— Te amo — susurraba entre cálidos besos, ninguno tenía idea de qué hora era, o de cuánto tiempo llevaban besándose y haciendo el amor de manera lenta y apasionada, solo sabían que amaban sentir al otro de manera tan íntima y llena de sentimiento.

— Jessie — susurró entre besos y suaves jadeos, provocados por el lento movimiento que daban las caderas de Jessie contra su cuerpo, haciéndole temblar y esbozar tiernas sonrisas que eran el deleite absoluto del pelirrojo.

— Eres el amor de mi vida — le dijo al oído mientras apretaba las manos ajenas y continuaba con aquel lento vaivén — No quiero alejarme de ti, Haze; nunca.

— Te amo — dijo tranquilamente, mientras apretaba de igual forma las manos ajenas — Nunca vuelvas a dejarme solo, Jessie; te lo ruego.

— Nunca más estarás solo, Cherry; lo juro — dicho esto, volvió a besar los labios de Haze con pasión y mucha ternura, besos a los que el pelinegro correspondió sin un solo ápice de vergüenza, ya no le apenaba lo que sentía, de hecho, le encantaba que su corazón y su cuerpo estuvieran en sintonía, enloqueciendo de amor y deseo por la misma persona, de quien no quería alejarse en lo que le quedara de vida.

-

Frunció el ceño al sentir una lamida en su rostro, la cual le hizo abrir finalmente los ojos, topándose con un enorme animal que le miraba con inocencia y curiosidad.

— Hola Boby — le saludó tranquilamente mientras se sentaba en la cama y bostezaba sutilmente, mirando a los lados en busca de cierta figura pelirroja que le había hecho el amor hasta tarde, y a la cual, no recordaba haberle deseado feliz cumpleaños, todo por culpa del trance romántico en el que se introdujeron mutuamente.

Se levantó de la cama para rascarse el cráneo y caminar desnudo por toda la habitación, en busca de algún indicio que le guiara hacía Jessie, pero lo único que encontró fue una nota de su puño y letra, que reposaba en la mesa de noche junto a la cama.

"Me tuve que ir a trabajar, y como dormimos hasta tarde y te veías cansado no te quise despertar; te veré en casa del entrenador a las 07:00; y recuerda lo mucho que te amo. Gracias por estar conmigo."

Al leer dicha nota, Haze no pudo evitar sonreír con emoción y apegarla a su pecho, mientras sus ojos se cristalizaban un poco y un gran rubor inundaba de golpe sus mejillas.

Jadeó al oír cómo alguien tocaba su puerta con insistencia, por lo que fue casi corriendo a ponerse un pantalón y una camisa de Jessie, y al estar vestido, fue a abrir la puerta, topándose con la recelosa mirada de la mujer que les rentaba la habitación.

— ¿Jessie dejó el dinero contigo, no es así?

— A-Así es.

— Bien; hay un amanerado en el teléfono diciendo que quiere hablar contigo, atiéndelo y luego me das el dinero.

— C-Claro — dijo mientras salía de la alcoba y cerraba la puerta detrás de él para caminar hacía la sala, era el sitio en donde estaba el teléfono, así que obligatoriamente debía ir allí para poder atender la llamada.

En cuanto llegó a la sala, se sentó en una silla que quedaba junto al teléfono, y al ponerse el objeto en el oído, preguntó:

— ¿Diga?

— Yo pensé, que esto de las malditas relaciones informales sería sumamente fácil y entretenido, ¡creí que con este imbécil no pasaría el típico problema de siempre de meter romance donde no lo hay! ¡¡pero veo que de nuevo todo me sale al revés!!

— ¿Ahora qué pasó, Shun? — dijo con algo de fastidio mientras se tallaba los ojos.

— ¡¿Que qué pasó?! ¡yo te diré lo que pasó, amigo! ¡Trevor vino ayer a mi casa, tuve que inventarle una excusa muy compleja a mis padres para justificar que iba a salir con un tipo a las 11:47 de la noche!! ¡¡y acabo de llegar a casa, imagínate la cara de mis padres!!

— Bueno, n-no es muy tarde que digamos.

