hombre le señaló, sintiendo un nudo espantoso formándose en su estómago, no comprendía lo que estaba sucediendo, pero francamente no quería preguntar, no le gustaba pensar que Jessie le gritaría de nuevo, y seguiría reforzando el punto de Shun.

Al llegar a un enorme patio lleno de hermosa luz de sol, miró intrigado al sujeto pelirrojo que desarmaba el motor de un tractor, con la cara y las manos llenas de grasa, y con el pecho al descubierto, algo que le hizo sonrojarse, pero rápidamente trató de disimular dicha situación, y solo mostró un semblante serio, aunque no era tan serio como el que tenía su novio la noche anterior, algo que le irritaba bastante.

Miró de reojo hacía el recién llegado, riendo por debajo al ver la cara seria que mostraba el chico de ojos azules, aunque este no correspondió a su risa, algo que le hizo sentir algo intrigado.

— Tienes cara de que quieres golpear a alguien — canturreó mientras miraba nuevamente el motor del vehículo.

— Creí que no conocías a nadie en la ciudad — dijo con voz seria.

— Nunca dije que no conocía a nadie — replicó sin siquiera voltear.

— -dijiste que no teníamos adónde ir.

— No lo teníamos.

— ¡¿Y qué hacemos en este lugar entonces?! — clamó bruscamente, logrando que el pelirrojo finalmente volteara a verle con seriedad, a la que Haze correspondió sin dudarlo un segundo.

— Es amigo de mi padre, era muy riesgoso venir, pero al no tener otra alternativa, no me quedó de otra que venir — dijo de mala gana — ¿Porqué? ¿me vas a reclamar por conseguirnos un techo, Sasha?

— ¿Es riesgoso? ¿y así accediste a quedarnos aquí?

— Será por poco tiempo.

— Siempre dices lo mismo — murmuró con seriedad, logrando que Jessie le mirara con asombro.

— Jaj, ¡disculpa! ¡¿y qué debería hacer según tú?! ¡tú fuiste el que dijo que quería terminar la escuela! ¡si no he buscado otra opción es por ti, Haze! ¡así que no entiendo porqué mierda me reclamas!

— ¡Te reclamo porque no me gusta que seas así, Jessie!

— ¡¿A qué te refieres con "así"?!

— ¡Así, exactamente así como estás actuando! — clamó mirándole con frustración — ¡D-Desde anoche me estás gritando sin razón! ¡r-reclamándome como si todo lo que nos está pasando fuera mi culpa! ¿a-acaso para ti, es así? — murmuró mirando con pesar al pelirrojo, quien suspiró pesadamente mientras se ponía de pie — Dime Jessie, ¿s-sientes que todo lo que nos está pasando es mi culpa?

— No Haze, no lo siento así — dijo con seriedad.

— Tu cara no dice lo mismo — renegó, sintiendo cómo sus ojos se cristalizaban poco a poco — S-Sé que aún sientes que vivir en casa de Magda fue mi culpa.

— Eso ya lo olvidé, Haze.

— No te creo — dijo con seriedad, seriedad que abrumó bastante a Jessie — De haberlo olvidado no me habrías gritado como hiciste anoche.

— Y-Yo siempre grito, Haze ¿porqué te molesta tanto lo que dije ayer?

— ¡Porque me dolió! ¡¿de acuerdo?! — clamó bruscamente, logrando que Jessie alzara de golpe ambas cejas — A-A diario debo lidiar con que todos digan que eres malo, agresivo, q-que hago mal al estar contigo, y-y yo siempre lucho por defenderte, Jessie, p-pero lo que más duele es que, por más que yo te defiendo, tú siempre te las ingenias para darle la razón a los demás.

— ¿Eso piensas? — dijo con seriedad, logrando que Haze suspirara y agachara la mirada — ¿Me estás diciendo que no te gusta estar conmigo por eso, básicamente?

— No todo se basa en querer estar o no estar, Jessie — murmuró mirándole con pesar — Yo te amo, pero odio que no sepas controlar tu temperamento.

— Sé controlar mi temperamento.

— Ayer no me pareció eso — dijo mientras miraba con pesar al pelirrojo — ¿O acaso me trataste tan mal a propósito?

— ¡¿Cómo me preguntas algo así?! — clamó bruscamente, maldiciendo entre dientes al ver la expresión penosa en el rostro del chico de ojos azules — Haze... n-no es que yo quiera actuar así contigo a propósito ¿de acuerdo? s-solo... e-estaba enojado, frustrado, preocupado, ¡t-todo se me cruzó, pero yo no quise gritarte!

Se acercó lentamente a Haze para tomarle de las mejillas y acariciarlas sutilmente, tacto que reconfortó mucho a Haze, pero aún sentía un leve dolor en su pecho que no le dejaba estar del todo bien con su pareja.

— No debí tratarte como lo hice, Cherry, enserio me disculpo.

— No vuelvas a hacerlo — advirtió — Te lo ruego, Jessie, toda la vida mi padre fue malo conmigo, no quiero que tú lo seas también.

Dichas palabras provocaron que un ardor de arrepentimiento inundara de golpe el pecho de Jessie, odiaba tanto darse cuenta de que estaba cometiendo esos mismos errores que casi lo alejaron de Haze, pensar en eso le hizo agachar la mirada con pesar y acercarse al cuerpo ajeno para abrazarlo con fuerza.

— Lo lamento mucho, Cherry — susurró — Perdóname, te lo ruego.

— Claro que te perdono, Jessie — respondió hundiendo su cara en el hombro ajeno — Pero no me gusta que sigas siendo tan tosco, sobre todo si ya tenías un plan de contingencia en mente.— No lo tenía — admitió — Estaba conduciendo sin rumbo, hasta que ví a Earl sentado en el pórtico de su casa, me llamó y me preguntó si podía cuidar su casa por un tiempo.

— Pero todo salió bien, es eso a lo que me refiero — dijo mientras se apartaba un poco para pegar su frente con la de Jessie — Tendremos un techo, una cama en la cual dormir, así como dijiste.

— Sí... temporal, pero sí — escuchar eso hizo que el pelinegro frunciera el ceño y mirara a otro lado con fastidio — ¿Qué ocurre?

— No quiero seguir mudándonos de un lado a otro — renegó con fastidio — Quiero que nos quedemos en un solo sitio, es horrible adaptarme a una cama diferente cada noche.

— Haze— trató de hablar, pero el pelinegro se apartó de él para caminar hacía la salida de aquel patio, dejando solo a Jessie con un amargo cóctel de emociones que le hizo gruñir y maldecir entre dientes, no entendía en absoluto la actitud de su pareja, pero tampoco quería seguir siendo un cretino con él, no le quedaba de otra que buscar una solución rápida, otra vez.

Continuará

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- Gema