— ¡¿Cómo que no es muy tarde?! ¡¿Haze tienes alguna idea de qué hora es?!

— Las... ¿ocho? — murmuró algo dudoso, aunque se ruborizó al oír cómo su amigo gruñía incrédulamente.

— ¡Son las 11:27 de la mañana, Haze! — al escuchar eso, el pelinegro jadeó horrorizado, mirando abrumado un reloj de pared que estaba cerca de la cocina, que ponía la misma hora que Shun acababa de decirle — Vaya que el sexo constante te ha tenido más ido de lo habitual.

— Perdoon, no tengo idea de a qué hora me dormí anoche — murmuró tallándose los ojos con voz suplicante.

— Vaya que Dalton quiso un buen regalo de cumpleaños ¿eh? — dijo incrédulamente — Por cierto, el entrenador Peters invitó a Trevor a una parrillada en su casa, para celebrar el cumpleaños del idiota, ¡y por alguna razón que desconozco totalmente! Trevor me dijo que fuera con él.

— Aw, qué tierno.

— ¡¡¿Porqué carajos habría de ser tierno, Sasha?!! ¡¡yo cojo con el tipo, nada más!! ¡¡no existe ninguna razón justificable para que él me invite a una reunión o algo por el estilo!!

— Tal vez solo le caes bien, Shun.

— ¡Jaaj! ¡¡cada que puede me recalca que le caigo mal, que solo me tolera porque le gusta cómo se la chupo!! ¡¡¿entonces porqué carajo quiere estar cerca de mí en horarios no sexuales?!!

— Pues... francamente no lo sé, Shun — dijo mientras suspiraba con algo de fastidio — Pero no creo que debas pensar mucho en eso.

— ¡¿Que no piense en eso?! ¡¿estás loco?! ¡¿cómo carajos no voy a pensar en que Trevor está actuando más idiota de lo habitual?!

Apartó un poco el teléfono de su oído para soltar un pesado suspiro de frustración, y luego de hacerlo, lo dejó en su sitio para mirar a la nada con semblante abrumado y algo incrédulo.

— ¿Y qué quieres hacer? ¿dejar de dormir con él solo porque al parecer empieza a tenerte estima?

— Pues... francamente habría hecho eso hace tiempo, pero... — suspiró con molestia mientras miraba fijamente el techo de su habitación — N-No lo sé ¿de acuerdo? ¡Trevor es buenísimo en el sexo! ¡compensa cualquier otra cosa que yo pueda llegar a odiar de él!

— ¿Entonces porqué te ahogas en un vaso de agua, Shun?

— ¡¿Porqué?! ¡jaj, yo te diré porqué, señor "enamorador precoz"! ¡porque no quiero arruinarlo todo metiendo malditos sentimientos en esto, los sentimientos solo arruinan todo! ¡¡lo destruyen todo!! y no perderé a un amante excepcional por estar confundiendo idioteces que no van al caso.

— A veces me cuesta entender tu fobia al amor, Shun.

— No es fobia, es pensar con la cabeza y no con el trasero, ¡a diferencia de alguien que conozco!

— Me estás diciendo que solo aceptarás cualquier cosa de Trevor con tal y sigan teniendo sexo, creo que el que piensa con el trasero es otro — dijo cínicamente.

— ¡¡No uses mis argumentos en mi contra, Sasha!! — clamó bruscamente, cosa que hizo a Haze reír sutilmente.

— Como sea. ¿Entonces te veré en la fiesta de Jessie?

— Asht, supongo que no puedo negarme a ir — dijo de mala gana — Aunque estoy convencido de que a tu noviecito no le dará gusto absoluto verme ahí.

— Ahh, ¿algún día ustedes dos dejarán de odiarse? — preguntó con algo de frustración.

— ¡No es mi culpa que él me deteste con la fuerza de mil soles, sepa Dios porqué!

— No ayuda que siempre lo mires mal, Shun.

— ¡¡Lo hago porque él me detesta, se respira en el aire el odio que me tiene!!

— Y ambos son importantes para mí, por eso te pido que trates de no buscarte problemas con él.

— ¡¡¿Porqué solo me regañas a mí?!!

— A él también lo regaño, Shun.

— ¡Pues no lo parece! ¡porque a tus espaldas él hace lo que se le va en gana!

— Jessie no hace cosas a mis espaldas — renegó.

— ¡¿Ha no?! ¡¿y qué hace jugando aún con Bradley Newman?!

— ¡Si tu intención es arruinarme el día hablando de Bradley te voy a colgar, Shun! — clamó de mala gana, asombrando bastante a su amigo gótico, y haciéndole gruñir por debajo con fastidio.

— Como quieras — gruñó mirando sus propias uñas — Igual ya debo colgarte, tengo que ir a inventarle una excusa a mis padres sobre porqué llegué a mediodía con el cuello lleno de marcas y caminando cojo.

— Suerte — dijo suspirando con algo de fastidio, para acto seguido colgar el teléfono y mirar a los lados con frustración, odiaba que su amigo solo supiera sembrar más inseguridades en él, y lo peor era, que por más que él sí confiaba en su novio, su subconsciente se las ingeniaba para retener aquel sentimiento insano de inseguridad que le daba ganas de gritar y berrear de lo incómodo que era.

Le alertó escuchar de repente cómo alguien tocaba la puerta de aquella casa con insistencia, por lo que caminó de inmediato hacía la puerta principal, y al abrirla, le abrumó toparse con una figura alta de piel morena y ojos oscuros, que portaba un uniforme militar y sujetaba una bolsa enorme con él.

— Hola — saludó mirando algo curioso a Haze, quien tragó en seco mientras miraba perplejo a aquel sujeto — Amm, ¿me equivoqué de casa?

— ¡¡David!! — clamó cierta mujer que fue corriendo al recibidor para abrazar con fuerza al recién llegado, cosa que abrumó mucho a Haze — ¡Mi hermoso nieto, qué alegría tenerte de vuelta!

— Es bueno volver, abuela — dijo el chico mientras abrazaba con fuerza a la mujer, para apartarse un poco y ver curioso a Haze — ¿Y este chico quién es?

— Ah, solo es un inquilino, entenderás que por falta de dinero me ví forzada a alquilar tu cuarto, cariño.

— Descuida abue, lo entiendo perfectamente — decía mientras se acercaba al pelinegro para extenderle su mano — David Parker, es un placer.

— S-Sasha... Sasha Dalton — murmuró mientras correspondía al apretón de manos, sonrojándose un poco al haber usado el apellido de su pareja como si fuera suyo, más que nada porque no quería que se le relacionara con el apellido de su padre, y en cierto modo, amaba llevar el apellido de su novio — Aunque puedes decirme "Haze".

— Un placer, Haze — saludó cordialmente, para voltear a ver a su abuela con atención — ¿Dónde puedo dejar mi equipaje?

— Aquí cielo, ven por aquí — dijo mientras guiaba a su nieto escaleras arriba, dedicándole una mirada seria a Haze que le hizo alzar las cejas con algo de preocupación.

— Presiento que nuestra estancia aquí ya se acabó, amor — murmuró al ver cómo la mujer se marchaba con su nieto, aunque le alertó oír cómo tocaban la puerta nuevamente.

Al acercarse y abrir de nuevo la puerta, se topó con otra figura alta de sonrisa cálida, solo que esta vez, era una cara conocida para Haze.

— ¿E-Entrenador?

— Qué tal, Sasha — le saludó palmeándole el hombro — ¿Listo para irnos?

— ¿I-Irnos?

— ¡Claro! debemos preparar todo para la fiesta de cumpleaños de Jessie, ¿o acaso quieres que todo se haga a último minuto?

— N-No, c-claro que no, d-deme un segundo, por favor — dicho esto, fue rápidamente escaleras arriba para ir a buscar algunas cosas que planeaba llevarse para la fiesta de su novio, además de buscar a su amigo cuadrúpedo, ya que no quería dejarlo solo, mucho menos ahora que habría más visitas en casa de las que ellos habían contemplado antes.

-

Miraba curioso aquel aparador lleno de implementos de arte, desde brochas y pinturas hasta lienzos y papeles que él no entendía para qué eran, pero estaba muy seguro de que la persona a quien quería regalarselos, sí iba a saber qué hacer con ellos.

— ¿Necesitas ayuda con algo? — preguntó una chica que llevaba el uniforme de aquella tienda, logrando que el pelirrojo volteara a verla con curiosidad.

— Quiero llevarme varias cosas de arte, pero francamente no sé qué podría llevarme, ¿me puedes ayudar con eso?

— Claro — dijo la chica mientras se acercaba para tomar varias pinturas y mostrárselas al pelirrojo — Estas pinturas son perfectas para hacer acuarelas, ¿exactamente qué tipo de arte quieres hacer?

— Ehh, sinceramente no lo sé — dijo riendo algo apenado mientras se rascaba la nuca — M-Mi pareja ama el arte y... quiero sorprenderle llevándole muchas cosas para que haga pinturas hermosas.

— Aww, en ese caso trataré de darte de todo un poco.

— Gracias — sonrió ampliamente mientras veía atentamente cómo la chica escogía varias cosas del anaquel, aunque le llamó la atención oír cómo alguien cerca suyo pronunciaba su nombre, una voz que él conocía demasiado bien, pero que no le agradaba en absoluto escuchar.

— ¿Jessie? — murmuró una mujer que se acercó un poco a él, y al alzar la mirada, el pelirrojo observó abrumado y confuso a la figura femenina que le miraba sin saber qué decir.

— Hola... — dijo con algo de desdén, cruzándose de brazos y observando incrédulamente a la mujer frente a él — Qué lástima tener que toparnos de repente.

— Jessie, ¿c-cómo has estado?

— Oh, ¿ahora sí te importa saber de mí? ¿no será de casualidad por las sospechas de papá sobre que me robé algo preciado para su amigo Fred?

— Jessie, tu padre y Fred están muy angustiados, s-si sabes algo sobre el paradero de ese chico— trató de hablar, pero la voz ajena le interrumpió en seco.

— No sé dónde está, penas y conozco a ese pobre idiota, pero no lo culpo por querer huir de un mal nacido como Fred, yo en su lugar habría hecho lo mismo— dicho esto, volteó a ver a la chica que trabajaba en la tienda para sonreírle de lado — Disculpa, ¿puedes llevar las cosas que escogiste a la caja para pagarte?

— Claro — dijo la chica para caminar hacía la caja, él intentó hacer lo mismo, pero un brusco agarre en su mano le hizo frenarse de golpe y voltear a ver a la mujer en cuestión con odio absoluto.

— Sabes dónde está — dijo ella con seriedad — Tu deber es decirnos dónde está.

— ¿Deber? jaj, perdona Lois, pero dejé de ser tu hijo hace mucho tiempo, tú mismo lo dijiste "no quiero saber nada más de ti", solo cumplo tu voluntad y la de Monty, ¿o acaso soy su hijo solo para lo que les conviene a ustedes?

— Eres un desconsiderado — dijo ella de mala gana — ¡Después de todo lo que tu padre y yo tuvimos que soportar por ti!

— ¿Y qué? ya los dejé en paz, cumplí su voluntad, francamente solo me gritas por gusto, porque ya te dejé en claro que no tengo idea de dónde está el estúpido hijo de Fred Johnson; ya me olvidé de ti y de tu esposo, háganme un favor, y déjenme vivir mi vida en paz.

Dicho esto, se dió media vuelta y se apartó rápidamente de aquella mujer a quien antes solía llamarle "su madre" pero que ahora, era una total extraña para él, en el fondo le seguía doliendo su indiferencia, pero estaba aprendiendo a ser igual de frío e indiferente que aquellas personas que durante tantos años parecían odiar su mera existencia, y no ayudaba el hecho de que, al parecer, la mujer era totalmente ignorante de que ese día era el cumpleaños de su propio hijo.

-

— Jessie debe comer mucha carne, debemos llevar mucha carne — decía el entrenador mientras metía varias bolsas de carne al carrito de compras, mientras que el pelinegro miraba algo preocupado todo lo que el hombre iba tomando.

— ¿E-Eso no saldrá muy caro? — murmuró débilmente.

— No te preocupes, Sasha, yo me encargo de pagar, es lo menos que puedo hacer por Jessie.

El pelinegro alzó las cejas con asombro al oír las palabras ajenas, le parecía curioso que aquel hombre le tuviese tanta estima a su novio, pero en el fondo, le agradaba mucho que finalmente alguien que no era él mismo, parecía preocuparse por Jessie.

— P-Por cierto, entrenador Peters, ¿c-cree que pueda llamarme "Haze"?

— ¿Mh? ¿"Haze"? ¿y a qué debo ese apodo?

— E-Es que yo... J-Jessie se ríe mucho cuando me dicen "Sasha", y-y prefiero que me digan "Haze" — dichas palabras asombraron mucho al entrenador, pero este solo empezó a reír y miró curioso al chico junto a él, quien usaba un suéter grueso para cubrir su identidad, aunque él no le dió mucha importancia, dado que el clima empezaba a tornarse más frío de lo habitual.

— Lo entiendo, hijo — afirmó palmeando el hombro ajeno mientras avanzaba con él por los pasillos de ese supermercado, aunque le intrigó notar que Haze de vez en cuando miraba a los lados con curiosidad y algo de preocupación, cosa que hizo al entrenador fruncir sutilmente el ceño — ¿Todo está bien, Sasha?

— ¿Eh? ah, s-sí, t-todo bien — murmuró sonriendo tímidamente, tratando de disimular la evidente paranoia que sentía al estar en un sitio muy concurrido en donde fácilmente alguien le podría distinguir, todo gracias a que, la última vez que salió a un lugar igual de concurrido, se topó de frente nada más y nada menos que con su padre.

— Oye am... Haze — dijo el entrenador mientras miraba al chico con atención — Hay un... asunto que me gustaría preguntarte.

— ¿Qué ocurre? — murmuró mirándole con atención, aunque frunció confundido el ceño al ver la expresión recelosa del entrenador.

— Pues am, e-el director Carson me comentó un día que tú... tuviste algunos problemas en casa, y por eso decidiste irte, c-creí que eran exageraciones suyas, pero luego de saber que tú y Jessie están viviendo juntos, pues... s-solo quería que tú mismo me dijeras si todos esos rumores eran ciertos o no.

El pelinegro miró al entrenador sin saber exactamente qué decir, no sentía que el entrenador Peteres fuera una mala persona, no obstante, luego de la decepción que tuvo con el director Carson, Haze no quería seguir siendo tan abierto con cualquier persona, así que solo esbozó una ligera sonrisa, y trató de sonar lo más relajado posible.

— No sé de qué me habla, entrenador — dijo sonriendo tranquilamente — Yo vivo con Jessie porque él me gusta.

— P-Pero oí que tu padre... a-al parecer te está buscando.

— Sí, pero no quiero que me encuentre — respondió mirando a los lados con curiosidad — A papá no le gusta que sea gay, por eso prefiero que no me encuentre.

— Haze... — trató de seguir preguntándole ya que él tenía entendido que la situación del pelinegro había sido bastante grave, sin embargo, al ver que el chico aparentemente no quería seguir hablando de su situación con su padre, prefirió dejar de agobiarle, ya tendría tiempo para preguntar después — B-Bueno, e-entiendo tu punto.

— Agradezco que lo entienda, entrenador Peters — comentó mientras volteaba a ver hacía un anaquel lleno de comida para perro, por lo que tomó una pequeña bolsa y rápidamente miró el precio de la misma, alegrándose al ver que no era costosa.

El entrenador sonrió de lado mientras miraba curioso al chico pelinegro, no dejaba de preguntarse si eran ciertos o no los rumores que rodeaban a aquella criatura que apenas iba a cumplir diecinueve años de edad, aunque, al notar la poca información que quería dar al respecto, asumió de inmediato que debía de haber algo real en todo eso que se decía acerca de Sasha Johnson. 

Continuará

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- Gema